lunes, 27 de octubre de 2014

Money struggles, again...

Había tenido la esperanza de tener a mis peques el lunes pasado.  Era el asueto por el día de la revolución -truncada- en mi país.  Les había pedido a mis chicos que le preguntaran a su madre si iban a hacer algo especial y al final no lo teníamos muy claro.  Aunque esperaban que si pudiéramos pasar ese día juntos.  Al final los llamé el domingo al mediodía y mi hija mayor me pasó a su madre.  Quien me explicó que ya habían planeado hacer algún pastel y que si quería podía llegar a acompañarlos y ayudarlos en el esfuerzo.  Again the same story.  Decliné lo más amablemente que pude y bueno.  Otro asueto -ahora no- en soledad.

Me preocupa mi hijo menor.  Durante estos seis años en que hemos convivido parcialmente no he podido lograr que mejore su actitud hacia las tareas, el estudio y así.  Este año perdió una materia en la nota anual y le tocó que ir a recibir algunas clases extras.  Es la primera vez que uno de los tres pierde una clase de ese tipo y aunque había ciertos atenuantes, me desconcertó.  También perdió varios exámenes en el último trimestre.  Espero que el otro año le vaya mejor.

Mi hija segunda sacó un promedio arriba del 90% y mi hija mayor terminó cómodamente -aunque bastante sobretrabajada- su primer año de bachillerato en artes gráficas.

Rb vino sin novedades de Japón.  El viernes de hace dos semanas habíamos quedado en que llegaría a su casa después del trabajo para acompañarla a dejar a la voluntaria que se quedó cuidadon a sus perros.  No tenía muchos ánimos de llegar ese viernes por lo que dejé las llaves del automóvil en mi habitación.  Había planeado pasar después del trabajo, cambiarme de ropa y dirigirme a la casa de Rb.  Al final me fuí directo y hasta que iba entrando a la colonia me dí cuenta que no llevaba las llaves. 

Afortunadamente ya se habían llevado a la voluntaria.  Ese domingo visitamos en el hospital al que hemos estado acudiendo durante el último tiempo.  Afortunadamente nos dejaron ingresar el automóvil pues Rb llevaba varios recuerdos de su viaje para la mayoría de los voluntarios del grupo.  A mí me trajo una figura -de porcelana?- de un Tanuki y varios paquetes de papel para hacer origami.

El sábado pasado  la dentista nos hizo esperar un poco más de media hora para atender a mi hija mayor.  Les dije a mis peques que sólo iremos seis meses más -dos visitas cada uno- y luego haremos una pausa.  El domingo no hubo visita por lo que nos quedamos todo el día en casa con Rb.  Solo salimos a mediodía al supermercado a surtir la alacena.  El lunes, de acuerdo a lo que le había indicado a mi jefa me participé en la reunión de mi equipo de trabajo desde la sala de la casa de Rb.  Preparamos pasta para el almuerzo y como a media tarde retorné a mi casita pues tenía ropa en los lazos desde hacía varios días.

La semana pasada me enteré que habrá un taller de literatura el cual será impartido por un columnista del periódico más grande del país.  He leído un poco al señor este.  No mucho me gustan sus opiniones pero su historia me parece interesante.  Sus papás se lo llevaron de niño a Estados Unidos y ya adulto decidió  instalarse en el país.  Envié una narración que publiqué por acá hace com cuatro años.  Se supone que el cupo es de 10 -o 12?- participantes.  Anuncian a los seleccionados el primero de noviembre.

La semana antepasada empecé a enseñarles CSharp (o C#) a mis hijos.  La ventaja es que como hemos estado varios meses escribiendo un poco de JavaScript se les está haciendo bastante fácil captar la sintáxis de Csharp.  Aprovecho que estoy utilizando este lenguaje en mi trabajo y practicamos estructuras sencillas.  Lo que no fue muy sencillo fue encontrar el ambiente de desarrollo.  C# es parte de Visual Studio que es parte de Microsoft.  He planeado instalar la versión express en la máquina de mi hija mayor pero por el momento estamos escribiendo el código en Notepad++ y compilándolo con Mono que es una suite que funciona en Windows, Mac y Linux.

