martes, 26 de febrero de 2013

Just another week...


La semana pasada estuvo bastante pesadita. A partir del martes estuve saliendo casi todos los días a las ocho de la noche. Y no solo por el jalón que me dá la compañera de mi jefa, la verdad en un par de ocasiones incluso ella tuvo que esperarme un momento mientras enviaba un correo de último minuto.

Salí a almorzar todos los días al parque que queda a cinco o seis calles de mi trabajo. El martes una sopa, el miercoles y jueves ensalada de zanahoria y atún. El viernes avena. Uno de estos días le estuve ayudando al compañero que entró una semana después de mi ingrso. Encontramos en internet un programa en VBA que maneja números de más de 15 cifras en Excel. La verdad nunca había trabajado con cifras tan grandes y el compañero estaba haciendo un documento en donde debía manipular un entero de 34 cifras y dividirlo dentro de otro de 3 cifras. Interesante la funcionalidad, la verdad.

La semana pasada -me parece que viernes- me reuní un momento con mi jefa -un poco más de media hora- para animarla a que establezca objetivos e índices de productividad. La verdad es frustrante la pérdida de tiempo en algunos casos. También inicié a alimentar información en una aplicación web que instalaron para la administración de procesos. El viernes me estuve casi todo el día escribiendo código en VBA para manejar datos de correspondencia entre excel y word via formularios de excel. Lo único -pero es lo más complicado, creo- es la impresión de información de registros específicos.

El viernes no recibí mensaje ni llamada del voluntario que vive en la misma colonia por lo que al salir de la oficina -salí como a las 6:30- le pedí aventón al compañero al que ayude con Excel y me acercó hasta una farmacia que queda como a seis o siete calles de mi casa. En esa farmacia hay un cajero automático y saqué un billete de la denominación más grande por acá. Pasé a comprar un asado y vine a cenar a mi habitación. En el puesto de asados no tenían sencillo por lo que quedé debiendo mi cena. Pasé a una tienda que me queda en el camino y compré unos snacks, una gaseosa y dos bolsas de detergente. Vine a cenar y a continuar con La Isla bajo el Mar.

El sábado temprano puse ropa en remojo y me dirigí a la actividad que se realiza cada dos o tres meses en donde tratamos de reintegrarnos con los miembros de nuestros grupos de visita. La actividad estuvo un poco intensa pues se trató de dinámicas de autoconocimiento grupal. Había decidido realizar la actividad con el ex grupo de mi mejor amiga en lugar de mi grupo oficial. A mi grupo oficinal no les gustó y, como no estaban muy alejados de este grupo, empezaron a dar voces aludiendo a mi decisión.

Luego de escuchar a un par de voluntarios quejándose porque el contacto inter grupo es muy bajo me ofrecí a mejorar este aspecto. Un poco después del mediodía nos dirigimos con otros voluntarios al restaurante de costumbre. Iba a retornar al lugar para realizar las mismas actividades con mi grupo de la tarde pero me agarró el tiempo en el restaurante. Luego me fuí a ver Duro de Matar 5 en compañía del otro voluntario mayor del grupo. Ayer le comentaba a la compañera de mi jefa que en la próxima película seguro sale Bruce Willis en silla de ruedas y ayudando a su nieto con alguna guerra.

Un poco antes de entrar al cine una de las voluntarias había estado escribiendole al voluntario con el que andaba sobre la reunión de la noche. No se realizaría en la casa del voluntario que vive en la misma colonia sino en la casa de la voluntaria líder del grupo de los sábados por la noche. El miercoles había sido su cumpleaños y estábamos planeando tamal y pastel. Después de la película pasé a mi habitación por la botella de champaña que venía en la canasta navideña y por mi portátil, pues el voluntario con el que andaba debía enviar una información y no podía pasarla de una aplicación a otra en su blackberry.

Después de pasar un rato al parqueo de un restaurante nos dirigimos a un centro comercial en donde debíamos de reunirnos con otros voluntarios para las compra de la celebración. Un poco antes de las siete llegamos a la casa de la líder del grupo de los sábados por la noche. Llegamos al final como doce o trece personas y cenamos tamal, plátanos fritos y pastel. Estuvimos en ese lugar hasta un poco después de las once y luego le pedí aventón al voluntario que vive en la misma colonia. Aún pasamos a una gasolinera a tomar café y pastel de banano mientras el voluntario que vive en la misma colonia y el otro voluntario con el que se conocen desde la niñez rememoraban los viejos tiempos. Me pasaron a dejar alrededor de la medianoche.

