jueves, 8 de julio de 2010

Dineros...

El tema del dinero es -generalmente- parte vital de mi vida, como de la mayoría de personas, creo. No es porque ansíe tener cantidades enormes, sino es más una cuestión práctica, tienes dinero cubres tus necesidades, no tienes dinero, tienes que conseguirtelo para cubrir tus necesidades. Me molesta vivir esperando el cheque de fin de mes, viví la última parte de mi matrimonio en esta forma, con tarjetas de crédito y demás.

Afortunadamente por este tiempo no poseo una tarjeta de crédito -caso raro, me parece- tampoco poseo un automóvil ni el deseo de obtener uno. Mi preocupación principal -dada la volatilidad de mi empleo- es contar con recursos para capear un posible paro laboral y continuar cubriendo mis necesidades -y las de mis peques, eso sí-.

A veces -muchas quizá- me voy a los extremos, por ejemplo, a dos meses de cumplir dos años de vivir de nuevo en mi país, acabo de comprar mi primer cama. Mi vecino retorna a su país de origen y aproveché para empezar a proveerme de muebles 'normales'. Creo que es el gasto más fuerte -en cosas que no sean las 'básicas'- que hago desde que empecé a vivir solo en mi país. De hecho en Portland tampoco adquirí artefactos de este tipo, pues a pesar de haber vivido casi dos años siempre lo tomé como algo temporal.

El dinero. Hace unos cuatro meses estaba en una reunión con mi grupo de voluntarios cuando me llamó una prima para solicitarme un préstamo, pagadero a fin de mes. Accedí a prestarle el dinero, pues lo tenía en el momento, no lo necesitaba y me cae bien su familia. Creo que el termino era a fin de año y no a fin de mes. Lo único incómodo es cuando hablamos por teléfono, usualmente la conversación de su lado empieza con 'que pena, tengo que pagarte, etc' y por mi parte 'no te preocupes, cuando puedas, etc'.

El año pasado les abrí una cuenta de ahorro a mis peques en una Cooperativa. Cada dos o tres meses les doy cierta cantidad de dinero, con la condición que determinado porcentaje deben depositarlo en su cuenta y el resto pueden gastarlo a discreción. Usualmente el porcentaje a ahorrar lo pueden elegir, es entre el 70% y el 80% de ahorro obligatorio. Espero estar contribuyendo a su educación financiera. Lo que me interesa, al final, es que vean el dinero como una herramienta: Los resultados de su uso dependerán de lo diestros que sean al manejarlo.

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