domingo, 15 de septiembre de 2024

Días de Lluvia... Rainy Days... Jours de pluie...

Este es un día lluvioso... de los que invitan a pasarse todo el día en cama; leyendo o durmiendo; y eso es lo que he estado haciendo casi toda la jornada; en general ha sido un tiempo bastante similar durante los últimos días; se suponía que había una depresión tropical en el Atlántico -o algo parecido- y la mayor parte de las tardes de esta semana han estado parecidos.

El lunes estaba leyendo en cama cuando ví un correo/mensaje recibidos media hora antes; decía que tenía que recoger mi nuevo equipo entre diez y once de la mañana; eran las diez y media; le escribí (respondí) a mi supervisora, para coordinarlo el martes en el mismo horario; luego contacté al área de la empresa en la que deben entregarme el nuevo equipo; se supone que se puede realizar de esa forma.

Por la tarde envié la primera parte (de veinte) de la información que estaremos compartiendo durante el evento de ciberseguridad en el que nos hemos embarcado durante tres meses; continuo avanzando con La blague du siecle; también decidí leer Bang Bang Bodhisattva antes de The City and The City; además, empecé a ver una serie con Rb: Critical Incident; aunque me sigue produciendo incomodidad -por alguna razón- ver que toda la ‘cultura’ australiana es realmente Europea trasplantada allí (o sea, al igual que por nuestras tierras, los pueblos originarios brillan -con excepciones- por su ausencia).

El martes me levanté a las seis y media; medité y entré a la reunión diaria; luego estuve haciendo Duolingo en cama; más de media hora pues era improbable que pudiera continuar más tarde: debía ir en la mañana por mi nueva máquina a las oficinas.

Un poco antes de las nueve me levanté a desayunar; a las nueve y media empaqué mi computadora laboral anterior y, despues de revisar los líquidos del auto, inicié el viaje hacia las oficinas: salí bastante rápido pero a un par de cuadras empezaba ya el embotellamiento; me tardé media hora en llegar al cruce donde se integra el tránsito del municipio vecino (usualmente no son más de cinco o diez minutos); otra media hora para llegar a la zona en la que está la oficina.

Al final el viaje de media hora se convirtió en hora y quince minutos; afortunadamente pude entrar al parqueo sin ningún contratiempo y pude entregar la computadora anterior y recibir la nueva sin mucha dificultad: nomás me tocó encenderla dentro de la red para sincronizar los archivos de la máquina anterior.

Luego retorné a casa; el viaje de vuelta me llevó un poco más de media hora -incluyendo unos minutos en los que pasé a rellenar el tanque del auto: casi diecisiete dólares-; vine antes de las doce pero olvidé utilizar el cofre de Duolingo de antes del mediodía.

Al mediodía almorzamos el pollo asado y las papas preparadas en la misma forma; con un poco de consomé que nos sobró del fin de semana; después sacamos a caminar a los perros de Rb; pero nomás pudimos dar una vuelta -igual que ayer- pues casualmente la lluvia ha estado un poco fuerte a la misma hora.

Antes de las cuatro el Dev que está trabajando en la tarea que creé hace unas semanas me contactó para que vieramos algunas dudas que tenía; puse una reunión con el analista del área que más se ha estado involucrando y otro dev que está viendo el backend.

Lo malo es que la reunión se veía que estaba alargándose y me gusta salir a las cuatro de la tarde -empiezo a trabajar antes de las siete- por lo que me despedí aduciendo que aún no había terminado de configurar mi máquina.

Fuimos con Rb a los supermercados en dirección sur; en la tienda de descuentos compré un aireador de agua para el departamento de mis hijos y dos cepillos para lavar baños (aunque me cobraron tres de estos últimos); además adquirimos baterías (yo necesito para probar las calculadoras que mi hijo me devolvió y que pienso regalar).

Luego pasamos al otro supermercado por bananos y el queso que uso para mis cenas; en el camino pasamos a la tienda donde Rb se ha estado proveyendo de uvas estas últimas semanas, pero no había; afortunadamente pudo comprar en otro lugar del camino.

El miércoles el trabajo estuvo bastante tranquilo; después del horario laboral hicimos los ejercicios de la rutina de la mitad de la semana: aún me cuesta utilizar la mancuerna mas pesada que adquirió RB; después fuimos a la tienda por un poco de verduras; ese día empecé a leer Bang Bang Bodhisattva.

El jueves era el primero de los dos jueves de vacaciones que estoy tomando cada mes; la noche anterior había planeado levantarme a las ocho y media; pero olvidé desconectar la alarma del celular más nuevo; me levanté a las seis y media; medité y me volví a dormir hasta las ocho y media.

Desayuné y luego acompañé a Rb al mercado del centro histórico; en el camino de ida y vuelta avancé con Conejo Blano Lobo Rojo; regresamos al mediodía (yo elegí un paquete de pan tostado en el supermercado); almorzamos lo de los otros tres días: pollo y papas asadas.

Por la tarde estuve trabajando en un componente de react para manejar mi To Do List como Kanban; un poco después de las cuatro me dirigí al comercial en donde tomo los buses intermunicipales: había quedado de reunirme con mi amigo el Testigo De Jehova, para entregarle algunos libros que mi hijo había estado a punto de tirar a la basura (y algunos que saqué de mis cajas).

Además le regalé una calculadora científica -graficadora- que había comprado para mis hijos cuando estuvieron en la facultad; no recordaba que había adquirido dos en esa época; ya ni recuerdo si fue una con la primera y una con el segundo.

Tampoco me recordaba que una la había adquirido -por medio de Rb- de una persona que vive en Jalisco; fue todo un rollo porque aproveché que ella andaba visitando a su hermana apara realizar la transacción.