El domingo me levanté a lavar la ropa que había dejado en remojo. A las 8:15 me dirgí a la casa de mis peques. En el camino compré huevos, salchicas y un aguacate. Preparé el desayuno y tratamos de conversar un poco mientras desayunábamos. A veces es difícil tener una conversación normal cuando estamos los cinco pero espero que poco a poco vayamos mejorando. A las 9:40 nos venimos a mi habitación en donde estuvimos viendo unos videos de Google Science Fair. Luego jugamos Clue y Scrabble. También resolvieron tres cubos de Rubik y un ejercicio de Ajedrez: Jaque en dos movimientos.

Un poco después del mediodía nos dirigimos a Mc Donald's. Salida mensual a restaurante. Luego pasamos un rato a la biblioteca. Mi hija mayor y mi hijo menor estan leyendo Viaje Alucinante de Isaac Asimov y mi hija mediana, el quinto libro de Harry Potter. Después de la biblioteca pasamos al café internet de costumbre pues mi hija mediana necesitaba cierta información para una tarea que debía entregar al día siguiente. Después de internet venimos a mi habitación a transcribir la informacioń que mi hija necesitaba. Mis otros chicos leían mientras. Un poco antes de las siete los fuí a dejar a su casa. Retorné a mi habitación a cenar y a prepara mi almuerzo del lunes. También terminé de leer La Isla bajo el Mar.

Ayer sentí el día bastante pesado. Tuve un connato de incio de gripe pero como que se arrepintió. En todo caso tuve un malestar general durante la mayor parte del día. Al mediodía salí a almorzar al parquecito de costumbre. Casi todo el día lo pasé alimentando la información en el programa de procesos. Había planeado salir a las seis pero quería dejar adelantada un poco mi asignación. Al final salí a las 7:30. La compañera de mi jefa me dió aventón y le pedí que me dejara en una calle cercana al supermercado más cercano a mi casa. Compré unas zanahorias -y un shampoo y unos calcetines- y me vine a mi casita. Cené pan tostado. Estuve enviando mensajes a través de la web para que mis compañeros de grupo de visita empiecen a llamarse. Escribí un poco de código para la asignación aleatoria de corresponsales y luego cubrí casi la mitad de la lista. Me dormí cerca de medianoche viendo Reality Bites. Aunque no me atrajo mucho.

Hoy me levanté un poco antes de las seis. A un mes de estar trabajando me ha empezado a costar bastante la levantada temprano. Creo que estoy durmiendo muy poco -entre cinco y seis horas diarias-. Preparé una sopa y me fuí al trabajo bastante temprano. Aún hice cinco minutos de zazen.. Empecé como media hora antes de mi hora oficial de entrada. Estuve en la mañana terminando el ingreso de información en el programa de procesos y al mediodía fuí a almorzar al parquecito. Había llevado las libretas de ahorro y planeaba pasar a depositar lo de mis chicos y un poco en mis otras cuentas pero al final decidí almorzar normalmente. Mañana debo realizar los depósitos. En la tarde retomé el código del viernes aunque no pude avanzar mucho. Tuve luego dos reuniones -de una hora cada una-. En la primera revisamos el programa que he estado alimentando con mi jefa. En la segunda mi jefa dió el inicio de nuestra integración y medición de productividad. Luego de la reunión seguí un poco con el código y cuando ví que mi compañero salí -como a las seis cuarenta- le pedí aventón.

El compañero me dejó en la misma farmacia y me vine caminando a mi habitación. En el camino compré pan tostado para la cena. Después terminé de enviar los mensajes a todo el grupo de voluntarios. Incluso escribí un poco más de código y dejé el listado listo para los mensajes del jueves y viernes. He estado revisando mis correos, blogs y redes sociales y espero no dormirme muy tarde para tener un buen miercoles en mi trabajo. Espero que el malestar que he estado sintiendo disminuya.

lunes, 18 de febrero de 2013

Back to the office...


