martes, 3 de septiembre de 2013

Cambios, cambios...

Hoy la alarma comenzó a sonar a las 5:30.  Como me había dormido después de medianoche me costó un mundo levantarme.  A las seis al final.  Preparé aguacate, tomate y zanahoria rallada para mi almuerzo y luego planché mi camisa.  Terminando de bañarme estaba cuando vinieron a tocar la puerta de mi habitación.  Como no era día de pago -fue hace como dos semanas- no creí que fuera acá.  Siguieron tocando y salí a abrir.  Era el dueño de la casa.  Para pedirme que desocupara la habitación porque su hijo va a ampliar su negocio.  Me dió la opción a pasarme a una habitación del otro lado del patio -¿captaré internet allí?- ya que le pedirá la habitación al actual ocupante, algo de ebriedad y atrazo en el pago.

Que vaina.  Estaba por cumplir cinco años acá.  Entré por primera vez en octubre del 2008 y traía solo dos o tres maletas, ese día compré una bolsa de dormir y un año y medio o así después una cama.  Un ropero y una mesa complementan mi mobiliario y una estructura de metal en donde tengo los juguetes que antes usaban mis hijos y los pocos -?- trastes que uso. Me fuí a la oficina casi a la misma hora de ayer.

Este día planeaba tener una reunión con un par de áreas un poco conflictivas, por la mañana.  Al final uno de los encargados propuso la reunión para mañana a la misma hora y el resto -otros dos- convocados aceptaron.  Durante la mañana estuve trabajando en la finalización de la presentación y en la actualización de un documento que debía enviarle a la jefa de mi jefa.

Al mediodía tuvimos la reunión semanal de gestión y después de realizar mi presentación me dirigí a una reunión programada para toda la tarde en el edificio principal de la empresa.  La reunión al final tardó solamente hora y media.  Sin embargo, me tocó que esperar como media hora en el lobby del edificio pues estaba lloviendo bastante fuerte, creo que hasta granizo.  Durante la espera estuve conversando con una chica que trabaja en el área de producción y con uno de los asistentes a la reunión de mañana.  Diecinueve años de trabajar en el mismo lugar es algo que creo que no lograré experimentar.

Finalmente amainó la lluvia y retorné caminando a mi oficina.  Aún me mojé un poco pues empezó a llover cuando ya casi había llegado a la oficina.  Tengo bastante trabajo que hacer y afortunadamente he estado agarrando un poco de ritmo con algunas asignaciones.  El compañero del BMW me comentó que saldría un poco antes de las seis y lo convencí para que esperara hasta las seis en punto. 

Cuando faltaban como quince minutos para las seis nuestra jefa convocó a todo el grupo -Ant, el compañero del BMW, Psi y yo; ya que Tn anda en inducción y la compañerita retorna el jueves de vacaciones-.  Nuestra jefa nos pidió que corrigiéramos un par de detalles del informe grupal de resultados, afortunadamente mi sección estaba correcta.

Como generalmente sucede luego de las instrucciones nos quedamos conversando en grupo, el compañero del BMW sale usualmente con buenas puntadas, y fue una muy buena media hora o así de risa.  Un poco antes de las siete nos retiramos de la oficina pues el parque en donde el compañero del BMW deja su automovil lo cierran a las siete.  Estaba lloviznando.  Afortunadamente, a pesar de la lluvia, el tráfico no estaba muy pesado.

Vine a mi habitación como a las siete y media y salí a comprar pan tostado para cenar con té de manzanilla.  Ayer por la tarde encontré al compañero del piso inferior al que ví jugando ajedrez en su teléfono hace unas semanas.  Le propuse unas partidas y se mostró de acuerdo.  Hoy me llevé el tablero de uno de mis hijos y antes de salir de la oficina le envié un correo a este compañero proponiéndole jugar ajedrez mañana a la hora del almuerzo.  Everything is ok.


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