Hace un tiempo escribí sobre cómo gracias a la explosión de la información podemos conocer un poco más de los autores, sus libros e incluso los motivos o las circunstancia que rodearon al autor por la época en la que estaba en producción alguna de sus obras.
Me referí en esa ocasión –y por motivos bastante personales- a Paul Auster y al libro La invención de la soledad, en donde relata la difícil relación que tuvo con su(s) progenitor(es). En fin, casi al final del libro Paul se pregunta qué pasará con Daniel, quien para esa fecha es un pequeño de cinco o seis años y que vive el divorcio de sus padres.
Hace un par de años o así que publiqué el post encontré en algún periódico estadounidense que Daniel estaba con libertad condicional por haber sido partícipe indirecto en el asesinato de un vendedor de drogas. Según recuerdo Daniel no había crecido muy crecido todo lo bien que un padre esperaría y se dedicaba a una vida de despilfarro y drogas. El asunto por el cual lo procesaron era un poco oscuro, según parece en una fiesta uno de los asistentes golpeó hasta la muerte al vendedor de drogas y, Daniel, aunque no participó en el hecho si registró el cadáver y tomó –no recuerdo si dos o – tres mil dólares. Luego leí que Paul Auster acababa de publicar Diario de Invierno.
El año pasado o un poco antes compré en una venta de libros usados una copia de Cartas a Adriana, un libro de Clara Janés en donde le escribe dos o tres cartas por mes durante un año a su hija que tiene siete u ocho años. El libro me encantó pues narra de forma bastante cándida el desarrollo de una chica –y su madre- a través de los primeros años. Los temas de las cartas son variados: el miedo, la mentira, la pascua. En fin, bastante grato de leer.
Estuve a punto de regalar el libro a mi mejor amiga de mi oficina anterior ya que frecuentemente me daba aventón a un lugar cercano a mi casa y conversábamos bastante sobre nuestros respectivos hijos. El de ella tenía algo así como siete u ocho años y se le dificultaba bastante algunos aspectos escolares. Al final tuve que pedirle el libro pues mis chicos –no recuerdo si alguna de mis hijas o mi pequeño- lo habían dejado a medias y querían terminarlo.
El año pasado o algo así estuve investigando un poco sobre Clara Janés y/o sobre su hija Adriana. No recuerdo haber encontrado mucha información, o quizá no busqué mucho o quizá no estaba disponible la información.
Por alguna razón hoy empecé a buscar nuevamente y tengo un poco más claro el panorama: Clara aún vive –tiene sesenta y algo- y es escritora y traductora de éxito. Se divorció del papá de Adriana –Adriana Veyrat-, con quien estuvo casada durante catorce años y quien es un periodista de renombre también en España. Sobre Adriana leí que es una escultora y fotógrafa de bastante renombre en Europa.
Me pregunto nuevamente, ¿qué provoca al final que Daniel sea un drogadicto y Adriana una artista consumada? Creo que es una pregunta que cualquier padre se haría.