El lunes pasado, como tenía previsto, entré a las siete y media a mi semana de inducción.  Éramos 34 en total.  Para empezar el evento una de las personas de contrataciones regañó en público a un joven porque no había llevado corbata -ni saco-.  El tipo se puso realmente mal, se le veía en el rostro.  Al final de la tarde me le acerqué y amistosamente -o eso espero- le ofrecí prestarle una corbata para el día siguiente, al que no llegó.  Luego me enteré que él iba a trabajar como conserje.  La ineptitud de algunos administrativos.  Este día había llevado un par de tortillas de harina que me habían sobrado del domingo y con eso almorcé en el segundo nivel del edificio.


La mayoría de las personas eran jovenes, habían dos o otres personas más grandes que yo entre los que ingresamos.  Creo que sólo otro gradaduado universitario.  Licenciado en Educación o algo así.  Para muchos es su primera experiencia laboral.  Como diez chicas y el resto tipos.  La capacitación del primer día versó sobre la historia de la institución a donde estábamos ingresando, para los otros 33 era el primer día en la institución, para mí era la tercera o cuarta semana.


Salimos a las cinco y me vine en autobús al Trebol, de allí tomé un transurbano, en compañía de uno de los tipos mayores que yo.  Vendedor.  El tráfico en la Petapa es desesperante a esa hora, dos o tres calles antes de la estación en donde debía bajarme afortunadamente el piloto abrió la puerta y nos apeamos.  Habíamos tardado como veinte minutos en avanzar como tres calles. Vine a mi habitación a cenar y a leer El Cuaderno de Maya.


El martes ya éramos solo 33.   El conserje desertó.  Este día estuvimos viendo la mayoría de productos de la empresa.  Había llevado unos panes con salami, aguacate y tomate.  Como le había ofrecido a mi jefa, este día después de la capacitación me dirigí a la oficina en donde estuve trabajando hasta las ocho, hora en que la compañera de mi jefa me dió aventón a mi colonia. Por fin terminé de ver Triste Canción de Amor.


El miercoles llevé un picado de tomate, salchicas y zanahoria.  Junto con una sopa ramen.  Ese fue mi almuerzo.  Este día continuamos viendo los productos de la institución.  Al mediodía subimos con varios compañeros a almorzar.  A las cinco que salí me vine directamente a mi casita.  Tomamos el transmetro con una chica que vino del interior del país.  Este día creé un grupo en Facebook para incluír a todos los participantes de la inducción.


El jueves desertó otra persona.  Esta vez un vendedor, porque supuestament le había estado yendo mal en las evaluaciones. Este día también hubo una división -casi mitad y mitad- entre el personal que se dedicará a ventas y los administrativos.  Había llevado media lata de atún y una zanahoria rallada y salí a almorzar esto al mediodía.  Al salir, al igual que el martes me dirigí a la oficina. Me iba a quedar a trabajar, al igual que el martes, hasta las ocho pero, por ser el día del cariño, la compañera de mi jefa salió a las siete y media. A esa hora retorné a mi casita.

El viernes llevé también zanahoria y atún. Este día estuvimos viendo algunas dinámicas de trabajo en equipo. Desde un par de días antes se había estado hablando sobre comprar algo entre todos y almorzar en grupo. Al final compramos seis pizzas y un par de dobles litros de gaseosa y almorzamos en comunidad. Yo aparté el almuerzo que llevaba. Al salir a las cinco y media el más grande del grupo me ofreció aventón al Trebol en su automovil. Desde allí me vine caminando a mi habitación, me cambié y luego me dirigí a la casa del voluntario que vive en la misma colonia. En el camino encontré a mis peques y su madre. Con el voluntario que vive en la misma colonia cenamos y estuvimos conversando por un par de horas o algo así.

El sábado dejé ropa en remojo y me fuí a visitar con mi grupo oficial de visitas. Nos dirigimos a un orfanato que queda en una aldea en la periferia de la ciudad. Estuve una parte de la visita haciendo origami con unas niñas y otra parte enseñándole a nuestra encargada de visita a hacer un par de figuras de origami. Había planeado visitar con algún otro grupo en la tarde pero se organizó un almuerzo con el grupo de la mañana y decidí -por primera vez- acompañarlos en su actividad. Andaba con una de las voluntarias del sábado por la noche. Hicimos la reunión en la casa de la voluntaria en donde nos reunimos por primera vez con este grupo a mediados del año pasado. Preparamos una comida que es un revoltijo de snacks, ensaladas y salsas.

