Estaba terminando de cenar: todos los sábados compro un tamal y una porción de magdalena, cuando me llamó J. que definitivamente ya no está en el curso de circuitos impresos, invitándome a un par de cervezas -y solo un par, pues maneja motocicleta y es una ruleta rusa pasarse-, así que quedamos de vernos en diez minutos en una gasolinera que está a la salida de mi antigua universidad, y a ocho o nueve calles de mi casa.
Llegúe en el tiempo y me tocó esperarlo com veinte minutos... a punto estaba de regresar a mi casa cuando me llamó, avisándome que ya iba en camino, con un six pack de 16 onzas.
Nos tomamos tres cervezas cada uno y me contó parte de su vida: J ha estado casado tres veces, y viviendo en unión libre otra.
Lo invité yo a otra cerveza y, luego de una charla -y cigarros- de unas tres horas, estoy de nuevo en mi habitación, un poco ebrio, y a punto de ver la película esta de vampiros adolescentes, esperando que en 8 horas de sueño se me pase la embriaguez, para pasar un buen domingo con mis peques. Tal como lo esperaba, la portatil -que me llevé a mi noche de cervezas- se ha mantenido en silencio.
Planeaba hoy escribir sobre los distintos tipos de personas que están en mi clase de reparación de cd's; Ni modo, mañana.
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