Escuché el término Leap Year el segundo o tercer viaje que hice a Portland... ese año cuando febrero trae 29 días. Como hoy.
La semana pasada terminé de leer La invención de la soledad. No quise llamar a mi ex para ver la situación o los planes con mis chicos. Casi todos los días fueron de salir tarde y venir a mi habitación a continuar leyendo o a tratar de descansar un poco. También lavé dos días entre semana. El jueves o viernes estuve conversando con una de mis amigas de Portland sobre Skype, ayudándola con una tarea de español y poniéndonos un poco al día de nuestras vidas. El viernes invité a almorzar al encargado de producción de la oficina, mi trabajo es usualmente bloquear mucho de lo que genera -por no estar bien- y aproveché para limar un poco de asperezas.
El jueves había hablado con Alx un rato, me llamó por la noche pero yo estaba dormitando, apenas le seguí el diálogo y al día siguiente la llamé para explicarle la razón de mi estado la noche anterior. El viernes como a las 2:30 de la madrugada recibí un sms de mi jefa indicándo que su padre había sido hospitalizado y solicitando oraciones. Le respondí algo y continué durmiendo. El viernes mi jefa no se presentó a la oficina, estuvo trabajando desde su casa y estuvimos en comunicación via Skype. Como había quedado con el voluntario que vive en la misma colonia de cenar en su casa la noche del viernes, quedamos con Alx de que me pasaría a traer a mi trabajo y nos reuniríamos con el otro voluntario. Estuvimos -entre cena y conversación- hasta después de las 10 y luego Axl me pasó a dejar a mi casa.
El sábado pasado no habían programadas visitas, se hizo una convocatoria para todos los voluntarios activos para una actividad especial en el mismo lugar en el que recibimos el entrenamiento. Como había quedado con el voluntario que viven en la misma colonia de lelgar al lugar juntos -él está apoyando en la Payaescuela- pasé a su casa a las 7:15 y nos dirigimos al lugar. Encontré a muchos voluntarios a los que no había visto desde la convocatoria para la novena generación. Desayuné con el grupo de mi mejor amiga del voluntariado y estuve el resto de la mañana con mi grupo de visita oficial.
Al mediodía me iba a dirigir al restaurante de costumbre pero como tenía que asistir con el grupo de la tarde a la misma actividad y ésta empezaba a las 2:00 preferí almorzar un hotdog en el lugar y quedarme esperando al grupo de la tarde. La actividad fue un poco más express por la tarde. Terminamos un poco antes de las 5:00 y luego nos dirigimos con varios de los voluntarios de mi grupo a un comedor en donde preparan unas tortillas de harina muy buenas. Estuvimos allí casi hasta las cinco. El abogado con el que había hablado unas semanas atrás era el que estaba dirigiendo la actividad del voluntariado en la mañana y en la tarde y nos acompañó también a la cena. Un poco después de las siete con este voluntario y otro del grupo abordamos un autobús y nos despedimos en la estación del transmetro del Trebol. Vine a ver mis correos y a leer un poco. Me dormí bastante temprano.
El domingo estuvo un poco lento con mis peques. Por la mañana estuvimos en mi habitación, viendo un capítulo de Phineas and Ferb y resolviendo unos ejercicios de ajedrez. Fuimos al mercado por un melón y unos aguacates y nos dirigimos a la universidad a refaccionar. Luego los llevé a su hora -hora y cuarto más bien- de internet mensual y luego compramos comida china y almorzamos en los campos de la universidad. Estuvimos un rato en la biblioteca -mi hija segunda está empezando a leer Agatha Christie- y nos venimos un poco antes de las 6:00. Me ayudaron a lavar trastes y los fuí a dejar a las 6:30 a su casa. No tocamos para nada el tema del cambio de régimen. Retorné a mi habitación a cenar y leer un poco. Me dormí bastante temprano.
El lunes empecé a trabajar desde temprano en una tarea que había dejado iniciada el viernes y que estaba programada para concluir el miercoles. Por la tarde nos reunimos con mi jefa y el jefe máximo de la oficina. Durante dos horas y media o algo así nos estuvo exponiendo su visión sobre nuestra área, visión que me parece muy acertada y que me da oportunidad de fortalecer mis dos áreas preferidas: Sistemas de calidad y Tecnología. Durante cierto momento tuve que bajarme a mi mismo las revoluciones pues sentía que estaba dejando quedar mal a mi jefa. Veremos como se desarrolla esta nueva etapa. El jefe máximo fue categórico al indicar que su visión quiere verla implementada ASAP, con nosotros o sin. Este día almorcé una sopa instantánea y un aguacate que había reservado del día anterior. Salí casi a las 8 de la oficina.
Ayer entré a las 6 de la mañana a trabajar pues se suponía que recibiríamos con mi jefa una capacitación que es vital para echar a andar el proyecto que nos asignaron el día anterior. Lastimosamente no se presentó la persona que tenía que realizar la presentación por lo que aprovechamos para avanzar en las tareas diarias. A la hora del almuerzo nos dirigimos con el Compañero B al comedor que está al cruzar la calle, estuvimos conversando sobre mi situación actual, especialmente los niños. Me hizo mucho bien la conversación, pues creo que al final debo tomar la iniciativa, se dé o no al final el cambio de régimen con mis chicos. El compañero B salió de la oficina casi a las 7:00 y me dió jaló a mi casa. Por la noche llamé a mi ex esposa para ofrecerle un diálogo directo o por medio de correo, prefirió el correo electrónico.
Hoy entré a la oficina a las 8:00. Lo primero que hice fue escribir un correo bastante largo y bastante -creo- diplomático a mi ex esposa. Desde ayer debía haber ido al banco a depositar el dinero de mis chicos pero por el almuerzo con el Compañero B lo había pospuesto, hay también una señora -viuda, dos años menor que yo y dos hijos pre adolescentes- que acabo de conocer en el grupo de voluntarios de mi mejor amiga del voluntariado y habíamos estado en conversaciones para almorzar esta semana. Esta mañana me envió un SMS para que almorzaramos pero le indiqué que tenía que pasar al banco. Quedamos para mañana. Al mediodía saqué una gran cantidad de dinero de un cajero automático -digo gran cantidad porque el cajero me aceptó únicamente dos de tres requerimientos de dinero y luego ya no funcionó- y pasé a depositar la mensualidad de mis peques luego compré pollo frito en Mc Donalds y subí a almorzar a mi cubículo.
En la tarde no volví a ver a mi jefa y continué con la labor que debía finalizar. Terminé como a media tarde y empecé a trabajar en la siguiente asignación. A las 6:30 escuché que el Compañero B se preparaba para salir, envié mi correo de fin de turno y le pedí jalón a mi casita. Vine a revisar mis sitios esenciales y a prepara ropa para lavar. Como la semana pasada el lazo en el que tiendo la ropa se reventó -ensuciando un par de camisas- me dirigí a una farmacia-supermercado a comprar una nueva cuerda. Saldré a dejar un poco de ropa en remojo y luego continuaré leyendo la Trilogía de Nueva York de Paul Auster. Trataré de dormirme temprano.
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