domingo, 29 de agosto de 2010

Fin de semana diferente...

Usualmente -y desde finales de enero de este año- mis sábados son exclusivamente para Fds. El de la semana pasada fué diferente. El martes o miercoles de la semana antepasada me habían llamado de la municipalidad capitalina para notificarme que un cuento que había enviado para participar en un certamen de microrelatos había sido elegido como finalista -eran once finalistas- y que la ceremonia de premiación -diplomas para los finalistas y medallas para los tres primeros lugares- se llevaría a cabo el sábado a las 11:00 AM.

Para seguir con las reglas de FdS llamé a mi encargado de visitas y le avisé de que tenía un compromiso el sábado y que no podría visitar. Traté de no hacerme ilusiones acerca del resultado y me dije que estar entre los finalistas y que fuera publicado mi cuento ya era un triunfo.

Para tratar de incluir a mis peques en los momentos importantes -o diferentes- de mi vida llamé a mi ex esposa el día viernes para comentarle sobre el acto y pedirle que me dejara a los niños la mañana del sábado. Argumentó que mi hija mayor estaba por someterse el martes a un examen de admisión bastante complicado en un prestigioso instituto -le toca la secundaria el otro año- y que tenía que estudiar el sábado.

El viernes almorcé con Mv. Su percepción -acertada por cierto- es que me miraba de depre. Y si, en el trabajo se vienen cambios bastante grandes y no se como estará la cosa de aquí a fin de año. En la noche cenamos con el compañero B y su esposa en el puesto callejero de asados que está a tres calles de mi casa y en el que usualmente compro mi cena los viernes.

El sábado me dirigí a la actividad de la municipalidad calculando llegar a las 10:00 AM pues me había llegado una invitación de un Círculo de lectura que he atendido esporádicamente y que coincidentemente realizaría su reunión en la misma calle -Pasos y Cultura- en la cual se realizaría la premiación. Cuando pasaba por la Plaza Barrios, que se encuentra a un para de calles de Pasos y Cultura, vi que había varias mesas de ajedrez ocupadas en su mayoría por niños. Me acerqué a preguntar y resultó ser una exhibición de la escuela municipal de Ajedrez. Me quedé un rato en el lugar y jugué una partida contra un niño de diez años -bastante avanzado en el ajedrez por cierto- que por poco me gana. Al final terminamos tablas.

A las 10:15 aproximadamente llegué al lugar de reunión del Círculo de Lectura. La reunión empezó casi a las 10:30 y se conversó sobre un libro de un autor nacional que trata sobre los ecosistemas de nuestro país. En la misma calle y casi terminando esta reunión se reunió un pequeño grupo bajo unos toldos y empezó la premiación del certamen de cuento corto. Esperé que terminara la actividad del círculo de lectura y me dirigí a la otra reunión.

Cuando me sume a la ceremonia de premiación ya habían llamado a varios de los finalistas. La dinámica era que se leía el nombre del ganador y el título del cuento. Si estaba presente el concursante pasaba al frente, se le entregaba el diploma y leía para todos el cuento. Terminaron de llamar a los finalistas y no escuché mi nombre. Me imaginé que me habían llamado antes de llegar. Luego llamaron a los tres primeros lugares y resultó que uno de mis cuentos se llevó uno de estos premios -omito decir cual lugar gané pues trato de mantener este espacio como semi incógnito-. Pasé a recibir una medalla, un diploma y un paquete con varios cientos de postales con mi cuento impreso. La medalla era el extra. Todos los demás finalistas recibieron también diploma y un paquete de postales.

Luego de terminar la actividad llamé a mi grupo de visita para ver por donde andaban pues habían cambiado la visita de ese día por la participación en una caminata cívica por ciertas calles del centro de la ciudad. Nos reunimos en una estación del transmetro y nos dirigimos hacia el comercial en donde habían dejado los automóviles estacionados.

