Antes de dormirme en el hotel -la verdad es que no me sentía nada seguro- conecté mi computadora para conectar en la misma mi celular -esperaba reponer la carga- y los dejé sobre la cama; además verifiqué que los primeros buses salían de la estación a las cinco y media y seis y media respectivamente; y puse la alarma para las cinco de la mañana con la esperanza de tomar el primero de ellos.
Dormí muy poco otra vez: el hotel se encuentra justo al inicio de la calle principal del puerto y el paso de vehículos y motocicletas no se detiene por la noche; a las cinco que sonó la alarma me levanté y llamé varias veces a la oficina del monopolio de transportes pero no recibí respuesta.
Estuve revisando la situación de los bloqueos en las rutas nacionales -una de las oficinas del ministerio de comunicaciones ha estado actualizando una hoja de google sheets con la información- y leyendo hasta las seis de la mañan; entonces empaqué mis cosas, devolví la llave de la habitación y me dirigí caminando a la casa de mi hermano.
Afortunadamente mi hermano ya se había levantado -o llegué a levantarlo, no recuerdo- y luego de sorprenderse de verme aún en la localidad accedió a llevarme en su motocicleta hasta el lugar del bloqueo en donde esperaba encontrar transporte hacia la estación que se encuentra a cincuenta kilómetros.
Temprano había llamado a esta segunda estación y me habían asegurado que el primer bus saldría a las seis y cuarenta y cinco de la madrugada por lo que tenía la esperanza de que más buses salieran más tarde; el plan era conseguir algún taxi al otro lado del bloqueo pero mi hermano me llevó al siguiente pueblo; a diez kilómetros -y veinte minutos- de distancia.
Cuando llegamos al lugar vimos varios buses dirigiéndose a otros lugares por lo que nomás esperamos unos minutos para abordar uno que me llevara al pueblo de la segunda estación; pero justo antes de que llegara el mismo llamé nuevamente a la estación y me informaron que habían suspendido los viajes debido a los bloqueos.
Entonces me resigné a quedarme -quien sabe cuandos días- en el lugar, por lo que le pedí a mi hermano que volvieramos a su casa; desde donde esperaba estar monitoreando constantemente la reanudación de los viajes hacia la ciudad.
Pero, justo antes de cruzar el bloqueo en sentido contrario, encontramos varios buses varados con dirección al puerto y un bus en dirección a la ciudad; mi hermano me sugirió que preguntara por la situación y el conductor me indicó que se dirigía a la ciudad pero que no podía abordarlo con el boleto que había adquirido el día anterior. Nomás compré otro.
En realidad le dije: Necesito llegar hoy mismo a la ciudad, vendeme un boleto; y le dí dos billetes de la más alta denominación local; el chofer lo dudó un momento y luego me pidió mi documento personal de identificación para verificar mi identidad.
Me despedí de mi hermano y abordé el bus; que aún se esperó un rato en el lugar pero finalmente inició el trayecto; en la estación que se encuentra en el lugar a donde mi hermano me había llevado antes se encuentra una pequeña oficina del mismo monopolio y en este lugar el conductor adquirió mi boleto y me devolvió el cambio.
Otra vez estuve todo el viaje en comunicación directa con Rb, compartiéndole mi ubicación por whatsapp e indicándole sobre la situación general en el camino; durante un tiempo temí que bloquearan dos puntos neurálgicos de la ruta: Los Amates y La Ruidosa; el primero está más cerca del puerto y del segundo me habían prevenido que de ser bloqueado debía retornar sin remedio al puerto.
Afortunadamente el bus llegó sin novedades al lugar de la mitad del camino en donde los pasajeros pueden refrescarse y adquirir comida; aunque por la cantidad de alimentos que había ingerido el día anterior nomás compré una botella de agua pura en el lugar.
