La semana pasada estuve saliendo de mi habitación casi todas las noches. Afortunadamente en el trabajo no ha habido muchas novedades, además de que las dos compañeras más antiguas se retiran para irse a trabajar a la compañía de celulares más antigua en el país. El miércoles pasado comimos pizza para despedir a la segunda de ellas, cuyo último día en la oficina fue hoy.
El lunes por la noche pasé a la casa de mis peques a dejarles el Kindle, creí que su madre les dejaría utilizarlo ya que están de vacaciones. Lastimósamente era una falsa esperanza. Ni modo. Ese día me llamaron por la mañana -la mamá de mis hijos siempre deja mi número en el instituto- para informarme que estaban considerando darle una bolsa de estudios a mi hija segunda por sus excelentes notas. Llamé a mi ex esposa para comentarle que tenía que llevar la tarjeta de calificaciones de mi hija al instituto.
El martes por la mañana mi hija segunda me envió un mensaje: "hola pa, puedes pasar a dejarme la boleta de notas? gracias". Mi hija me había dejado sus notas unas semanas antes pues quería sacarles una copia. Cuando retorné a mi habitación por la noche vine a revolver todas las gavetas de la ropa. Afortunadamente encontré la boleta debajo del gavetero. Pasé a la librería a sacarle un par de copias y le llevé la original y una copia a mi hija.
Mi hija mayor había ido a aplicar a un trabajo el año pasado para las vacaciones y este año también fue a una pizzería a pedir trabajo de mesera o algo así. Aún no cumple la edad mínima -16 años- para laborar por acá. El lunes por la noche una chica de mi grupo de voluntarios publicó en Fb que en su call center estaban contratando vacacionistas. En inglés.
Le comenté la edad de mi hija y me contó que habían contratado a otra chica que cumple dieciseis a mediados de noviembre -mi hija los cumple el 23-. El miércoles por la noche pasé por la casa de mis peques y le llevé la información a mi hija, indicándole que era una oportunidad pero que debía de tomarlo con calma. Le dejé dinero para que preparase su aplicación en caso acudiera. Ese día me había tocado almorzar solo pues me tocó que atender una reunión -virtual- justo a la hora en la que acostumbro bajar al comedor con mis compañeros.
La semana antepasada el círculo de lectura al que asistía hace unos años anunció que habría una reunión fuera de su programa por la visita del premio nacional de literatura de este año. Lo programaron para el jueves de 6 en un centro cultural del centro histórico. Salí un poco antes de las cinco y abordé el transmetro. Estaba lloviznando. Cuando llegué a la estación de la plaza central estaba lloviznando un poco más fuerte por lo que llegué con la camisa bastante mojada. El círculo de lectura fue más un acercamiento al autor. No me cayó bien. Me cayó mejor su familia. La familia de este señor se estableció en Estados Unidos cuando él tenía cuatro años y ha vuelto al país solo por temporadas. Escribe en inglés y es traducido al español. En fin.
El viernes, tal como había planeado salí a comer solo. Al parecer todos los compañeros tenían diferentes reuniones por lo que salí a caminar. Me dirigí al supermercado que queda como a cinco calles de mi trabajo y compré un par de bananos para almorzar, y un yogurt. También compré bananos para el desayuno del sábado. Me senté en una banca de una avenida bastante transitada a avanzar un poco en La Caída de los Gigantes. El libro está buenísimo. Salí un poco antes de las cuatro y media de la oficina y me dirigí a la casa de Rb quien preparó una muy buenas hamburguesas -con pan pita- y una de sus estupendas ensaladas.
El sábado tocaba internet con mis peques. Como no quiero que bajen el ritmo al aprendizaje de CSharp hicimos un microciclo por la mañana: papercraft, CSharp y Duolingo. Luego del ciclo salimos a comprar un aguacate y preparamos una ensalada para el almuerzo, luego nos dirigimos al café internet en donde pagué una hora y media en tres máquinas y dos medias horas en una cuarta que utilicé por períodos. La universidad estaba cerrada por ser día de asueto por lo que nos dirigimos al restaurante de comida china a comprar un arroz frito y luego retornamos a mi habitación a almorzar. Después del almuerzo hicimos un ciclo más extendido: Papercraft, Cubos, Duolingo y Lectura. Para terminar el sábado vimos como quince minutos de Cómo Entrenar a tu Dragón 2 y luego los fui a dejar a su casa. Por la noche Rb preparó sopa de fideos y tacos chinos.
El domingo habían avisado que no habría visita y Rb me había pedido que la acompañara con sus tres perros a la veterinaria pues les tocaba grooming a sus perras. Después de desayunar nos dirigimos a la veterinaria y luego estuvimos viendo unos videos en su computadora. Al mediodía salimos a comprar pollo asado para el almuerzo y luego fuimos por sus perras pues nos avisaron que ya estaban listas. Por la tarde Rb hizo siesta y yo vi un poco de Transformers 4. Mark Whalberg llegó ya a la edad en donde actúa del padre de la adolescente. No la terminé de ver. También me enteré de que había sido aceptado para participar en el taller de crónica al que había aplicado la semana anterior. A las siete le pedí a Rb que me trajera a mi habitación.
Hoy asistí a la primera reunión del taller de crónica. No me sentí muy tranquilo de salir diez minutos después de la hora -oficial de salida-. Tomé el Transmetro hasta una calle en donde podía abordar un bus urbano -no llevaba la dirección del lugar del taller, sólo unas indicaciones que copié de Google Maps-. Llegaron 9 personas -deberíamos ser 12-. Hubo un poco de teoría pero está bien animado. Al final leímos una de las crónicas -esa es la dinámica, se leerán un par por día- y luego le pedí aventón a otro de los participantes hasta una estación del transmetro. Subí a la terraza a bajar un poco de ropa que había dejado anoche en el lazo.
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