Con los compañeros con los que estoy realizando visitas dobles nos dirigimos de allí a almorzar y a visitar el Hogar de ancianos al que habíamos ido ya en una ocasión. Fué una muy buena tarde de visitas conversando con varios ancianos sobre sus tiempos, sus familias, sus vivencias, en fin.

Cuando nos dirigíamos de vuelta a la ciudad -la visita de la tarde ha sido en San Cristobal- recibí un llamado de Pj para invitarme a ver una película con ella, Ms y BM -otro sonrisero antiguo-. Como en el auto iba con Sd -sonrisero de mi generación- le convidé a la reunión y nos dirigimos a Skala a reunirnos con Pj, Ms y BM.

Del centro comercial nos dirigimos a la casa de Pj, en el camino compramos tamales y chocolate y pasamos una velada genial viendo Caso 39, cenando y conversando hasta altas horas de la noche. Pj nos llevó luego a todos a nuestros lugares -entré a mi casa alrededor de la medianoche- y me vine a dormir para tener al día siguiente un buen domingo con mis peques.

El final de mis tenis verdes...

Hace un poco más de dos años llegué a mi casa después de un agotador día de trabajo, en ese tiempo laboraba como técnico en un taller de armado de cables. Al subir a mi habitación encontré en la puerta una chumpa negra colgando del picaporte, una playera celeste y un par de tenis verde marca Adidas. Las tres cosas estaban usadas aunque en muy buenas condiciones. En el transcurso de la tarde -o en la noche- mi mejor amigo en PDX me llamó para avisarme que había pasado por mi casa dejandome unos obsequios. La casa la compartíamos con su hermano y su primo.

He sido -la mayor parte del tiempo- muy cuidadoso con mis pertenencias así que la chumpa la utilizo de vez en cuando -especialmente ahora que Guatemala está tan lluvioso-, la playera es una de mis favoritas y los tenis me han acompañado hasta el día de ayer. Ayer sábado se conmemoraba el tercer aniversario de Fábrica de Sonrisas por lo que en lugar de las visitas semanales nos reunimos todos en el lugar en el que se desarrolló -y se desarrolla- la Payaescuela.

La cita era de 8 a 5, se nos pidió llevar almuerzo para compartirlo en familia. Empezó -para variar- tarde la actividad, nos dividieron en 12 grupos y se suponía que cada grupo se dividiría a su vez en dos, cada mitad de grupo pasaría luego por 8 o 9 diferentes actividades de competencia grupal durante la mañana, luego el almuerzo y por la tarde una serie de actos de conmemoración.

La organización estuvo bastante precaria -al menos en nuestro grupo-, pasamos más de media hora cantando por nuestra cuenta esperando que llegara la persona que debía darnos las instrucciones. Al final nos dividimos en dos y el grupo en el cual quedé pasó a la que creo que debía ser la última actividad: Escribir en una hoja lo que FdS representa para cada uno y como la veíamos en un año. Después de eso debíamos pasar por un tobogán, que realmente era una banda de plaśtico con agua jabonosa en la que debíamos resbalarnos, justo a la par de esta actividad estaba un gran espacio que, por causa de la lluvia casi diaria que hemos tenido, tenía una gran cantidad de lodo. Negro.

Hasta allí llegaron las actividades estructuradas, al menos para la mayoría de nuestro grupo. Escuché por allí que habían más opciones: Colocar nuestras manos pintadas en una manta, competencias por equipo. Para la mayoría de nosotros el resto de la mañana fue simplemente jugar entre el lodo. Cualquier Sonrisero limpio que veíamos -y que no corría rápido- era arrastrado y colocado cuan largo era en el lodo, luego le dabamos la vuelta y terminábamos el trabajo, la mayoría se quedaba para continuar con los siguientes. Eso siguió hasta el mediodía.