Luego de esta pausa -en esta ocasión fue de más de media hora- el bus siguió su camino pero Rb me advirtió que la ruta se encontraba totalmente bloqueada cincuenta kilómetros antes de entrar a la ciudad; el hecho no me preocupó mucho pues consideré más accesible conseguir un transporte alternativo desde este punto para finalizar mi viaje de vuelta.
Y efectivamente cincuenta kilómetros antes de la ciudad había un bloqueo en las dos vías; pero, otro conductor abordó el bus y nos indicó que si caminábamos unos cientos de metros -a través del bloqueo- había otro bus esperándonos para completar el viaje.
El sol estaba bastante fuerte pero el bloqueo era completamente pacífico por lo que pudimos caminar sin ninguna dificultad hasta llegar al siguiente bus; cuando estaba por entrar a la ciudad llamé a mi hija -la desperté realmente- para ver si aún podíamos vernos -cuando cancelaron el viaje a medianoche le había escrito para informarle que no podríamos almorzar como lo habíamos acordado previamente-.
También le envié un mensaje a Rb comentándole que estaba entrando sin problemas a la ciudad pero que pasaría un rato a ver a mi hija; el bus llegó sin ningún contratiempo a la oficina de donde había salido el jueves por la tarde y desde allí me dirigí a la estación más cercana del Transmetro.
De acuerdo a lo que Rb me había estado informando -y que se estaba difundiendo en las redes sociales- el servicio de Transmetro estaba funcionando únicamente hasta la estación en donde lo abordé el jueves por la tarde; pero, al llegar a la estación que me dirigía la encontré cerrada; la siguiente estaba en la misma situación.
Afortunadamente la última estación del lugar sí estaba operando y desde allí abordé el bus hacia la estación central; desde allí solicité un uber-moto y unos minutos más tarde estaba abordando la motocicleta de un joven que respondió a mi solicitud.
El viaje en Uber-moto no tuvo ningún contratiempo -tres dólares- y un poco antes de los treinta minutos que le había indicado a mi hija que tardaría, estaba llamándole desde fuera de su casa; al parecer mi hija había tomado una ducha y nomás tuve que esperar un momento a que se vistiera.
Le propuse a mi hija que almorzáramos -era un poco más tarde de las tres- en el Patsy que está cerca de su casa pues nomás debíamos de caminar tres o cuatro calles y en el lugar ella ordenó una de esas ensaladas fancys y una gaseosa; yo seguía con el ayuno por lo que solo tomé un cappuccino y un pastel de piña colada.
Estuvimos en el lugar un par de horas entre conversación y resolución del cubo de rubik de 4x4x4 -básicamente estuve explicándole cómo armar los centros y los pares de piezas medias- y un poco después de las seis nos despedimos y tomé el mismo bus que había tomado el jueves por la tarde pues habíamos acordado con Rb que llegaría por mí al punto en donde los otros buses esperan más pasaje.
El viaje es corto y a pesar de que estaba lloviznando llegué al lugar donde debía esperar a Rb sin contratiempos; ella llegó unos minutos más tarde y finalmente conduje a mi casita en donde luego de tomar una largamente esperada ducha; retorné a la rutina regular: acompañando a Rb mientras ella ve series.
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El jueves aún no había una decisión firme sobre el viaje pues ese día Rb había obtenido un turno para que le dieran el resultado del ecocardiograma al cual se había sometido el lunes; yo la verdad no esperaba ninguna gran novedad y en efecto: el cardiólogo encontró todos los indicadores en un nivel normal.
Por la mañana participé en la reunión general del equipo al cual nos movieron hace varias semanas y debo decir que aún estamos bastante crudos en el inicio de nuestras funciones dentro del mismo; hay muchas propuestas: del equipo original, de nuestros líderes, de nosotros los analistas, pero aún no hay nada específico; por la tarde inicié la aventura que terminó el sábado por la noche.
El plan original era retornar a la ciudad la madrugada del sábado, dormir un rato por la mañana, almorzar con mi hija, reunirme con el voluntario al que le estoy enseñando a armar el cubo 3x3x3 y el domingo reunirme por la tarde con el voluntario a quien estoy visitando cada mes.
