martes, 25 de abril de 2023

Películas a medias…Half way movies… Films à mi-chemin…

Al igual que muchas otras entradas en el blog, hace años había publicado algo parecido; y es que me ha pasado mucho, desde joven, el ver películas por partes; las razones han sido muchas y algunas ni siquiera las termino de ver.

Actualmente tengo dos a medias -aunque espero completarlas esta semana-: Arrival, que la ví más o menos cuando se estrenó y que, aunque hace unos meses me había propuesto volver a verla al haber iniciado la lectura del libro en el cual se encuentra el cuento en el cual se basó la película, fue hasta esta semana, cuando un ex compañero de bachillerato compartió un video cómico con una escena de esta película, que empecé a verla nuevamente.

La otra es You were never really here; que también la ví el año de su estreno -hace ya seis años- y que es muy violenta; la razón actual para verla nuevamente fue encontrarla mencionada en un video de una youtuber venezolana que analizaba el recorrido fílmico de Joaquín Phoenix.

Y es que estoy pasando por una etapa bien baja de lectura -o resaca literaria, dirían algunos-: el final de The Exile Kiss no me gustó nada; es como que las historias se iban desarrollando bien pero el final lo sentí muy abrupto y demasiado abierto, en fin; después de eso he estado leyendo muy poco cada día.

Las últimas noches nomás he leído algún capítulo de Judo con palabras; de una autora alemana que enseña cómo manejar los conflictos de una forma un poco más constructiva y hace tres o cuatro noches leí una buena cantidad de 2066; aunque al encontrar muy parecida la primera parte a Los Detectives Salvajes me dieron ganas de leer algún otro libro del mismo autor (como Putas asesinas) para ver si todos sus libros son similares.

Y también leí el prólogo del libro de TA que había programado, pero es el otro tema que aún me tiene indeciso sobre la ruta a seguir; igual debo seguir con The Inmates are running the asylum y completar (creo que ya solo me falta un ciclo) The Windup girl; aunque este último no me está costando nada.

En fin.

El tercer sábado de este mes (no me había percatado que tenía cinco) acudí al club de lectura de unos jóvenes artistas locales; acudimos como 10 o 12 personas y el evento estuvo bastante bien; se supone que nos reuniremos una vez al mes y tendremos una videoconferencia el sábado intermedio.

La reunión fue para presentarnos y presumir un poco de nuestros gustos en la lectura y también distribuyeron unas hojas para listar los libros preferidos de varios géneros (terror, romance, poesía, suspenso, entre otros); se suponía que los libros a leer serían seleccionados de estas listas y ayer anunciaron el primero: Como agua para chocolate.

Leí este libro hace como quince años (creo que en mi primer viaje al Imperio del Norte) y lo recuerdo bastante almibarado; no recuerdo si he leído algún otro libro de la misma autora  pero, para tratar de que la experiencia sea buena anoche releí el primer capítulo; es de esos libros que se leen en una tarde.

Creo que otra de las razones por las que he estado con el ánimo tan bajo empezó ese fin de semana: por la mañana fuimos con Rb a una convivencia en la que conocimos a tres de nuestros maestros de lengua de señas y a una de nuestras compañeras de estudio; la actividad estuvo bastante interesante pues se trató de integrar a personas sordas con personas oyentes.

Hubo cinco o seis actividades grupales y estuvo bastante bien; lo malo estuvo al retornar al parqueo: había un auto bloqueándonos; hablamos con la seguridad del parqueo e incluso fuimos al evento deportivo del colegio que se encuentra frente al hospital -es uno de los colegios más caros de la ciudad- pero al final Rb tuvo que retornar en transporte público a casa y a mí me tocó esperar mucho tiempo, con lo que llegué con una hora de retraso al grupo de lectura.

La actividad de lectura finalizó a la hora esperada aunque había empezado media hora tarde; mi hija mayor fue de las primeras en llegar, mi hijo menor también llegó temprano y yo fuí uno de los últimos en entrar al salón; de todos modos luego de la reunión invité a mis hijos a almorzar en un Mc Donalds y luego los pasé a dejar a cada uno a su habitación.