En fin, cuando mi hijo se cambió al apartamento tenía una caja con libros y dos calculadoras científicas de Texas Instrument; entonces me recordé -a lo lejos- de cómo adquirí ambas (creo que una se la compré a un ex compañero del voluntariado -o en FB market place- y la otra Rb me la trajo de México).

Con las baterías que adquirí el miércoles probé ambas calculadoras y les dí una limpiada pues habían estado en el olvido por varios años; le regalé la más viejita a mi amigo Testigo y pienso regalarle la otra a mi único amigo de la facultad (su segundo hijo está en el primer año en la facultad).

Estuve con mi amigo un poco más de una hora con un café y un pastel tres leches; al final contrató a una consultora que le referí hace algunas semanas y me comentó que necesitará Desarrolladores pronto; creo que son de los contactos que debo conservar para cuando me toque cambiarme de trabajo.

Un poco después de las cinco y media nos despedimos y retorné a mi casita; en el camino pasé a comprar los panes de los desayunos del fin de semana y media docena de huevos; que mi amigo que visitaré el sábado me encargó; ya terminé la app de Kanban; estoy por publicarla.

El viernes retorné al trabajo y estuvo bastante tranquilo; durante el día estuve avanzando un poco en el libro en francés: La blague du siecle; y un poco en el libro en español: los escorpiones; al final de la jornada laboral hicimos la tercera rutina de ejercicios de la semana.

Ayer sábado me levanté a las cinco y media; medité y me dí un buen baño; luego cargué mi mochila en el auto y me preparé para partir; pero el auto no encendió; y se notaba que no era la batería, sino algo más; ni siquiera daba starter; como ya me había pasado algo similar en alguna ocasión y lo había resuelto moviendo un poco la palanca de velocidades, intenté repetirlo, pero no funcionó.

Total que mejor empecé a caminar hacia el lugar en donde tomamos los buses intermunicipales; me llevó casi veinte minutos; de allí tomé un bus que me llevó hasta la terminal; tomé desde allí un bus que me lleva al municipio en donde vive mi amigo, en el otro extremo de la ciudad.

Faltaba ya poco para las siete por lo que lo llamé para comentarle la situación y advertirle que llegaría tarde; me propuso salir a traerme a la ruta cuando ya me encontrara en su municipio; el bus se fue bastante rápido y un poco después de las siete y media le envié mi ubicació por whatsapp.

Mi amigo llegó por mi en su motocicleta y completé (con una hora de retraso) el trayecto; mi amigo estaba -nuevamente- a la mitad de la limpieza de su cocina; terminó eso y preparamos -preparó él- un muy buen desayuno (yo llevaba una libra de café y media docena de huevos).

Desayunamos en un área que tiene en el exterior de su casa (dá a un bosque de pinos) y allí estuvimos conversando un par de horas; además estuvimos practicando un poco con su cubo de Rubik de 3x3x3; en el ínterin había hablado con Rb sobre la situación con el auto y un poco después me comentó que ya había hablado con el mecánico y que pasaría por la tarde.

Le comenté a mi amigo que me retiraría a las once de su casa y me ofreció llevarme al mismo lugar en donde nos habíamos encontrado más temprano; allí tomé un bus de vuelta a la ciudad y me apeé en el Obelisco; desde allí caminé un poco y pedí un Uber-moto para llegar a la estación más grande que se encuentra a la mitad del recorrido más extenso del Transmetro.

A las doce y cuarto estaba llegando al lugar en el que tomamos los busitos que vienen a casa; pero, al parecer, el anterior había salido un poco antes por lo que me tocó que esperar casi quince minutos a que se llenara y el conductor iniciara el viaje.

Al final vine a la una menos cuarto; con tiempo aún para ayudarle a Rb a terminar de preparar la ensalada del almuerzo; por la tarde estuve avanzando con Los Escorpiones y ví una película de dos horas: Rebel Ridge.

A media tarde vino el mecánico -con su hijo adolescente-; salí a comentarle cómo había estado lo del auto -Rb también había intentado encenderlo por la mañana- y él lo encendió pasando la palanca a la posición neutra -no sabía (o había olvidado) que en un carro automático apagado hay que meter el freno para que la palanca cambie-; total que no era nada serio.

Intenté pagarle al mecánico por la molestia; pero me comentó que él aún estaba en deuda con Rb y que aún no podía terminar de cancelar su compromiso; que mejor cotizaría una pieza que puede mejorar el comportamiento de ese día y que entonces sí nos cobraría por el servicio.

Hoy me levanté a las seis y media y, después de meditar, retorné a la cama; estuve haciendo Duolingo pero un poco después me quedé dormitando en la cama; hasta las ocho y media; me levanté a desayunar y luego retorné a continuar con La blague du siecle -ya solo me falta un ciclo-.

A las diez nos dirigimos a la tienda de ropa estadounidense de segunda mano; Rb quería comprar un mameluco para su perra más vieja; yo no quería comprar nada; pero, compré un edredón -aún no decido si utilizarlo yo (tengo dos) u ofrecerselo a mis hijos; Rb también adquirió algunos shorts y playeras; yo compré un helado.

Retornamos antes de mediodía y preparamos alitas y ensalada; lo que almorzamos junto con un poco de sopa que nos ha sobrado de días anteriores; después del almuerzo no pudimos sacar a sus perros pues -como casi toda la semana- la lluvia empezó a ponerse un poco más fuerte.

Estuve leyendo un poco de The Happiness Trap pero me volví a dormir otro rato; luego de que Rb le diera de comer a sus perros aprovechamos que ya no estaba lloviendo para sacarlos a caminar; y quién sabe cuánto tardará esta temporada lluvios.

A ver cómo va eso...

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