Al final cada logro es únicamente un hito en el camino. Por eso es más adecuado disfrutar -o algo así- del camino a celebrar la llegada.
Tengo trabajo.
El miércoles pasado ya no salí para nada de mi casa en el día. Estuvo lloviendo un poco al finalizar la tarde y el tráfico se ralentizó según lo que leí en las redes sociales. Rb pasó a traerme como a las ocho y media y fuimos al funeral del papá del jefe del grupo de visita. Llegaron como cinco o seis voluntarios más y estuvimos entre una hora y hora y media acompañando al joven, quien se estaba tomando muy bien la pérdida.
Decidí dormir en la casa de Rb esa noche y al día siguiente retornar a media mañana a mi casa. El jueves nos levantamos temprano y luego de sacar a los perros a caminar y desayunar me vine a mi casita. A mediodía me puse el traje que he estado usando para las entrevistas y me dirigí al call center. Tomé el Transurbano para un punto intermedio y luego el Transmetro, en donde encontré al encargado del grupo de visita de los sábados con el que visitaba el año pasado.
Llegué un poco temprano al edificio y pasé a un comercial a lavarme las manos. La entrevista iba a ser exclusivamente en inglés pues era con una persona en nuestro gran vecino del norte. La señora que me entrevistó hace un par de semanas me recibió y me acompañó a una oficina desde la cual llamó a la persona en cuestión y estuvimos conversando como quince minutos sobre cuestiones personales y profesionales.
Luego, en la misma sala que hace un par de semanas me entrevistaron otro par de personas -en español-, como otra media hora. Luego me dijeron que el proceso continuaba y me retiré de la oficina. Retorné a mi habitación y lavé un poco de ropa, incluyendo la camisa del traje pues el día anterior me habían llamado de una oficina de reclutamiento y luego de preguntar sobre mi experiencia en .net, html y sql me habían enviado a las oficinas de selección del segundo banco más grande del país.
La entrevista el día viernes era a las diez de la mañana. Me levanté como a las ocho pero me sentí bastante cansado, producto de la gripe que había estado incubando por varios días. Salí a lavar el resto de la ropa que había dejado en remojo y me dirigí al lugar de la entrevista a buen tiempo. Llegué justo a la hora que me habían citado.
En el lugar habían ya diez o doce personas y nos realizaron una evaluación psicométrica en la cual también se medía integridad y lealtad. De salir con resultados favorables en esta evaluación se pasaba a una entrevista. Terminé la evaluación y me enviaron a una sala a esperar a la entrevistadora -era casi mediodía-, cuando estaba esperando llamé a otra oficina de reclutamiento que había tratado de contactarme el día anterior por una posición de seguridad informática pero resultó que no calificaba.
Luego me llamaron del Call Center para indicarme que había concluído el proceso y había sido seleccionado, me indicaron el monto de la oferta, el cual es más o menos lo que ganaba en mi anterior trabajo. Acepté. La señora, quien fue la que me contactó la primera vez y me evaluó me indicó que antes de realizar la inducción debía completar cierta papelería y que me enviarían el listado a mi correo. Inicio el primer día del próximo mes. Decir que me sentí contento creo que es lo adecuado.
Le envié un mensaje a Rb comentándole las buenas nuevas y continué esperando turno para la entrevista -no quería dejar tirado el proceso del día-. Rb me llamó de vuelta y estuvimos conversando un rato, luego pasé a la entrevista, la posición era para servir de enlace entre desarrollo y usuarios. Muy interesante. El proceso quedó iniciado.
Después de salir de la entrevista retorné a mi casita, en el camino llamé a Rb para conversar un poco más sobre el trabajo. Pasé a un banco cerca del lugar de la entrevista a retirar dinero pues el día anterior debía haber pagado la renta pero no había sacado dinero. También recargué la tarjeta del transporte público.