Terminamos la reunión como a las 3:00 y con la voluntaria de la noche pasamos a un mercado a comprar algunas verduras -ella las verduras de la semana y yo unos aguacates para el domingo-. Me ofreció que fueramos a su casa y luego nos dirigieramos a la casa del voluntario que vive en la misma colonia y acepté. En el camino recordé que le había dicho a mis peques que iba a llegar a su casa a las seis y los llamé para avisarles que me atrasaría un poco. Pasamos a la casa de la voluntaria a dejar las verduras y luego nos venimos a la casa del voluntario que vive en la misma colonia. Yo me vine a mi casita y me dormí un rato. Luego fuí a la casa de mis peques y conversé con ellos y su madre. Les propuse que para mejorar -o tratar de mejorar- un poco la comunicación empezáramos a desayunar los cinco los domingos. Yo me encargaría de la preparación. Estuvieron de acuerdo al final, aunque mi hija segunda al inicio argumentó que la situació sería incómoda. Ofrecí poner de mi parte para no generar incomodidad.

Estuve como veinte o treinta minutos allí y luego me dirigí a la casa del voluntario que vive en la misma colonia. Con los voluntarios de la noche estuvimos cenando tamal, cantando karaoké y dando buena cuenta de una botella de tequila -mi primer onza de tequila en casi tres años-. Al inicio de la reunión habíamos recibido un mensaje indicando que un voluntario conocido por varios se había accidentado y nos dirigimos con la voluntaria de la tarde y otro voluntario al hospital. El hospital está bastante cerca -como diez minutos en automóvil- y resultó que si había habído un choque aparatoso -auto completamente destruído- y la conductora estaba en observación pero encontramos al voluntario en la puerta del hospital. Lo acompañamos un rato, nos cercioramos de que estaba bien y luego retornamos a la reunión. Un poco después de las once una de las voluntarias pasó a dejarme a mi casita. Aún vine a leer un poco.

El domingo me levanté temprano. Lavé la ropa que había dejado en remojo el día anterior y luego me fuí a la casa de mis peques. En el camino compré huevos, jamón, frijoles en bolsa y pan dulce. Preparé un buen desayuno que compartmos entre los cinco. A las nueve y media nos despedimos de su madre y nos venimos a mi habitación. En donde estuvimos viendo varios videos en inglés sobre el método científico, algunos videos de física y, mis peques, actualizando el blog que llevan con el hijo de mi amiga de Portland. Un poco antes del mediodía nos dirigimos a los museos y entramos al de Historia Natural y al de Arqueolofía y Etnología. Nos quedó pendiente el de Arte Moderno y el de Escultura -este es al aire libre-. Después de entrar a los museos nos dirigimos al Pollo Campero que queda al costado y almorzamos una hamburguesa de pollo y un hot dog cada uno.

Después nos dirigimos a la Universidad en donde estuvimos un poco más de una hora en la biblioteca. Luego nos venimos a casita. En el camino compramos un par de helados que venimos a compartir a mi habitación. Como habíamos comido afuera no teníamos trastes para lavar. Subí a bajar la ropa que había dejado tendida en la mañana y me encontré con que la vara del centro se había caído y mis camisas blancas estaban en el piso completamente sucias. Igual las bajé a mi habitación. Vimos un poco más de diez minutos de Enredados y a las seis y media los fuí a dejar a su casa.

Retorné a mi habitación a cenar pan tostado y a ver que camisas podría llevar al último día de capacitación este día. Elegí la celeste y decidí llevarme la amarilla el martes. Estuve viendo un poco de Crónicas Mutantes y leyendo una buena parte de La Isla bajo el Mar. Un poco antes de las once me dormí.

Este día el reloj sonó a las 5:30 y a las 5:35, y luego cada cuatro minutos hasta las seis, hora en que me levanté. Preparé unos panes con aguacate y salami y me dirigí a m iúltimo día de inducción. Llegué como a las siete y media y me entretuve leyendo Mil Soles Espléndidos. Durante la mañana recibimos una capacitación sobre seguridad informática y luego nos evaluaron del tema. También nos evaluaron sobre el último tema de la semana pasada. Un poco después del medio día el capacitador nos sacó del aula a los tres administrativos y estuvimos llenando un par de encuestas sobre el evento. Nos pasó nuestra calificación -saqué 88=bueno-, el otro administrativo sacó 83=bueno y el anciano -52 años- sacó 93=excelente. Un poco después del mediodía nos entregaron nuestros gafetes y nos desearon suerte.