Luego de dejar a mi hija en su habitación pasé a una gasolinera a llenar el tanque y a un supermercado a adquirir un pastel para regalarle a los vecinos de mis padres pues al día siguiente sería mi viaje trimestral al puerto.

El domingo me levanté a la cinco de la madrugada, me bañé y preparé unos panes de los que confeccionaba cuando salía con mis hijos; inicié a conducir a las cinco y media y un poco después de las siete estaba llegando a la casa de mis papás -pasé primero con los vecinos a entregarles el pastel que les llevaba-.

Desayunamos con mis papás -incluso llevaba una prensa francesa para preparar café- y luego conversamos un rato; mi papá recibió una llamada pues anda aún en los trámites de su examen privado para graduarse de la universidad y luego salió; con lo que nos quedamos solos con mi madre y subimos a ver la construcción: y allí todo se fué al diablo.

Traté de no mostrar mi enojo porque la final encuentro muy poco productivo la gestión de todas las emociones que esto conlleva, pero fue bastante difícil: lo que había conversado en las dos últimas visitas fue ignorado y las dos habitaciones pequeñas y baño completo se convirtieron en dos habitaciones y en lugares separados un sanitario y una regadera.

Le informé a mi madre que ya no seguiría construyendo sino que nomás completaré la terraza superior y luego detendré la construcción; mi nuevo plan es formarme en diseño arquitectónico y luego hacerme cargo personalmente de la finalización de la construcción.

Y a ver cómo va eso.

Me despedí de mi madre -como de costumbre- un poco después de las once de la mañana y a las doce y media estaba entrando en casita; con Rb preparamos alitas de pollo para el almuerzo y por la tarde fuimos a una Megapaca en donde adquirí un par de shorts y unos tenis Vans.

La semana pasada el trabajo estuvo un poco mejor: aunque los primeros tres días me sentí bastante agotado y me costó avanzar en las tareas asignadas, el jueves me levanté dos horas antes y estuve trabajando casi hasta las ocho de la noche; el viernes también avancé bastante en la tarea en progreso.

Además el martes por la noche nos reunimos por primera vez con nuestra editora de libros para empezar las clases de dibujo/diseño: me mostró la forma de trazar figuras básicas en tres herramientas de diseño y me dejó una tarea para trabajar hasta la siguiente clase -serán cada dos semanas-; este día le remití la tarea completada.

El sábado tuvimos nuestra clase normal de lengua de señas y luego me dirigí a la habitación de mi hijo; almorzamos en Subway y pasamos el resto de la tarde en su habitación resolviendo ejercicios de ajedrez, jugando un par de partidas de lo mismo y hasta una partida de scrabble online.

A las cinco -de acuerdo a lo conversado- me retiré de su habitación y pasé por Rb al comercial de donde parte los buses hacia acá; ella había asistido a una presentación de un clown local -con mis hijos asistimos a un show similar, en el mismo lugar y con el mismo clown unos ocho años antes-.

Aprovechando que estábamos fuera nos dirigimos al supermercado en el cual Rb compra el alimento de sus animales pues un par de los sacos ya estaba casi vacío; después pasé a comprar un capuchino y una dona y retornamos a casita.

El domingo me tocó llevar a Rb a su iglesia y un par de horas después también ir por ella; el tiempo intermedio lo aproveché para completar la tarea que me había asignado mi editora; también recibí una aspiradora robot que Rb había adquirido el día anterior.

A media tarde -luego de ver la maravilla de la domótica- me dirigí al Mc Donald´s más cercano en donde había quedado de reunirme con el excompañero con el cuál trabajé unas semanas hace un par de años en el análisis y diseño de unos casos de prueba.

El proyecto ya no continuó -al menos para mí- y, aunque la relación con esta persona no ha sido la mejor, ni siquiera cuando trabajábamos juntos, he decidido bajarle un poco a mi intransigencia personal y mejorar un poco mi exposición social.

