Estoy -despues de varios años- en un período de no lectura; me ha ocurrido varias -muchas?- veces en la vida: de pronto no leo; lo que me preocupa; en algunas ocasiones han sido las circunstancias: contexto familiar, laboral o social.
En otras ocasiones se ha tratado de decepción lectora -no sé si se ha acuñado la expresión, pero sospecho que sí-: a veces no le hallo sentido a la lectura; o sea, enterarme de la opinión de otra persona sobre un tema; o de la exposición -en prosa o verso- de una experiencia.
En esta ocasión -creo que- se trata de una combinación de lo primero con lo segundo: llevo diez días de hacerme cargo de la mayor parte de las tareas domésticas -y de los perros de Rb-; lo peor es la interrupción del sueño.
O sea, Rb tiene la creencia que su perra más anciana debe ser alimentada cada seis horas -por aquello de una pancreatitis -crónica-; entonces, desde hace cuatro o cinco años se levanta a las tres de la madrugada a darle un par de onzas de pollo cocido.
A mí me ha parecido un soberano sinsentido -pero también es cristiana, y la he aceptado como es-; y, como no me afectaba, me decía: es su vida, son sus decisiones; pero ahora sí me afecta: como no puede inclinarse, llevo diez días de estar interrumpiendo mi descanso nocturno para darle de comer a la perra a las tres de la mañana.
Lo que espero que no se alargue por más de otras dos o tres semanas -realmente no creo que pueda aguantar más de ese tiempo-; he bajado el número de día para hacer la limpieza de dos a uno; y he ido, con el transcurso de los días, transfiriendo algunas actividades a Rb -como servir la comida de sus perros-.
Eso por el lado físico; por el lado anímico lo que me ha estado bloqueando es la lectura de libros 'serios'; o sea, el libro de Francés está un poco complicado -l'anomalie- y el libro en portugués es algo técnico -Agilidade Emocional-; pero, el libro de la línea de tecnología se me está haciendo cuesta arriba: DevOps.
Y es que es una combinación de resistencia a la lectura por la parte aridez del tema - es como la base teórica y formal de DevOps- y, por otra parte, me pone en frente la pregunta de qué haré en el tiempo que me queda de vida laboral.
O sea, llevo mas de doce años de dedicarme a mi función actual -más o menos- y no me llama la atención 'explorar' nuevas áreas profesionales: no quiero regresar a la parte industrial de mi carrera -especialmente administrar gente-.
Ni quiero pasarme a desarrollar, o retornar a implementar ERPs -o alguna tecnología similar-; o a impartir trainings, o a dirigir un laboratorio de calidad, o a implementar sistemas de gestión de calidad.
Y sobre lo segundo: he dejado de estudiar idiomas en Duolingo; o sea, pasé más de tres años tomando lecciones de Francés -avancé mucho en lectura y escucha; no mucho en escritura y menos en pronunciación- y varios meses en portugués.
Sigo -con dificultades- leyendo libros en francés y en portugués -en el primero he leído más de una docena, en el segundo dos o tres-; pero he dejado de completar lecciones de ambos idiomas en Duolingo.
La app cambió la forma en la que distribuye la publicidad en la versión sin costo: ahora hay que ver anuncios cada dos o tres lecciones; por lo que, durante las últimas semanas, me he dedicado más a jugar partidas de ajedrez.
Se supone que debería estar mejorando mi nivel de ELO -me había puesto como meta de fin de año llegar al nivel de mil quinientos- y, aunque en algunas ocasiones he llegado hasta los mil cuatrocientos puntos, mi promedio se ha mantenido alrededor de los mil trescientos cincuenta.
Y a ver cómo sigue eso...
El trabajo estuvo bastante suave -o al menos eso parecía- durante el martes; o sea, pude estar en la llamada de una hora con esa app como intérprete voluntario -también saqué la basura e hice alguna otra pequeña actividad en el ínterin-.
