domingo, 29 de septiembre de 2024

El carro otra vez... The car, again... La voiture, encore...

El domingo pasado me levanté a meditar a las seis y media y luego retorné a la cama a hacer Duolingo y a dormir un poco más; a las nueve salí del dormitorio y, después de que Rb desayunara, fuimos en automóvil a un supermercado pues últimamente sospecha del ajo que estamos consumiendo y quería probar otra marca.

Aproveché para comprar seis paquetes individuales para preparar café Nescafé; al mediodía almorzamos la tradicionales alitas de pollo y luego sacamos a caminar a los perros; a las tres me dirigí a la casa de mi amigo que vive en la colonia donde habité la década pasada; y, como este jueves tengo reunión de trabajo, aproveché para cortarme el cabello en la peluquería que está justo frente a este lugar.

A las tres y media crucé la calle y compartí el siguiente par de horas con mi amigo, una taza de café y el zepelín que había adquirido un par de días antes; estuvimos poniéndonos al día de la vida de cada uno y aprendiendo el primer paso para armar el cubo de Rubik de 3x3x3 -mi amigo se había aprendido los colores de los centros-; a las cinco y media me despedí y retorné a casita; por la noche estuve haciendo Duolingo -volví a quedar en segundo lugar en la liga semanal- y leyendo un poco de L’eppaiseur d’un cheveau.

El lunes estuvo bastante tranquilo: desde el sábado había empezado con el formateo del segundo libro de exámenes para el certificado del Council Ethical Hacker; la verdad estuvo bastante complicado; Rb salió temprano pues tenía cita en la clínica holística en donde le están aplicando masaje, acupuntura y quiropráctica: serán dos sesiones por semana por las siguientes cinco.

Empecé con Python y luego me pasé a VBA en Excel -mi opción favorita desde hace más de dos décadas- y no fue sino hasta el comienzo de la noche de lunes que pude por fin pasar las doscientas preguntas al archivo de json; y aún así, he encontrado bastantes errores en las preguntas: en las primeras tres o cuatro autoevaluaciones que he hecho me ha tocado retornar al archivo y corregir las opciones de varias preguntas.

Por la tarde mi hija mayor me contactó para que le prestara dinero (ciento treinta dólares) para comprar implementos para el final de su curso de técnico de emergencias médicas; el sábado me había mencionado algo y yo estuve de acuerdo en financiar su último esfuerzo; por la noche entré a Duolingo y luego terminé el ciclo del libro de francés; para continuar luego con Bang Bang Bodhisattva; 

El martes me levanté a las seis y media y, después de meditar, compilé la información de las evaluaciones del curso que estoy promoviendo de Ciberseguridad; a las siete le envié la información al programador que me está apoyando; luego entré a la reunión diaria; la cual estuvo bastante tranquila; después de la reunión tuvimos una conversación por texto con el dev y la pm sobre la forma de administrar las calificaciones del evento; al final todo quedó acordado.

Durante el resto de la mañana estuve avanzando en Bang Bang Bodhisattva; hasta la hora del almuerzo: el caldo de pollo que preparamos el domingo; nos tocó esperar un poco para sacar a los perros pues la lluvia ha estado constante a esta hora durante la semana.

Después del horario laboral fuimos a los supermercados en dirección Norte; compramos bananos y en la sección de embutidos adquirí un paquete de chorizos y uno de longanizas para el asado que planeamos preparar el próximo domingo.

El miércoles todo estuvo tranquilo; después del horario laboral realizamos la rutina de ejercicios de los miércoles; después salimos a la tienda de verduras en donde adquirimos un par de papayas y cuatro manzanas verdes.

El jueves me levanté tarde; después de meditar y entrar a la reunión volví a la cama; Rb salió un poco después de las nueve hacia su visita semanal al mercado del centro histórico; yo estuve trabajando hasta las once menos cuarto; a esa hora me bañé y luego tomé el auto para dirigirme al almuerzo trimestral de nuestro equipo de trabajo; el lugar era un lugar elegante de una de las zonas más exclusivas de la ciudad.

Llegué al lugar con cinco minutos de anticipación (mediodía) pero, por no ver indicación de parqueo en el edificio al que me dirigía, me metí al parqueo del edificio vecino (donde tienen su sede varios organismos internacionales); me costó parquearme y al salir del parqueo y caminar un poco hacia el lugar del almuerzo me percaté del anuncio mostrando una gran P dentro de un círculo; retorné a sacar el auto (tuve que pagar un dolar y medio) y me cambié al parqueo del edificio al que iba.

La operación me tomó bastante y llegué al lugar con quince minutos de retraso; de hecho mi supervisora estaba ya presentando los resultados trimestrales -pero luego de mí llegaron dos o tres colaboradores más-; compartí el almuerzo con los dos colaboradores del área administrativa y uno de mis compañeros del departamento.

Me percaté de que, además del proyecto que estamos llevando a cabo, hay otro par de proyectos que propusieron -y recibieron aprobación- por parte del mismo dev que nos está ayudando con ciberseguridad y otro la persona de infraestructura en el equipo; el almuerzo -carpaccio, risotto y un postre muy bueno de leche condensada y menta- estuvo mejor que el anterior -en el lugar de comida hindú- y, por compartir la mesa con una persona vegana y una alérgica al gluten, me tocó doble postre.

Luego del almuerzo estuvimos compartiendo un poco con el resto del equipo y luego cada uno empezó a retirarse; a las tres -la hora límite- quedaban tres o cuatro compañeros aún; y luego me quedé con la diseñadora del equipo; yo debía esperar pues había quedado de pasar por mi primo a su lugar de trabajo -ahora está en un call center en un edificio bastante cercano a donde iba a trabajar hace cinco o seis años-.

Acompañé a mi compañera a comprar un smoothie y luego aún esperé un rato antes de sacar el auto del parqueo -cuatro dólares y medio-; luego conduje al edificio -le escribí a mi primo para que me esperar en el lugar- pero no ví a mi primo; dí una vuelta a la calle -y le escribí para que saliera a la acera-.

Mi primo se subió al auto y le entregué tres pequeños trozos de papel en los que había escrito las opciones que se me ocurrían para compartir un rato: pasar a un lugar a tomar algo y luego llevarlo a su casa, llevarlo a su casa y preparar café (yo llevaba un par de sobres de café) o traerlo a la casa de Rb, refaccionar y llevarlo por la noche a su casa.

Se decidió por la tercera opción y le escribí a Rb para comentarle que venía hacia casa con mi primo -el año pasado pernoctó un día por acá-; no nos costó mucho entrar -aunque un par de tramos en el camino sí estaban bastante llenos- y un poco más tarde estaba parquándome frente a la casa.

Los dos perros grandes de Rb se emocionaron co la visita y -a pesar de que no era la primera vez- estuvieron agasajando a mi primo; dejamos las mochilas y salimos a comprar pan; con el que preparé una pequeña refacción: pan francés con frijoles y café con pan dulce.

Estuvimos en el comedor hasta un poco antes de las siete; a esa hora le pedí a Rb que me acompañara a dejar a mi primo a su casa; el tráfico estuvo un poco pesado en el lugar de costumbre y un poco más al llegar a la colonia en la que vive mi primo (a una cuadra de la universidad nacional).

Lo dejé fuera de la garita y dí la vuelta; afortunadamente había un carril reversible por lo que nos ahorramos una buena parte del tráfico de retorno; no tuvimos muchas dificultades y un poco más tarde estábamos de vuelta.

El viernes me levanté a la hora acostumbrada -seis y media-, medité y entré a la reunión diaria; luego salí de la habitación a prepararme el desayuno de los fines de semana; después retorné a la cama; se suponía qu enos íbamos a reunir a las nueve y media para continuar ocn el trabajo de ciberseguridad.