La reunión estuvo bien: invité a mi amigo a un capuchino y yo me invité también a un pastel tres leches; conversamos sobre el tiempo laborado en la misma empresa, los proyectos en los que ha estado trabajando últimamente y en general del estado general de la nación; un poco después de las seis lo pasé a dejar a una estación de buses y retorné a casita.

Y eso... por el momento.

viernes, 14 de abril de 2023

Amigos lejanos y amigos más lejanos… Distant friends and farther friends… Amis éloignés et amis plus lointains…

Entre las personas que he conocido más tiempo están X y B… con X estudiamos juntos tres años en la escuela primaria y luego tres años del ciclo básico; luego él se graduó de Perito Contador y yo de Bachiller Industrial…

B estudió -creo- el ciclo básico y el Bachillerato Industrial con mi hermano mayor; X tiene una malformación congénita en ambos pies: están girados hacia adentro; estuvo casado hace más de una década y tiene una hija y un hijo con edades similares a los míos; ahora vive en la casa donde creció -con su mamá-.

B estuvo un tiempo embarcado y luego se fue de ilegal a Estados Unidos, luego se llevó a su esposa y su hijo de la misma forma; después tuvieron otro hijo que ahora está por llegar a los dieciocho años; se separaron con su esposa hace unos años y cortó la comunicación con su hijo mayor: ellos viven ahora en California y B -con su hijo menor- en la ciudad en donde pasé casi dos años en el Imperio del Norte.

X ha tenido diversos trabajos en el puerto donde crecí: ha sido encargado de compras, encargado de cobros y así… también tuvo problemas administrativos porque desfalcó a una empresa con la que trabajaba; ahora tiene un trabajo informal en los barcos que atracan en nuestro mayor puerto marítimo.

B ha tenido muchos trabajos en el imperio e incluso intentó poner un taller de enderezado y pintura; ahora se dedica a manejar un camión para Amazon y está saliendo con una dama que nació acá pero tiene nacionalidad estadounidense; quizá por fín pueda visitar a sus padres después de veinte años.

X me llamó ayer por Whatsapp, era una videollamada pero no funcionó muy bien el sonido; era para saludar a otro compañero de la primaria y en la transmisión se veía el lugar en el que estaban: una cantina en el puerto; hoy le devolví la llamada -por teléfono- y conversamos un rato: a veces se comunica con su hijo menor, al parecer especialmente cuando anda tomando.

Ayer -un poco después de la llamada de X- llamé por Whatsapp a B; habíamos conversado un rato la semana anterior pero no me siento cómodo hablando con alguien conduciendo: temo que se accidenten por no poner suficiente atención a la conducción; ayer estaba en su casa luego de haber trabajado desde medianoche; aún me desespera la gente que vive en el Imperio del Norte y habla mal del lugar en que nacieron… en fin.

Estoy avanzando con I could do anything if only know what it was, tratando de superar mi aversión a los libros de autoayuda; también terminé A fire in the Sun y empecé con el mismo ritmo The Exile Kiss, estoy a un par de capítulos de concluirlo; además terminé el libro de neurología y en solo tres ciclos finalicé el siguiente: Tocar a Diana.

Creí que este último libro, de una autora costarricense, iba a tener una temática lesbiana; pero no, simplemente se parece mucho a Travesuras de la Niña Mala, pero con un ambiente más local -aunque también tiene escenarios europeos- y el tema es más sobre promiscuidad y psicoanálisis; es de esos libros que se leen en una tarde pero creo que lo completé en dos o tres días -por el sistema que he estado siguiendo este año-.

Sigo avanzando con The Windup Girl pero aumenté el número de capítulos en cada ciclo pues sentí que no estaba avanzando mucho; también terminé TA Today y ya no estoy muy seguro sobre el próximo libro en esta línea; estoy aún sopesando entre Born to Win: Transactional Analysis with Gestalt Experiments; que me suena también a más autoayuda que TA y Transactional Analysis in Psychotherapy… es más, me estoy cuestionando si seguir mi exploración de TA.

Luego de Tocar a Diana empecé 2666 que es el libro póstumo de Roberto Bolaño -leí uno de él el año pasado- y es un mamotreto de más de 1,200 páginas; igual pienso tomármelo con calma; y aún me faltan varios ciclos para completar - The Inmates Are Running the Asylum by Cooper e iniciar The Art of Computer Programming.

