Ayer me levanté temprano, como a las
7:30. Había quedado con mis peques que llegaría a su casa a las
8:30 pues se suponía que a esa hora su madre ya no estaría por
allí. Mi hija mayor me envió un mensaje un poco antes de las 8:00
pidiéndome que llegara a las 9:00 pues habían tenido ciertos
contratiempos -andan con una especie de gripe- y su madre aún no se
retiraba. Al final llegué a la casa de mis peques como a las nueve
y cinco y su madre aún estaba por allí. Al parecer tuvieron un
accidente con el perro -orinó en dos camas- y estaba sacando la ropa
de cama.
Para ayudar un poco -o eso creí- les
propuse a mis peques ir a la biblioteca de la universidad. Fuimos al
tercer nivel -teníamos mucho tiempo de no ir- y estuvimos leyendo
algo de Asimov, Christie y del autor de El mundo de Sofía. Un poco
antes de mediodía nos dirigimos al mercado y compramos aguacates
para el almuerzo y pasamos a una heladería a comprar helados de
chocolate para mezclarlos con los bananos que había llevado
temprano. Preparamos rodajas de banano mezcladas con cuadritos de
helado y refaccionamos. Le guardamos un poco a su madre en la
refrigeradora.
Luego nos pusimos a preparar el
almuerzo: Salchicas en salsa y coditos con mayonesa. También
guardamos un poco para su madre. Almorzamos tranquilamente y luego
ibamos a jugar Clue pero mis peques tenían bastante tarea. Los
acompañé un poco más de una hora mientras mi hija mayor hacía
unos formatos de Artes Plásticas, mi hija segunda transcribía unas
canciones nacionales y mi hijo menor marginaba páginas de su
cuaderno de estudios sociales.
A las cinco y cuarto -como habíamos
planeado- me despedí de mis peques pues se suponía que su madre
llegaría como a las 5:30. A las seis mi hija mayor me envió un
mensaje contándome que seguían con sus tareas y que todo estaba
bien. Un poco antes de las seis y media la llamé y me comentó que
su madre acababa de llegar. Había esperado que mi grupo de los
sábados por la noche me llamara, pues era el cumpleaños de una de
las voluntarias pero no recibí ninguna llamada. Estuve viendo el
final de Tres idiotas y leyendo un poco. Me dormí un poco antes de
las diez de la noche.
Este día me levanté bastante tarde,
casi a las 8 y media. Estuve actualizando mis redes sociales y luego
ordené mi habitación. A las nueve y media fuí por mis peques pero
iban atrasados. Salió mi hijo menor a pedirme quince minutos más
de tiempo. Me dirigí al mercado en donde compré cuatro aguacates y
a la panadería por un poco de pan para el desayuno. Vine a mi
habitación a bajar un par de videos de Stand Up comedy y un poco
antes de las diez llamé a mi hija mayor para ver si ya estaban
listos. Fuí a traerlos.
Al venir a mi habitación mis hijos me
dieron sus diarios y les dí tres cubos de rubik y un problema de
ajedrez para que lo resolvieran. Mientras tanto, aproveché para
desayunar. Luego vimos un par de videos en mi computadora. Más
tarde nos dirigimos al mercado por la fruta de la refacción y las
verduras para preparar el almuerzo. Retornamos a mi habitación y
refaccionamos melón. Hacía tiempo que quería filmar a mis chicos resolviendo el cubo de Rubik y aproveché que tengo baterías nuevas. Subimos a la terraza en donde nos tomamos un par de fotografías y preparamos un video de un poco menos de cuatro minutos donde todos resolvimos un cubo. Menos yo, me confundí en el último paso.
Luego nos pusimos a preparar los embutidos y verduras para el almuerzo: Burritos. Un poco después de la una de la tarde nos dirigimos al IRTRA. Como eran casi las dos buscamos un lugar para almorzar y luego del masivo almuerzo estuvimos leyendo un poco. Luego compré dos pasaportes de doce juegos y nos subimos todos a la rueda de Chicago gigante. Mi hija mediana y mi chico entraron nuevamente a La Casa de Don Chebo y con mi hija mayor los esperamos, conversando un poco sobre el sinsentido de la mayoría de canciones modernas.
Luego nos pusimos a preparar los embutidos y verduras para el almuerzo: Burritos. Un poco después de la una de la tarde nos dirigimos al IRTRA. Como eran casi las dos buscamos un lugar para almorzar y luego del masivo almuerzo estuvimos leyendo un poco. Luego compré dos pasaportes de doce juegos y nos subimos todos a la rueda de Chicago gigante. Mi hija mediana y mi chico entraron nuevamente a La Casa de Don Chebo y con mi hija mayor los esperamos, conversando un poco sobre el sinsentido de la mayoría de canciones modernas.
Luego los tres se subieron al Ala
Delta, mis hijas al Ratón Loroco y mi hija mayor y mi hijo pequeño
nuevamente al Ala Delta. Para finalizar mis chicas se subieron
nuevamente al Ratón Loroco y luego dimos una vuelta por la periferia
del zoológico. Como ya eran más de las cinco los animales
empezaban a recogerse para dormir y el sitio estaba bastante vacío.
Salimos a tomar un bus del Transurbano y retornamos a mi habitación.
Mis chicos me ayudaron a lavar los trastes del día y luego vimos un
fragmento de un Stand Up Comedy de Dane Cook y quince minutos de
Tangled. Un poco antes de las seis y media fuí a dejarlos a su
casa.
Como a los quince minutos mi chica mayor
me envió un mensaje para que la acompañara a comprar unas pastillas
contra la alergia que debía tomarse y había olvidado comprar. La
esperé fuera de mi casa y la acompañé a la farmacia, luego la
retorné a su casa. Como el almuerzo fue enorme -incluso me sobró
un burrito para mañana- ya no cené sino que actualicé el blog que
llevamos con mis chicos y el hijo de K. Luego lustré mis zapatos y
preparé la ropa que llevaré mañana. Estoy viendo Prometheus
-online- pero no creo que termine de verla esta noche. Quiero
dormirme temprano para empezar con buen pie mi primer día en mi
nuevo trabajo.
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