Le envié un mensaje a mi jefa avisándole que pasaría a almorzar y luego me iría a la oficina. Pasamos a un lugar a almorzar con los otros dos compañeros -yo mis panitos- y luego nos fuímos al edificio en el que trabajamos. Llegué a las dos de la tarde. Me pasé la tarde tratando de retomar los temas que llevo entre manos y un poco después de las seis y media la compañera de mi jefa que me dá aventón me indicó que estaba por retirarse. Ya sólo estábamos ella, mi jefa y yo. Nos retiramos todos de la oficina.

La compañera de mi jefa pasó a dejarme cerca de mi casa y vine a cambiarme de ropa y a dejar las camisas en remojo. Luego me dirigí al supermercado más cercano en donde compré tres zanahorias y dos latas de atún -está en oferta-. Ya estoy planeando el desayuno que prepararé este domingo por lo que compré un sobre de salsa instantánea. Con las compras retorné a mi habitación y salí a lavar los platos que usamos para el helado con mis peques. Luego lavé un par de camisas y entré a revisar mis correos, blogs y redes sociales. Estoy por salir a lavar las otras dos camisas para subir a tenderlas. Al menos ya terminé de completar todos los requisitos de ingreso a mi trabajo. Ahora solo debo perserverar en mi alto desempeño. A ver como va eso.



domingo, 10 de febrero de 2013

Busy week...

El martes llevé una sopa ramen, cubos de aguacate y rodajas de salchica para almorzar.  He estado comprando pan en la mañana para tomar con café.  Ese día me quedé a almorzar en la oficina.  Salí alrededor de las siete y me vine en el transurbano a mi casita.  He estado viendo las películas que me prestó una de las compañeras de mi jefa:  Flight, dos más dos y 10 años después, también Bon appetite.  Había visto una parte de esta última hace un tiempo y en esta ocasión la ví de principio a fin.  Muy buena.  Flight también me pareció buenísima, es sobre adicciones.  Diez años después está bien y dos más dos no la terminé de ver, me aburrió ver a una pareja de parejas de maduros tratando de desarrollar una relación swinger.

El miercoles no llevé almuerzo.  Bueno, llevé avena y, para evitar comentarios acerca de mis hábitos alimenticios, al mediodía salí y me dirigí a un supermercado que queda a pocas cuadras de mi trabajo.  Planeaba comprar bananos o plátanos para complementar la avena.  No había ni plátanos ni bananos.  Compré un pelador de verduras.  Iba a comprar zanahorias pero no estaban muy buenas y decidí comprarlas por la noche en el supermercado que queda más cerca de mi habitación.  Luego empecé a caminar por una calle paralela a la que había recorrido para llegar al supermercado.  En una calle bastante silenciosa encontré una grada frente a una casa clausurada y allí ingerí mi avena.

Luego retorné a mi oficina.  En el camino encontré un parquecito que me pareció el lugar ideal para almorzar.  En la noche ya no pasé al supermercado pues un poco después de las ocho de la noche y una compañera de mi jefa me dió aventón a mi colonia. Compré una carne asada y vine a cenar a mi habitación viendo películas.  Había terminado de bajar Contagion.

El jueves me fuí en el transurbano.  Es el 10% más caro pero el recorrido es más directo y no debo transbordar.  Aunque se duplica casi el recorrido a pie luego de apearme del autobús.  Volví a llevar avena y al mediodía me dirigí al parquecito que había encontrado el día anterior.  Almorcé tranquilamente y retorné a trabajar, teniendo una tarde más animada que los otros días.   Salí un poco después de las siete de la noche.

El viernes volví a abordar el transurbano.  El miercoles por la noche el vecino encargado había pasado por la mensualidad del servicio de recolección de basura y me había regalado un aguacate.  Estaba aún un poco verde y decidí dejarlo para el almuezo del viernes.  El jueves por la noche compré pan tostado para cenar y pan francés para llevar al día siguiente, también cuatro salchichas.  Al mediodía volví a dirigirme al parquecito y almorcé tranquilamente leyendo un poco de Zen Mind, Beginner's Mind.  Había planeado no salir muy tarde pues pensaba retornar a la cena de los viernes con el voluntario que vive en la misma coloina.