Un poco antes de la hora el dev nos escribió para proponer que la reunión se realizara por la tarde; consulté con la SM y pasamos la reunión para las tres; se supone que los viernes almorzamos pescado pero, como ayer me tocó almorzar afuera, nos terminamos el caldo que estuvimos comiendo toda la semana.

A las tres nos reunimos para planear el trabajo de las siguientes semanas; la reunión tardó casi una hora pues nos entretuvimos en algunos otros temas más personales -lecturas personales y así-; a las cuatro hicimos, con Rb, la rutina de ejercicios de los viernes y luego salimos a comprar verduras y papayas.

El sábado me levanté a las seis y media a meditar; estaba lloviendo; salí de la habitación a preparar -y tomar- el desayuno de los fines de semana y luego retorné a la cama; seguía lloviendo y temí que todo el día se mantuviera el mismo clima.

Hice mis lecciones de Duolingo y había planeado leer un poco pero, debido al clima imperante, me quedé dormido y me desperté hasta que Rb me envió un mensaje -y me llamó por Whatsapp- para recordarme que ibamos a salir a las nueve y media.

Me levanté, me vestí y salimos hacia los mercados en dirección sur; compramos pollo y algunos ingredientes para los almuerzos de la próxima semana -yo compré otros paquetes de café instantáneo, un frasco de café instantáneo y media docena de coquitas-.

Cuando retornamos -casi a las once- me puse a hacer la rutina de ejercicios en la bicicleta estática; luego sacamos a caminar a los perros y luego me bañé; después preparé las ensaladas que había planeado; saqué del refrigerador las coca colas que había puesto a enfriar y un par de paquetes de gel congelado.

Cargué las cocacolas, las ensaladas y el gel congelado en la mochila-hielera de Rb -y los snacks y un par platos en mi mochila- metí ambas mochilas en el auto y me despedí de Rb; el tránsito estuvo terrible; no solo empezaba a pocas cuadras de mi casa sino que, en el lugar de costumbre, se detuvo por completo durante más de diez minutos; incluso llamé a mi hijo para avisarle que llegaría tarde; quizá a la una y media.

El embotellamiento por fin se liberó un poco -no había ninguna razón verdadera para que hayamos estado detenidos durante tanto tiempo- y traté de no alterarme mucho: total, ya le había avisado a mi hijo; al final llegué con diez minutos de retraso, me parqueé y subí al apartamento.

Entré y no ví a nadie -nomás varios trastes sucios en el lavaplatos-; me puse a lavar los trastes y llamé a mi hijo para avisarle que ya había llegado; continué lavando, puse a secar los trastes y luego me senté frente al balcón a meditar -viendo el tráfico-.

Mi hijo salió un poco más tarde y conversamos un momento; luego le propuse que nos dirigiéramos al parque temático más grande de la ciudad; en la salida nos ocurrió algo bizarro: la perilla de la puerta le quedó en las manos a mi hijo; la reparamos pero le indiqué que debíamos planear el cambio pues no se ve muy segura.

Caminamos las ocho cuadras hasta el parque -una extra para llegar a una gasolinera en cuya tienda vende hot dogs- y en el mismo nos dirigimos directamente al área de mesas; afortunadamente en esta ocasión no estaba reservado el lugar por lo que pudimos ocupar una mesa para tomar nuestro almuerzo: partimos los hot dogs para consumir una mitad diferente de cada uno; y compartimos las ensaladas (lechuga, zanahoria, manzana verde y aguacate -con aderezo césar o ranch-), los snacks y las coca colas.

Después del almuerzo le propuse a mi hijo que nos subiéramos a la rueda de Chicago gigante; no le gustó mucho la idea pero aceptó; después de bajar del juego mecánico empezamos a caminar de vuelta al apartamento; pasamos a la panadería de costumbre pero, en lugar del zepelín de costumbre- compré un par de porciones de pastel -y una docena de pan tostado, pues había planeado pasar a visitar a mi tía favorita-.

Retornamos al apartamento y le escribí mos a mi hija mayor para ver si ya se encontraba en el lugar -para convidar a pastel y café-, pero ella aún se encontraba en el lugar en el que estaba presentando el exámen final de su curso de técnico médico -afortunadamente pasó todas las pruebas-; partí mi porción de pastel y reservé la mitad para mi hija mayor y luego compartimos un café -y pastel- con mi hijo menor; continuamos con la coversación hasta las cinco y media -le había escrito a mi tío para consultarle si podía pasar por su casa-.

A las cinco y media me despedí de mi hijo menor y bajé al parqueo; a las seis menos cuarto estaba parquándome en la calle donde vive mi tía; toqué el timbre de la casa y mi tío bajó a abrirme el portón; en el comedor encontré también a mi tía y mi segunda prima favorita.

En la planta baja estaban celebrando el cumpleaños de las gemelas de mi primo por lo que cuando llegué -mis tíos viven en el segundo nivel- me convidaron a pastel de fresas con crema -y café-; les entregué el pan tostado y estuve un poco más de una hora conversando con mi tía y mi prima -mi prima se despidió un poco más tarde-.

Un poco antes de las siete le indiqué a mi tía que tenía que retirarme y me despedí; el tráfico estuvo bastante ligero por lo que no tardé mucho en el retorno a casa; lavé y puse a secar los trastos que había usado en el almuerzo cn mi hijo y me puse a corregir el primero (de los diez) archivos json que he preparado para la continua revisión de mis conocimientos de PSPOI, COMPTIA y CEH.

Hoy me levanté a las seis y media, medité y salí a prepararse el desayuno de los fines de semana; después volví a la cama a hacer DUolingo y leer un rato; también me quedé un rato dormitando, puse el reloj para salir de la habitación un poco antes de las nueve, ya que habíamos quedado con Rb de ir al supermercado donde compramos abarrotes a granel.

Por ser domingo no había mucho tránsito y llegamos bastante temprano al supermercado; llevábamos una lista para proveernos -y yo llevaba una lista para comprarle algunos productos de limpieza a mis hijos-; todo estuvo bastante bien, incluso compré el tradicional pastel de tres leches; lo malo fue cuando retornamos al auto: cargamos las compras en el asiento trasero y nos dispusimos a retornar; pero el auto se negó a encender; justo como me pasó hace varias semanas muy temprano.

Probamos varias opciones -como lo que nos había recomendado el mecánico-; luego lo llamamos y aún así no arrancó; Rb llamó a una grúa y nos dispusimos a esperar: se tardaron casi una hora en llegar; en el ínterin nos tocó que salir del automóvil pues Rb empezó a hiperventilar; hicimos un poco de ejercicios de respiración y continuamos esperando; cuando llegó la grúa el conductor nos indicó que lo más recomendable era empujar el auto fuera del parqueo porque estaba muy lleno (había una larga cola para ingresar).

Yo había ido a encontrar a la grúa fuera del parqueo y dos jóvenes (bastante fornidos) me acompañaron para empujar el auto; pero, el bendito auto arrancó cuando lo pasé a neutro; Rb fue a sacar dinero al cajero pues igual debíamos pagar el viaje de la grua (65 dólares).

Nos despedimos de los trabajadores y retornamos a casa; y bueno, nuestra contribución a una pequeña empresa familiar; se supone que le mecánico vendrá a ver el auto el lunes y a ver si se logra reparar; no pienso tocarlo mientras se mantenga el problema.

Antes del almuerzo sacamos a caminar a los perros pues el tiempo ha continuado bastante lluvioso; luego preparamos las alitas y una gran ensalada y después del almuerzo preparé -mientras lavaba los trastos- el té de manzanilla para Rb y un té chai para mí.

El resto de la tarde lo pasé avanzando en The Road to character -me está costando bastante- y en continuar afinando el primero -de diez- archivos json que preparé con las preguntas de PSPOI, CEH y COMPTIA; por fin logré llegar al final de las ciento sesenta y cinco preguntas.