Un poco antes de mediodía recibí un mensaje de la persona que me contactó la semana anterior para que la ayudara como voluntario; me dió acceso a la plataforma de la actividad y pude enterarme un poco más de los detalles.
Y, al final, resulta que la actividad no me es completamente desconocida: en el segundo año de mi hija mediana (becada) en uno de los colegios más caros del país asistí -también llevé a mis otros dos hijos- a la edición que hicieron en el lugar de esta actividad.
Es una iniciativa global: en muchos países se organizan grupos de jóvenes para presentar temas científicos, técnicos, artísticos, entre otros; la duración de la presentación es de ocho minutos y, al parecer, debo darle apoyo al grupo de esta universidad -de papel- que presentará el tema científico este año.
Al mediodía consumimos la segunda porción de la comida que preparamos el domingo; también extraje un poco del jugo de los plátanos cocidos que Rb ha estado consumiendo durante la mañana y la noche.
En el almuerzo le agradecí a Rb por la preparación de las comidas de sus perros; y además le comenté que planeo salir el sábado y domingo: el primer día espero ir a ver a mi hija mayor, por lo que le pregunté si habría inconveniente en alimentar media hora antes a sus perros; no puso objeciones.
El domingo será -espero- un poco más fácil: le propuse a mi amigo Testigo de Jehová que nos tomemos un café en la pizzería del comercial en donde tomamos los buses intermunicipales.
Como llegar al lugar -a pie- no me toma más de quince minutos, no creo que la ausencia sea más de un par de horas; y, de acuerdo al horario, entre dos y cuarenta y cinco y siete de la noche no hay ninguna actividad con los perros.
Al final de la tarde, después del horario laboral, me dirigí a la tienda verde de descuentos, quería comprar un aireador para la llave de agua del lavatrastos (está muy alta y estoy dejando un reguero de agua cada vez que lavo platos).
El aireador me costó dos dólares y medio -también compré un botecito de salsa de soya-; luego me pasé a la ferretería en la que usualmente nos proveemos de implementos para la casa: queria comprar un adaptador para instalar el aireador en la llave del lavatrastos.
Pero no encontré; o sea, encontré dos adaptadores de pvc hembra; pero temí que no fueran a funcionar; estuve un gran rato en el lugar y luego empecé mi retorno a casa; por la noche estuve viendo algunos videos en Youtube del canal Herejes.
El miércoles fue un día bastante tranquilo; se suponía que iban a liberar una nueva versión de la aplicación que probamos; pero eso lo hicieron hasta casi el mediodía; a media mañana tuve la reunión bisemanal con mi supervisora local.
Aproveché la misma para comentarle que no iba a poder participar en el convivio de fin de año del equipo: la celebración la realizarán en la ciudad colonial; se supone que las actividades laborales finalizarán a las nueve de la mañana; pero la actividad -al parecer- abarcará toda la tarde.
Estuvimos conversando un poco sobre la situación en la que me encuentro actualmente (haciéndome cargo de la mayor parte de las actividades domésticas, debido a la convalecencia de Rb); ella también acaba de mudarse de departamento pues a principios del próximo año le dará la bienvenida a su segundo bebé.
Por la tarde fui a la ferretería a comprar un par de adaptadores hembras de PVC y utilice un trozo de tubo del mismo material para instalar el aireador en el lavatrastos; pero no funcionó: un extremo se enroscó bien en la llave del agua, pero en el otro extremo el aireador no quedó bien: el diámetro de la rosca es más pequeño que la rosca del PVC.
Por la noche estuve viendo el final de la última película de Predator: Badlands; la verdad me pareció aceptable, aunque he leído muchas opiniones encontradas en la web; también continué viendo algunos videos de Herejes.
El jueves fue el segundo día de vacaciones forzadas del mes; Rb me había preguntado (!) si iba a salir, pero le confirmé que prefería quedarme todo el día en casa; para ayudarla con la recuperación.
