lunes, 27 de septiembre de 2010

Bolos...

En nuestro país el título de este post tiene varias significados. Es muy común que a una persona que tiene el hábito de consumir alcohol regularmente –alcohólico, borracho- se le diga bolo. En este caso no se refiere a ese significado, se refiere al juego de boliche –bowling-. Este sábado teníamos una cita con mi grupo de voluntarios para reunirnos a jugar boliche

Luego de mi día libre en el trabajo el compañero A me propuso cambiar de turno durante Jueves y Viernes, con lo que estos dos días estuve trabajando de 6 AM a 2 PM. Me tocó estos dos días levantarme alrededor de las 4:20 AM para poder llegar a tiempo a mi trabajo. El viernes habíamos planeado con varios compañeros de la oficina reunirnos al final de la tarde para jugar basketball. Luego del juego pasamos con el compañero B y su esposa al puesto de asados cerca de mi casa a compartir una cena al aire libre. Al mediodía finalizó el campeonato de ajedrez o al menos se definió al campeón: El maestro de ajedrez de la oficina. Con el compañero A tendremos que definir el segundo lugar aunque ya no me emociona tanto jugar ajedrez.

El Sábado era día de descanso para todos los voluntarios pero dejaron abierta la opción de realizar visitas para los que quisieran continuar con el mismo ritmo de visitas. Con mi grupo de voluntarios acudimos a realizar la segunda visita al mismo hospital que la semana anterior. Almorzamos en Taco Bell y luego nos pasamos la tarde jugando Boliche y juegos mecánicos –carritos chocones-. Terminamos el día en un restaurante de tacos mexicanos cerca de mi casa alrededor de las 10:00 PM.

Retorné a mi casa, ví un poco de The Blind Side –Sandra Bullock- y leí un poco del libro que logré conseguir la semana pasada: La Larga Noche de los Pollos Blancos –Francisco Goldman-. Había planeado levantarme a las 7:30 para lo cual dejé las alarmas de mi celular para las 7:30 y las 7:31. Al final me levanté como a las 8:20 y empecé a ordenar mi habitación. Como a las 8:45 mis hijos me llamaron para ver si podía pasar por ellos a las 9:00 –media hora antes de lo habitual-. Pasé a traerlos a la hora que me pidieron y nos fuimos –otra vez- a la sala de boliche. Era un premio que les había prometido si mantenían –los tres- una nota superior a 90% en el colegio. En los bolos encontramos a Pj, Ms y Dl, estuvimos la mañana jugando bolos, luego entramos a ver –otra vez- El Ultimo Maestro del Aire y almorzamos en un restaurante de comida china.

Regresamos temprano a mi casa –alrededor de las 15:00-. Tanto este día como el anterior había estado bastante lluvioso. En mi habitación estuvimos leyendo un rato, luego refaccionamos –gaseosa y galletas- y jugando de luchitas con mi peque. Los fui a dejar a las 18:00 a su casa. Como este día tenía una visita para la cual debíamos reunirnos a las 6:30 y he estado durmiendo bien poco –me encanta- me dormí alrededor de las 10:00 pm luego de revisar mis correos y subir las fotos del día a mi FB.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Día Libre - Day off

Como me tocó trabajar el 15 de septiembre -celebración de nuestra independencia-tenía derecho a un día de descanso esta semana. Había elegido descansar martes pero luego recordé que los miércoles la entrada al cine es a mitad de precio así que decidí tomar ayer como descanso. He estado -los martes, desde hace dos semanas- realizando visitas a un hospital de oncología infantil con mi grupo de voluntariado, el martes me levanté como a las 6:30 AM luego de cuatro horas de sueño, me dormí como a las 2 AM del miercoles pues luego de finalizar mi turno a medianoche me entretuve instalando -y probando- Google Chrome en la portátil que tiene Karmic Koala.

El Miércoles pasado, mientras estaba almorzando con un grupo de amigos de mi voluntariado, recibí una llamada de Ax. Con Ax trabajamos en una fábrica de candelas hace como 8 años, me parece que habíamos recibido un par de cursos en común en la facultad. Le parecía gracioso que yo tuviera -en mi tiempo de la universidad- entre mi horario diario no perderme Los Simpsons y en una ocasión en que mi automovil se quedó encerrado en el parqueo de esta fábrica de candelas recuerdo que, con su esposa, me transportaron a altas horas de la noche hasta mi casa.

