miércoles, 10 de enero de 2024

La segunda -y la última quizá-... The second -and the last maybe-... La deuxième -et la derniere peut-etre-...

Ayer terminó la segunda jornada médica en la que participo como intérprete y la verdad no me dejó con ganas de seguir por ese rumbo en lo que respecta a trabajo voluntario; anoche que Rb me preguntó si planeaba volver a participar concordamos en que esta no era la opción más eficiente: tres horas para llegar y más o menos el mismo tiempo para regresar cada día.

Pero aún tengo -al menos- otro mes y medio de tiempo libre que debo llenar durante este año así que tendré que seguir explorando esta área; quizá si la jornada se realizara en la misma forma que la del año pasado: ocho días residiendo en el lugar.

Se suponía que esta semana la institución que imparte el diplomado en Tanatología empezaría sus actividades regulares; por lo que el lunes les escribí por Whatsapp inquiriendo información sobre el programa, contenido, horarios y similares; nomás me repondieron de vuelta ofreciéndome una pronta respuesta.

Ayer completé dos de los libros en progreso: 13 steps to bloody good luck -bastante corto y bastante ligero- y How the World really works -bastante extenso, bastante sólido-; creo que el siguiente en la lista de los que leo entre líneas principales tendrá el mismo tema: la suerte.

Y en el caso de no ficción, creo que me decantaré por el libro sobre el genoma que había estado sopesando leer entre las líneas principales; en las cuales sigo avanzando: en ficción voy por el cuarto o quinto capítulo de Five Years y la historia ha tenido giros interesantes.

En Español terminé de leer Cualquier Verano es un Final y aún estoy procesando la historia: o sea, es ameno y está narrado en primera persona; el tema central es la muerte y habla bastante sobre la amistad y el sentido de la vida; el final me pareció bastante inesperado (anticatártico).

Aunque el año pasado había puesto pausa a la novela negra -en especial en español- luego del último libro encontré una trilogía que me llamó la atención y obtuve los tres libros en un mismo archivo: Reina Roja, Loba Negra y Rey Blanco.

Empecé a leer el primero y se ve bastante prometedor: bastante acción y un ritmo adecuado; creo que leeré los tres en este ciclo de lectura; en la misma forma en que leí el último libro de Roberto Bolaño el año pasado -2666-.

En Francés continúo con el segundo libro de Les Fabuleuses Aventures d'Aurore (son tres en total) y la semana pasada estuve bajando varios libros adicionales en este idioma; como para tratar de aumentar el nivel de lectura en este idioma (los de Aurore son para edades entre nueve y doce años).

En Tecnología estoy avanzando con El Método Lean Startup pero no lo estoy encontrando muy técnico; ni siquiera muy administrativo; de hecho se siente más como un libro de emprendimiento; y en Meditación apenas estoy empezando con el libro de Jack Kornfield: Meditation for Beginners.

El jueves pasado me levanté a las 5:20 pues había estimado los tiempos de preparación, caminata y autobús para llegar al punto de encuentro con el bus de la jornada médica a las 6:30 -al final llegué con más de diez minutos de antelación-; como le había puesto redes a mi teléfono para toda la semana pude seguir al detalle el paso del mismo por el punto de inicio y el anterior.

Y me dí cuenta que una persona había llegado tarde al punto de encuentro por lo que tuvimos que esperarla quince minutos en donde abordé el bus; y luego otra persona avisó que no había visto el bus en el segundo punto por lo que tuvimos que esperar otros quince -o treinta minutos, no sé- en el último punto de encuentro.

De todos modos llegamos temprano a la localidad -a un par de kilómetros de mi primer lugar de trabajo como ingeniero-; este lugar -centro educativo de la comunidad Bahai- es administrado por un par de ancianos del Imperio del Norte que se aparecían de forma aleatoria para conversar sobre las bondades del lugar.

Y a diferencia de la jornada en la que participé el año pasado en esta ocasión no venían médicos extranjeros; puros estudiantes de secundaria; y me resultó un poco desconcertante descubrir que el objetivo final -creo- de la experiencia es únicamente acercar a estas personas a una práctica real.

También percibí demasiadas personas en la parte de administración -no sé si en la del año pasado había tal cuerpo organizativo, pero no se notaba-; en esta ocasión sí: había como tres o cuatro líderes -para ocho o diez personas-; incluso un supervisor de intérpretes.

Y los servicios -refacción, café, almuerzo- no me agradaron para nada: galletas y gaseosas -las mismas botellas los tres días- y agua caliente para café instantáneo; creo que lo que más me gustó fue la gelatina que acompañó el almuezo el segundo día.

Siempre es un gusto -hasta cierto punto- conocer a personas que vienen a experimentar el país y a las personas que se acercan a recibir la ayuda brindadda por este tipo de organizaciones; la mayor parte de los estudiantes eran chicas -treinta o así contra dos o tres chicos- y la mayor parte de casos no eran tan graves.

Pero la organización fue bastante deficiente; y realmente me había agradado este grupo porque había percibido que se enfocaba bastante en el orden; pero no: el segundo día nos atrasamos como una hora porque no hicieron bien el horario de una parte del grupo; y el tercer día fue peor; vine con un par de hora de atraso.

El día jueves no llegé desayuno pues había estimado que podría refaccionar algo en la pausa de la mañana; pero al ver que nomás nos ofrecían una galleta y gaseosa decidía llevar el deayuno el resto de la semana.

Por lo que el viernes me levanté veinte minutos antes y preparé para llevar el panito que usualmente consumo el último día de mi semana laboral y el primer día de mi fin de semana; por no haber estimado bien los tiempos me tocó que correr un poco para llegar al punto de encuentro del bus; llegué justo cuando estaba estacionándose.

