Este es el mes del orgullo gay, creo... o LGBT o alguna de las diferentes definiciones que se le dan actualmente a las orientaciones (espero que no sea ofensivo) sexuales o de género que actualmente son tan discutidas... incluso en esa nueva película de Disney, que porque un personaje tiene dos mamás...
Cuando era niño conocí a una persona que estaba fuera de la normativa; vivía a dos o tres cuadras de mi casa y no recuerdo que se usara la palabra homosexual, a pesar de ser un puerto y vivir cerca de una pequeña ciudad en donde los marinos bajaban a celebrar su estadía en tierra.
Hueco creo que era el término que se utilizaba; era una 'mala palabra' y como buen evangélico no se me permitía usarla; la palabra ha sido utilizada -hasta hoy- como una ofensa hacia la hombría tan común en nuestro medio; marica me parece que era más aceptable pero creo que lo más común era: afeminado.
Los adultos hablaban con 'pena' de esta persona que según los terminos actuales se etiquetaría como homosexual y drag queen: se vestía comu mujer a pesar de haber nacido hombre e insistía en que le dijeran 'colorina' por el personaje de una telenovela mejicana popular en la época.
Nuestros padres, por supuesto, nos infundían temor hacia ese tipo de personas o comportamientos insinuando el infierno para cualquier acercamiento a la persona o hacia cualquiera de sus costumbres; Jaime, creo que era el nombre de esta persona y utilizábamos el nombre para ofender a nuestros amigos o compañeros.
Y con lo atrasados que éramos aún me sorprende 40 años después recordar que había un hombre transgénero en la comunidad: uno de los hermanos de mi mejor amigo se llamaba (o se llama, más bien) Tono y se dedicaba a trabajos temporales: pesca, albañilería y así; incluso escuché que aprendió a reparar aparatos electrónicos con deperdicios que encontraba en los basureros.
El caso es que Tono era 'realmente' una mujer; o ese era el rumor, incluso mi hermano mayor me comentó en alguna ocasión que algunos miembros de la iglesia a la que asistían se habían pronunciado en que era un pecado aceptarlo en la congregación sin 'ayudarle' a aceptar su condición natural (de mujer).
Y es que cuando estaba en la escuela primaria incluso se veía con malos ojos a las maestras que llegaban de la cabecera departamental y osaban vestir siempre pantalones: se rumoraba que eran marimachos, que sería el término actual para referirse a una lesbiana con actitudes masculinas.
Un gran porcentaje de los miembros de mi antiguo grupo de voluntariados se autoidentificaban como miembros de la comunidad LGBT; la verdad, o como yo lo veía, es que la mayor parte eran entre adolescentes y jóvenes adultos y creo que la mayoría nomás estaban en la etapa en la que aún investigaban sus preferencias.
Aunque claro que siempre hay de todo: había personas que durante toda su vida se habían identificado con una de las letras del espectro o que simplemente no se identificaban con ninguna pero actuaban de una forma que dejaba pocas dudas sobre su orientación sexual.
Hace un par de sábados fuímos con Rb a la oficina del notario a quien habíamos pagado para redactar el acta de matrimonio y la lectura de los artículos para legalizar nuestra vida en común: a los 49 puedo identificarme como una persona con estado civil casado.
Esa mañana me había reunido con el voluntario que me había ayudado con los primeros pasos del saldo de la deuda de mi papá hace casi un par de años; este voluntario es uno de los que se identifican (aunque no se viste ni se comporta de una forma particularment especial) como homosexual.
O al menos, era sabido que mantenía una relación de pareja con otro voluntario que sí se identificaba abiertamente como bisexual; el desayuno estuvo bien tranquilo y nomás nos pusimos un poco al día luego de no habernos visto por casi tres años.
Ayer también me reuní con un ex compañero de trabajo a quien no veía desde hace más de una década: CC me contrató en la oficina de consultoría a donde entré a trabajar luego de mi primer viaje a Portland; y justo en la época en la que mi familia se fue al carajo, afectando también mi vida laboral pues renuncié de forma casi intempestiva de este lugar.
Con CC no hablé durante mucho tiempo pero sí con su hermana menor, otra ingeniera que también estaba trabajando en la misma oficina por la misma época; esta chica fue muy amable por la época en la que regresé de mi tercer viaje a Portland casi dos años después.
La hermana de CC se casó unos años después de nuestro trabajo en común y se retiró del mundo laboral por unos años por lo que su situación laboral era más o menos la misma cuando yo estaba tratando de reinsertarmen en el mundo laboral local.
Creo que por ella me enteré que CC estaba viviendo en Chile, trabajando con el mismo ERP al cuál estuvimos dando soporte en la época en la que trabajábamos los tres juntos: CC era el consultor senior y su hermana, yo y otros tres o cuatro ingeniero eramos consultores nomás.