Mañana espero asistir a la primera reunión de un grupo de lectura en el centro histórico; me llegó la invitación hace más de un mes y he estado a la expectativa de la fecha pues hace ya mucho tiempo que no participo en una actividad de este tipo; también extendí la invitación a mi hija mayor y a mi hijo menor y espero invitarlos luego a un café.

Este fin de semana se prevé un poco cargadito: mañana iremos con Rb a una actividad con nuestra clase de Lengua de Señas -primera actividad presencial que tendremos en tres años-; luego la traeré de vuelta a casa para dirigirme luego al centro histórico a la reunión de lectura; luego café con mi hijos.

El domingo planeo salir de madrugada hacia el puerto, desayunar con mis papás -acabo de lavar una prensa francesa y planeo preparar sandwiches antes del viaje-, revisar cómo va la construcción, departir un par de horas y luego retornar a la ciudad; además le llevo a mi padre un par de plantas de loroco que me encargó hace tres meses.

Estuve sopesando como atender a su petición: desde hace unas semanas estuve llamando a viveros para ver si tenían plantas de loroco pero no había encontrado; luego -hace dos semanas- intenté reproducir un par de macetas con retoños de la planta que Rb tiene en su patio trasero… y todo iba bien hasta ayer, no sé si las he regado mucho -una vez al día- o no regalas ayer las dañó; pero el caso es que hoy no se veían muy bien.

Por lo que a media mañana que llamé a otro vivero y por fín aseguré un par de macetas -cinco dólares nomás-; salí al mediodía al lugar pero sorprendentemente en el mismo sector hay dos o tres negocios similares y en el que ingresé me enviaron a un lugar alejado por lo que el trámite de 15 minutos se convirtió en casi una hora; pero finalmente logré dar con el sitio correcto y ya tengo las macetas para mi papá.

La reunión del trabajo no fue nada del otro mundo; la directora del proyecto -que esté en el Imperio del Norte- quería ver a todo el equipo reunido, anunciar los resultados del primer trimestre y marcar el ritmo para el corto término; al final me tocó que pagar tres horas de parqueo -4 dólares- pero retorné antes del anochecer a la casa de Rb.

Luego el trabajo ha seguido más o menos igual: bastante intenso algunos días -me encanta escribir código, aunque a veces es bastante retante- con poca carga otros días -aprovecho para leer, malabarear, jugar ajedrez y así- y en general bastante satisfactorio; ya mi única duda es cuánto más puede durar y que las condiciones se den para recibir el pasivo laboral -sería como un año completo de salario-. 

El día después de la reunión fue Miercoles Santo y los últimos días de la semana fueron asuetos -bendita latinoamérica-; por lo que aproveché para ver a mi hija mayor y a mi hijo menor; a la primera el jueves, de acuerdo a lo que habíamos conversado la semana anterior.

Llegué a su habitación a la una de la tarde y nos dirigimos a almorzar a un Mc Donald´s que se encuentra a un par de cuadras de su casa; luego del almuerzo retornamos a la habitación y resolvimos una página del libro de Laszlo Polgar; a las cuatro empezó a trabajar y estuve una media hora adicional pues me interesaba ver la dinámica de su empleo.

Que es genial: por medio de una app recibe llamadas del Imperio del Norte para ayudar a personas que no hablan inglés a comunicarse con el personal médico; creo que fue una fortuna que aprendieran -o adquirieran las bases- inglés mientras iban creciendo; un poco después de las cuatro y media me despedí de mi hija y retorné a mi casita.

Vine tan temprano que incluso me dió tiempo para ir caminando a una panadería a adquirir pan dulce para mis desayunos del viernes, sábado y domingo; me parece interesante que muchos negocios locales ya no observan los asuetos de Semana Santa; hace unos años era imposible encontrar una panadería abierta por estos días.

