viernes, 17 de marzo de 2023

Calorías…Calories… Calories…

 Después de terminar A flickr in the dark -como casi todos los libros de ese tipo: el culpable es el mayordomo- empecé el siguiente en mi lista de esa línea: Blindsight; lo había elegido porque en los comentarios -y en su portada creo- decía que era un libro de hard fiction y esperaba algo como la saga de The Three Body Problem.

Pero, no; o al menos no lo encontré así: habla de viajes en los límites de la galaxia pero mete desde el principio un concepto de vampiros -aunque quizá eso sí es algo análogo a los seres de The Three Body problem- y no me gustó; entonces abrí otro libro que había bajado estos últimos días y ya voy en el segundo ciclo: The windup girl.

Este libro es un biopunk y aunque tiene animales -y humanos- modificados genéticamente su principal enfoque es en las plantas alteradas por las grandes compañías para controlar la forma de alimentación -calorías- de la humanidad; está ambientado en Tailandia y hasta el momento tiene muy buen ritmo.

Además de este libro (y adicionalmente a los cinco en paralelo que he llevado este año: ficción, español, no ficción, tecnología y análisis transaccional) estoy a la mitad del primer libro de otra trilogía de ciencia ficción: When Gravity Fails.

Y empecé a leerlo porque -al igual que la saga La Hermandad de la Rosa- me recordé una noche de la semana pasada de un libro que leí en mi tercer o cuarto año de la universidad: Un fuego en el sol; este libro me lo prestó un compañero de la facultad -o lo encontré en la biblioteca, no recuerdo muy bien- y me recordaba del mismo especialmente por un comentario de otro compañero de estudios sobre la portada y el traje futurista que usaba la chica.

Busqué el libro en la red y leí un poco sobre el autor, su tiempo y su obra; total que Un fuego en el sol es la segunda entrega de la trilogía -el tercero es El beso del Exilio-; entonces, estoy leyendo un capítulo de When Gravity Fails después de cada uno de los otros cinco libros, por lo que espero terminarlo bastante rápido -y continuar con los otros dos, con el mismo método-.

El jueves pasado le hablé a mi amigo oriental para recordarle del desayuno que habíamos programado unas semanas atrás; me comentó que no iba a poder y se disculpó por no haber avisado antes; igual lo reprogramamos para la primera semana de abril; el sábado tuvimos el primer examen del último módulo de lengua de señas y por la tarde compré, en un supermercado, un pastel para llevar a la visita programada para el domingo.

El domingo me levanté super temprano y me dirigí a la casa en la que nació -creo- y creció mi papá -y dónde lo velaron hace cincuenta años-; tomé un par de busitos para salir a la carretera interamericana y luego esperé más de media hora por un bus con destino directo al pueblo.

Pero no pasó un bus directo -o realmente, yo no sabía cuál era- así que me fuí en un bus a la ciudad colonial y allí tomé otro bus hacia el pueblo; a donde llegué con media hora de anticipación; para no llegar muy temprano quise visitar la parroquia local pero encontré en su entrada a un grupo de personas con trabajos de decoración por lo que nomás me quedé un rato en la plaza contigua.

En este lugar encontré una escultura metálica un poco rara y que me dejó con ganas de conocer un poco más sobre sus orígenes o patrocinios: son las piernas de un cuerpo, una de ellas con el pantalón arremangado y sin calzado; la otra con un pantalón formal y zapato; a un lado parece que hay un grillete abierto; ah, y aunque no tiene identificación de autor ni fechas o procedencia, en el frente tiene el sello masón -del rito escocés-.

Un poco antes de las nueve y media me dirigí a la casa en la que pasé unas cuantas vacaciones escolares durante mi niñez/adolescencia; de acuerdo a lo que habíamos acordado llamé a la hija mayor de mi tío para que saliera a recibirme y por fín conocí a mis primos - dos señoritas y un joven - a quienes no había tenido el gusto de encontrar previamente.

Encontré a mi tío -creo que es el tercero o cuarto de los hermanos de mi papá- postrado en cama; convaleciente de una operación de los riñones que le practicaron un par de semanas atrás pero en general de buen ánimo; y aunque no habíamos hablado en más de veinte años -excepto por medio de una videollamada hace como tres años- la hora y media que pasé con él y su familia no estuvo tan mal.

A las once me despedí de mi tío y su familia y retorné a mi casita; a donde llegué a la una de la tarde, con el tiempo justo para almorzar y sacar a caminar a los perros de Rb; luego, por la tarde, la conduje a su iglesia -para la continuación de los estudios teológicos en los cuales está inmersa- y pasé el resto de la tarde leyendo y viendo series.

Hace un par de días le escribí a mi hijo para confirmar la hora de nuestra reunión mañana -cumple veintiún años en un par de días- y me respondió esta mañana afirmativamente; y hace un par de días ví que mi hija mediana estaba en línea -aparece un punto verde al lado de su usuario en Fb- y noté que no respondió a mis preguntas.

Hace tres semanas le había dejado dos preguntas: si habría una ceremonia de graduación para concluir sus cuatro años de estudio en el Imperio del Norte y si quería que yo asistiera; como no ha habido respuestas asumiré que no tiene interés en la segunda de ellas; lo que me libra de ir a solicitar -luego de cuatro años- una visa para la entrada al Imperio.

Además de decidir dejarla en paz -imagino que quiere vivir su vida en completa independencia- también creo que ya es hora de una conversación sobre cuestiones económicas: debo dejarle en claro que -al igual que con sus hermanos- tiene conmigo una línea de crédito pero espero que -como un adulto funcional- se haga cargo de sus responsabilidades financieras.

De mi hija mayor no he sabido mucho; excepto que abonó una buena parte del saldo de su deuda; mi hijo también ha estado constante en sus obligaciones financieras; por lo que esperaría el mismo comportamiento -al menos- de mi hija mediana; en fin…

Mañana esperaría almorzar con mi hijo menor -y entregarle su regalo de cumpleaños- y por la tarde reunirme con mi amigo conspiracionista -y su esposa-; el domingo estoy considerando asistir -luego de dejar a Rb en su iglesia- a un club de ajedrez en el centro de la ciudad… y a ver cómo va eso…

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