Hace muchos muchos años leí un artículo en Selecciones en el que un periodista contaba como era su vida luego de haber perdido una mano en un accidente de helicóptero. El autor quería presentar su situación de una forma divertida, incluso diciendo que se sentía bien con su garfio cuando iba a visitar a su inspector de impuestos, o algo así. Lo que me quedó grabado del artículo fue el que contara que se había sentido bien luego de haberse soñado manco, pues significaba que su subconciente había aceptado finalmente el hecho sobre su nueva situación.
La primera vez que viajé a PDX estuve en una clase de ESL y Civics, en el que el maestro nos mencionó que cuando soñaramos en inglés, estabamos preparados para comunicarnos aceptablemente en ese idioma. Justo esa semana había tenido mi primer sueño en inglés. La segunda vez me sucedió lo mismo, aunque en esta ocasión me soñé trabajando en el workshop en el que laboraba, y conversando en inglés con un compañero de trabajo.
Lo extraño es que no me sucedió algo parecido por ejemplo al dejar la casa de mis padres, al graduarme de ingeniero o al casarme.
Esta semana he estado yendo a entrenar Judo, ha sido una actividad por demás pesada, es casi la mitad del tiempo ejercicios de estiramiento y el resto de la hora entrenar caídas, inmovilizaciones o combates. Como estoy trabajando de 5 a 2-3 de la tarde, los tres días he estado viniendo a mi apto y durmiendo al menos 1 hora, pues de noche duermo únicamente entre 4 y 5 horas.
Este día, por la tarde, tuve un sueño interesante: Le estaba dando soporte a una persona, pues el operador de la computadora de su negocio estaba grabando información incoherente -y en inglés- en la base de datos de su empresa. Y bien, me parece que mi subconciente acepta -luego de más de un año- que estoy de vuelta acá y que estoy realizando el trabajo que busqué durante mucho tiempo.
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