martes, 3 de enero de 2023

Y aquí vamos de nuevo… and here we go again… Et c'est reparti…

 Hace tres días nuestro planeta completó otra vuelta alrededor del sol y la mayoría de sus habitantes empezaron a referirse a la etapa temporal como 2023… ya son un poco más de dos años de que iniciara la última gran pandemia.

Y aunque en los últimos tres o cuatro años he iniciado el año con challenges personales en esta ocasión estoy prefiriendo centrarme en algunos aspectos menos repetitivos y con efectos -quizá- un poco más duraderos: lo que anoté en mi cuaderno de cuadrícula en el pasado almuerzo con mis hijos.

Y es que la mayoría ya no se trata de iniciar a aprender o practicar algo sino de continuar con la práctica o el aprendizaje: Completar francés en Duolingo -espero terminarlo a medio año-, continuar practicando malabares, completar los cursos de lengua de señas, continuar las reuniones mensuales con mis hijos y trimestrales con mis padres, entre otros.

También tengo entre mis propósitos continuar con la construcción de la casa en el puerto, cuyo proceso es algo raro: ayer me llamó mi madre por primera vez en el año para pedir el envío de 700 dólares para continuar con las paredes del segundo nivel.

Otro propósito es terminar el año trabajando en el mismo lugar aunque esto es más un deseo que un propósito debido a todos los cambios que han estado ocurriendo últimamente en las empresas de tecnología.

Además, virando un poco mi atención hacia el cuerpo/mente, ayer compré unas limas de uñas con las que espero empezar a tratarme la uña del dedo gordo del pie derecho, la cual he tenido dañada (hongo?) durante casi tres décadas; el primer paso es tratarla de forma natural, con limas y ajo, de no haber resultado pasaré a lacas medicadas o similares.

Y con la mente; además de seguir leyendo sobre Análisis Transaccional este año, también quiero asistir a terapia grupal basada en este enfoque; al parecer no es muy común localmente pero creo que debo seguir preguntando sobre el tema a los psicólogos que tengo como contactos.

La última semana del año pasado estuvo bastante tranquila en el trabajo debido seguramente a que la mayor parte del equipo aprovechó para tomar días de vacaciones; por la poca actividad nos dedicamos a mejorar el conocimiento del sistema que estamos probando constantemente; incluso empecé a formarme en automation.

El último día del año pasado -de acuerdo a lo planificado- pasé por mi amigo de ascendencia asiática y nos fuimos a desayunar a un Pizza Hut completamente desolado a las siete y cuarto de la mañana.

El desayuno no estuvo tan bien como el usual de Mc Donald’s pero al menos exploramos una opción diferente; estuvimos en ese lugar un par de horas comentando las últimas novedades de los trabajos -creo que en estas reuniones yo escucho el 90% nomás-.

Como a media mañana nos retiramos del lugar y pasé a dejarlo a su casa… al menos en esta reunión me enteré de un grupo de voluntarios en psicología que realiza intervenciones en uno de los hospitales más grandes de la ciudad; estoy por escribirles para explorar oportunidades de retomar mi labor social.

Ese mismo día repetí algo que no hacía desde hace varios años: tomé las últimas 40 o 50 conversaciones de Whatsapp y empecé a enviar mensajes de bienvenida al año nuevo; obtuve respuesta de la mitad de estos y dos días después repetí el experimento deseando un feliz inicio de semana a mis contactos.

Entre los saludos de fin de año incluí a mis tres hijos (la mayor y el menor por whatsapp y la mediana por facebook); recibí respuesta por whatsapp pero no de Facebook; y ya me puse a pensar si mi hija está muy muy ocupada o simplemente ya no desea tener comunicación conmigo; lo interesante es que incluso para cortar la comunicación preferiría que hubiera comunicación… en fin.

La última hora del año traté de pasarla durmiendo pero se interpuso la cantidad de fuegos artificiales que fueron lanzados por los vecinos y citadinos en general: me acosté -y creo que logré dormirme- antes de la cohetería de medianoche pero luego tuve que leer un poco para conciliar el sueño.

El domingo había acordado con mi prima favorita y su hermana -recientemente enviudada- de vernos en la casa de la segunda y al mediodía -luego de pasar comprando una magdalena de chocolate- me dirigí al almuerzo familiar que repiten usualmente para navidad y año nuevo.

El almuerzo estuvo bastante tranquilo; una gran parte del tiempo lo pasé con el hijo menor de mi prima -que padece cierto retraso físico/mental- jugando ajedrez en su celular y otra parte conversando con otro par de jóvenes de la familia.

Un poco después del almuerzo -carne asada- llegó uno de mis tíos menos favoritos de los hermanos de mi papá; iba acompañado de su esposa y una de sus hijas y mientras mis dos tíos conversaban fuera de la casa; mis primas y las esposas de mis tíos conversaban en la sala de la casa por lo que mejor realicé un retiro temprano y retorné a mi casita.

Por haber sido un fin de semana normal -ya que no hubo ningún asueto para extenderlo- la vuelta al trabajo en el nuevo año se realizó sin muchos contratiempos; retomamos el trabajo en el punto dejado el viernes anterior y he continuado con el aprendizaje de automation.

Hoy terminé de leer The AntiSocial Network y ha sido bastante interesante el examen un poco más detallado del caso GameStop/RobinHood/Melvin… varios se hicieron millonarios, otros aumentaron sus millones y muchos otros perdieron dinero… como siempre.

Ahora voy a Critical Thinking in a Nutshell; este libro -junto con otro par del mismo grupo editorial- es bastante corto, creo que no llega ni a las 100 páginas por lo que estimo que leeré los tres en forma consecutiva.

Casi estoy por concluir The Pragmatic Programmer; me parece que me faltan uno o dos ciclos por lo que en un par de días o así empezaré el siguiente del área de tecnología: Clean Code; en Análisis Transaccional estoy avanzando en What do you say after you say hello; el cual me ha brindado otro par de títulos para agregar a esta lista.

Mientras, en ficción, estoy por llegar a la tercera parte de King Dork; y aunque hace unos años me había prometido no leer más Young Fiction, creo que completaré otro par de este género: King Dork Approximately y Andromeda Klein.

También -desde hace unos días- agregué ficción en español; aunque no creo que aumente a cinco la línea de lecturas que espero mantener durante el 2023; por el momento estoy leyendo, a la par de King Dork, Las madres de Carmen Mola: es novela negra bastante intensa.

Y eso, sigo practicando diariamente Francés con Duolingo; sigo practicando malabares algunas veces por semana; estoy esperando que reinicien las clases -early february?- de lengua de señas; este sábado debo acompañar a Rb a la veterinaria y luego iré a concluir el trámite para que trasladen 300 dólares de la tarjeta que usaba mi hija mediana hacia mi nueva cuenta en dólares.

Y el próximo sábado espero ir a ver a mis papás -y a ver cómo va avanzando la construcción de la casa- y al día siguiente espero reunirme con uno de los psicólogos que espero me refiera a un grupo de terapia grupal.

Y a ver cómo va eso…

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