En algún momento me di cuenta que uno de mis tenis ya no tenía suela. Estaban muy viejitos los pobres. Al realizar la pausa para el almuerzo estaba cubierto de lodo de los pies a la cabeza. Procedí a buscar un grifo para lavarme y me di cuenta que el otro tenis había perdido también su suela. Afortunadamente -previsor que es uno- había llevado una muda de ropa y los tenis blancos de repuesto. Me lavé lo mejor que pude, me cambié completamente y tiré a la basura los tenis. El pantalón -era el que usaba para visitas- también estaba inservible, además de estar completamente cubierto de lodo se había roto de las asentaderas por lo que también se fué a la basura.

Después del almuerzo en familia se realizó un acto en el cual se entregaron reconocimientos a los dirigentes de cada una de las seis constelaciones, también hubo intervenciones de los fundadores, quienes estuvieron acompañados por su familia sanguínea.

Casi a las 4:30 nos dirigimos con Ms, Pj, Mv y otro sonrisero en entrenamiento a un Burger King en donde nos pasamos casi tres horas jugando Jenga y Rummikub. Pj nos pasó dejando casi a las 9:00 a Mv y a mi a una parada del Tansmetro de donde nos dirigimos cada uno a nuestro lugar. Me dormí casi a medianoche viendo En el Valle de Elah pero no pude terminar de verla a causa del cansancio.

Este día me costó bastante levantarme, tenía el cuerpo completamente adolorido, a las 9:20 reuní toda mi fuerza de voluntad y me levanté para pasar un domingo tranquilo con mis peques. Estuvimos jugando scrabble, fuimos a Internet y almorzamos en mi lugar burritos de pollo. Terminamos de ver El Ultimo Maestro del Aire. A las 6:30 los fuí a dejar a su casa y retorné para tratar de dormir un poco antes del inicio de mi semana laboral. No pude dormirme y a las 20:00 empecé mi turno.

En otras noticias. Gané la tercer partida de la segunda vuelta del torneo. Pasé a finales con el Maestro de Ajedrez y el Compañero A. Me parece que tenemos dos semanas para jugar tres partidas contra cada uno. El primer lugar se llevará un tablero electrónico de Ajedrez. El tercer y segundo lugar el valor de la inscripción al torneo.

viernes, 20 de agosto de 2010

Temblores y temores...

Un amigo –realmente un exalumno al que no he visto como en quince años- acaba de publicar esto en su status de Facebook:

El sismo de las 16.13 horas fue de 5.2 grados Richter, a 90 km de la capital, en Escuintla.

Ayer estaba en mi oficina a esa hora. Como trabajo en un décimo nivel el remezón se sintió bastante fuerte. En realidad fueron como tres temblores en el término de un minuto o minuto y medio. Mi reacción fue voltear a ver a los dos compañeros con los que comparto la oficina y decirles: Jóvenes, ha sido un honor laborar a su lado, muy al estilo de los músicos del Titanic. La reacción del compañero B fue de antología: Tomó la billetera y las llaves de su auto que mantiene siempre al lado de su mouse pad y prontamente se dirigió a la puerta de salida. Retornó a los pocos minutos ya recobrando el color.

Los comentarios del suceso sobre las reacciones de cada uno vinieron a continuación. El compañero B insistió que ante cualquier peligro trataría siempre de buscar la salida. A mi me pareció un poco cándido empezar a salir al pasillo de un décimo nivel en el caso de un terremoto pero bueno, cada quien es libre de reaccionar como mejor lo considere.

Los siguientes comentarios fueron sobre si en alguna ocasión habíamos estado seguros de que la hora final había llegado y, en mi caso, ha habido al menos dos ocasiones en las que me ha tocado decirme: Ha sido una buena vida, lástima que hasta aquí llegó.