Había recibido un correo de Ax hace unos meses pues encontró mi dirección cuando revisaba el curriculum de alguien que había trabajado conmigo y me tenía como referencia laboral. En esa ocasión le respondí el mail, enviándole mi número de cel y contándole en tres o cuatro líneas lo que había hecho en estos ocho años: viajes, divorcio, retorno, etc... El mail no fué respondido y me imaginé que había sido demasiada información para un primer contacto de nuevo. Hasta el miercoles pasado. Lo llamé al final de la semana pasada y quedamos en que llegaría a ver su planta de producción pues había algo de un programa que le interesaba plantearme.

Ayer me levanté a las 6 AM pues el lugar de trabajo de Ax queda relativamente cerca de mi casa. Al final no es un planta de producción sino un centro de distribución de una compañía AngloHolandesa. Participé en la reunión matutina de todo el personal en donde Ax compartió algunas normas de seguridad industrial y luego realicé un recorrido por las instalaciones. Me llamó la atención lo ordenado de sus procesos y el cuarto de información en donde mantienen actualizados sus indicadores de gestión. Estuve allí un par de horas y creo que trabajaré en una pequeña aplicación de gestión de documentos.

El plan para mi día libre incluía recoger mi documento personal de identificación -estamos cambiando nuestras viejas cédulas de identidad tipo libreta por un nuevo documento estilo Tarjeta de Crédito-, pasar al banco -me había quedado sin efectivo- y reunirme en la tarde con dos grupos diferentes de mi voluntariado, con el primero para almorzar y con el segundo para ir al cine.

Después de la reunión con Ax pasé al banco y al Registro Nacional de las Personas. Con lo primero no tuve contratiempos, excepto que me tocó andar con moneda extranjera durante parte de mi día pues cambiaron nuevamente la cantidad mínima para cambio sin cobro de comisión en el banco en el cual usualmente realizo esta operación. En el Renap me informaron que debía de regresar en un par de semanas pues aún no tenían listo mi documento.

Luego de pasar a mi casa a cambiarme de ropa me reuní con mi primer grupo de voluntarios a almorzar y jugar scrabble. Estuve en esa reunión como tres horas, hasta las 5:30. Con el segundo grupo -con quienes más he compartido- me reuní casi a las 6:00 y en lugar de entrar al cine nos quedamos en un centro comercial cenando y jugando Damas Chinas hasta casi las 10:00 PM.

Retorné a mi casa alrededor de las 11:00 y traté de dormirme rápido pues a petición del compañero A hoy y mañana trabajo en el primer turno: de 6:00 a 14:00.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Me he quedado sin material de lectura...

Me refiero a material de lectura en papel. En Internet puedo conseguir casi cualquier libro pero dado que viajo a mi trabajo en bus y no me gusta permanecer en las colas de espera sin hacer nada, extraño los libros en papel. Mi sitio favorito para ir a leer -y para sacar libros cuando puedo- es la biblioteca de mi antigua universidad, creo que es la mejor biblioteca del país y tiene anaquel abierto, lo que significa que puedo pasarme todo el día entre sus anaqueles hojeando cualquier libro. También abren sábados y domingos. Lo malo es que cierto grupo de estudiantes inició una huelga hace ya más de un mes, tomando las instalaciones y cerrando completamente el acceso al campus.

Lo chistoso -?- es que tomaron las instalaciones justo un día antes de la fecha de devolución del libro que estaba leyendo: Aprender a Vivir. Aunque el título suena a libro de autoayuda es realmente un intento de un filosofo contemporáneo francés de presentar cinco distintos momentos de la filosofía y su evolución desde la época de los griegos hasta la filosofía contemporánea. Aunque no estuve de acuerdo con algunos de sus apreciaciones sobre la filosofía, especialmente su desprecio por el principio budista del desapego, el libro me gustó. Y bueno, el libro ha estado conmigo más de un mes pero no me ha gustado tanto como para releerlo de nuevo.