Y al final, muy tarde, me dí cuenta que no era un buen día para pedir vacaciones: justo ese día, por ser el Día de Acción de Gracias, las actividades en el trabajo bajan casi a cero, pues todos los compañeros en el Imperio del Norte están de asueto.
A media mañana me dirigí -nuevamente- a la ferretería a la que había acudido un par de días antes; ese día había encontrado un adaptador de pvc en donde la manguera del aireador quedaba bastante ajustada -aunque no completamente-; compré uno de esos.
Almorzamos lo mismo que toda la semana: arroz con hígados y mollejas de pollo, zanahoria y chile pimiento; intenté una nueva instalación con los dos adaptadores de pvc de la ferretería pero no volvió a funcionar nuevamente: en esta ocasión sellé el aireador con silicón; pero la rosca de PVC no entró en la llave del agua; lo desinstalé por completo.
A media tarde me dirigí a los supermercados en dirección sur; pero nomás al más cercano; en donde compré un poco de lechuga, para el almuerzo del sábado; también compré bananos y una nueva bolsa de marshmellows.
En la panadería de la vuelta compré el pan para los desayunos del viernes, sábado y domingo; por la noche ví el primer capítulo de la quinta temporada de Stranger Things (la habían estrenado el día anterior, pero creo que esa noche ví un capítulo de Is It Cake? con Rb).
El viernes (Black Friday) también estuvo bastante tranquilo el trabajo: a la reunión diaria apenas acudimos cuatro o cinco personas -menos de la mitad de la asistencia regular-; no asistió mi supervisor.
Traté de avanzar un poco en las tareas pendientes; de hecho reporté un par de cuestiones que encontré en la revisión de un par de funcionalidades, que he estado probando desde hace algunas semanas.
Pero, en general, el día transcurrió casi de la misma forma que el resto de la semana: dándole de comer a los perros, sacándolos al patio -y a su caminata diaria- y aplicándole gotas oftalmológicas a la perra mas anciana.
Un poco antes de las cinco me dirigí a los supermercados en dirección sur; en el más cercano compré tres libras de fajitas de pollo -para los almuerzos de la siguiente semana-; de vuelta pasé a la tienda, por el pedido que Rb había realizado en el lugar.
Por la noche vimos el capítulo final -de tres, nomás- de It is Cake? version Holiday; luego estuve viendo una parte de una película de acción con la protagonista de la serie de películas de Underworld.
El sábado, después de darle el pollo -a las tres de la madrugada- a la perra más anciana, quité todas las alarmas de temprano, dejando como primera la de las ocho y cuarto; a esa hora me levanté a echarle agua a la comida de la perra más pesada, luego medité durante veintidós minutos.
Después de meditar le dí la comida a los perros; luego le apliqué unas gotas a la perra más anciana; y me preparé el desayuno de los sábados; y compartimos con Rb el desayuno, en la mesa del comedor.
La noche anterior Rb me había pedido que acudiera a la farmacia, a comprar un par de cajas de una medicina antiflatulenta -y un bote de salicicato de bismuto, para el perro-; pero, como tenía que comprar carnitas para el almuerzo con mi hija mayor, había decidido salir hasta las once de la mañana.
Y es que a las diez y a las once hay que aplicarle una gota de diferente tipo a la perra más anciana; a las once me dirigí a la farmacia en dirección norte; el tránsito se veía bastante pesado -aunque yo me movilicé a pie-.
Compré en la farmacia las dos medicinas que Rb me había solicitado y luego pasé a la chicharronera cercana a la casa, a comprar la comida (Keto) con la que he obsequiado a mi hija mayor los últimos meses.
Al mediodía calentamos la última porción de la mezcla de arroz, hígados y mollejas de pollo, zanahoria y chile pimiento; la verdad es que el sabor ya se sentía un poco diferente; pero, me imagino que es lo que sucede a la mayor parte de alimentos conservados en refrigeración.