Por las rarezas de la vida, y lo pequeña que esta ciudad, resulta que la mejor amiga de la mamá de mis hijos estaba por esa época teniendo una relación con un hermano menor de CC y por alguna razón le comentó a la mamá de mis hijos que CC era homosexual.
A mí me daba lo mismo pero la mamá de mis hijos se mostró escandalizada con el dato; cuando supe que CC se había marchado a Chile me imaginé que una de las razones era encontrar un poco más de libertad de expresión: además de Ingeniero Químico CC es barítono.
Total que CC retornó al país hace un par de años o así, y fue tan amable de volver a ofrecerme empleo el año pasado o el anterior; en ese momento decliné cortesmente su oferta; primero porque me gusta mucho el trabajo que he estado haciendo últimamente y segundo porque no me llama la atención las funciones que debe realizar un consultor por acá: especialmente el trato con la gente.
Ahora que ya estoy saliendo de mi ostracismo social post pandemia lo invité a desayunar en uno de los lugares 'elegantes' de la ciudad y estuvimos un poco más de una hora poniéndonos al día de nuestras vidas: él regresó casado de Chile y creo que está viviendo una buena etapa de su vida al lado de su esposo.
Hace un par de semanas -o quizá un poco más- leí un artículo en el que entrevistaban y fotografiaban a la persona anteriormente conocida como Ellen Page: Elliot Page; creo que se pueden decir muchas cosas sobre su transformación, o reasignación o transición de mujer a hombre; quizá se puedan decir muchas mas cosas sobre los privilegios, pero bueno.
En el artículo se mencionaban cuatro o cinco libros que le habían parecido interesantes y fuí tomando nota de los mismos pues me parecieron atractivos sus títulos; luego de concluir el artículo empecé a sopesar en qué orden leerlos pues estaba a medias de Come as you are pero no me estaba apeteciendo continuarlo.
Al final decidí comenzar con Somebody's daughter que es una especie de autobiografía o memoria de una chica negra queer casada con un chico blanco heterosexual (o CIS creo que es como lo identifican); y es un muy buen libro: una chica cuyo padre fue enviado a prisión (por doble violación, nomás) cuando ella aún era muy pequeña y a quien ha visto dos o tres veces en su vida y que ahora saldrá de prisión.
Luego continué como How to write an autobiographical novel que es una serie de ensayos escritos por un estadounidense de padre koreano y madre blanca que creció entre el Pacífico y Nueva Inglaterra y que fue testigo del azote del HIV durante los 80s.
Me cuesta leer ensayos pues una de mis debilidades es tratar de encontrar un hilo en las historias; en un ensayo se plantea un punto de vista y se explora desde uno o más ángulos para presentar -creo- una conclusión personal sobre el tema.
Pero el libro es muy bueno, abordando la identidad sexual del autor: me parece que vive con su esposo en Nueva York; la identidad de los koreano americanos; y la dificultad de ser escritor de temas no tan mainstream.
Además, en uno de los ensayos casi del final, se menciona a la autora de uno de los libros que han sido recurrentes en mis conversaciones durante los últimos años: A little life; o como lo tradujeron al español, tan poca vida.
Y me impactó la mención del libro pues parece que la autora fue una de las primeras en interesarse en la novela debut de este autor: Edimburgo; que trata, también, sobre abuso sexual; además, no sé la razón por la cual había asumido que la autora de A little life era de ascendencia India.
En realidad Yanagihara es de ascendencia hawaiana/coreana/japonesa y ver su fotografía y compararla contra lo que había visualizado fue un momento bastante interesante: hablar de libros usualmente me emociona pero no siempre logro transmitir bien lo que intento decir.
Luego de completar el libro de Alexander Chee -o casi junto con los últimos ensayos- empecé a leer Split Tooth de una autora canadiense que también es cantante y activista social para el respeto de las tradiciones de su comunidad: los Inuk que viven en el círculo polar ártico.
El libro es bastante diferente a los dos anterioes; no es memoria ni ensayo sino una mezcla de ambos con bastante poesía; los temas que aborda son bastante crudos y hay -casi desde el inicio- un carga muy fuerte de temas sexuales.
Me parece que aún me quedan dos o tres libros de los que recomendaba Elliot en su árticulo pero creo que también buscaré algo un poco más 'ameno' para leer, quizá algo de ciencia ficción o acción o cibernética o realismo mágico.
El trabajo no ha cambiado mucho aún: sigo dedicando la mayor parte de mi tiempo diario a los dos proyectos en los cuales he estado trabajando estos últimos meses; con mi actual supervisor me he estado reuniendo una vez a la semana pero nomás hemos visto un par de herramientas que utilizaré en el futuro.
Espero que esto mejore un poco esta semana pues me reuniré con la novia de mi supervisor; con la que trabajé hace como siete años y quien es además catedrática en una de las universidades más caras por acá por lo que espero que la transmisión de conocimientos sea un poco mejor.