Este día estuve conversando con Gl, mi querida amiga de PDX a quien conocí en mi primer viaje en Portland, me hospedó en su casa unos meses en mi segunda visita y siempre se preocupó por mi situación aún en mi tercera estadía. Espera venir a principios del otro año -por cuarta vez?- para realizar trabajo voluntario con Habitat para la Humanidad y me ofreció en un correo que me envió más tarde traerme los libros -en inglés- que me interesaran.

En su correo también me envió un listado de ciertos hechos que me ocurrieron en su ciudad y que podría utilizar para escribir por acá. Ah si, también se ha convertido en una asidua lectora de este blog.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Dia de la Independencia...

Estuve revisando mis posts del año pasado del mes de septiembre. Hay uno sobre la soledad, otro sobre la independencia y lo que hice ese día: No salir de mi habitación más que para comprar mi almuerzo y otros donde doy cuenta de lo pesado que está siendo mi trabajo y el hecho que no me habían confirmado.

Este año ha estado bastante diferente.

El año pasado me tocó descansar en el día de la independencia, este año me tocó trabajar. La ventaja es que se me dió la opción de trabajar desde mi casa. Me reuní con otras cinco personas de mi grupo de voluntariado y fuimos a ver El Ultimo Maestro del Aire. La película la había visto hace como tres semanas en mi computadora pero valió la pena ir a verla en grupo. Después de la película buscamos un restaurante con señal de internet inalámbrica para poder empezar a trabajar y nos pasamos el resto de la tarde jugando Damas Chinas. No pudimos terminar ninguno de las dos partidas que iniciamos este dia. En la mañana por entrar al cine: Empezamos a reunirnos alrededor de las 10:00 y entramos al cine a la 1:00 pm, en la tarde porque se nos alargó mucho. Nos despedimos alrededor de las 7:00 pm pues uno de nuestros compañeros tenía una actividad familiar.

He estado leyendo sobre que mi país está en vías de convertirse en una especie de Colombia o los estados norteños de Mexico por la ruta del tráfico de estupefacientes y por las nuevas leyes de lavado de dinero que Mexico está empezando a implementar. El ultimo de mis amigos en llegar hoy a la reunión tuvo problemas para entrar al comercial en donde estabamos esperándolo: En el Centro Comercial vecino se había desatado una balacera entre una banda de traficantes -o eso dicen- y la policía nacional. Al final cerraron ese comercial y en donde estabamos reunidos anunciaron por el altavoz que se restringía la salida y entrada de personas hasta que todo estuviera más tranquilo. El saldo final fue de varias personas fallecidas y algunos capturados por la policía. La compañera que maneja pasó a dejarme cerca de mi casa y vine a mi casita a continuar con mi turno de trabajo hasta la medianoche.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

I se ha ido...

Hace unas semanas -el mes pasado?- publiqué un post sobre I. Hoy estábamos almorzando con Ms y Mv hablando de esto y aquello, de lo que ha pasado últimamente en nuestras vidas -Ms se ha dado a la tarea de darle continuidad a los miembros de nuestro original grupo de voluntarios- cuando el primero recibió una llamada. I se ha marchado. Creo que fué bastante pronto. Nos quedamos un buen tiempo en silencio. Principalmente porque la notificación fué bastante tarde. Al parecer I falleció ayer, el velorio fue anoche y el funeral hoy a las 14:00. Recibimos la llamada alrededor de la 1:30.

Me quedé pensando en que aún cuando esperas algo por seguro -yo sabía que era cuestión de tiempo- no te ayuda del todo a hacerte a la idea cuando sucede finalmente.

Terminamos de almorzar y acompañamos a Mv hasta el edificio en el cual trabaja. El día había estado espléndido -un sol abrasador- pero para cuando tomamos el bus con Ms -yo hacia mi trabajo, Ms hacia otra reunión- el día empezó a oscurecerse y una fina llovizna empezó a caer.

martes, 7 de septiembre de 2010

Buses, pasajes y ayuda...