La primera fue en mi primer año de universidad y por una tontería. Participaba en un desfile tradicional de mi universidad en el cual se critica al gobierno de turno. Surgió una pelea con otra facultad –ah, los dieciocho años- y al empezar a organizarnos el líder del grupo de nuestra facultad empezó a realizar un conteo de los revólveres con que contábamos. Una tontería suprema sin duda, pero, al parecer nada raro en este tipo de actividades. Al final no se realizó la batalla campal. Pero entre el conteo de las armas y la cancelación de la pelea creí que realmente había llegado mi último día.

La segunda vez fue hace como cuatro años y no fue tan dramático. Retornaba a mi casa después de una conferencia de Linux. En mis últimas dos estadías en PDX siempre me moví por la ciudad en bicicleta. La noche en cuestión creí que me daba tiempo de cruzar una avenida bastante ancha antes de que el semáforo pasara a rojo. Me equivoqué y una señora negra arrancó con todo justo cuando estaba frente a ella. El automóvil le dio a la llanta delantera de mi bicicleta y yo abollé con el hombro la puerta del copiloto. En el espacio entre oir el sonido del motor acelerando y el golpe a la puerta alcancé a decirme lo mismo: lástima que hasta aquí llegó. Al final llegaron los bomberos y la policía, fui multado por manejar mi bicicleta sin precaución y terminó el percance.

Creo que por incidentes de este tipo he llegado a tener una actitud un poco más relajada en sucesos como el del día de ayer.

lunes, 16 de agosto de 2010

Fin de Semana para el olvido o Cuando me dá, me dá

Los viernes voy -generalmente- a reunión a mi trabajo entre 8 y 11 AM. Como luego hago mi turno de 16 a 20 en la misma oficina usualmente almuerzo en algún lugar cercano y aprovecho para jugar ajedrez con mis compañeros, o voy a realizar algún trámite -pagos o similares- pendiente.

El jueves de la semana pasada tuvimos una reunión en la sala de reuniones de la oficina. El aire acondicionado estaba super alto y no se podía graduar. Presté un sueter para pasar la reunión pero sentí que se agravaba el dolor de garganta que había tenido por un par de días.

El viernes llegué a la reunión y empecé a sentirme un poco mal. Influyó, creo, que me había dormido como a las 3:30 AM y me había levantado a las 7:00 -culpa de verificar un proceso remoto hasta esas horas de la madrugada-. Despues de la reunión fuí a un sector de la ciudad en el que venden muebles baratos. Estoy esperando completar el amoblado de mi habitación este mes. Ví un gavetero que me pareció y llamé a un amigo de la facultad para que me ayudara el sábado a transportarlo.

Cuando regresé a trabajar mi turno a las 16:00 me sentía terriblemente mal. Secreción, estornidos y fiebre. Afortunadamente el compañero LH se ofreció a darme aventón a mi lugar alrededor de las 7:00 pm, pues no tenía muchos ánimos para mi caminata nocturna.

El sábado tenía una reunión con mi grupo de voluntarios pero era hasta el mediodía. Me desperté como a las 8:00 AM pero seguí en la cama hasta las 11:00. A esa hora reuní fuerzas y me dirigí al Mc Donalds en donde nos habíamos citado. El tiempo ha estado terrible, lluvias a cada rato. Estuvimos en el restaurante un par de horas y luego nos fuimos con un par de amigos al cine: El Aprendiz de Brujo y El Origen. Eso fué lo bueno del fin de semana.

Me acosté temprano el sábado pues había prometido a mis chicos que iríamos a ver este domingo Mi Villano Favorito. Cuando llegué por ellos a las 9:30 aún no estaban listos y me dijo mi hija segunda que la mayor no podría salir por estar castigada: Habían tenido una riña con el pequeño y lo habia golpeado. Y una vaina. Traté de conversar con mi ex pero no hay modo. Se negó en redondo a dejarla salir, aún cuando le hice ver que no podía castigar a mi chica con mi tiempo. Les expliqué a los pequeños que no me parecía la idea de dejar así a su hermana mayor -hubiera sido lo mismo con cualquiera de los tres- y que retornaría al mediodía para que almorzaramos juntos.