Aprovechando que la compañía telefónica tenía triple saldo en recargas les envié un poco de saldo a los celulares de mis hijas -mi hijo se niega a aceptar el saldo pues dice que lo utilizaría para cargarle paquetes de internet a su teléfono-.  Le envié una recarga a mi hija segunda y cuando intenté enviarle a mi hija mayor el banco me avisó que no tenía saldo.

Revisé mi cuenta y efectivamente tenía menos de un dólar de saldo.  Y es que la semana pasada pagué mi habitación y pagué dos meses atrasados -y uno en el futuro- del Colegio de Ingenieros.  Me quedé -otra vez- sin dinero en la cuenta que manejo con tarjeta de débito.  Trasladé un poco de dinero de mi cuenta de cheques a la de la tarjeta pero por ser entre bancos la operación no se realizaría el mismo día.  Les expliqué a mis chicos y les indiqué que nos tocaría ir a un comercial a cambiar un cheque.  Aprovechamos para comer sushi.  Mi hija mayor ya lo había probado y le gusta.  A mi hijo menor no le gustó pero se comió el par de rollitos que habíamos acordado.  Mi hija segunda sólo se comió uno y medio e hizo connato de vómito.  En fin.

Luego de almorzar nos dirigimos a la Universidad en donde estuvimos jugando veinte minutos con los guantes y la pelota de softball.  Habíamos planeado estar una hora en la biblioteca pero, por habernos tardado un poco más de media hora en el banco al mediodía sólo pudimos quedarnos como cuarenta minutos.  Como diez minutos antes de las seis empezaron a cerrar la biblioteca y retornamos a mi habitación en donde vimos veinte minutos de Cómo entrenar a tu dragón 2.  A las siete de la noche los fui a dejar a su casa.

Vine a cambiarme de ropa y me dirigí a la casa de Rb.  También me llevé la computadora pues a pesar de haber bajado Trusty Tahr un par de semanas atrás no había podido quemar un dvd para trérmelo. El día anterior Rb había preparado Tempura y me sentía bastante lleno aún.  La cena estuvo bastante ligera y luego estuve actualizando mi sistema (14.04) e investigando como liberar el teléfono Huawei que Rb me prestó -el jueves o viernes renovó su contrato y le dieron un Samsung nuevo-.  Aún no logro liberarlo.

Ayer visitamos en un asilo al que había ido hace muchos meses.  El lugar es bastante pequeño y nuestro grupo es bastante grande.  También mandaron a otro grupo al mismo lugar.  Pasé una gran parte de la visita con una anciana, haciendo origami.  También interactué con casi todos los residentes y un par de enfermeros.  Después de la visita pasamos a comer a un restaurante de pollo frito y luego retornamos a la casa de Rb, quien aún tiene descontrolado su ciclo de sueño por el viaje a Japón y ha estado tomando siestas por la tarde.  Un poco después de las ocho le pedí que me retornara a mi casa.

Hoy por la mañana, como todos los lunes y jueves nos reunimos con mi equipo de trabajo.  Se suponía que luego me reuniría con la chica con la que he estado trabajando algunas tareas pero luego me cambió la reunión para el miércoles.  También me escribió la jefa de mi jefa para ver como estaba de carga de trabajo.  Le indiqué que estaba bien.  Usualmente salgo entre cuatro y cuatro y cuarto y camino hasta la estación del transurbano.  Vine a cambiarme de ropa y fui a dejarles el Kindle a mis peques, y a traer el diario de mi hija mayor pues no lo había traido el sábado.

Sospecho que por una u otra causa he estado gastando más de lo que debo.  Los últimos dos viernes me he ido con algunos compañeros a almorzar en restaurantes bastante fancies.  O sea, con lo que gasté el viernes antepasado podría almorzar los cinco días.  Además se toman más de hora y media de almuerzo y no me gusta abusar del poco control de horarios.  O sea, la sociabilización ha estado buena pero creo que este viernes programaré una reunión para el mediodía.  Al final mi fondo de ahorros bajó a más de la mitad durante los tres meses que estuve sin empleo y no he empezado a reponerlo realmente.  Debo trabajar en eso, pero en general la vida va fluyendo.



martes, 7 de octubre de 2014

Two weeks -kinda- driving...

Rb se fue a Japón hace dos semanas.  Viene dentro de tres días.  Como no quería dejar expuesto su automóvil a cualquiera de las tres personas que quedaban a cargo de sus perros me dejó las llaves.  Me alegro de no poseer un automóvil.