Un día hace unos tres o cuatro años –mi tercer viaje a Pórtland- como a las cinco de la mañana iba bajando en bicicleta un puente que quedaba más o menos a la mitad del camino entre mi casa y mi trabajo. Usualmente andaba preparado con parches e inflador pero me parece que acababa de llegar –nuevamente- a la ciudad por lo que andaba en esta ocasión sin nada de esto. Casi al finalizar la cuesta de bajada del puente un clavo o algo parecido se incrustó en la llanta trasera de mi bicicleta, abriéndole un gran agujero. Luego de lamentarme de lo ocurrido empecé a caminar en dirección a mi trabajo –estaba oscurísimo por esa carretera- cuando vi que venía un bus. Según las políticas de la empresa de transporte no se puede parar en lugares que no están definidos como paradas autorizadas a menos que se trate de un buen motivo. La piloto del bus consideró que mi caso era un buen motivo y paró. Coloqué mi bicicleta en el mecanismo que tienen los buses en Pórtland para este propósito y subí al bus. Cuando empecé a buscar dinero para introducir en el expendedor de tickets resultó que no me alcanzaba para el pasaje. O me estaba tardando mucho en encontrar el dinero en mis bolsillos. Afortunadamente Mk, un anciano que trabajaba en el mismo workshop iba en el bus y me prestó uno de sus tickets del talonario semanal que compraba para su transporte. Más tarde ese día le pagué los dos dólares del valor del ticket.

Me acordé del suceso este día. Venía hacia mi trabajo cuando dos paradas antes de mi destino se subió una señora al bus. Intentó pagar su pasaje con la tarjeta magnética que utiliza el nuevo sistema de nuestra ciudad pero no lo logró. Ella aseguraba que su tarjeta tenía saldo y el chofer y el policía del bus le indicaron que a veces las tarjetas se dañan y que algunas veces el lector magnético no las detecta bien. Le indicaron que podía probar en el siguiente bus. Como venía en uno de los asientos del frente le hice señas de que avanzara y me acerqué para que el pasaje fuera descargado del saldo de mi tarjeta. Su sonrisa y agradecimiento compensaron con creces el valor del pasaje. Me quedé pensando que al final no es tan difícil empezar con una cadena de favores personal.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Sombrilla...

Me molestan los accesorios, o quizá debo decir, no me gusta comprar extras. Usualmente ando con mi mochila al hombro en la cual andan un par de libros mi celular y si me toca ese fin de semana la portátil del trabajo.

De los tres viajes que realicé a Portland, en el primero adquirí un auto que me tocó que dejarle a mi amigo cuando abandone la ciudad. En mi segundo viaje una amiga muy querida me regaló una bicicleta y en el tercero compré una, que le dejé como regalo a otro amigo al abandonar la ciudad. Nunca compré extras, sabía que mi estadía era temporal y no quería andar cargando cosas.
Aún así en la tercera ocasión regresé con dos portátiles viejitas y una camara digital nuevita. Y una Treo.

Mi negativa a comprar extras raya en lo espartano. Algunas épocas de Portland fueron bastante frías, con nieve y todo. Como no me gusta andar con sueter o chumpas prescidí de estos accesorios hasta que una amiga -otra- me prestó una buena chumpa que al final fué un regalo.

Estos meses la lluvia ha estado terrible por acá. Llueve casi todos los días en la mañana, en la tarde o en la noche. A veces en los tres tiempos. No tengo paraguas y no me atrae la idea de andar de arriba para abajo con un paraguas en las manos.

He venido a la oficina empapado un par de veces, cosa que nunca me sucedió el año pasado aún cuando ya llevo más de un año de trabajar acá. Esta semana oí un comentario -no recuerdo si fué en la radio o en una conversación- sobre que lo peor de este invierno -la niña- está por venir durante los próximos dos meses.

Y juro que se ve real la predicción. Este día venía a mi trabajo con el tiempo justo y empezó a llover. Como me faltaban unas 5 o seis calles para llegar a mi trabajo, no quería trabajar mojado y estos dos meses se ven venir igual me rendí y entré a un supermercado. Ahora soy el flamante dueño de una sombrilla amarilla con elegantes flores blancas negras y grises. El único modelo que
encontré.

Ni modo, a veces se trata de cambiar o atenerse a las consecuencias.