Regresé al mediodía pero la casa estaba vacía. En otro tiempo -el año pasado- me hubiera deprimido/molestado o me hubiera ido con algún familiar a pasar el domingo -este año-. En esta ocasión, sin embargo, lo tomé con filosofía -o eso creo- y razoné que de pronto hasta era mejor pues hubiera sido muy probable que los hubiera contagiado de mi gripe al compartir todo el día. Me dormí casi todo el día.

Trabajé luego de 20:00 a medianoche. Y me volví a dormir la mayor parte de la mañana de este día. Casi a las 10:00 recibí una llamada de mi papá, aún me sentía bastante mal y le comenté que andaba con gripe y que trabajaba hasta en la tarde. El viernes y el sábado en la noche me tomé un par de pastillas para aliviar las molestias, el domingo en la noche no ví sentido en seguir aliviándolas.

Hoy tenía capacitación en la sala de reuniones -otra vez el aire- pero llegué un poco más temprano de lo requerido y conseguí un buen saco con el que siento que me protegí mejor, la gripe ha empezado a remitir.

En otras noticias: La primera vuelta del torneo de ajedrez de este año -son tres vueltas- ha finalizado. Quedé en primer lugar de mi grupo, el compañero A quedó en segundo lugar y el compañero B quedó en tercero. Por cuestiones de suerte los tres de nuestro departamento habían quedado en el mismo grupo con otros dos competidores del área de programación, quienes fueron eliminados. En las siguientes dos semanas se decidirá quienes pasan a la tercer vuelta. Me toca completar tres partidas contra SG, quien ha mejorado bastante en su juego, las últimas veces que hemos jugado hemos quedado empatados. Veremos como sigue el campeonato.

domingo, 15 de agosto de 2010

Cuál es la realidad?

Este post va con dedicatoria: Para vos, A.C.

Una de las seguidoras -tengo nueve, wow- del blog me dejaba el siguiente comentario la semana pasada:

Cada vez que te visito me llevo la impresión de que o lo único que haces es trabajar, o que trabajar te genera bastante stress o que amas trabajar por eso hablas tanto del asunto. ¿Cuál es la realidad?

La realidad es que yo tampoco lo se. Haciendo una evaluacion rápida A.C. está en lo correcto, las etiquetas que tengo a la derecha del blog dan cuenta que el mayor número de posts está marcado como Empleo, luego sigue Peques, Películas, Ajedrez y Zen...

La realidad es que soy un solitario. Creo que lo he sido la mayor parte de mi vida, contando los 9 o 10 años en que hice vida familiar con mi ex esposa. La realidad es que me cuesta hacer amigos. Tengo uno o dos de mi niñez, luego hasta que viajé a Portland que conocí muchos más y que ahora nos comunicamos únicamente por teléfono/correo/msn/skype.

Ah, y Fábrica de Sonrisas, en donde he encontrado a multitud de personas con la suficiente buena vibra para invertir una mañana o una tarde en entretener a niños o ancianos que están en un orfanato u hospital.

La realidad es que me gusta mi trabajo. Es retador, un poco estresante a veces pero en general llevadero. Soy Ingeniero Industrial pero me muevo en el mundo del software. Me encanta.

La realidad es que paso la mayor parte de mi vida en el trabajo. Trabajo unas cinco o seis horas en la tarde-noche en mi oficina y luego dos o tres horas en mi casa, eso de Lunes a Jueves. Los Viernes trabajo cuatro horas en la tarde-noche en mi oficina y los Domingos cuatro horas por la noche en mi casa. Ah y los viernes voy un par de horas en la mañana a la oficina para reunión del departamento.