El miércoles de hace dos semanas, de acuerdo a lo que habíamos acordado con Rb, tome el transmetro y cuando llegué a la estación desde donde tomo el busito a su casa nos comunicamos para ver por donde andaba.  Ese día debía recoger a una de las chicas de nuestro voluntariado que se quedaría por dos semanas cuidando a sus perros.  Como estaban cerca del lugar en el que me encontraba las esperé como veinte minutos y nos dirigimos a un restaurante en donde nos ibamos a reunir con otra de las personas que se turnarían cuidando a los perros.  Rb nos invitó a cenar.

Luego de la cena nos dirigimos a la casa de Rb.  Nos dormimos cerca de la medianoche y a las cuatro de la madrugada nos levantamos pues debía llevarla al aeropuerto.  El domingo había dejado una camisa en la casa previendo la pernoctada de media semana.  Mas o menos a las cinco dejé a Rb en el aeropuerto y retorné a mi habitación a dejar el automóvil para retornar en transmetro a mi trabajo.

Por la tarde vine a mi habitación a cambiarme de ropa y fui a dejar el auto a la coonia de Rb.  Retorné a mi habitación y me dormí un poco temprano pues había dormido muy poco la noche anterior.  Se suponía que el viernes me iba a quedar en la casa de Rb pues había planeado llevar a mis hijos a ver a mis papás el sábado.  Mi hija segunda me llamó el viernes para comentarme que la habían invitado a una fiesta de quince años y pedirme si podía retornarla a su casa por la tarde.  Acordamos correr el viaje al puerto una semana.

El viernes vine a preparar los ingredientes para el desayuno con mis peques y me volví a dormir temprano.  El sábado fui por ellos a las ocho y media y venimos a desayunar y luego vimos unos videos en la computadora.  Como ejercicio de JavaScript les pedí que dibujaran un stick guy -o girl- volando una cometa.  Mis hijas estan por terminar la figura de papercraft -primera evolución de un pokemón- y leímos un poco.

Habíamos planeado salir a comer pues es el día del mes que los llevo a un restaurante pero empezó a lloviznar.  De hecho casi toda la semana estuvo lloviendo.  Pedí una pizza por teléfono y almorzamos en mi habitación.  A las dos y media, de acuerdo a lo que habíamos conversado con mi hija segunda, la fuimos a dejar a su casa y nos dirijimos con su hermana mayor y su hermanito a la Universidad.  Jugamos un rato con la pelota de softball y luego entramos un poco más de una hora a la biblioteca.  A las siete y media los fui a dejar a su casa.  No había nadie.

Retorné a mi habitación y me dirigí a la casa de Rb.  Habíamos acordado que mientras estuviera fuera yo manejaría para que fueramos a visita con la voluntaria que se quedó cuidando a sus perros.  Cuando llegué a la casa los perros estaban en la sala, en una de las habitaciones estaba la voluntaria dormida y en otra estaba la otra chica también durmiendo.  Saqué a caminar a los perros.  El tercer amigo de Rb que se quedó a ayudar llegó poco después.  Cené un poco de carnitas que habían comprado lo que me descompuso por completo el estómago.  Creo que debo empezar a evitar el cerdo.

El domingo fuimos con la voluntaria a visita.  Dejamos el automóvil en el parqueo del parque central y caminamos hasta el hospital más grande del centro histórico.  Me pasé la visita en la sala de los niños aquejados de leucemia.  Luego de la retroalimentación acompañé a un grupo de voluntarios al Taco Bell en donde antes nos juntábamos todos y estuve compartiendo con ellos el almuerzo.  Aproveché para ir a un centro comercial cercano en donde pasé de una de mis cuentas de ahorros a la cuenta de mi ex esposa la mensualidad de mis peques.  Me despedí de todos un poco después y me dirigí a la casa de Rb.  Me iba sintiendo bastante mal mientras iba conduciendo.  Cuando llegué a la casa tomé un poco de Salicicato de Bismuto y luego retorné a mi casita.

Me estoy yendo todos los días en Transmetro a mi trabajo.  En el camino compro usualmente tres panes con los que desayuno.  Me vengo desde hace como tres semanas en el Transurbano pues es más directo y se viene bien vacío.  El primer smartphone que he usado me lo dió Rb pues adquirió uno nuevo.  La semana pasada -creo que martes o miércoles- lo boté de mi cama y la pantalla se astilló.  Retorné a mi teléfono habitual.  El jueves luego de venir a mi habitación pasé a una sastrería que queda a un par de cuadras de mi casa para dejar un pantalón cuyo zipper se empezó a descoser.  El cambio me costó lo que me cuesta un almuerzo.

