jueves, 10 de octubre de 2024

Los doscientos días... The two hundred days... Les deux cents jours...

Este día cumplo doscientos días -pueden ser más o menos, lo más seguro es que un poco más- de estar meditando antes de dormirme y después de levantarme; empezó con el libro Why I can't meditate y la idea de que puedo ir poco a poco: total, tengo el resto de la vida para aprender a hacerlo.

Empecé a finales de marzo con diez minutos -en el templo zen y luego en soledad había probado muchas veces con veinte minutos- y he ido aumentando un minuto cada cuncuenta días; el plan es llegar a mil días de esta práctica -serían treinta minutos por la noche y treinta minutos por la mañana- y luego considerar el futuro.

Quiere decir que terminaré este ciclo dentro de un par de años -ya tengo el calendario para el 2025-; para entonces espero tener arraigado ya el hábito de meditar diariamente; con lo quen no espero haber 'resuelto' mi vida; pero quizá -solo quizá- ver un poquito más claramente.

Esta es, al parecer, la semana de los premios nobel -y de la inteligencia artificial, claro-: me he enterado que el de física se lo adjudicaron a un par de científicos que trabajaron en el desarrollo de las redes neuronales; y que el de química a otro par de científicos que usaron la IA para el trabajo con la microRNA.

Y acabo de leer que el de Literatura -tan político- se lo otorgaron a una escritora surcoreana; coincidentemente leí un libro de ella hace un par de años: la vegetariana; creo que lo leí en inglés -recuerdo que publiqué la portada del mismo en mi timeline de facebook- y me pareció, en general, interesante; estoy considerando leer La Clase de Griego.

En mis siete -casi ocho- líneas de lectura: en ficción estoy leyendo Bang Bang Bodisathva; aunque al inicio había decidido no leerlo -creo que me dije que había leído bastante literatura queer- en general me está gustando el desarrollo de la historia.

En español acabo de terminar de leer Los Escorpiones -reminiscente de Infinite Jest-; me pareció interesante y, aunque al principio, el final me decepcionó; creo que tiene sentido que la escritora lo terminara como lo termina: sin sentido.

Y empecé a leer Sin querer queriendo, la autobiografía de Roberto Gómez Bolaños; le comentaba a Rb que -oh sorpresa!- realmente es un reflejo del privilegio: o sea, el famoso comediante es sobrino de expresidentes de su país -su madre pasó (creciendo) una década en New York-.

En la línea que era francés pero lo cambié por algo interesante: The happiness trap; es del mismo autor que mi último libro de psicología (Commitment and Acceptance Therapy) por lo que muchos de los conceptos los estoy encontrando como un repaso.

En no ficción me está costando avanzar con The road to character: examina la vida de individuos que el autor considera como grandes líderes -o grandes personas- y me cuesta ver más que un conjunto de privilegios; pero he encontrado algunos pasajes interesantes: como el hecho de que, al parecer, en el pasado los escritores realmente eran tomados como profetas -o referentes-.

En francés -que es lo que más estoy leyendo, relativamente-, Un homme qui dort; también se me ha hecho cuesta arriba pues el estilo es bastante diferente a lo que había leído en este idioma -o en español o en inglés-: está escrito en segunda persona y casi exclusivamente como introspección.

En tecnología sigo con el libro de ciberseguridad para principiantes; es un repaso de los conceptos que he estado manejando desde hace tres o cuatro años -cuando me metí al master en ciberseguridad de la universidad española-; quiero terminarlo para leer uno de Análisis de Datos.

Y, en psicología/meditación, continuo con Mindfulnes in plain english; que se trata de vispassanna; justo lo que la abadesa del templo zen me sugirió alguna vez que practicara -por mis dificultades con Zazen- y que me negué rotundamente; igual, sigo en mi propio camino con la meditación.

Y a ver cómo sigue eso...

El lunes el trabajo estuvo tranquilo; por la mañana Rb fue a su cita con el practicante de medicina alternativa que ha estado viendo desde hace unas semanas; ayer que conversábamos sobre sus achaque me comentaba que sentía que no le estaba ayudando pero que, por estar a la mitad del tratamiento que ya pagó, lo concluiría antes de ir a ver a un traumatólogo.

Por la mañana fui a hablarle a uno de nuestros vecinos a quien a veces saludo: nuestro mecánico no había dado señales de vida luego de una semana de estarlo llamando y queríamos ver otras posibilidades: este vecino trabaja como taxista y hemos visto frecuentemente a un mecánico en su casa.

Me brindó el número de su mecánico regular -y luego me envió por mensaje el de su mecánico alternativo- y lo contacté para que viniera a ver el automóvil; por medio de whatsapp acordamos que vendría el miércoles a las ocho de la mañana.

