miércoles, 22 de febrero de 2012

Soledad, paternidad y empleo...

Anoche fui a otro de esos eventos que prepara una asociacion de gerentes en la ciudad, el tema era la escucha efectiva. La disertante era chilena con una ayudante autóctona y la presentación estuvo un poco mejor que la última, la del conferenciante que llegó a divagar sobre pensamiento creativo. A la presentación de anoche asistí con el pleno de mis ex compañeros de departamento: El compañero A, el compañero B y P. Solo que ahora ya no soy parte de ese departamento. La vida y su curso.

En la presentación mantuvimos el tono alegre que nos caracterizaba en el área, el mismo por el que varias veces llegaron a llamarnos la atención por hacer mucho relajo. La conferencia duró casi dos horas y luego fuimos con el compañero A y el compañero B a un Mc Donald's cercano al hotel de la presentación a cenar. En el interin me enteré de varios hechos interesantes: Mi antiguo departamento seguirá disminuyendo y uno o dos colaboradores se irán a México, no esta claro si permanentemente o a entrenamiento. Hablamos -hablaron- sobre la precariedad de la situación actual pues el programa sobre el que trabajamos va rumbo a su extinción -tres? cuatro años?- y las posibilidades de hacer la migración hacia el nuevo programa. A ellos -por tener más de un año de labores en la nueva oficina- les toca también cierto ajuste salarial, me imagino que yo deberé de esperarme hasta el otro año.

Mi ex esposa no se ha pronunciado nuevamente -o al menos no se ha dirigido a mi- sobre el tema de los chicos. No he querido tampoco enfrentarlo directamente pero deberé hacerlo en el corto plazo pues nos resta estabilidad a los cuatro. La semana pasada, el miercoles me parece, había pasado al supermercado a comprar el par de zanahorias semanal y por primera vez se perdieron las verduras: No tuve ánimo ninguna mañana de levantarme a preparar mi ensalada. Finalmente el domingo las eché a la basura.

La semana pasada estuvo más o menos igual laboralmente hablando, los días han estado un poco más llenos pero también estuve leyendo un poco de La invención de la Soledad de Paul Auster. Los últimos dos o tres días de la semana -y el primero de esta semana- estuve desayunando café con pan y almorzando avena y una doblada de pollo.

El viernes no fui al partido semanal de futbol, había planeado desde el día anterior que trabajaría hasta tarde por causa de una asignación que se veía bien trabajosa pero al final más o menos al medio día mi jefa me dió la indicación que le diera luz verde a la misma y por la tarde estuve trabajando en una nueva tarea. No fui sin embargo al partido sino preferí cenar con el voluntario que vive en la misma colonia.

El miercoles y el jueves que no salí tan tarde -un poco después de las seis- pasé al centro universitario que queda más o menos a medio camino entre mi trabajo y mi casa. Pasé a ver a mi nueva mejor amiga del voluntariado pues no nos habíamos visto por casi dos semanas. Entré a dos de sus clases y luego estuvimos conversando un rato. Al contactarla por fb mas tarde la noche del miercoles me comentó que andaba en confusión pues el voluntario que vive en mi colonia había aprovechado el día del cariño para realizar una declaración de amor bastante desafortunada. Me parece que hay una diferencia de casi 20 años y no hay mucho en común. La soledad puede ser muy dura a veces.

El sábado por la mañana visité con el grupo de mi amiga en el hospital de oncología. Una buena visita. Almorcé con mi otro grupo y visité por la tarde el asilo de ancianas del centro histórico. Después de la retroalimentación la encargada de mi grupo me pasó a dejar a un lugar intermedio entre mi trabajo y mi casa. Vine a cenar, tamal y te con pan, y me dormí un poco temprano.

El domingo estuvo un poco extraño pues como no he hablado con mi ex aún no se si su oferta se debió a un intento de presionarme para exigirme más dinero o si relamente estaba entre sus planes darme a mis chicos. Hablé un poco con mi hija mayor al respecto y según ella el plan es continuar con el cambio. Por la mañana estuvieron con computadoras y cubos de rubik -aprovecho los diez o quince minutos que se tardan en armar un par de cubos para conversar por aparte con cada uno de ellos- y compramos en el mercado una papaya para la refacción. Al mediodía nos dirigimos a la universidad y preparamos unos burritos de embutidos y frijol.

En la tarde estuvimos un rato en la biblioteca. Mi hijo menor está avanzando en su dominio de origami y mis chicas estuvieron leyendo algo de Lewis y Stoker. Yo estuve hojeando un par de libros de Paul Auster. Al retornar a mi habitación no vimos película sino pasamos la última hora entre un par de ejercicios de ajedrez y una partida de Scrabble. Siguen mejorando en Scrabble. Los fuí a dejar un poco después de las 6 de la tarde.

El lunes iba a llegar temprano a la oficina pero desde las 4:30 hasta las 6:30 estuve nomas poniéndole más tiempo a la alarma. Llegué un poco antes de las ocho y me estuve una buena parte del día sin hacer nada de provecho pues las tareas en las que tenía que trabajar estaban paradas en el proceso anterior. Avancé un poco en otro par de asignaciones secundarias y casi terminé el libro de Auster. Al salir del trabajo compré la película Underworld 4 y la miré por completo antes de dormirme.

Ayer salí un poco después de las 6 de la oficina, el compañero A nos pasó a traer con el compañero B y P y asistimos a la capacitación en Escucha Efectiva. Después de la conferencia P se quedó en las cercanías del hotel y con el compañero A y el compañero B nos fuimos a cenar. Luego el compañero A nos retornó a la oficina junto con el compañero B, le quedaba en el camino. Pasé como cuarenta y cinco minutos a la oficina, aproveché a llamar a Erik. Estuvimos conversando como veinte minutos y nos pusimos al día de los últimos dos meses, casi no ha cambiado su rutina: trabaja 24 x 48 y vive en un lugar cercano al vecindario de sus padres. Su novia andaba de visita ese día en la ciudad. Ahora vive mucho más cerca que el año pasado.

Me preguntó Erik sobre mi situación y le comenté lo de mis peques. Me deseó suerte. También me preguntó si andaba con alguna pareja y me puse a pensar en lo singular que soy: Tres años en soledad -con dos o tres semanas de Al el año pasado-. Comparado con mis amigos que no pueden -o no quieren? o no saben?- vivir mucho tiempo sin tener a alguien más significativo en su vida se ve bastante extraño. Pero, creo, hay cosas que es mejor que se queden como estan.

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