Vine a mi casita a comer un poco de avena. Encontré al dueño de la casa mostrando una habitación que estaba vacía y aproveché para pagarle la renta. Almorcé y luego me dirigí a un banco en donde tenía hace mucho tiempo una cuenta de cheques y una tarjeta de crédito. La tarjeta de crédito me la cancelaron pues me atracé varias veces en el pago y la cuenta de cheques la cancelé pues no me gusta que me cobren por mantener dinero en un banco.
Abrí una cuenta de ahorros pues supuestamente allí me depositarán en el Call Center. Cuando regresé -me tardé casi toda la tarde- salí a comprar los ingredientes para el desayuno del sábado. Encontré a mi hija segunda y a mi hijo pequeño en el super mercado, andaban acompañando a su madre en las compras.
El sábado fui por mis peques a las 8:30. Había preparado una ensalada de tomate, aguacate, huevo y jamón y venimos a desayunar. Luego estuvimos escribiendo código en JavaScript para simular una gráfica de Pie, como las de Excel, armando Papercraft, leyendo y jugando en la otra computadora. Al mediodía preparamos unos sandwiches y, luego de lavar los trastos, nos fuimos a almorzar a la universidad.
Después del almuerzo buscamos un campo baldío para jugar pelota, pues le había dicho a mi hija segunda que trajera los guantes y la pelota de softball. Luego estuvimos como hora y media en la biblioteca. Para terminar el día retornamos a mi habitación y vimos veinte minutos de Harry Potter y el prisionero de Azkabán. A las siete menos diez los fuis a dejar a su casa.
Retorné a mi habitación y me dirigí a la casa de Rb. Rb logró que le repararan el smartphone anterior y se quedó con el que la hermana le obsequió. Rb me dió la semana pasada el suyo y, luego de rootearlo, lo cambié de operador pues yo utilizo el servicio más económico. Terminé de configurarlo el sábado por la noche. Ahora tengo Whatsapp y Duolingo.
El domingo visitamos el mismo asilo que la semana anterior. El encargado del grupo de visita nos dividió aleatoriamente en parejas y fue una visita un poco diferente pues usualmente me desenvuelvo solo. La voluntaria con la que realicé la visita es una de las que a veces llegaba a las reuniones los sabados por la noche en la casa del voluntario que vive en la misma colonia. Estuvimos una gran parte de la visita con una señora en silla de ruedas pero cambiamos luego a una indigente que hablaba inglés y por último estuve conversando con un par de ancianos.
Después de la visita ibamos a invitar al encargado del grupo a almorzar pero tuvo que retirarse a su casa. Con Rb nos dirigimos a un KFC y, luego de almorzar, retornamos a su casa. Por la tarde estuvimos viendo algunos videos en la computadora y cenamos algo de la pizza que Rb había preparado la noche anterior para celebrar el nuevo trabajo. Nos dormimos casi a medianoche.
Hoy nos levantamos temprano. Después de desayunar nos dirigimos a conocer el hotel de mascotas en donde Rb dejará a sus perros a finales del otro mes pues se irá por un par de semanas a Japón. El lugar queda fuera de la ciudad y nos llevamos a los tres perros en el auto. Las instalaciones se ven adecuadas -mucha bulla de animales- y luego de conversar un poco con la señora a cargo retornamos a casa.
Un poco antes de mediodía me retiré de la casa de Rb pues había quedado con el Maestro de Ajedrez de la oficina en donde trabajé hace un par de años en almorzar juntos y en que me daría una carta de recomendación para el nuevo trabajo. Estuvimos conversando, almorzando y jugando ajedrez casi hora y media y luego me dirigí a la oficina de una de las voluntarias del grupo del sábado por la noche para recoger la otra carta que me piden en el Call Center. Estuve con ella como media hora y luego retorné a mi casita.
Estoy preparando la documentación que debo llevar mañana y luego lavaré la camisa del traje. Mañana completo la documentación y el próximo lunes empiezo, creo, la inducción en el Call Center. A ver como va eso.
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