Y justo al mediodía se apareció el mecánico regular; y sí: el selector de la caja de velocidades necesita cambio; se llevó la pieza y nos comentó que la cotizaría y nos enviaría la cantidad necesaria para adquirirla; le escribí al otro mecánico para cancelar la visita del miércoles; por la tarde, luego del horario laboral, hicimos la rutina de ejercicios de los lunes.

El martes, por la mañana, le escribí al papá de mi primo que traje hace un par de semanas a casa: lo visité hace como seis años -la última vez que Rb salió de viaje (a Medellín)- y luego, a través de los años he estado posponiendo una nueva visita.

Cuando ví a mi primo me comentó que su papá estaba recuperándose de una operación a causa de una hernia; el martes lo contacté por whatsapp y le comenté que iba a andar cerca de su casa el sábado por la mañana y que quería pasar a saludarlo, a las 9:00; me respondió que me estaría esperando.

Estoy considerando llegar temprano al pueblo en el que creció mi papá -y está enterrado- y pasar a desayunar antes de dirigirme a la casa de mis tíos -viven al menos dos en la casa que dejaron mis abuelos paternos-; también estaba pensando en quedar con un compañero de trabajo que vive en las cercanías.

Por la tarde, luego del horario laboral; nos dirigimos con Rb a los supermercados en dirección sur: debíamos algunos alimentos en el supermercado -y un cartón de huevos en la tienda de las verdura-; por la noche empecé a ver la última película de Hellboy; no me gustó: las anteriores se centraban -creo- en monstruos, esta se centra en brujas.

Ayer miércoles -y el día anterior- no me quedé trabajando en la cama luego de meditar; ambos días -casi al terminar mi periodo de meditación- escuché que la perra más anciana de Rb se puso a chillar para salir al patio: ambos días la saqué y me quedé trabajando en el comedor -pues últimamente se queda en el exterior más tiempo que en el pasado: nomás viendo al vacío-.

Total que ambos días, en lugar de lo habitual: retornar a iniciar mi jornada laboral en cama, me he quedado en la mesa del comedor; el trabajo ha continuado bastante ligero; es más, el día anterior antes de dirigirnos al mercado pude completar el par de tareas que me asignaron del freelance para iniciar actividades.

Durante la tarde  me puse a elaborar uno de mis últimos proyectos: la preparación del playlist que quiero que amenice mi servicio funerario; el otro pendiente es preparar un documento con información que le serviría a Rb en este evento: detalles sobre el servicio y a quiénes notificar.

Básicamente se me ocurre que sea una reunión estilo cuáquera tradicional: en silencio y que hable quien reciba en su espíritu el deseo de hablar -aunque no creo en el espíritu, alma, o similares-; creo que es importante para el procesamiento.

Escribí un poco de código para bajar la parte del sonido de videos de Youtube y luego me puse a recolectar direcciones de internet de videos musicales; al final terminé con dos archivos de más de hora y media de duración; los cuales copié al Samsung que aún uso para escuchar música mientras conduzco.

Son -por ahora- cinco archivos: el más pequeño de media hora y el más largo de casi dos; con una selección bastante ecléctica -aunque me falta aún música en francés (o portugués)-: desde reggaeton en español hasta rock de mi adolescencia.

Anoche continué con la película de Hellboy: the crooked man -es una tarea en mi app de Kanban- y luego -mientras Rb veía sus programas de Drag Queens en la computadora- continué con el ciclo actual de The happiness Trap; a las once me retiré a mi habitación.

Hoy es el primer día de vacaciones -del par de jueves que me obligan a tomar mensualmente- y había planeado levantarme a la hora normal (seis y media) y realizar las actividades cotidianas hasta la hora en la que acompaño a Rb al mercado (nueve y cuarto); pero me desperté un poco después de las cinco y media y no pude volver a dormirme.

Creo que escuché ruidos bastante tempranos -en el sueño escuché a Rb (o a su perra) quejarse- pero continué durmiendo; luego estuve teniendo un sueño bastante extraño: la mamá de mis hijos me citaba en un lugar para -creo- entregármelos ; el sueño era bastante bizarro porque, en el mismo, mi hija segunda había retornado de estudiar del Imperio del Norte.

O sea, la edad de mis hijos era -más o menos- como la actual; pero, al parecer, el grande y el pequeño aún vivían con ella y la misma ya no quería: nos reuníamos en una casa bastante grande y llegaba acompañada de su pareja.

En el sueño, coordinábamos con mis hijos la distribución del apartamento en el que viven actualmente la grande y el menor; y yo veía como las dos chicas empezaban a ponerse al día de los últimos cinco años que la mediana ha estado viviendo en el imperio del norte.

El sueño estuvo bien raro -la verdad nunca me metí en la vida de la mamá de mis hijos luego de que nos separamos- y me despertó completamente; un poco antes de las seis de la mañana me encontraba escuchando el tránsito -por alguna razón lo noté más que otros días- y me levanté a meditar -y a iniciar el día-.

Y a ver cómo va eso...

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