 El viernes tampoco almorcé en mi casa y un poco antes de las tres de la tarde me dirigí a la habitación de mi hijo menor; almorzamos -otra vez- en Taco Bell y luego estuvimos el resto de la tarde en su habitación; también resolvimos una página del libro de Polgar - los últimos ejercicios de Mate en un movimiento-.

El sábado por la mañana fuimos con Rb al mercado municipal de la colonia en la que vivía la mayor parte de la década pasada; la actividad era quizá la décima parte de un sábado normal y no tuvimos mucho trabajo para adquirir las verduras y frutas para la semana.

El domingo por la tarde -luego de la comida de los perros- nos dirigimos al otro extremo de la ciudad para la visita anual con nuestra antigua editora de libros -nunca recibimos royalties de los libros de ortocaligrafía que preparamos en conjunto-; la velada estuvo interesante, con bastante comida tradicional y mucha conversación.

Además, aproveché para pedirle a nuestra amiga -es también diseñadora gráfica- que retomáramos las clases de dibujo que trunqué hace más de cinco años: cuando hubo connato de despedida de mi actual empleo estuve acudiendo a su casa para introducirme al mundo del diseño, pero al restablecerse la normalidad de mi trabajo descarté su continuación.

Ella estuvo de acuerdo y programamos la primera reunión -por zoom- para el martes de la otra semana; en preparación de la misma instalé una máquina virtual con Windows XP en mi máquina de Ubuntu, ya que su programa preferido -FreeHand- no corre en ninguna versión más reciente de ese sistema operativo; también instalé InDesign e Illustrator; la verdad espero que esta actividad me ayude a avanzar en uno de los vagos objetivos que me propuse este año: aprender dibujo artístico.

Y a ver cómo va eso.


lunes, 3 de abril de 2023

La soledad -otra vez-... Loneliness -again-... La solitude -encore une fois–...

Estoy leyendo nuevamente La invención de la soledad, de Paul Auster… es otro de esos libros -como El Viejo y el Mar- que puedo leer una y otra vez -aunque creo que es nomás la segunda o tercera vez que leo el primero-... en general me es bastante difícil leer un libro ya acabado… o ver varias veces la misma película -excepto las de ciencia ficción-.

Realmente ha sido una vida trágica la de Auster… su padre ausente -primero emocionalmente y luego físicamente- a causa del asesinato de su abuelo por parte de su abuela… las crisis emocionales de su hermana… los problemas de drogas y legales de su hijo… la muerte de su nieta -aún bebé- y luego la muerte de su hijo… creo que hace unos años le diagnosticaron cáncer también.

Y quizá lo sorprendente no sea lo trágico de su vida, sino las circunstancias de su vida y la divulgación de las mismas… primero por parte de los libros que ha publicado en los que narra muchos hechos… y luego por parte de la difusión de la información que poseemos en la actualidad.

Estoy casi a la mitad del libro de Auster pero también terminé Conquer Logical Fallacies y empecé a leer I could do anything if only know what it was… que suena bastante como autoayuda pero que ofrece un proceso de autoexamen para revisar la gran pregunta ‘¿qué quiero hacer realmente?’.

Además, llevo casi a medias A fire in the sun y me falta un capítulo de Una historia insólita de la neurología; también, sigo avanzando con the windup girl, the inmates are running the asylum y TA Today… estos dos últimos los he sentido bastante escabrosos pero me obligo a continuar pues es la información que pienso que me ayuda a centrarme un poco en mi viaje por la vida… todos los otros son nomás por placer.

El domingo pasado llevé por la mañana a Rb a la iglesia para su asistencia al servicio matutino; al mediodía retornó con la ayuda de una familia de su congregación y a media tarde la llevé nuevamente para su estudio teológico; luego pasé a comprar una magdalena y me dirigí a la casa de mi prima que enviudó hace unos meses.

En la casa de mi prima estaba su hermana -con quien más he tenido comunicación estos últimos años- y su madre; además de algunos adolescentes hijos de ambas; mi prima preparó café y departimos hasta el final de la tarde… cuando mi prima mayor anunció que se retiraba aproveché para emularla y retorné a mi casita.