Al final hubo un par de reuniones y tenía que dejar enviados un par de correos pues la otra semana debo ir a mi semana de capacitación en el área de recursos humanos.  Salí un poco después de las 8:00 y la compañera de mi jefa me pasó a dejar a la casa del voluntario casi a las 8:30.  Cenamos y vine a mi casa un poco antes de las 10.  Dos días antes había empezado a leer Los Cuadernos de Maya -insisto, me encantan las historias de Isabel Allende aunque no me gusta mucho su forma de narrar- y eso continué haciendo la noche del viernes.  Terminé durmiendome casi a las dos de la mañana del sábado, incluso quedé de pasar por la voluntaria a la que le reparé la computadora en enero para la visita de la mañana.

El sábado me desperté a las 6:30, como había planeado.  Ví que tenía un mensaje en mi celular y al abrirlo me enteré que podía dormir una hora más pues la voluntaria no iba a ir a la visita por tener que acompañar a su hermana a la universidad.  Me volví a meter a la cama hasta las 7:30.  Salí a poner un poco -un mucho, realmente- de ropa en remojo y a las 8:30 me dirigí al centro para realizar una visita en el hospital general de la ciudad.  Llegué como a las 9:00 y como la reunión era a las 9:30 me fuí a la sexta avenida a desayunar, en Al Macarone.

Un poco después de las 9:40 me dirigí al hospital.  Para visitar con mi grupo oficial.  La visita estuvo buena, estuvimos con un par de bebés con macrocefalia y sus cuidadores -una madre y una abuela- y luego nos invitaron a entrar al área de quemaduras.  Nos pasamos allí casi hora y media.  Yo haciendo origami y jugando con un par de niños.  Después de la visita un par de voluntarias que son madre e hija nos dieron aventón hasta el edificio en donde trabajaba hasta enero de este año.

Pasé al restaurante de costumbre a almorzar y reunirme con el grupo de visita de la tarde.  Que no era mi grupo oficial.  La visita de la tarde no estuvo tan bien.  Llegamos solo seis personas y en el lugar de visita -un hogar de niños sin familia- encontramos únicamente a tres niños -uno en silla de ruedas- que no había ido a jugar basketbol a una cancha en una colonia vecina.  La visita duró un poco más de una hora y en ese tiempo aproveché para estarme con el niño que está confinado en una silla de ruedas.  Luego nos retiramos del lugar y retornamos al restaurante.  Las chicas del grupo se despidieron y yo me quedé un poco más.  Luego retorné caminando a mi casita -y escuchando la radio de mi celular-.

En el camino recibí un mensaje del voluntario que vive en la misma colonia contándome que había reunión a las siete en su casa.  Vine a mi habitación y me dormí un poco menos de una hora.  Luego salí a lavar el saco que estoy usando, una pantalón y una camisa.  Un poco después de las siete me dirgí a la casa del voluntario.  En donde estaban preparando un pastel de caja.  Nunca había visto que se horneara un pastel en horno de microondas pero la verdad es que les quedó muy bien.  Celebramos mi cumpleaños -me embarraron pastel en el rostro- y luego estuvimos un rato con karaoke.  Un poco antes de las once de la noche una de las voluntarias pasó a dejarme a mi casita.  Vine a ver un poco de Take this Waltz y a leer un poco de Los cuadernos de Maya.  Me dormí un poco después de medianoche.

Hoy me desperté a las 7:30 pero me quedé en mi camita hasta casi las ocho.  Me levanté a lavar el resto de la ropa que había dejado en remojo el día anterior y luego arreglé mi habitación para recibir a mis peques.  A las 9:30 los llamé y mi hija mayor me comentó que su hermana aún estaba bañándose.  Ofrecí pasar diez minutos más tarde.  A las 10 menos diez fuí por mis peques.  Venimos a mi habitación y luego de armar tres cubos de Rubik cada uno estuvimos leyendo un rato y viendo un par de videos que les tenía preparados.  También discutimos su participación en la Google Science Fair de este año.  Trataremos de gestionarlo como un proyecto.