Y a ver cómo sigue eso…

domingo, 22 de septiembre de 2024

Certificado... Certified... Certifié

Al final del día un certificado es nomás la expresión de la constancia de una persona: soportar o mantenerse en el camino durante el suficiente tiempo para completar con los requisitos para obtener una prueba de que se llegó al final.

En el ínterin pueden pasar muchas cosas: abandonar y regresar -una o más veces-; avanzar sin parar; extender o acortar la ruta: mi papá se inscribió a la misma Universidad nacional el mismo año en que yo ingresé -aunque ya había intentado con una privada, creo-; hace cuatro o cinco años obtuvo -por fin- el título de maestro de educación media.

Y ahora anda -supuestamente le falta un año de clases- en la búsqueda del título de Licenciado en Educación; mi pregunta sería: ¿por qué?; quizá debería ser: ¿por qué no?; porque la final, creo que lo mismo pasará en mi vida -aunque el diploma de licenciado lo tengo hace más de veinticinco años-.

Porque el aprender -o el aprendizaje- es uno de los 'valores' vitales en mi vida; me cuesta pensar en una época en la que no haya andado con un libro bajo el brazo -aunque desde hace ya más de cinco años, la mayoría han sido digitales-.

Quizá me toque -también- morirme con un libro bajo el brazo...

El lunes estuvo tranquilo en todo sentido: me levanté a las seis y media a meditar; luego retorné a la cama para la reunión diaria del equipo de trabajo; después me dormí hasta las nueve y media; a media mañana me levanté a desayunar.

Después estuve leyendo la primera parte de The Happinness Trap; me tocaba enviar un flyer del evento de ciberseguridad pero había planeado hacerlo por la tarde; antes del mediodía la PM que nos está apoyando lo envió -no recordaba que ese había sido el acuerdo-.

Al mediodía Rb preparó arroz con  mollejas e hígados de pollo; antes de almorzar sacamos a caminar a los perros; lo que estuvo bien pues después del almuerzo empezó a llover y nos hubiera complicado la rutina.

Después del horario laboral hicimos la rutina de ejercicios de los lunes; luego de un buen baño estuve leyendo un rato; completando el libro de CAT y terminando La blague du siecle; luego bajé varios libros para continuar la línea de francés.

También ví. por la noche. el segundo capítulo de la cuarta temporada de Porni; esta es una serie Noruega que hemos estado viendo con Rb por varios años; no recuerdo desde hace cuánto y no recuerdo cómo la encontramos; pero nos ha parecido bastante interesante.

El martes Rb sacó el auto para llevar a su perra más anciana a que le cortaran el cabello; por la mañana mis hijos me contactaron -mi hijo menor- para que les pagara el servicio de Internet; supuestamente no recordaban que yo me había comprometido a hacerlo.

Antes del mediodía recibí un correo del trabajo en el que la supervisora anunciaba el próximo jueves para la reunión trimestral del equipo de trabajo; será un almuerzo en otro lugar elegante de una de las zonas más pudientes de la ciudad -para ese día había planeado mi segundo día de vacaciones del mes.

Como Rb había salido en la mañana con su perra no quería salir a caminar por la tarde, sino realizar ejercicios en la sala; por lo que, después del horario laboral, me fui -solito- caminando a los mercados que nos quedan en dirección norte; cuando salí del supermercado compré un número de la lotería nacional.

El miércoles Rb fue a una cita en una clínica holística que queda en el área de los supermercados en dirección norte; le aplicaron acupuntura, masajes y una inyección homeopática -agua, según yo-; por la mañana tuve la reunión quincenal con mi supervisora; le comenté lo de mi día de vacaciones de la otra semana y le propuse cambiarlo para este viernes; lo cual aceptó.

Además, le propuse -y aceptó- que invitáramos a los cinco miembros del equipo de administración de nuestro departamento -con quienes compartimos ubicación geográfica- al evento de ciberseguridad que iniciamos hace un par de semanas; dos personas aceptaron la invitación.

Por la tarde me puse a depurar uno de los cuestionarios que encontré en un libro para obtener el certificado CompTIA; el cual se ve interesante pero cuesta diez veces el precio del PSPOI; por la tarde, después del horario laboral, realizamos los ejercicios de los miércoles; luego fuimos a la tienda de las verduras.

El jueves terminé de depurar el cuestionario que había iniciado el día anterior; Rb fue al centro histórico a realizar la compra semanal de frutas; me trajo, cuando retornó, un par de mis zepelines favoritos; por la tarde me reuní con el dev y la pm con quienes estamos realizando el evento de ciberseguridad.

Por la tarde pude pagar un año de la cuota del Colegio de Ingenieros; había intentado hacerlo por la mañana pero el banco ligado al gobierno es bien ineficiente y me marcaba como inactivo -realmente estoy activo hasta el fin de este año y pago un año y medio antes-; afortunadamente en la página del colegio pude pagar con mi tarjeta de crédito; después del horario laboral fuimos a los supermercados en dirección sur.

A pesar de haber decidido hace unas semanas no pagar los doscientos dólares para obtener el certificado de PSPOI, al final me dije que por qué no… Así que planeé utilizar el día de vacaciones que me tocaba el viernes para realizarlo.

El viernes me levanté a las seis y media de la mañana -mi horario normal últimamente-; medité y retorné a la cama para enviar el primer quiz del evento de ciberseguridad que estamos llevando a cabo este trimestre; a las siete envié el form de MS y luego pagué el examen para el certificado.

Y funcionó muy bien; completé las ochenta preguntas antes de los treinta minutos y volví a repasar desde el inicio; justamente la primera o segunda la hubiera obtenido mala porque de tres respuestas probables nomás había elegido dos; creo que me ayudó haber estado repasando obsesivamente las más de ochocientas preguntas que había encontrado por varios lugares de internet… muchas eran muy parecidas.

Al final obtuve una calificación de 79/80 (me queda duda de cual fue la que no contesté correctamente) e inmediatamente le envié un screenshot al SM de nuestro equipo -y al ex compañero que se está dedicando a ser PO en algún sitio de freelancing-.

Luego distribuí la noticia entre muchos conocidos -y mis dos hijos-; después preparé el desayuno de los viernes y, a las diez y media, hicimos la rutina de ejercicio de los viernes con Rb: como era mi día de vacaciones, y tenía que salir por la tarde, le pedí a Rb que hiciéramos la rutina de ejercicios antes del mediodía.

A las dos y media tomé la penúltima libra de café que me quedaba del viaje de mi tercera jornada como traductor y empecé a caminar hasta el lugar en donde tomamos el bus intermunicipal; lo que fue providencial porque nomás saliendo de la calle al boulevard ví el nivel de embotellamiento del viernes por la tarde; afortunadamente el bus pasó bastante rápido y luego también el Transmetro.

Llegué con más de cuarenta minutos de anticipación a la estación del transmetro más cercana al lugar en el que habíamos acordado reunirnos con mi ahijado profesional; por lo que decidí pasar a la juguetería más grande la ciudad a ver si había un buen juego de ajedrez con piezas grandes; encontré uno bastante aceptable -veinte dólares-; el cual adquirí; luego caminé a la cafetería en donde nos habíamos visto la última vez con mi ahijado.

Y volvió a pasar lo que continúo notando: pedímos unos café y unos pastelillos y nos dieron un dispositivo que se suponía vibraba cuando la orden estuviera lista; pero ví que dos o tres personas habían pedido luego de nosotros y ya habían recibido su orden.

Me acerqué al mostrador y al parecer habían ‘perdido’ nuestra orden; por lo que se las recordé -con la factura- y, cuando me ofrecieron que me la llevarían a la mesa; pero no, me quedé esperando en el mostrador; y bueno.

