Busqué en internet un antónimo para el cambio... es más o menos como me siento por estos días. Creo que por primera vez en la vida del blog -más de dos años- pasé un mes sin ingresar ninguna nueva entrada. No le veía el sentido. Creo que por el tiempo en que dejé de escribir leí que Saramago había pasado más de cuarenta años sin escribir porque no había encontrado algo que decir. Me pareció interesante.
Me gustaría creer en algo. O talvéz me gustaría creer en algo similar a la mayoría de la gente. Dios, prosperidad, felicidad, qué se yo?. Por estos días ya hasta me parece un sueño -por la diferencia con mi actual realidad- los seis meses que asistí a un templo Zen. En esa época tenía la firme creencia que no seguiría buscando una forma de encontrar paz, sentido o perspectiva.
He continuado visitando -más o menos- con mi grupo de voluntarios. No con los grupos de visita con los que estoy anotado oficialmente sino con el de mi mejor amiga y con otro elegido al azar el último sábado. La otra semana se supone que haremos una actividad especial con los voluntarios ya graduados. En dos semanas se viene la convocatoria para la décima generación.
Con mi grupo de los sábados por la noche se he reunido algunas semanas y otras me he quedado en mi habitación a cenar.
Mi hija segunda cumple doce años en diez días. Le regalaré su primer teléfono celular. He estado llegandoa ver la computadora -que no hay forma que trabaje como espero- durante las noches de miercoles de los últimos dos meses o así. Tuve una conversació más o menos extensa con mi ex esposa hace como dos meses y ahora podemos conversar sin tanta carga emocional. Mis chicos siguen yendo al conservatorio.
Los martes y jueves me he estado quedando por tres semanas -y faltan como otras cinco- recibiendo un curso de Reporting Services. El trabajo sigue casi igual. No puedo quejarme. No sirve de nada, en todo caso.
El mes pasado leí Cometas en el cielo, En nombre de la rosa y una parte de Mientras escribo de Stephen King. Planeo participar nuevamente en el concurso de relato corto en el que me llevé el primer lugar hace un par de años.
Hace un par de sábados me encontré a un viejo conocido, en el restaurante en el cual usualmente almorzamos con mi grupo de visita. Me comentó que se dedica a coaching empresarial y me propuso que nos reuniéramos a tomar un cafecito cualquier día. Aún no lo he llamado. También se dedica a contratar personal.
Terminé de ver House y ví el último capítulo de la temporada de The Big Bang Theory. Ví en el cine The Avengers y Men in Black III. Empecé a ver The Newsroom. He estado tratando de conseguir videos de valores y cuestiones de ese tipo para compartirlos con mis chicos los domingos.
No se si viene a cuento pero me suena mucho este libro: La insoportable levedad del ser...