La realidad es que retorné a mi país para pasar tiempo con mis peques. Llego a traerlos todos los domingos entre 9:30 a 10:00 y los llevo de regreso entre 6 y 7 pm. Jugamos, salimos, comemos, tratamos de convivir. Hoy no estuvieron conmigo y esto ha sucedido unas tres o cuatro veces en los casi dos años que llevo con la rutina. Creo que debo hacer algo para evitar perder más domingos pero no me llevo nada bien con mi ex y un diálogo civilizado está bastante difícil de alcanzaar.

La realidad es que me encanta leer. Paso otra gran parte de mi tiempo en la biblioteca de mi antigua universidad. Participo también en un club de lectura en la misma biblioteca. Me encantan tambien las películas de ciencia ficción y de acción. El ajedrez y el scrabble -desde el año pasado esto último- serían mis otras dos grandes aficiones. Lo primero lo practico bastante en la oficina en donde inicié un Club de Ajedrez el año pasado.

La realidad es que tengo ideas diferentes a la mayoría: Insisto en no conducir un auto, no le voy a ningún equipo de futbol, no voy a la iglesia -ya no soy creyente, aunque aún no pierdo la esperanza de reiniciar mi práctica de Zen- y no se me ocurre otra forma de conocer gente de mi edad. La realidad es que muchas veces me siento solo pero creo que aún no estoy listo para iniciar una relación de tipo romántico.

La realidad es algo que me gustaría comprender.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Morir en un martes por la noche...

El Lunes trabajé en mi oficina todo mi turno. De hecho salí hasta la 1:00 del Martes. El compañero LH me dió jalón hasta mi casa. El plan era trabajar hasta las 10:30 en mi oficina y el resto del turno -hasta la medianoche- en mi casa pues tenía que ver un par de puntos delicados con un cliente remotamente y me convenía más hacerlo desde la oficina. Eso y el hecho de que LH iba a salir alrededor de las 10:30 me hizo quedarme a trabajar todo mi turno allì. Al final el turno del compañero LH se alargó hasta la 1:00. El mío también.

Ayer me levanté temprano, desayuné, leí un poco del libro de filosofía que llevo y me volví a meter a la cama, en donde estuve dormitando un par de horas. Recibí un par de llamadas de la oficina y a la 1:00 pm casi me llamó Mv, con quien estuve conversando hasta la hora de alistarme para ir a la oficina, como media hora después. Estaba lloviendo y me llevé el paraguas que recogimos hace unos domingos con mis peques.

Para trabajar menos tiempo en mi casa ya que la señal de internet ha estado algo irregular me quedé hasta tarde otra vez. Salì alrededor de las 10:20 pm de mi oficina, estuve aprovechando para adelantar algo que tenía que entregar hoy y no había avanzado. A la hora de salida estaba lloviznando otra vez. Tomé mi paraguas -tiene un agujero y unas varillas rotas- y empecé la caminata.

Cuando había hecho como el 60% del trayecto ví a una persona al final de la calle que estaba recorriendo en ese momento. Me llamó la atención que salió a ver en la esquina y se volvio a meter a la avenida, me pregunté si sería un asalto. Me tranquilicé -un poco- cuando ví surgir detras de él a dos señoras -yo venía como a 200 metros-. Al acercarme un poco más ví que había un cuerpo tirado. Una persona tendida en la banqueta que primero tomé por un ebrio. Al acercarme más ví que no tenía los zapatos y ví como a cuatro metros una motocicleta tirada. El señor al que había visto al inicio me dijo que cuando llegó la moto todavía estaba encendida, que había llamado a los bomberos y que estaba esperando para ver que llegaran. Me ofrecí a realizar otras llamadas para solicitar ayuda, llamé a la policía informando del accidente. La persona en el suelo parecía no respirar.

Los bomberos llegaron como a los cinco minutos. Me duele ver la precariedad de los servicios de emergencia: Para ver si sus pupilas se contraían -me imagino- en vez de utilizar una lámpara utilizaron las yemas de los dedos. Lo auscultaron y menearon negativamente la cabeza. Buscaron orificios de arma de fuego en la espalda sin encontrarlos. Se aprestaron a esperar al personal del Ministerio Público para el levantamiento del cuerpo.