Pasamos un poco menos de dos horas con mi ahijado; poniendonos al día de la vida de cada uno: lo ví un poco más lleno; no sé si es el estilo de vida o la edad -o ambas cosas-; a las seis menos cuarto -había puesto una alarma- nos despedimos y me dirigí a la estación del transmetro más cercana; luego caminé hasta el comercial en donde se estacionan los busitos que vienen a la calle donde vivo.

El sábado me levanté a las seis y media, medité y volví a la cama a hacer Duolingo; luego me levanté a preparar el desayuno de los fines de semana; después del desayuno fuimos con Rb a los supermercados en direción sur y a la tienda de las verduras.

Venimos un poco después de las once y me puse a hacer veinte minutos de bicicleta estacionaria; luego de bañarme me puse a preparar las ensaladas que había planeado llevar para el almuerzo con mi hija; salí justo a las doce y media de casa y creí que llegaría tarde al apartamento de mis hijos; pero no, afortunadamente el tránsito no estaba muy pesado y un par de minutos antes de la una estaba estacionando en nuestro espacio del edificio.

Mi hija ya estaba lista cuando llegué al apartamento; y mi hijo salió a la sala a saludar; nos dirigimos con mi hija mayor al parque temático más grande de la ciudad; aunque antes de entrar compramos -en una gasolinera a un par de calles- un par de hot dogs.

Nomás entrar al parque buscamos un lugar para almorzar -todo estaba lleno- y dimos buena cuenta de los hotdogs, ensaladas y snacks -había llevado la mochila hielera de Rb-; después compré un boleto para subir a la rueda de Chicago más grande del parque; luego retornamos al apartamento; en el camino pasamos a la panadería de costumbre a comprar un zeppelin.

En el apartamento preparamos té para los tres y convivimos un momento; también estrenamos el nuevo juego de ajedrez en una partida con mi hija mayor; a las cinco y cuarto me despedí de ambos; había estado considerando si conducir las dos cuadras hasta donde había quedado de reunirme con el voluntario en cuya fiesta de cumpleaños coincidimos por primera vez con Rb hace once años; o caminar.

Al final caminé el par de cuadras; llegué al lugar con cinco minutos de antelación y mi amigo llegó con cinco minutos de retraso; compré un par de cafés -y un pie de queso para mí- y pasamos la siguiente hora poniéndonos al día de cada vida.

Hace once años cumplió treinta -allí nos conocimos con Rb-; hace un año celebró los cuarenta y nos invitó a una fiesta temática con disfraces de cartón: de las pocas veces que hemos salido con Rb durante los últimos años -debido a sus alergias alimenticias-.

A las seis y cuarto mi amigo me pasó a dejar al edificio donde viven mis hijos, saqué el automóvil y retorné a casa; el tránsito estaba un poco raro pero no me tardé mucho antes de estar parqueando el auto frente a la casa de Rb.

And life just goes on...

domingo, 15 de septiembre de 2024

Días de Lluvia... Rainy Days... Jours de pluie...

Este es un día lluvioso... de los que invitan a pasarse todo el día en cama; leyendo o durmiendo; y eso es lo que he estado haciendo casi toda la jornada; en general ha sido un tiempo bastante similar durante los últimos días; se suponía que había una depresión tropical en el Atlántico -o algo parecido- y la mayor parte de las tardes de esta semana han estado parecidos.

El lunes estaba leyendo en cama cuando ví un correo/mensaje recibidos media hora antes; decía que tenía que recoger mi nuevo equipo entre diez y once de la mañana; eran las diez y media; le escribí (respondí) a mi supervisora, para coordinarlo el martes en el mismo horario; luego contacté al área de la empresa en la que deben entregarme el nuevo equipo; se supone que se puede realizar de esa forma.

Por la tarde envié la primera parte (de veinte) de la información que estaremos compartiendo durante el evento de ciberseguridad en el que nos hemos embarcado durante tres meses; continuo avanzando con La blague du siecle; también decidí leer Bang Bang Bodhisattva antes de The City and The City; además, empecé a ver una serie con Rb: Critical Incident; aunque me sigue produciendo incomodidad -por alguna razón- ver que toda la ‘cultura’ australiana es realmente Europea trasplantada allí (o sea, al igual que por nuestras tierras, los pueblos originarios brillan -con excepciones- por su ausencia).

El martes me levanté a las seis y media; medité y entré a la reunión diaria; luego estuve haciendo Duolingo en cama; más de media hora pues era improbable que pudiera continuar más tarde: debía ir en la mañana por mi nueva máquina a las oficinas.

Un poco antes de las nueve me levanté a desayunar; a las nueve y media empaqué mi computadora laboral anterior y, despues de revisar los líquidos del auto, inicié el viaje hacia las oficinas: salí bastante rápido pero a un par de cuadras empezaba ya el embotellamiento; me tardé media hora en llegar al cruce donde se integra el tránsito del municipio vecino (usualmente no son más de cinco o diez minutos); otra media hora para llegar a la zona en la que está la oficina.

Al final el viaje de media hora se convirtió en hora y quince minutos; afortunadamente pude entrar al parqueo sin ningún contratiempo y pude entregar la computadora anterior y recibir la nueva sin mucha dificultad: nomás me tocó encenderla dentro de la red para sincronizar los archivos de la máquina anterior.

Luego retorné a casa; el viaje de vuelta me llevó un poco más de media hora -incluyendo unos minutos en los que pasé a rellenar el tanque del auto: casi diecisiete dólares-; vine antes de las doce pero olvidé utilizar el cofre de Duolingo de antes del mediodía.

Al mediodía almorzamos el pollo asado y las papas preparadas en la misma forma; con un poco de consomé que nos sobró del fin de semana; después sacamos a caminar a los perros de Rb; pero nomás pudimos dar una vuelta -igual que ayer- pues casualmente la lluvia ha estado un poco fuerte a la misma hora.

Antes de las cuatro el Dev que está trabajando en la tarea que creé hace unas semanas me contactó para que vieramos algunas dudas que tenía; puse una reunión con el analista del área que más se ha estado involucrando y otro dev que está viendo el backend.

Lo malo es que la reunión se veía que estaba alargándose y me gusta salir a las cuatro de la tarde -empiezo a trabajar antes de las siete- por lo que me despedí aduciendo que aún no había terminado de configurar mi máquina.

Fuimos con Rb a los supermercados en dirección sur; en la tienda de descuentos compré un aireador de agua para el departamento de mis hijos y dos cepillos para lavar baños (aunque me cobraron tres de estos últimos); además adquirimos baterías (yo necesito para probar las calculadoras que mi hijo me devolvió y que pienso regalar).

Luego pasamos al otro supermercado por bananos y el queso que uso para mis cenas; en el camino pasamos a la tienda donde Rb se ha estado proveyendo de uvas estas últimas semanas, pero no había; afortunadamente pudo comprar en otro lugar del camino.

El miércoles el trabajo estuvo bastante tranquilo; después del horario laboral hicimos los ejercicios de la rutina de la mitad de la semana: aún me cuesta utilizar la mancuerna mas pesada que adquirió RB; después fuimos a la tienda por un poco de verduras; ese día empecé a leer Bang Bang Bodhisattva.

El jueves era el primero de los dos jueves de vacaciones que estoy tomando cada mes; la noche anterior había planeado levantarme a las ocho y media; pero olvidé desconectar la alarma del celular más nuevo; me levanté a las seis y media; medité y me volví a dormir hasta las ocho y media.

Desayuné y luego acompañé a Rb al mercado del centro histórico; en el camino de ida y vuelta avancé con Conejo Blano Lobo Rojo; regresamos al mediodía (yo elegí un paquete de pan tostado en el supermercado); almorzamos lo de los otros tres días: pollo y papas asadas.