Cuando le escribí a mi hijo a medianoche para cancelar nuestro almuerzo -afortunadamente aún pudimos reunirnos unas horas- también le escribí al primer voluntario quien me respondió por la mañana indicando que le parecía correcto que canceláramos debido a la situación general.
El domingo llevé a Rb a su iglesia por la mañana y luego retorné a casa a hacer un poco de Duolingo y a escribir la primera entrada de la serie de Un viaje de ida y vuelta; también recibí un mensaje del voluntario con quien debía verme más tarde para cancelar la reunión pues cerca de su casa se encontraban varios bloqueos.
Por la tarde estuve tratando de leer un poco pero nomás me dormí un par de horas pues Rb recibió su clase de teología online y no tuvimos que salir para nada; temí que mi ciclo de sueño se hubiera alterado por ese par de horas pero al parecer aún estaba reponiendome por las dos noches que dormí nomás tres o cuatro horas.
El día de ayer no tuve ninguna reunión en el trabajo y nomás me pasé el día revisando la información que nos facilitaron en el pasado -y esperando que la persona del voluntariado me enviara el link para ingresar mi información en su base de datos-; al final no recibí ninguna notificación del voluntariado y luego del trabajo acompañé a Rb al supermercado más alejado a donde vamos a pie y aproveché para comprar antiparasitarios pues la higiene del lugar donde desayuné el viernes me dejó intranquilo.
A pesar de haberme llevado la tablet en el viaje de la semana pasada no adelanté casi nada en mis lecturas; lo único que pude completar fueron unos artículos que habían estado detenidos en el escritorio de mi computadora durante muchos meses.
Pero el estado general de mis lecturas es el siguiente: Arregla tu desmadre continúa en pausa desde hace unas semanas; Cómo hacer que te pasen cosas buenas no lo continué después del cuarto capítulo; en la línea de libros que veo entre líneas de lectura terminé de leer The Huntress y leí en un par de días Vamos a morir todos.
Después estuve sopesando qué libro leer entre cada línea de lectura y me decidí por Why People Believe in Weird Things; que es un libro escrito por el fundador de una sociedad de escépticos de Estados Unidos y en el cual revisa muchos mitos contemporáneos -y teorías de conspiración-.
En Ficción sigo con Black Cake, que es una novela que mezcla familias interraciales, comunidad LGBT, dinámicas intrafamiliares y que en general tiene un ritmo adecuado a la historia de dos familias creciendo en tres regiones diferentes de la Tierra.
En la línea de No Ficción empecé a leer -luego de The Song of the Cell- Conceptual Blockbusting pero al llegar al segundo o tercer capítulo y ver la sugerencia de leerlo con otra persona se me ocurrió que podía compartirlo con mi hija mayor; se lo propuse el sábado y espero que podamos avanzar en el mismo -mayormente en sus acertijos-.
Entonces en esta línea me cambié a How the World Really Works que está descrito en su portada como una guía científica hacia nuestro pasado, presente y futuro; he leído nomás la introducción y me atrajo la presentación de los hechos por parte del autor.
En la línea de Tecnología estuve sopesando hacia donde pasarme luego de dejar a medias Code Complete y me decidí por Head First Design Patterns; Head First es una serie de libros que estuvieron publicando hace un par de décadas para mejorar la comprensión de conceptos de tecnología.
Este libro se ve bastante 'interactivo' y me parece que fue pensado para hacer los temas de tecnología un poco más digeribles al público interesado en el tema -especialmente los jóvenes- pero aún estoy por iniciar el primer capítulo.
Y finalmente, en la línea de meditación (antes Análisis Transaccional) sigo avanzando con Zen Training; además, aunque no medité desde el jueves hasta el domingo, debido a todo lo sucedido esos días; ayer retomé mi práctica de meditación, que espero que dure toda la vida...
Y a ver cómo va eso...
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