Pensé algunas cosas: Quién sería? a donde iría? que le pasaría? cuanto tiempo su familia estaría esperandolo y luego buscándolo? en fin.

Iba a reiniciar mi caminata cuando las personas que habían llegado primero -el señor y las dos mujeres- me ofrecieron acercarme a mi casa, pues les quedaba en su camino. Vine a trabajar la última media hora de mi turno y a intentar dormir. Mis vecinos escuchaban Bob Marley.

lunes, 9 de agosto de 2010

I se está muriendo

Este blog se trata de la vida, el zen y la tecnología. O al menos así lo registré en NetworkedBlogs. Me imagino que muchos discreparán con las categorías. He escrito más que todo de mi vida, mis peques, mi trabajo, voluntariado, etc.

Ahora escribo de la muerte. Porque de hecho es un tema que no es muy común. O no es muy agradable para la mayoría. Algo que les pasa a cualquier otro menos a los que queremos o a nosotros. O eso esperamos.

I llegó a nuestro grupo voluntario con un pañuelo atado a la cabeza, la veíamos esforzarse pero también que estaba -la mayor parte del tiempo- débil. La vimos luego sin cabello y nos fuimos enterando de su caso: cáncer. Estaba en tratamiento. La cosa iba mejorando.

Nos graduamos de sonriseros al cabo de cinco meses. Ella no pudo ir porque se le complicó realizar esfuerzos. A nuestras visitas de práctica había asistido únicamente a una. Con Pj, Ms y Cg fuimos a realizarle una pequeña y muy personal ceremonia de graduación. Algo que se pareciera al menos remotamente a lo que habíamos vivido por dos días en un retiro el resto de nosotros.

Luego no la vimos más. Yo estuve con la inquietud de visitarla o llamarla pero no me sentí con la suficiente confianza de ninguna de ambas cosas. Preferí empezar a coordinar una visita a I. La que se realizó este domingo. I está muriendo. No se cuanto le queda. Es una vaina el cáncer, justo cuando crees que está remitiendo viene la etapa final. I está ya utilizando oxígeno porque tiene dificultades al respirar. Llevé a mis chicos a la visita, ya que los domingos están siempre conmigo. Cómo puedo recordarme cada día de vivir sin desperdiciar mi tiempo en cosas sin importancia? desear un poco menos, lamentar un poco menos, amar un poco más.

martes, 3 de agosto de 2010

Ajedrez, lectura y novia...

Ayer había iniciado este post, titulandolo resiliencia, ese término, que según Wikipedia define a la capacidad de una persona de sobreponerse a los fracasos o algo así.

Lo que sucedió fué que ayer perdí la primer partida luego de cuatro victorias apabullantes en el torneo de ajedrez que estamos realizando en la oficina -creé un monstruo el año pasado al haber traído mi tablero al trabajo-, me sucede bastante, me cuesta reponerme de las derrotas, creo que he leído por allí que tiene que ver con algo de autoestima o con colocar la barra muy en alto. Al final creo que estan relacionadas las dos cosas. Anoche estuve verificando un par de partidas en Youtube y hoy que tenía otra partida bastante fuerte -aunque al compañero A ya le había ganado la anterior- quedé con un tablas en una partida que dominé en el 90% del desarrollo...

Acudo a un club de lectura que se realiza en la biblioteca de mi antigua universidad dos veces por mes. Hace quince días no hubo -o eso creí- así que estaba esperando esta reunión durante toda la semana. De hecho, desde que empecé mi semana laboral el domingo por la noche me dije: -Y bueno, al menos el jueves tengo Club de Lectura. El día de hoy me llamaron para confirmar la reunión, al cuestionar porque no hubo hace dos semanas la persona me comentó que si se habían reunido, aunque no habían publicado el evento y la persona que debía avisar telefónicamente no lo había realizado...