Por la tarde estuve trabajando en un componente de react para manejar mi To Do List como Kanban; un poco después de las cuatro me dirigí al comercial en donde tomo los buses intermunicipales: había quedado de reunirme con mi amigo el Testigo De Jehova, para entregarle algunos libros que mi hijo había estado a punto de tirar a la basura (y algunos que saqué de mis cajas).

Además le regalé una calculadora científica -graficadora- que había comprado para mis hijos cuando estuvieron en la facultad; no recordaba que había adquirido dos en esa época; ya ni recuerdo si fue una con la primera y una con el segundo.

Tampoco me recordaba que una la había adquirido -por medio de Rb- de una persona que vive en Jalisco; fue todo un rollo porque aproveché que ella andaba visitando a su hermana apara realizar la transacción.

En fin, cuando mi hijo se cambió al apartamento tenía una caja con libros y dos calculadoras científicas de Texas Instrument; entonces me recordé -a lo lejos- de cómo adquirí ambas (creo que una se la compré a un ex compañero del voluntariado -o en FB market place- y la otra Rb me la trajo de México).

Con las baterías que adquirí el miércoles probé ambas calculadoras y les dí una limpiada pues habían estado en el olvido por varios años; le regalé la más viejita a mi amigo Testigo y pienso regalarle la otra a mi único amigo de la facultad (su segundo hijo está en el primer año en la facultad).

Estuve con mi amigo un poco más de una hora con un café y un pastel tres leches; al final contrató a una consultora que le referí hace algunas semanas y me comentó que necesitará Desarrolladores pronto; creo que son de los contactos que debo conservar para cuando me toque cambiarme de trabajo.

Un poco después de las cinco y media nos despedimos y retorné a mi casita; en el camino pasé a comprar los panes de los desayunos del fin de semana y media docena de huevos; que mi amigo que visitaré el sábado me encargó; ya terminé la app de Kanban; estoy por publicarla.

El viernes retorné al trabajo y estuvo bastante tranquilo; durante el día estuve avanzando un poco en el libro en francés: La blague du siecle; y un poco en el libro en español: los escorpiones; al final de la jornada laboral hicimos la tercera rutina de ejercicios de la semana.

Ayer sábado me levanté a las cinco y media; medité y me dí un buen baño; luego cargué mi mochila en el auto y me preparé para partir; pero el auto no encendió; y se notaba que no era la batería, sino algo más; ni siquiera daba starter; como ya me había pasado algo similar en alguna ocasión y lo había resuelto moviendo un poco la palanca de velocidades, intenté repetirlo, pero no funcionó.

Total que mejor empecé a caminar hacia el lugar en donde tomamos los buses intermunicipales; me llevó casi veinte minutos; de allí tomé un bus que me llevó hasta la terminal; tomé desde allí un bus que me lleva al municipio en donde vive mi amigo, en el otro extremo de la ciudad.

Faltaba ya poco para las siete por lo que lo llamé para comentarle la situación y advertirle que llegaría tarde; me propuso salir a traerme a la ruta cuando ya me encontrara en su municipio; el bus se fue bastante rápido y un poco después de las siete y media le envié mi ubicació por whatsapp.

Mi amigo llegó por mi en su motocicleta y completé (con una hora de retraso) el trayecto; mi amigo estaba -nuevamente- a la mitad de la limpieza de su cocina; terminó eso y preparamos -preparó él- un muy buen desayuno (yo llevaba una libra de café y media docena de huevos).

Desayunamos en un área que tiene en el exterior de su casa (dá a un bosque de pinos) y allí estuvimos conversando un par de horas; además estuvimos practicando un poco con su cubo de Rubik de 3x3x3; en el ínterin había hablado con Rb sobre la situación con el auto y un poco después me comentó que ya había hablado con el mecánico y que pasaría por la tarde.

Le comenté a mi amigo que me retiraría a las once de su casa y me ofreció llevarme al mismo lugar en donde nos habíamos encontrado más temprano; allí tomé un bus de vuelta a la ciudad y me apeé en el Obelisco; desde allí caminé un poco y pedí un Uber-moto para llegar a la estación más grande que se encuentra a la mitad del recorrido más extenso del Transmetro.

A las doce y cuarto estaba llegando al lugar en el que tomamos los busitos que vienen a casa; pero, al parecer, el anterior había salido un poco antes por lo que me tocó que esperar casi quince minutos a que se llenara y el conductor iniciara el viaje.

Al final vine a la una menos cuarto; con tiempo aún para ayudarle a Rb a terminar de preparar la ensalada del almuerzo; por la tarde estuve avanzando con Los Escorpiones y ví una película de dos horas: Rebel Ridge.

A media tarde vino el mecánico -con su hijo adolescente-; salí a comentarle cómo había estado lo del auto -Rb también había intentado encenderlo por la mañana- y él lo encendió pasando la palanca a la posición neutra -no sabía (o había olvidado) que en un carro automático apagado hay que meter el freno para que la palanca cambie-; total que no era nada serio.

Intenté pagarle al mecánico por la molestia; pero me comentó que él aún estaba en deuda con Rb y que aún no podía terminar de cancelar su compromiso; que mejor cotizaría una pieza que puede mejorar el comportamiento de ese día y que entonces sí nos cobraría por el servicio.

Hoy me levanté a las seis y media y, después de meditar, retorné a la cama; estuve haciendo Duolingo pero un poco después me quedé dormitando en la cama; hasta las ocho y media; me levanté a desayunar y luego retorné a continuar con La blague du siecle -ya solo me falta un ciclo-.

A las diez nos dirigimos a la tienda de ropa estadounidense de segunda mano; Rb quería comprar un mameluco para su perra más vieja; yo no quería comprar nada; pero, compré un edredón -aún no decido si utilizarlo yo (tengo dos) u ofrecerselo a mis hijos; Rb también adquirió algunos shorts y playeras; yo compré un helado.

Retornamos antes de mediodía y preparamos alitas y ensalada; lo que almorzamos junto con un poco de sopa que nos ha sobrado de días anteriores; después del almuerzo no pudimos sacar a sus perros pues -como casi toda la semana- la lluvia empezó a ponerse un poco más fuerte.

Estuve leyendo un poco de The Happiness Trap pero me volví a dormir otro rato; luego de que Rb le diera de comer a sus perros aprovechamos que ya no estaba lloviendo para sacarlos a caminar; y quién sabe cuánto tardará esta temporada lluvios.

A ver cómo va eso...

domingo, 8 de septiembre de 2024

La década... The decade... La decade...

El lunes cumplí diez años de empleo continuo; todo un triunfo considerando que he trabajado en más de veinte lugares durante los últimos treinta y dos años; justo inicié un dos de septiembre porque el lunes de hace diez años fue uno de septiembre y es un asueto federal en el Imperio del Norte (Labor day) por lo que usualmente se suspenden las actividades en empresas como las que trabajo.

Me levanté a las seis y media; medité y e hice Duolingo; por el asueto en la casa matriz no hubo reunión diaria; por lo que me quedé dormitando en la cama; hasta las nueve y media; antes de dormirme realicé un repaso del tercer grupo de preguntas -me fue bastante mal: como noventa y cuatro por ciento- y después del mediodía revisé la última parte; al final de las ochocientas treinta y tres preguntas debo repasar 25 -es lo que respondí erróneamente- aunque algunas fue simplemente porque no seleccioné la opción elegida; o no seleccioné ninguna.

También vi cinco o seis videos del curso que estoy tomando; me parece que si logro terminar de ver todos los videos antes del próximo jueves voy a tratar de repasar los que vea más importantes para el examen.

Al mediodía cocinamos -y almorzamos- un pollo en crema de almendras -y loroco-; un muy buen almuerzo para dos días; un poco antes había ingresado en el sistema interno la solicitud de los dos días de vacaciones del mes (doce y veintiséis) y luego envié la invitación a los dieciséis miembros del equipo para que participen en el evento de formación de ciberseguridad.