Salimos al mercado a comprar ingredientes para preparar burritos pues decidimos ir este día al Irtra.  Compramos también una papaya para la refacción.  Un poco antes del mediodía partimos todas las verduras, queso y embutidos para el almuerzo y nos dirigimos al Irtra.  Lo primero que hicimos fue almorzar y luego nos dirigimos a visitar una parte del zoológico.  Después nos subimos todos a la rueda de chicago gigante.  Las chicas se subieron a una pequeña montaña rusa y el pequeño a unos planeadores.  Luego yo me subí con mi hija mayor y mi hijo más pequeño a los carros chocones.  Para finalizar todos nos subimos al recorrido en tren y luego compramos unos helados.  Luego retornamos a mi habitación.

Teníamos bastantes trastos en la pila por lo que nos aplicamos a la tarea.  Íbamos a ver una parte de enredados pero al verificar la hora nos quedaban únicamente tres minutos.  Los fuí a dejar a su casa.  Iba a cenar pan tostado pero al pasar a la panadería no ví buenas opciones.  Retorné a mi casa a revisar mis correos, redes sociales y a actualizar mi blog.  Espero terminar de ver Dredd y no dormirme muy tarde pues mañana me toca entrar a las siete a mi primer día de inducción y me comentaron que son bastante puntuales.  A ver como va eso.


lunes, 4 de febrero de 2013

Cuatro décadas...

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Champ, quien tiene un comportamiento un poco diferente al normal se pone a explicar en cada cumpleaños su teoría de las décadas de vida... según ella estoy entrando en mi quinta década, pues toma la cuenta de 0 a 10 como la primera y así sucesivamente... en fin.

La semana pasada casi no comí en el día. El miercoles, cené una torta y había comprado un almuerzo al mediodía. El viernes pasé a comprar un asado. Luego al almuerzo, casi sólo avena, incluso la compañera que entró el mismo día que yo me echó un sermón sobre la necesidad de una alimentación balanceada.

El jeves salí entre seis y siete y me vine directo a mi casita. El viernes tuvimos una reunión con mi jefa en otra torre de la empresa. Estuvimos un poco más de una hora en una reunión con un grupo de implementación por una nueva funcionalidad. Al mediodía salí a almorzar avena y a recibir el sermón de la compañera. Creo que es imposible que no se metan en la vida de uno. No iba a salir muy tarde pero debido a la reunión de la mañana empecé a trabajar en otra línea paralela, también la jefa de mi jefa me asignó para la búsqueda de un software especial de un área de soporte.

Salí entre siete y media y ocho. La misma supervisora que me había dado aventón el viernes pasado volvió a traerme a mi colonia. Me dejó cerca de los asados, a donde pasé a comprar mi cena y vine a mi casita a ver un poco de una película argentina: dos más dos. Me dormí un poco antes de medianoche.

El sábado retorné a las visitas de mi voluntariado. Antes de irme a visitar dejé un baño con ropa en remojo. Como no quería visitar con mi grupo oficial me dirigí al restaurante en donde es común que se reunan varios grupos. Me fuí con un grupo al hospital más grande de la parte sur de la ciudad. Al área de cirugía y adultos. Lo más emotivo de la visita fue brindarle un abrazo a una chica que estaba muy apenada pues su madre está en proceso de cirugía. Al mediodía retorné al mismo restaurante a almorzar y a reunirme con mi grupo de la tarde.

Visitamos un asilo cerca de mi colonia. El asilo es bastante pequeño y la mayoría de ancianos tienen dificultades para interactuar. Estuve un rato en una habitación con un anciano en silla de ruedas, le costaba conversar y únicamente el regalé una grulla de origami. Después de la visita nos organizamos en comités para la mejor organización de las visitas. También me regalaron un chocolate por mi cumpleaños. A esta visita acudió un padre con su hijo, ambos sonriseros.