El día transcurrió de forma similar al anterior; la única variante fue que me asignaron un grupo diferente al primer día para ayudar con la interpretación; y que al final del día nuestro bus no podía iniciar el recorrido pues tuvimos que esperar más de una hora a uno de los integrantes porque se habían atrasado.

El sábado me levanté también a las cinco y llegué a una buena hora al punto de encuentro -nomás esperé cinco o die minutos-; la jornada transcurrió sin muchos sobresaltos -con un tercer grupo de estudiantes- y como era el último día en este lugar terminamos bastante temprano.

Pero tuvimos que esperar más de dos horas a que el mismo grupo que nos atrasó el día anterior concluyera su trabajo; afortunadamente había llevado mi tablet y aproveché para leer un poco antes de que iniciara el viaje de vuelta a la ciudad.

Había estado en comunicación constante con Rb y habíamos sopesado que sacara el auto para la parte final del retorno pues temíamos que no habría bus a esa hora -ya casi eran las ocho de la noche- afortunadamente aún encontré un busito y al final incluso pude pasar a comprar un poco de pan en una panadería del camino.

El domingo me levanté super tarde -entre siete y ocho de la mañana- y me pasé una buena parte de la mañana en cama; luego fuimos con Rb a la tienda en donde nos proveemos de ropa pues ella necesitaba unos tenis; yo no había planeado comprar nada pero encontré un pantalón de mi talla por lo que aproveché para reponer el que debo tirar pronto.

Al mediodía preparamos alitas para almorzar y por la tarde nomás estuvimos en casa; ella viendo series y yo leyendo y viendo alguna parte de una película; también estuve conversando con mi hija segunda pues me escribió para pedirme dinero para la segunda -y última espero- parte de su matrícula.

Así que el próximo jueves debo enviarle -al igual que el año pasado- una cantidad equivalente a más de dos meses de mi salario; y este mes estará bien cargadito financieramente pues el miércoles mi hermana me pidió un préstamo de cien dólares para pagar una multa de su moto y mi prima favorita me pidió un préstamo de trescientos cincuenta dólares.

El lunes me volví a levantar a las cinco pues aunque los últimos dos días de la jornada médica eran en un lugar diferente los horarios del bus no se modificaban; además nos tocó que pasar por nuestra ciudad colonial pues debíamos pasar por el líder internacional del grupo.

Esta persona fue quien realizó la entrevista inicial para participar en la organización y casualmente ha estado estudiando ciberseguridad por lo que cuando hemos coincidido -ahora ya dos veces- la conversación ha sido fácil.

Esta parte de la jornada médica se realizó en el salón municipal de un pueblito que se ubica entre el lugar de mi primer trabajo como ingeniero y el lugar de donde proviene mi familia paterna -y a quienes aún debo una visita-; no hubo grandes cambios -nuevo grupo de estudiante- y sorprendentemente el viaje de retorno se realizó sin ningún contratiempo.

Lo curioso fue que al mediodía que le estaba mostrando mis cubos de rubik -había llevado dos de 3x3x3 de colores, el de 3x3x3 de espejo y el de 4x4x4 de colores- a una intérprete local; una estudiante de mi grupo de ese día -de ascendencia asiática- se interesó por el de 4x4x4 y estuve enseñándole algunos pasos para armarlo; y el retorno fue tan bueno que incluso vine antes de que cayera la noche.

Ayer fue el último día de la jornada médica -y mi último día de vacaciones-; no hubo ningún contratiempo  en los puntos de encuentro pero había un accidente en la ruta así que llegamos al destino final con un poco de atraso.

Me asignaron un grupo diferente al día anterior -todo normal- aunque una de las estudiantes de este grupo había formado parte del grupo con quienes estuve el día sábado -el día lunes reorganizaron los grupos de estudiantes-; la noche anterior había estado sopesando sobre regalarle mi cubo a la estudiante que se había entusiasmado con el mismo pero aún no había decidido.

Aunque en los grupos de los otros cuatro días habíamos visto hasta siete u ocho pacientes -a veces en pareja o grupos de tres- ayer nomás vimos tres pacientes; pero estuvieron bien interesantes: la primera era una señora con tres de sus seis hijos -al final atendimos a cuatro-; esto nos consumió todo el tiempo antes de la refacción.

Luego un maestro jubilado con padecimientos de diabetes -que incluso empezó a explicarle al doctor (local) el concepto de tic, al verlo jugar ansiosamente con su sello de médico-; y luego del almuerzo a una señora que había tenido dieciseis hijos y con una diabetes tan descontrolada que el médico la refirió al hospital local -con la sospecha que no atendería-.

Un poco después del almuerzo la estudiante de ascendencia asiática se acercó a pdirme prestado el cubo del día anterior por lo que se lo entregué y continué explicándole algunos pasos; cuando terminamos nuestras labores continuamos con la práctica y al final se lo regalé.

Un poco después de las cuatro empezaron los discursos y fotos de despedida y luego ayudamos a subir el equipo al autobus pues debíamos pasar dejando todo a las oficinas que el grupo tiene en la entrada a la ciudad colonial; en donde incluso recibí una playera conmemorativa.

La salida de esa ciudad estuvo bastante complicada pues hay trabajos de construcción pero el resto de la ruta estuvo bastante tranquilo; al final vine a mi casita a las siete y media a tomar café con pan y un poco de papaya y a continuar viendo Anatomy of a Fall.

Y a ver cómo sigue eso...

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