Lo que me lleva a la tercera palabra del título de este post. Al pasar nuestro jefe despidiéndose al finalizar su jornada este día comenté que estaba super animado pues mañana tengo club de lectura. Mi jefe es muy buen lector, de hecho por tener más de diez años de trabajar con el mismo programa una gran parte de su día la dedica a leer libros electrónicos. Sin embargo su comentario fué -mirando al compañero B-: -Debemos conseguirle una novia a Koan.

Y de hecho no, no creo que sea la parte faltante en la ecuación de mi vida -mi koan- en estos tiempos. El ajedrez y la lectura me entretienen. Ayudo con mi grupo de voluntarios. Valoro el tiempo que paso con mis chicos. Estudiaré formalmente filosofía. O ese es el plan.

lunes, 2 de agosto de 2010

Amigos que te hacen llorar...

Realmente el título debería ser 'Amigos con los que puedes llorar' o algo así.

Debo confesar que a mis 37 aún soy dado a las lágrimas a veces incluso por motivos realmente infantiles. Por ejemplo, no pude dejar de llorar cuando matan a Mel Gibson en Braveheart o cuando Liv Tyler se despide de Bruce Willis en Armagedón. A veces estoy leyendo un libro y con un párrafo se me humedecen los ojos, por ejemplo, al final de El viejo y el Mar. El dolor emocional es realmente el tema, con el dolor físico es todo lo contrario. Estóico podría ser una palabra adecuada.

He pasado por varias iglesias de denominación evangélica -ya no soy creyente, eh?- y cuando asistí al templo zen en Portland fué una de las preguntas que le hice al Abad: -Nunca hay muestras emotivas en los servicios?. El me contestó que no era habitual.

Tengo pocos amigos. Aun ahora con mi grupo de voluntarios he conocido a docenas de personas pero realmente solo algunos creo que puedo calificar como amigos. Entre mis pocos amigos está Gl de Portland, conocí a Gl en mi primer viaje, estaba por retirarse como maestra de primaria y luego al año siguiente vino a mi país con su esposo. En mi segundo viaje estuve viviendo unos meses en su casa y durante este y mi tercer viaje nos hicimos bastante amigos. Alguna vez, conversando fuera de una biblioteca y en su casa en otra ocasión me parece, terminé conteniendo con mucho esfuerzo las lágrimas. Con ella podía hablar de temas realmente difíciles, como mi niñez y lo que me hacían falta mis peques.

Este sábado fué la primera regeneración de mi grupo de voluntarios. Más de mil personas nos reunimos en grupos de alrededor de treinta para realizar una especie de lluvia de ideas para mejorar nuestro grupo de voluntarios, la actividad tardó como dos horas y luego fuí con Ms y Pj a un Mc por café y pastel. Ms y Pj tienen como año y medio de ser pareja y un año de estar en el grupo de voluntarios. Ms era uno de los encargados de mi grupo mientras estuve en el entrenamiento. Pj, su novia, era encargada de otro grupo. En algunas reuniones de nuestro grupo que hicimos durante el entrenamiento ella llegaba a traerlo pues ella maneja y él no. Ellos fueron los que estuvieron en el cumpleaños de Mv y el plan era volver a jugar rummikub. Terminamos en lugar de jugar hablando de nuestras relaciones con nuestros padres y al final terminé -otra vez- conteniendo con mucho esfuerzo las lágrimas al elaborar sobre mi relación con mis padres y las razones por las que creo no pueden mejorar. Hay muchas cosas que aún debo superar, realmente me siento agradecido con la vida por haber conocido a personas como Gl y últimamente como Ms y Pj. Son realmente amigos en cuyo hombro podrías -literalmente- apoyar tu cabeza y soltar un buen llanto purificador.