Después del almuerzo preparé un par de ensaladas, las cuales empaque, junto con un par de coquitas, las carnitas, y platos y cubiertos, en la mochila con aislante hermético; luego tomé una ducha y, a las dos y cuarto, abordé el auto para dirigirme a la casa de mis hijos.
Cuando salí el boulevard se veía bastante despejado; pero, unas pocas calles más adelante, el embotellamiento vehicular se notaba terrible; por lo que me pasé sobre el bordillo del boulevard y tomé el sentido contrario para entrar a la ciudad por el otro acceso.
El tránsito en la otra dirección tampoco estuvo tan fácil; o sea, el flujo no estaba detenido en ningún tramo, pero en varios sectores había autos estacionados a la vera del camino, reduciendo los dos carriles de circulación a solo uno.
De hecho continué conduciendo por el carril que estaba parcialmente ocupado, y pasé golpeando el retrovisor de un auto más o menos del mismo tamaño; y raspando la puerta de un pickup bastante más alto que el auto de Rb.
Afortunadamente ninguno de los dos autos me interrumpieron -creo que solo el primero estaba ocupado, cuando ocurrió el incidente- por lo que continué conduciendo hasta entrar a la vía de entrada a la ciudad.
La cuesta de entrada estaba bastante concurrida; pero, aquí hay cuatro carriles -en el otro únicamente dos-; de todos modos me tocó que llamar a mi hija mayor, pues apenas estaba entrando al a ciudad cuando ví en el celular que quedaban cinco minutos para las tres.
Al final llegué a la casa de mi hija como a las tres y veinte; me estacioné en el lugar reservado y subí al séptimo nivel; entré al departamento y me anuncié; pero al no recibir respuesta inicié una llamada en whatsapp; sin embargo, mi hija salió -casi en el acto- de su habitación.
Nos dirigimos al parque temático aunque ya era bastante tarde; tenia la impresión que cerraban el acceso a las cuatro de la tarde -y que desocupaban el lugar a las cinco- pero llegamos un poco antes de las cuatro menos diez.
Preguntamos en la entrada -hay dos puntos de control- y nos comentó la guardia que usualmente cierran el acceso a las cuatro y el parque a las cinco; pero que ya estaban en jornada de fin de año; lo que significa que cierran el acceso a las ocho y el parque a las nueve.
Nos dirigimos al area social techada, pero esta estaba reservada; por lo que buscamos un lugar alternativo; afortunadamente encontramos libre la banca bajo dos -o tres- árboles en la que hemos almorzado varias veces.
Procedimos a almorzar -yo ya había almorzado en la casa de Rb, pero no me pareció adecuado nomás acompañar a mi hija-; mi hija también habia llevado un hermético con varios brownies de chocolate -de bajas calorías-.
Estuvimos un buen rato en el lugar, después nos dirigimos a la rueda de Chicago; al principio creí que no estaba funcionando -habíamos tratado de ver desde donde estábamos almorzando y no se veía en movimiento-, pero sí, estaba funcionando y nos subimos.
Luego -ya eran más de las cinco- empezamos el camino de regreso a casa; retornamos cuando ya estaba oscureciendo, pero no tuvimos ningún inconveniente volviendo al departamento; en donde estuvimos -en el espacio ahora designado como sala- hasta las seis y veinte.
A esa hora me despedí de mi hija -ella bajó a acompañarme al parqueo- e inicié el viaje de vuelta a casa; el tránsito estaba mucho más despejado por lo que, un poco antes de las siete, estaba parqueando el auto frente a la casa de Rb.
Vine a cenar -aunque la comida del día habia sido copiosa: dos desayunos y dos almuerzos- y después estuvimos viendo con Rb un capítulo de una competencia de preparación de pasteles -aunque nomás vimos la mitad pues el episodio tarda casi hora y media-.
Y a ver cómo sigue eso.