Mi hijo menor me escribió para recordarme de los cien dólares que debo transferirle mensualmente por la compra de acciones de su empresa; y al enviar el comprobante le recordé que debe transferirme -lo que hizo- ciento cincuenta dólares como cuota mensual del apartamento -su hermana mayor me dio en efectivo ciento veinte dólares el día anterior-.

Además mi hija mayor me había escrito en la madrugada para enviarme la factura de la electricidad del apartamento -la primera de ellas: ocho dólares-; la que cancelé en el acto y le envié el comprobante; por la mañana me enviaron -de la oficina de RRHH- un mensaje en el correo electrónico, felicitándome por alcanzar los diez años de trabajo; y mi supervisora me escribió por la tarde para agradecerme por el inicio de la actividad de capacitación que estoy promoviendo.

Después del horario laboral hicimos la rutina de ejercicios de los lunes; Rb compró una pesa de más de veinte libras hace una semanas; lo que le provocó dolores en uno de los codos; por lo que suspendió su uso y me la cedió momentáneamente: con lo que aumentó la dificultad de mi rutina.

El martes me levanté a meditar a las seis y media; a las siete entré a la reunión diaria del equipo; estuve practicando las veinticuatro preguntas incorrectas y luego decidí dividir el archivo en cinco partes; cada uno con mas o menos ciento sesenta preguntas.

A media mañana llamé a mis papás para avisarles que iba a llegar el sábado; mi papá me comentó que estaba ausentándose ese día pues retomó sus estudios para Licenciarse en Educación; luego hablé con mi madre y se me ocurrió que podría ir el domingo y así se lo hice saber; o sea, me gusta más viajar el sábado pues tengo el domingo para descansar antes de la semana laboral; pero a veces no se puede hacer lo que uno quiere.

Después del horario laboral fuimos a los supermercados en dirección norte: compré un par de salsas y varias cocas en la tienda verde de descuentos; algunas frutas en un supermercado y Rb pasó a comprar uvas en la tienda en donde ha estado proveyéndose últimamente.

Venimos a dejar esas compras y retornamos a la tienda de las frutas y verduras en donde compramos huevos y algunas otras legumbres; por la noche avancé un poco -me está costando- con Los Escorpiones; también modifiqué la app de registro de gastos para que los totales sean solo sobre la información presentada (o sea, por fecha o total).

El miércoles me levanté a las seis y media; medité y entré a la reunión diaria; luego me dormí un poco  -igual que el día anterior- pero ahora estaba consciente que debía estar despierto antes de las nueve y media pues tenía la reunión quincenal con mi supervisora.

A las nueve salí a desayunar y luego volví a la cama para la reunión; que estuvo bastante tranquila; básicamente quería saber cómo iba la organización del evento de Ciberseguridad: el Dev me había sugerido el día anterior que podíamos entregar un certificado avalado por la supervisora y cuando se lo planteé estuvo de acuerdo y además ofreció un premio especial para el que acumulara más puntos en las actividades.

Al mediodía preparamos una tortilla española con papas, champiñones y chile pimiento; y almorzamos eso con un pequeño trozo de pollo a la plancha; sacamos a caminar a los perros (el día anterior nos habíamos atrasado con eso a causa de la lluvia).

Después del horario laboral realizamos la rutina de ejercicios de los miércoles y luego estuve revisando la app de registro de gastos (lo estuve haciendo casi todo el día) para que las gráficas funcionaran igual que los totales: nomás con lo que se muestra en pantalla.

El jueves Rb salió, por su compra semanal de frutas, al mercado del centro histórico; le había indicado que no me obsequiara ningún pan dulce ese día sino que me trajera dos pares de zepelines pues pensaba llevarle eso a mis papás en la visita del domingo; pero cuando me llamó decidí no comprarlos pues la fecha de vencimiento estaba muy cerca.

Por la mañana me reuní con el Dev y la PM para afinar los detalles del arranque del evento de ciberseguridad; revisamos los volantes a distribuir y conversamos un poco sobre la mecánica de las siguientes semanas.

Antes de esta reunión me había reunido nomás con el Dev pues tenía algunas dudas de una tarea que le había enviado y al final acordamos que me la reasignara para pedir más información al Dev que más nos ha ayudado en esta área.

Por la tarde, después del horario laboral, acudimos a los supermercados en dirección sur; compré frijoles para desayunos de al menos cuatro meses; también compramos bananos y algunas frutas en la tienda; también compré el pan de mis desayunos de la semana; antes de los supermercados acompañé a Rb a una carpintería que queda a unas calles: quería la cotización de una estructura de madera para facilitar la deshidratación de sus frutas y legumbres.

El viernes  recibí respuesta a mi correo del día anterior y le reasigné la tarea al Dev; este día decidí que no me examinaré para obtener el certificado de Product Owner; y la verdad es que, revisando algunos conceptos el día anterior, volví a encontrarme con el requisito por el cual decidí no perseguir la ocupación de Business Analyst: buen trato con las personas.

Decidí que debo seguir explorando certificaciones que se adecúen con mi perfil: Quality o Cybersecurity; de hecho consideré obtener un certificado básico de Cybersecurity pero cuesta casi lo que me costó el año y medio de maestría en el mismo tema: dos mil dólares.

De todos modos bajé tres o cuatro libros sobre el certificado y me puse como meta extraer las preguntas y trabajar con mi app hasta dominarlas por completo; ese día procesé el primer libro, lo que me dejó con más de ciento veinte preguntas; aún no he logrado completar un ciclo con las mismas; por la tarde, después del horario laboral, realizamos la rutina de ejercicio de los viernes.

El sábado no tenía programada ninguna salida -había pasado la visita a mis papás para el día siguiente- por lo que Rb me había pedido que la acompañara a una vidriería a cotizar la misma estructura para deshidratar frutas; pero construida de aluminio; luego pasamos a los supermercado en dirección norte por algunos ingredientes para los almuerzos de la próxima semana; almorzamos un consomé de pollo y ensalada.

Después del almuerzo ayudé a Rb a bajar algunos racimos de níspero del árbol que está en el patio de enfrente; luego de que les diera de comer a sus perros fuimos a llenar el tanque de gasolina del auto, preparándome para el viaje del domingo; en el camino pasamos nuevamente a la vidriería de la mañana pues había dejado una muestra del estante de su deshidratador actual: la carpintería le respondió y se decidió por la opción de madera.

Después de llenar el tanque (veinticinco dólares pues estaba medio vacío) olvidé pasar por la pastelería de costumbre para comprar los pasteles que había planeado llevar a donde mis papás: nos tocó dar la vuelta y meternos nuevamente al tráfico; afortunadamente ya estaba un poco más ligero.

Por la noche cargué de una vez la el saco de comida para perros y la cafetera para evitar hacer mucho ruido por la mañana; me retiré temprano a dormir pues había planeado levantarme a las cuatro y cuarto de la mañana.

Hoy me levanté a la hora prevista; medité, me bañé y preparé unos panes franceses con huevo y jamón; luego entré a despedirme de Rb; arranqué el auto a las cinco de la mañana; el guardia de la garita no estaba despierto.

El camino al puerto estuvo bastante tranquilo; no sé si fue por ser Domingo pero, con excepción de un par de tramos a medio camino -se dañó la ruta a principios del invierno por lo que de seis carriles hay únicamente dos habilitados- pude mantener una buena velocidad.

Llegué a la casa de mis papás a las seis y veinte; mi madre estaba saliendo del terreno en donde está la construcción que realicé hace un par de años; mi papá aun estaba durmiendo; noté muchos muchos zancudos en las habitaciones de la casa.

Preparé café en la cafetera que llevaba y luego movimos unas sillas a la construcción y allí desayunamos; partí una de las magdalenas que había comprado ayer y estuvimos allí un rato entre desayuno y conversación.

