Y bueno, en esta ocasión, el del conflicto no fui yo. Hace un par de meses estaba explicándole algo a la practicante -quien ya no está más en la oficina- y bromeando dije algo como 'no quieres terminar así', señalando al compañero de la oficina que se llevó el premio de más bromista el año pasado -y a quien considero (amos) el que más pierde el tiempo-. Sorpresivamente reaccionó muy mal, empezando a insultarme, diciendo que no tenía el valor de decir las cosas que debía porque temía perder mi trabajo.
Unos meses antes lo había visto también gritarle por teléfono al jefe del jefe de nuestros jefes. Lo había llamado desde Washington para verificar posibles causas de atraso y el compañero se puso totalmente a la defensiva diciendo cosas como 'de hambre no me muero si me echan de aquí' y otras expresiones del mismo calibre. Esa vez creí que lo iban a despedir pero, sorpresivamente, en la próxima ocasión que el jefe del jefe de nuestros jefes se apareció por la oficina -viene cada tres o cuatro meses-, se acercó al compañero y estuvo conversando así como quien no quiere la cosa.
La vez en que fui yo el de los insultos, por haberse tratado de una broma de mi parte, solamente le seguí la conversación y cambié el tema. Pocos minutos después conversamos -a puerta cerrada- sobre el incidente y quedamos en paz. Eso sí, después de ver como era capaz de reaccionar me he mantenido completamente al margen de sus conversaciones, limitándome a enviarle los correos de rechazo cuando es el caso.
Mi jefa ha estado probando algunos archivos liberados por el citado programador. Desde la semana pasada me había percatado que habían estado teniendo diferencias con respecto a la validez o no de los rechazos. Este día mi jefa envió un correo bastante fuerte aduciendo que no se estaba trabajando en forma correcta lo que este programador tenía asignado. El correo iba con copia al jefe de nuestros jefes. En cierto momento mi jefa me preguntó por Skype si había visto el correo. Estaba revisando lo último del correo cuando el programador llegó hasta el escritorio de mi jefa y le gritó algo como 'Debería de pensar antes de enviar correos de ese tipo, espero que el jefe máximo pueda explicarle la forma en la que estamos trabajando los rechazos'.
Mi jefa se limitó a quedarse callada y el programador se retiró del área. Luego lo ví hablando con uno de sus supervisores. Mi jefa me pidió que la acompañara al banco -eran como las 11 de la mañana-. Salimos de la oficina, mi jefa se veía bastante mal. Se empezó a quejar de lo que la habían maltratado y como en la oficina no tomarían cartas en el asunto iba a poner una demanda al ministerio público pues temía que el programador la agrediera. Como sé la inutilidad de argüir con una mujer alterada -estuve casado 10 años- le seguí la conversación y la acompañé al banco y luego a tomarse un licuado.
Retornamos como a la hora y media a la oficina pero ella no volvió a su lugar de trabajo. Cuando estábamos con los licuados me había comentado que se sentía mal y que creía que la gastritis la estaba molestando por lo que acababa de ocurrir. Finalmente se retiró de la oficina y estuvo luego hablándome por Skype para ver como iba con mis asignaciones. El programador también se retiró de la oficina.
Como a media tarde el jefe de mi jefa me llamó a una sala de reuniones y me preguntó sobre el incidente. Le comenté que el programador si le había gritado, que no había usado lenguaje vulgar pero que su voz se oía alterada. Le indiqué que eran cuestiones de inmadurez y le deseé suerte resolviendo el conflicto.
Estuve trabajando de corrido luego desde las 12:00 hasta las 20:00. La programadora con la que me quedé ayer se puso -como que era el día- histérica porque no accedí a realizar una prueba corta de lo que reparó anoche -realmente hoy a las cuatro de la madrugada-. Al final estaba nerviosa porque ya había pagado estadía y alimentación en el centro recreativo más grande del país para el jueves y el viernes y temía atrasarse. Continué con la prueba y espero que mañana pueda terminar con la asignación. El compañero B me comentó que seguramente iban a prescindir del programador -el compañero B le da soporte a la subsidiaria a la que atiende el programador del incidente-. A ver en que termina todo.
Un poco después de las seis me contactó mi jefa por Skype pidiéndome que no me quedara tan tarde, pues no tenía dinero para comida y taxi. Le respondí que no iba a tomar taxi pero insistió en que n ome quedara. Finalmente le comenté que me retiraría temprano y le pedí al compañero B que me diera aventón a la calzada más cercana a mi habitación. El compañero B estuvo de acuerdo pero se atrasó en algo que estaba trabajando. Hubiera salido a las 8:30. Afortunadamente su jefa -mi supervisora favorita- salió a las 8:00 y me ofreció aventón.
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