La semana pasada el trabajo estuvo bastante normal: los primeros días escribí un poco de código y antes del fin de semana nos agruparon para trabajar en una función específica del proyecto que estamos trabajando… Además, el jueves nos anunciaron que el martes debemos presentarnos en unas oficinas para una reunión general.

El anuncio me vino de perlas pues ya no me estaba sintiendo cómodo con el cabello largo -más de tres años de no ir a una peluquería- y aproveché para ir, después de nuestra caminata vespertina, a una peluquería que instalaron hace unos meses justo en la entrada de la colonia.

Y por 3 dólares recuperé el estilo que había estado usando durante los últimos quince años -corte con la guía 2-... también me recorté la barba y el bigote y recuperé de mis cajas de plástico el pantalón más formal y una camisa manga larga… ya nomás me falta lustrar los zapatos formales para completar mi atuendo profesional.

La reunión será mañana después del mediodía -se supone que estamos autorizados para egresar de la jornada a la una de la tarde- y se nos presentó como una revisión de los resultados del último año y el establecimiento de objetivos para el presente… la verdad me suena mucho como la reunión a la que nos convocaron hace cuatro años para realizar un downsizing… a ver qué pasa mañana.

El sábado desayuné con mi amigo de ascendencia asiática y estuvimos un par de horas en el mismo lugar en dónde habíamos desayunado la última vez; el servicio estuvo un poco mejor que la vez anterior y me enteré que mi amigo viajará en un par de meses al imperio del norte a visitar a su hermano mayor.

Además, me comentó que piensa pedirle a su hermano que lo reclame pero que está consciente que el trámite puede durar bastantes años; le comenté la situación con mi hija segunda y mis dudas sobre su necesidad o no de retornar al país en caso continúe sus estudios.

Cuando pasé a dejar a mi amigo a su casa me volvió a invitar a una reunión del grupo coercitivo del cual es parte -él no lo llama así- en la que se va a realizar una presentación sobre la interpretación de los sueños y quedamos en que me enviaría más información… la verdad no me interesa en lo más mínimo involucrarme en este tipo de actividades.

La clase de lengua de señas estuvo super corta; la maestra actual ha sido bastante irresponsable en los períodos de clase y únicamente una o dos veces hemos completado las dos horas definidas; pero en esta ocasión la razón fue otra: examen; nos reunió en grupos de cuatro personas y nos evaluó por quince minutos, básicamente mostrándonos palabras que debíamos interpretar en lenguaje de señas.

Con Rb quedamos en el mismo grupo y fuimos los primeros en ser evaluados, por lo que antes de las 11:00 ya estábamos libres; por la tarde aproveché para leer un poco y luego fuimos al supermercado a comprar bananos y un litro de helado -estoy consumiendo un litro cada mes y medio o así-.

El domingo iba a preparar panqueques pues hay un remanente de miel de maple y Rb ya no está consumiendo alimentos con trigo -temores de alergia- pero no me levanté con ánimos y nomás preparé unas tortillas con huevo; al mediodía preparamos un almuerzo con alitas de pollo y luego del almuerzo de sus perros fuimos al supermercado al cual vamos cada par de meses para proveernos de sus cada vez más limitadas opciones alimenticias.

Retornando del supermercado -casi a la mitad del camino- Rb notó que me habían cobrado erróneamente una bebida que compro habitualmente a la salida de este establecimiento: la cajera le había agregado un cero a la cantidad pagada con tarjeta de débito y en vez de cobrarme dos dólares me había cobrado veinte, por lo que tuvimos que retornar y me dieron la diferencia en efectivo.

Hoy después del trabajo fuimos a comprar implementos para sacarle brillo a mis zapatos formales -han estado abandonados más de dos años- y ya nomás me falta planchar mi pantalón y camisa para estar listo para lo que se venga mañana.

En conversaciones con mi hija mayor y mi hijo menor acordamos que nos reuniremos el jueves con la primera y el viernes con el segundo… para almorzar y compartir una parte de la tarde; y con Rb programamos la tan pospuesta reunión -luego de más de un año- con su amiga, y antigua editora de libros, para este domingo por la tarde.

Y a ver cómo va eso…