En el ínterin mi madre estuvo en comunicación con la (ex) presidenta del comité de vecinos pues es ella la que nos provee de pescados; después del desayuno subí con mi padre al segundo nivel de la construcción que tienen a la par de la mía: hace unas semanas le agregaron un anexo al primer nivel y terminaron la terraza del segundo.

Luego mi padre me pidió ayuda pues no podía pasar una boleta de pago -está terminando el penúltimo año de la licenciatura en educación- de su celular a la computadora; aproveché para quitarle bloatware y también pagar en línea su boleta (pagamos como ocho dólares cada semestre).

Afortunadamente mi padre tenía un ventilador a la par de la computadora; lo que mantuvo a la mayoría de los zancudos alejados; un poco después le llevaron los pescados a mi madre (casi veinte libras, creo) y empezó a limpiarlos.

Terminé de limpiar la computadora de mi padre y le pedí que me ayudara a revisar los líquidos del automóvil (lo había hecho la tarde anterior pero quería evitar sorpresas desagradables); mi madre terminó la limpieza de los pescados.

Había planeado empezar el viaje de retorno a las once pues se suponía que los pescados llegarían a las diez y media; al final ya estaba todo listo a las diez por lo que decidí iniciar el retorno; afortunadamente el tránsito estaba bastante ligero; con la excepción del mismo tramo de la mañana pude mantener una buena velocidad: a las once y cuarto estaba estacionando el auto frente a la casa de Rb; un poco después empezamos a preparar el almuerzo: alitas de pollo, consomé de lo mismo y ensalada.

Después del almuerzo sacamos a caminar a sus perros y después me puse a lavar los trastes del almuerzo; además, había previsto limpiar la estufa este día: desde que me hago cargo protejo la bandeja con papel aluminio y ya se veía bastante dañado.

Me puse a trabajar en eso: puse las hornillas en una solución de agua y vinagre y le apliqué desengrasante a la bandeja; a las tres estaba terminando la limpieza de la estufa y la armé para preparar el té de Rb: el mío lo preparo siempre con el microondas.

Habíamos planeado ir a la tienda de ropa de segunda mano en la que usualmente nos proveemos; pero Rb se dio cuenta que estaba dormitando mientras trataba de ver (otra vez) The Batman; por lo que me indicó que mejor descansara.

Traté de leer un poco en mi cama pero realmente estuvo dormitando intermitentemente durante dos o tres horas; sí leí un poco de The Road to Character; luego hice un poco de Duolingo -volvieron a darme los tres días de Super Duolingo-.

And life just goes on...

domingo, 1 de septiembre de 2024

Estudios y gastos... Studies and expenses... Etudes et dépenses...

Hay dos temas que han sido bastante constantes en la mayor parte de mi vida: la continuidad en los estudios y el control de mis gastos; lo primero porque es lo que ha permitido llevar una vida medianamente satisfactoria, y lo segundo porque me gusta sentir que tengo cierto control sobre mi vida. 

Y en eso he estado invirtiendo bastante tiempo durante las últimas semanas (o meses): he estado trabajando en dos apps en React para mejorar en ambas áreas; en el primer caso es una app que me permite aplicar el concepto de Pace Learning, y creo que va por buen camino; en el segundo caso es la sustitución de la app que usé durante cinco años para registrar mis gastos diarios. 

Ambos proyectos tienen muy buena pinta actualmente; aunque creo que debo dejarlos ya en pausa y dedicarme -por el momento- a reforzar -con ayuda de la app- mi manejo de información de Product Owner (y Scrum en general); y también trabajar en mis otros dos proyectos: una app para llevar mi lista de tareas (a medias) y una app para mejorar mi conocimiento de valores (apenas iniciada). 

Y a ver cómo va eso... 

El lunes pasado me levanté a las seis de la mañana para trabajar un poco antes de entrar a la reunión diaria; luego practiqué un par de veces las veinte preguntas en las que me confundí en mi última autoevaluación de PSPOI. 

Después de desayunar ayudé a Rb con la preparación de las verduras para el almuerzo (pelar y trocear algunos vegetales) ; a las diez y media me dirigí al área técnica de la empresa pues mi supervisora consiguió headsets para el equipo (los USB que he estado usando los últimos cuatro o cinco años ya no daban para más). 

Antes de empezar a conducir consulté con Waze el trayecto; pero, me equivoqué al introducir el nombre del edificio; cuando iba a medio camino me di cuenta y llamé a Rb para que me pasara la dirección correcta. 

Eso me atrasó diez minutos (sino hubiera sido nomás media hora de viaje); afortunadamente el parqueo está abierto a los colaboradores y en recepción ya tenían preparado el equipo; retorné luego sin ningún contratiempo (aunque el tráfico si estuvo un poco pesado y la gente se desespera en los cruces); vine a casa un poco después de las once y media. 

Después del horario laboral hicimos la rutina de ejercicios de los lunes; por la noche volví a repasar las quinientas preguntas y ahora tuve nomás 17 errores; me llevo casi dos horas completar todas la preguntas; pero creo que debo ampliar mi estudio del tema antes de pagar doscientos dólares para examinarme y obtener el certificado. 

El martes me levanté a las seis de la mañana; medité y me llevé la compu -con el nuevo headset- a la cama; estuve revisando un par de tareas antes de entrar a la reunión diaria; que estuvo un poco rara porque el PM movió muchas de las asignaciones sin fijarse en el marco de fechas. 

Había pensado que no quería desayunar muy temprano pero no había previsto dormirme después de la reunión; pero, como me quedé en la cama, me dormí hasta las nueve de la mañana que Rb entró a la habitación; salí a desayunar y a ver algunas cuestiones laborales. 

También empecé a revisar las diecisiete preguntas que respondí mal en la autoevaluación del día anterior; creo que para mejorar el pace learning, voy a dejar un par de días sin examinarme; y ya no me tiraré las quinientas preguntas en una sola sesión sino las dividiré en tres o cuatro grupos -antes las había dividido en cinco grupos-. 

Además, me di cuenta que el calendario que me proporcionó ChatGPT para dosificar los videos del curso está incompleto -creo que no dejé que lo terminara de generar-; revisé todos los videos y son en total seis días extras (veintisiete en vez de veintiuno) y, como había dosificado un día intermedio, eso significa dos semanas extras. 

Decidí que voy a incrementar el ritmo de revisión de los videos; en vez de dos cada dos días, voy a intentar ver uno por la mañana y un por la noche; quizá pueda examinarme al final de la segunda semana de septiembre; el doce o el trece; nomás estaré enviando los videos con el mismo ritmo; si mi compañera continúa, pues ha estado teniendo dificultades con la salud de su bebé. 

El miércoles dividí las quinientas setenta y siete preguntas en cuatro archivos; me parece que las primeras veces que contesté todas las preguntas de una vez -casi dos horas- tuve veintidós incorrectas; la segunda vez fueron diecisiete; ahora que lo hice en cuatro partes fueron dieciséis; o sea, estoy mejorando pero me gustaría hacerlo más. 

Estoy a punto de terminar Ving mille lieues sous la mer y ya bajé otro par de libros en francés; veremos cómo siguen estos: el de Julio Verne me costó completarlo; en algunas partes el lenguaje se me hacía muy cuesta arriba; también terminé el libro de No Ficción: Tracers in the Dark y me pasé a algo más humanista: The Road to Character; a ver qué tal. 

He estado viendo más de dos videos al día de PSPOI y también he estado buscando más autoevaluaciones en la red; usualmente obtengo un punteo arriba del noventa por ciento; pero no sé qué tanto me puedo guiar por estos resultados; programé una reunión para el jueves con el dev y la pm que me estarán ayudando con el evento de ciberseguridad; hasta más tarde me di cuenta (porque Rb me lo recordó, creo) que el jueves es uno de esos dos días de vacaciones que debo tomar cada mes; les escribí para pasar la reunión para el día siguiente. 