El viernes vine a mi casita a preparar los ingredientes del desayuno del día siguiente.  Como había planeado ir el sábado al puerto hice una buena limpieza, ordené lo que nos llevaríamos el día siguiente y empaqué la ropa de cama pues quería lavarla en la casa de Rb.  Un poco después de las siete y media me dirigí a tomar el transmetro.

El sábado me levanté como a las seis de la mañana, preparé los panes para el desayuno y me vine a mi habitación.  Aprovechando que la chica venía a la universidad le dí aventón.  Pasé a la gasolinera a llenar el tanque y luego fui por mis chicos.  Desayunamos en el camino y casi llegando al puerto, de acuerdo a lo que había acordado con mis padres a media semana, llamamos a mi madre para que saliera a esperarnos a un centro comercial.  Les compré un helado en el lugar a mis peques y esperamos a mi madre.  Quien se puso contenta de volver a ver a sus nietos.  Mi padre no pudo acompañarnos ese día pues tenía actividades en uno de los últimos cursos que le faltan para graduarse de la universidad.

Nos dirigimos a la casa de mis papás -que ahora tiene ya tres casitas en el mismo terreno- y luego de preparar la ropa de baño nos dirigimos a la playa.  Aprovechando que mi madre tiene una bicicleta con parrilla incluída saqué a mis chicos una buena parte del camino en ella.  Con lo que casi me desvanecí también.  Estuvimos en la playa un par de horas.  Las olas son muy fuertes y el sol estaba bastante abrasador.  Después de chapotear un buent tiempo en la playa retornamos a la casa.  En el camino pasamos a una pizzería y compramos tres pizzas con sus respectivas bebidas.

De la pizzería retorné con mis peques en un tuctuc a casa pues estabamos bastante agotados.  Mi madre condujo la bicicleta de vuelta a la casa.  Almorzamos y estuvimos conversando un poco con mi madre sobre la familia antigua.  Trato de aprovechar estos días.  Según mi madre mi abuelo y mi bisabuelo eran canteros y mi bisabuelo por el lado de mi abuela era carpintero.  Un poco antes de las cinco llamé a mi padre para avisar que nos retirábamos y me contestó desde el patio de la casa.  Estaba llegando.  Nos quedamos otros veinte minutos para compartir un poco los seis y luego emprendimos el camino de vuelta.

La carretera estaba un poco congestionada y hubo un camión que nos entorpeció un poco el trayecto.  Al final venimos sin novedad un poco antes de las siete y fui a dejar a mis chicos a su casa.  Había quedado de ir a cenar con mi antiguo grupo de los sábados pero por la tarde una de las voluntarias me había llamado para comentarme que no iban a reunirse en la casa del voluntario que vive en la misma colonia pues él tenía un compromiso.  Acordamos ir al cine.  La voluntaria pasó por mí un poco después de las siete por lo que luego de un baño rápido y un cambio de ropa volví a salir.  En el cine nos reunimos con otro voluntario y vimos The Maze Runner, que no mucho me convenció.  También compramos hotdogs y poporopos.  Un poco después de las once pasó a dejarme a mi habitación.

Entré por las llaves y me dirigí a la casa de Rb.  Cuando llegué sólo estaba despierta la voluntaria.  Le dije que me despertara para la visita y me llevé la computadora a la habitación.  El domingo visitamos en el mismo hospital, me sentía cansado y afortunadamente ahora si nos dejaron meter el auto al parqueo con lo que no nos tocó caminar -o pagar 5 dólares de parqueo-.  Estuve un rato con las madres que acababan de dar a luz, otro rato con niños en uno de los pasillos y el resto del tiempo jugando dominó con otros voluntarios y algunos familiares de pacientes.  Después de la retroalimentación nos dirigimos al restaurante a almorzar y luego me dirigí a la casa de Rb.

Estuve un rato en la casa de Rb.  Compré un poco de comida para la chica pues estaba sola ese día y un poco después de sacar a pasear a los perros retorné a mi casita.  Life is going.