Mi hija mayor empezó la facultad este año... Antes de medio semestre estaba ya quejándose que había elegido mal, que realmente quiere estudiar arte y así. De los cinco cursos que llevan ahora los del primer semestre (recuerdo que hace 25 años eran cuatro nomás), ganó cuatro: deportes, dibujo técnico, social humanística e inglés. Los cuatro los ganó casi sin el examen final, el curso que perdió fue matemáticas, que debería ser el centro de la carrera. Tampoco logró pasarlo en el primer examen de recuperación -que ahora lo realizan antes del curso de vacaciones-. Está ahora cursándolo en vacaciones, en donde comprimen el contenido de cuatro o cinco meses en cuatro semanas.
Lo complicado del asunto es que la primera semana del curso de vacaciones coincidió con la última semana de su preparación como voluntaria en el grupo en el cual he estado durante más de siete años. Y también coincidió con el fin de semana en el cual mi hija segunda culminó sus estudios de bachillerato. La semana pasada estuvo un poco especial.
Como ahora vivimos con mis hijas bajo el mismo techo ya no me quedo a dormir donde Rb. Habíamos estado pernoctando allí los sábados durante los primeros meses del año, con la excusa de que trabajamos juntos en la escritura de libros, pero, hace como un mes hubo un conflicto un poco extraño entre Rb, mi hija mayor y sus perros. Esa noche retornamos a dormir a nuestra casa y desde entonces no ha habido contacto entre Rb y mis hijas. Lo que creo que debió permanecer desde el inicio, en fin, al menos probamos.
Como ahora tengo dos días para trabajar remotamente, los jueves y los viernes me voy temprano a la casa de Rb y allí trabajo hasta las cinco o seis de la tarde. Los sábados los paso con mis hijos y el domingo con Rb hacemos trabajo voluntario por la mañana y por la tarde nos quedamos en su casa. Como la graduación de mi segunda hija estaba programada para un viernes por la tarde había solicitado cuatro días de vacaciones en mi trabajo, los cuales coincidían, al igual que el año pasado, con un lanzamiento en producción del proyecto en el cual llevo un par de años trabajando.
El martes pasado, mi primer día de vacaciones, lo utilicé para inactivar un automóvil del cual aún estaba debiendo los impuestos de circulación luego de diez años de no verlo. Luego pasé al colegio de mi hijo menor a dejar su tarjeta de calificaciones. Regresé como al mediodía a mi casa y almorzamos con mi hija mayor, luego vimos una parte de Black Hawk Down, que iniciamos a ver a finales del año pasado. Ese día habíamos planeado reunirnos en el centro con mi segunda hija para asistir a la proyección de una película en el Centro Cultural Español. Era el último día de clases de mi segunda hija.
El miércoles había planeado reunirme con H, a quien estoy ayudando en la planificación estratégica de su ONG, pero, como pasé todo el día en la casa de Rb y había estado lloviendo un poco fuerte, reprogramé la reunión para este día. El jueves también lo pasé con Rb, creo que ambos día estuvimos poniéndonos al día con House of Cards, Better Call Saul y Silicon Valley. El miércoles también habíamos llavado el auto de Rb al taller pues, luego de un par de meses de constantes reparaciones, debían cambiarle el radiador. El jueves le tocaba a Rb la última dósis de vacuna antirrábica pues, por andar acariciando perros en la calle, había recibido una mordida unas semanas antes y le tocaba inmunización.
El viernes vino mi papá del puerto. Habíamos ido a visitarlo dos semanas antes y habíamos conversado sobre la próxima graduación de mi segunda hija y su asistencia al evento. El año pasado, para la graduación de mi hija mayor, vinieron mi mamá y mi papá; pero este año mi mamá se encuentra en la costa opuesta cuidando a mi hermano mayor, quien tiene enyesada completamente una pierna por un accidente de motocicleta.
Estuve llamando a mi papá desde temprano y a media mañana fuimos con Rb a recogerlo. Almorzamos donde Rb y luego pasamos a mi casa para vestirme formalmente y recoger a mis hijas, de allí nos fuimos al colegio de mi hija segunda. El acto de graduación inició puntualmente a las 3 de la tarde y terminó como a las cinco y media. Lastimosamente, a diferencia de la graduación de mi hja mayor, no pudimos pasar sin incidentes con la madre de mis hijos y ella se retiró del evento con mi hijo menor apenas concluidas las actividades. Bastante molesto, realmente, pues habíamos conversado con mis hijas de cenar algo en familia para celebrar la graduación.