El jueves me levanté a las siete y, después de meditar, me puse a hacer Duolingo; luego me levanté a desayunar pues había acordado acompañar a Rb al mercado; -ha estado teniendo bastantes molestias con su codo derecho-. 

Después de que Rb tomó su desayuno nos dirigimos al mercado; yo llevaba el libro Conejo Blanco Lobo Rojo, que rescaté de las cosas que mi hijo iba a tirar a la basura cuando devolvió la habitación en la que estuvo viviendo desde que se independizó (casi cuatro años). 

Me molesta un poco usar mascarilla -aunque casi la mitad de los pasajeros del bus llevaban- pero es algo que hago por consideración con Rb; había bastante tránsito para salir del municipio por lo que nos llevamos casi una hora en llegar a la estación del Transmetro. 

Afortunadamente el transmetro no estaba tan lleno; ni el mercado; Rb compró su fruta semanal y luego pasamos al supermercado en donde adquiere algunas harinas con las que prepara sus galletas; me ofreció una docena de muffins -lo de costumbre- pero preferí un par de panes grandes (menos de la mitad del precio). 

Por suerte el busito no estaba lleno y el conductor no se tardó mucho en arrancar la unidad; venimos casi al mediodía; desde la mañana de ese día -creo que lo encontré el día anterior- estuve procesando una página de Github en la que encontré otras doscientas sesenta preguntas para el examen. 

Lo que necesitaba era formatearlas de la misma forma que las anteriores para poder usar mi app y trabajar en las mismas; y eso me pasé haciendo casi todo mi día libre; después del horario laboral fuimos a los mercados en dirección sur pues Rb quería comprar bananos; retornando pasé a comprar el pan de mis desayunos de los siguientes tres días. 

El viernes entré a la reunión diaria del equipo nomás para informar sobre el avance en mis tareas; luego no funcionaba el ambiente en el que usualmente trabajamos; a las diez había calendarizado una reunión con el dev y la pm para ver el inicio del evento de ciberseguridad. 

La reunión estuvo bastante bien -el dev, que tiene bastante experiencia organizando, se emociona, pero bueh-; ya estamos preparados para iniciar el evento; el resto del día lo pasé leyendo la última parte del libro de terapia ACT, y refinando la lista de preguntas que repaso (también vi tres videos del curso de PO): combiné todas las preguntas y eliminé las más parecidas (arriba del noventa y cinco por ciento de igualdad, me parece) por medio de un script de Python. 

Ayer sábado me confundí y lavé la ropa de cama -y de vestir- (usualmente lo hago el primer día del mes); preparé el desayuno y luego fuimos con Rb a los supermercados en dirección norte pues ella no tenía alitas para el almuerzo de mañana. 

Después me dediqué a revisar las preguntas del autoexamen; al mediodía hice veinte minutos de biking -sigo ayudándome con el mismo video de Youtube, para principiantes- y, luego de una buena ducha, me dirigí al apartamento de mis hijos; estuvo un poco pesado el tránsito pero llegué al parqueo un poco antes de la hora acordada (doce y media) subí al séptimo nivel y encontré a mi hija terminando de hacer la limpieza. 

Antes de llegar había llovido un poco fuerte y desde el séptimo nivel se veía aún cierta llovizna; le propuse a mi hija que bajáramos a ver cómo se veía el exterior y ya en la recepción nos decidimos a caminar las ocho cuadras hasta el parque de diversiones más grande de la ciudad. 

Afortunadamente no nos llovió en el camino -aunque pude ver que a mi hija aún le cuesta bastante caminar (el martes tiene cita en el seguro social para ver qué procede)- y pudimos llegar sin contratiempos al restaurante que se encuentra en el interior del parque temático. 

El plan era comprar -igual que con su hermano menor- una pizza y una gaseosa; pero cuando llegamos a la estación había una cola de tres o cuatro personas -y no pizzas-; pregunté a la encargada y nos indicó que faltaban dieciocho minutos para que llegaran las próximas. 

Le propuse a mi hija esperar y un poco después me indicó que le estaba molestando la pierna; le pedí que tomara una mesa del área -tienen un pequeño techo de concreto- y continué esperando; las pizzas llegaron y compré lo esperado. 

Luego almorzamos al aire libre; y empezó a llover, bastante fuerte; afortunadamente sin viento pero aún así preferimos sentarnos en la mesa -a la par de la comida- pues el agua si llegaba a la parte baja de las sillas. 

Después se calmó la lluvia -nos sobraron cuatro porciones de pizza y la mitad del doble litro de Pepsi- y le propuse a mi hija que entráramos a la función de las cuatro del teatro; volví a ver la obra de la semana pasada (aunque ahora había tres actores más en escena). 

Al terminar la obra le sugerí a mi hija que volviéramos a su apartamento, aprovechando que no estaba lloviendo; en el camino pasamos por la misma panadería donde compré el zepelín la semana pasada y adquirí otro; y una docena de pan dulce para la visita que había acordado con mi prima para esa tarde. 

Retornamos al apartamento y preparé té -de menta-; mi hija le habló a su hermano para ver si iba a salir de la habitación pero le indicó que no se encontraba de humor -también le había hablado antes de que saliéramos (pues había considerado pedir comida a domicilio, por la lluvia)- por lo que nomás fuimos ella y yo; estuvimos conversando sobre la terapia de la que he estado leyendo últimamente: ACT. 

A las cinco me despedí de mi hija y me dirigí a donde mi prima; la lluvia estuvo intermitente en toda la tarde pero el tráfico no estuvo muy pesado -salvo una pequeña parte en el periférico-; llegué a donde mi prima a las cinco y media y le pedí que preparara café; y compartimos el panito que había llevado. 

Me estuve en su casa, conversando sobre su trabajo -lleva un año de ser burócrata-, sus hijos -su hijo menor (veintisiete?) volvió a abandonar los estudios- y la vida en general; a las seis y media me despedí e inicié el viaje de retorno; que sí estuvo un poco más pesado, por el tránsito que causa la lluvia. 

Por la noche estuve viendo un poco de la serie de espías canadienses que estamos viendo con Rb y completando un par de los archivos de más de doscientas preguntas con la app que me está permitiendo prepararme para el examen. 

Hoy me levanté a las seis y media; medité y volví a la cama a hacer Duolingo; luego salí a desayunar y a revisar las veinticuatro preguntas que había contestado mal en el último ciclo de autoexamen de PSPOI. 

También me puse a modificar la app que uso para registrar mis gastos: mejoré las opciones de edición y borrado; además le transferí a Rb el monto -realmente simbólico- que le entrego mensualmente por vivir en su casa, y transferí la cuota mensual de mantenimiento del apartamento; le envié el comprobante a mi hija mayor. 

A media mañana Rb me pidió ayuda para cosechar las flores del loroco del patio de atrás; invertimos bastante tiempo pero logramos acumular una libra con catorce onzas -Rb fue a regalarle media libra a nuestra vecina-. 

Después nos pusimos a desmontar un poco el patio frontal: por la lluvia las malezas se reproducen con mucha mayor velocidad que de costumbre; al terminar -bastante sudado- me bañé y concluí las modificaciones a la app de los gastos; y le agregué a la app de los exámenes una muestra de la estructura del archivo que debe utilizarse. 

Estuve trabajando en eso hasta la preparación del almuerzo; Rb se encargó -como casi siempre- de las alitas de pollo y yo -como de costumbre- de preparar la ensalada de lechuga, zanahoria, manzana verde y aguacate. 

Después del almuerzo sacamos a caminar a los perros y, mientras Rb sacaba a su perra más anciana, me puse a ver tres videos del curso de PSPOI; eso me llevó casi media hora; después preparé las gelatinas de los desayunos de los primeros cuatro días de la semana. 

 And life just goes on...