Además, a partir del miércoles pasado cambió mi designación oficial dentro de la empresa: ahora hay un automate antecediendo mi título y mi anterior jefa pasó a ser la jefe de mi supervisor actual; también mi salario se incrementó en 25%; lo cual no está nada mal, considerando que mi salario aumentó únicamente como el 20% en los últimos siete años.
Y el COVID... personalmente no me asusta el virus; quizá es un poco la parte estóica de mi vida -la que repite que al final todos nos vamos a morir- o a que no le había afectado -aparte de mi hermana menor- a nadie de mi -pequeño- círculo íntimo... hasta ayer.
Hace un par de noches me escribió mi hija mayor para comentarme que no iba a estar disponible para nuestra reunión del sábado -en realidad era en dos sábados- porque la habían diagnosticado con COVID y tenía que estar en aislamiento por 10 días.
Esa noche me costó conciliar el sueño pero al final no puedo hacer mucho... le indiqué que me mantuviera informado del progreso y de si necesitaba algo; se suponía que tenía que ir al Seguro Social que pagamos todos por acá y que fue el lugar en donde le practicaron el hisopado.
Al final no fue al Seguro, creo, ni a consultar a ningún doctor; según entendí ayer que le escribí la enfermera del trabajo le había recetado antiinflamatorios pero creo que aún no los había adquirido; me volví a poner a su disposición pero no quiero forzarla a actuar de la forma que yo esperaría que fuera la correcta.
Espero que su juventud sea un factor positivo en el desarrollo de la sintomatología y logre recuperarse sin muchos contratiempos; al final ante cualquier eventualidad creo que a mí me tocará actuar; pero no quiero actuar con la intransigencia que me caracteriza.
Como con la deuda de mi padre; al inicio Rb me comentó que cuando les hablé se me percibía como molesto y no era la actitud más aconsejable al tratar con ellos; y sí, estaba molesto porque acudían a mí como última instancia -y que fuera mi hermana menor quien me había contactado y no mis papás-.
Pero al final lo resolvimos: ayer me llamó mi papá preocupado porque había recibido un depósito de una cantidad bastante fuerte en su cuenta bancaria (creo que eran los dos mil dólares que le adeudaban); lo raro es que yo había hablado con la amiga que se estaba haciendo cargo del trámite y ella había pronosticado otro mes de espera; o sea, la burocracia en nuestro país funciona de forma casi mágica.
Total que mi hija mayor se contagió de COVID, y creo que le sucedió por haberse cambiado de lugar de trabajo -ahora trabaja en el mismo lugar que su hermano menor- pues había estado más de un año trabajando desde casa.
Hace un par de semanas me había escrito para que la ayudara a obtener sus antecedentes penales, antecedentes policíacos y boleto de ornato municipal; me habló un jueves en la noche y los necesitaba el viernes temprano.
Afortunadamente yo había realizado los mismo pasos unas semanas antes y esa misma noche pude enviarle el boleto de ornato y los antecedentes policíacos; los antecedentes penales fueron emitidos hasta las 8:30 de la mañana siguiente y luego de mandárselos evité preguntar si sus trámites habían sido exitosos.
Y parece que sí lo fueron pues el día que me comentó de su contagio entendí que había estado en el training del nuevo lugar del trabajo y que ellos la estaban guiando en los pasos que debía seguir luego de la confirmación de su diagnóstico.
Y ni siquiera quiero ponerme a meditar sobre las razones por las que estaba buscando cambiar de trabajo luego de un par de años de trabajar como intérprete médica: una mezcla entre el ruido que estaban provocando remodelaciones en la casa en donde vive y su hartazgo de traducir a madres que estaban aprovechando el overturning de Roe vs Wade en el imperio del norte... en fin.
Y no sé hasta que punto podré -o querré- hacerme cargo de las obligaciones financieras que implicarán sus padecimientos actuales; cuando mi hijo menor me habló hace un par de meses pidiéndome dinero, pues acababa de empezar a trabajar después de un par de meses en el paro, acordamos un pago de vuelta en un plan de seis meses.
Porque al final son adultos: él tiene 20, ella tiene 23; y yo puedo ser todo lo 'dadivoso' que soy pero tarde o temprano ya no estaré más y deben -creo- aprender a funcionar como adultos: aceptar las consecuencias de sus actos o de su inacción.
Y creo que estaremos ya llegando al mismo punto con mi hija segunda: hace un par de semanas me escribió -luego de un par de meses de silencio- para preguntar si aún estaba dispuesto a financiar su viaje a Japón; al parecer dos años depués de su primer intento ahora si viajará.
Y no serán cuatrocientos dólares como me había indicado hace un par de años sino entre mil quiniento y dos mil; y sí, claro que me haré cargo de este gasto; al final ella se independizó casi totalmente apenas cumplió los diecisiete, por lo que ese último año de su niñez nomás le proporcioné dos o tres mil dólares en lugar de los cuatro o cinco mil habituales.
Y por último, to my Jewish bff: thanks a lot for being there... I appreciate it. :D