Al final, terminamos cenando con mis hijas y mi papá en un Mc Donalds. Luego fuimos por unos helados. Mi papá se quedó a dormir esa noche en la habitación de mi segunda hija, ella se quedó en mi habitación y yo me quedé a dormir en la sala, en donde mi hija mayor estuvo trabajando hasta altas horas de la madrugada en su primer tarea de matemáticas del curso de vacaciones. A las cinco y media de la mañana le preparé café a mi papá y lo fui a dejar a su autobús; a esa misma hora mi hija mayor salió hacia el campamento de dos días que culmina la preparación como voluntarios de nuestro grupo.
A las ocho y media llegó mi hijo menor acompañado de su madre. Mi segunda hija aún debía ver algo del vestido y salieron con su madre a ocuparse del asunto. Con mi hijo menor tuvimos una conversación un poco tensa y un poco larga sobre un intercambio de mensajes que tuvimos en el messenger de Facebook el martes por la noche. Se ha estado sintiendo presionado pues hace un par de meses le indiqué que si volvía a perder una clase (perdió dos examenes el primer bimestre) cortaría completamente la manutención que le paso a él y a su madre. Luego de la conversación desayunamos y fuimos por el auto a la casa de Rb.
A media tarde nos dirigimos con mi segunda hija y mi hijo menor al hotel en donde estaba programada la fiesta de graduación. La penúltima actividad era una sesión fotográfica, su madre había declinado participar pero al final no estuvo tan mal. El evento estaba muy bien coordinado, con equipo de iluminación y todo; hubo fotografías de mi hija en su vestido para la fiesta, de mi hija conmigo, de mi hija conmigo y con su hermano, y de mi hija con su hermano. Después de las fotos retornamos a mi casa y a las seis de la tarde fuimos a dejar a su hermano a su casa.
La fiesta estaba programada para las ocho de la noche pero, como no me gusta andar conduciendo temerariamente, llegamos un poco después de las siete y cuarto. Estuvimos esperando en el food court del centro comercial que está adosado al hotel y un poco antes de las ocho subimos para la foto grupal que estaba programada para las ocho y terminó realizándose casi a las nueve.
La mamá de mis hijos llegó a la fiesta pero no quiso -justificándose en ropa inadecuada- acompañar a mi hija y a mi en el desfile en una pasarela que debían realizar todos los graduandos. El orden para subir a la pasarela era alfabético por lo que pasamos bastante tarde. Un poco antes de las 10 de la noche fuimos anunciados y subimos a desfilar; deteniéndonos, como habíamos sido instruidos, en tres puntos específicos, para las respectivas fotografías.
La fiesta estaba programada para concluir a las seis de la mañana del domingo. La mamá de mis hijos se retiró como a las 11 y con mi hija nos esperamos hasta cerca de la una de la mañana. Ninguno de los dos bailamos por lo que pasamos del vals de graduandos. La comida estuvo compuesta de entremeses llevados cada hora a la mesa por un equipo de meseros y hubo bebidas alcohólicas, aunque yo ya no me dedico a esos hábitos.
Un poco después de la una de la mañana nos retiramos con mi hija. Como no quería molestar a Rb yendo a dejarle el auto pues luego debe retornarme a mi casa, esperé a que mi hija se durmiera; luego me puse a ver The Accountant, que había tenido en una de mis computadoras desde hace unos meses y un poco después de las cuatro de la mañana me dirigí a la casa de Rb. Íbamos a ir a visitar un hospital pediátrico pero un poco después de las ocho me comentó que su perra más grande estaba enferma del estómago y planeaba llevarla al veterinario. Cancelamos la visita y nos quedamos en su casa todo el día.
Por la noche retorné a mi casa en donde mi hija mayor estaba dormitando, luego de su fin de semana de campamento y mi segunda hija estaba disfrutando de su primer día libre luego de sus dos años de bachillerato. Mi segunda hija se va becada durante dos años al tercer país al sur del nuestro. Todo el mes pasado estuve tramitando la papelería para que le otorguen la visa de estudiante en ese país y esta semana debo comprarle su boleto aéreo. A mediados de Agosto empezará otro período interesante.
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