El voluntario que vive en la misma colonia me había enviado un mensaje invitándome a pastel pues el más nuevo del grupo de los sábados por la noche había cumplido años un día antes. Justo mi ex alumno. Vine a mi habitación a lavar la ropa que había dejado en remojo y luego me dirigí al pastel. Después nos dirigimos a la casa de otro integrante esporádico de este grupo quien debía ir a devolver el niño que habían tomado del nacimiento el día de navidad. El evento estuvo bastante interesante pues le pidieron apoyo a una patrulla de la policía y hubo bastante teatro. Nunca había participado en una celebración de este tipo. Después de las disculpas y la penitencia tomamos ponche y tamal -yo dos-. Luego el cumpleañero del día anterior nos retornó a la casa del voluntario que vive en la misma colonia y le pedí aventón a otro voluntario hacia mi casa. Me dormí un poco antes de medianoche.

El domingo me levanté un poco temprano y arreglé mi habitación. A las 9:30 fuí por mis chicos. Mis chicas ya estaban listas pero el pequeño aún estaba desayunando. Volvímos a conversar con mi ex esposa aunque en esta ocasión un poco más calmados. De todos modos hubo lágrimas de ambos. Al final quedamos en paz. Quizá demasiado, pues justo como lo imaginaba mi ex esposa aún espera que algún día vuelva con ella. Al final me dió un par de besos. Traté de mantener la calma.

Al final salimos de la casa de mis chicos casi a las 10:30. Venimos a mi habitaciń a ver unos videos que les tenía preparados y un capítulo de Phineas y Ferb en inglés. Luego fuímos a comprar naranjas para la refacción, la cual hicimos dentro de mi habitación. Después de leer un poco preparamos las cosas -mis peques me regalaron una mochila por mi cumpleaños- y nos fuímos a almorzar a los campos de la universidad. Como estaba amenazando la lluvia comimos en los corredores de la rectoría: arroz chino y wantán. Habíamos comprado un par de aguacates pero los olvidamos en mi habitación.

Después de almorzar fuímos un rato a la biblioteca y luego pasamos por su hora de internet. Retornamos a mi habitación bastante tarde. Casi a las seis. Mis chicos me ayudaron con los trastes del día y luego vimos quince minutos de enredados. Para finalizar el día estuve respndiendo el poco más de centenar de mensajes de felicitación que mis conocidos más cercanos dejaron en mi muro de facebook. También recibí como tres mensajes de texto, de mi hermana y un par de primas y un par de amigos. También me llamó mi jefa por la mañana y PJ, y alguien más en la tarde que no pude identificar. En fin, un buen cumpleaños. Aunque raro por el espisodio de la mañana con mi ex esposa que me dejó realmente intranquilo. A ver cómo va eso.

Después de cenar un poco de pan tostado y un cubilete que mis chicos me habían traído estuve viendo un poco de películas. Me dormí un poco después de las diez, dejando el reloj para las 5:30 pues había planeado llevar panes con salchica y aguacate, aprovechando lo sobrante del día.

Hoy me levanté bastante rápido. En cuanto sonó la alarma. Planché la camisa del día y lustré mis zapatos, salí a comprar salchichas y pan y preparé los panes para el almuerzo. Salí de mi habitación un poco antes de las siete y no compré pan en el camino ni llevé avena pues habían planeado pastel en la oficina este día por mi cumpleaños. Y chuchitos. Mi jefa y sus compañeras supervisoras adornaron mi escritorio con globos, confeti y letreros de feliz cumpleaños. Bastante temprano partimos un pastel Selva Negra y lo complementamos con un chuchito. La mayoría guardamos el otro para el almuerzo.

Estuve en la mañana trabajando en la modificación de un formulario. Iba a salir a almorzar mis panitos y mi chuchito sobrante pero mi jefa y una de sus compañeras supervisores me propusieron ir a Burger King. Es bueno cumplir años. Me invitaron a un King de Pescado. Luego las acompañé a comprar unas bandejas para la oficina y retornamos casi a las tres a la oficina. Continué trabajando en lo que llevaba entre manos y salí un poco antes de las siete. Tengo un gran cúmulo de trabajo. Cuando acababa de abordar el Transmetro llamé a mi hija mayor pues ayer le había prestado mi cincho y olvidé pedírselo antes de irlos a dejar. Vine a mi habitación a cambiarme de ropa y fuí por mi cincho. Salió únicamente mi hija mayor pues estaban en la hora de la cena. Espero no dormirme muy tarde pues planeo levantarme otra vez a las siete. Llevaré mañana para el almuerzo una sopa ramen con cubitos de aguacate y rodajas de salchicas. A ver cómo va eso.