lunes, 4 de febrero de 2013

Cuatro décadas...

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Champ, quien tiene un comportamiento un poco diferente al normal se pone a explicar en cada cumpleaños su teoría de las décadas de vida... según ella estoy entrando en mi quinta década, pues toma la cuenta de 0 a 10 como la primera y así sucesivamente... en fin.

La semana pasada casi no comí en el día. El miercoles, cené una torta y había comprado un almuerzo al mediodía. El viernes pasé a comprar un asado. Luego al almuerzo, casi sólo avena, incluso la compañera que entró el mismo día que yo me echó un sermón sobre la necesidad de una alimentación balanceada.

El jeves salí entre seis y siete y me vine directo a mi casita. El viernes tuvimos una reunión con mi jefa en otra torre de la empresa. Estuvimos un poco más de una hora en una reunión con un grupo de implementación por una nueva funcionalidad. Al mediodía salí a almorzar avena y a recibir el sermón de la compañera. Creo que es imposible que no se metan en la vida de uno. No iba a salir muy tarde pero debido a la reunión de la mañana empecé a trabajar en otra línea paralela, también la jefa de mi jefa me asignó para la búsqueda de un software especial de un área de soporte.

Salí entre siete y media y ocho. La misma supervisora que me había dado aventón el viernes pasado volvió a traerme a mi colonia. Me dejó cerca de los asados, a donde pasé a comprar mi cena y vine a mi casita a ver un poco de una película argentina: dos más dos. Me dormí un poco antes de medianoche.

El sábado retorné a las visitas de mi voluntariado. Antes de irme a visitar dejé un baño con ropa en remojo. Como no quería visitar con mi grupo oficial me dirigí al restaurante en donde es común que se reunan varios grupos. Me fuí con un grupo al hospital más grande de la parte sur de la ciudad. Al área de cirugía y adultos. Lo más emotivo de la visita fue brindarle un abrazo a una chica que estaba muy apenada pues su madre está en proceso de cirugía. Al mediodía retorné al mismo restaurante a almorzar y a reunirme con mi grupo de la tarde.

Visitamos un asilo cerca de mi colonia. El asilo es bastante pequeño y la mayoría de ancianos tienen dificultades para interactuar. Estuve un rato en una habitación con un anciano en silla de ruedas, le costaba conversar y únicamente el regalé una grulla de origami. Después de la visita nos organizamos en comités para la mejor organización de las visitas. También me regalaron un chocolate por mi cumpleaños. A esta visita acudió un padre con su hijo, ambos sonriseros.

El voluntario que vive en la misma colonia me había enviado un mensaje invitándome a pastel pues el más nuevo del grupo de los sábados por la noche había cumplido años un día antes. Justo mi ex alumno. Vine a mi habitación a lavar la ropa que había dejado en remojo y luego me dirigí al pastel. Después nos dirigimos a la casa de otro integrante esporádico de este grupo quien debía ir a devolver el niño que habían tomado del nacimiento el día de navidad. El evento estuvo bastante interesante pues le pidieron apoyo a una patrulla de la policía y hubo bastante teatro. Nunca había participado en una celebración de este tipo. Después de las disculpas y la penitencia tomamos ponche y tamal -yo dos-. Luego el cumpleañero del día anterior nos retornó a la casa del voluntario que vive en la misma colonia y le pedí aventón a otro voluntario hacia mi casa. Me dormí un poco antes de medianoche.

El domingo me levanté un poco temprano y arreglé mi habitación. A las 9:30 fuí por mis chicos. Mis chicas ya estaban listas pero el pequeño aún estaba desayunando. Volvímos a conversar con mi ex esposa aunque en esta ocasión un poco más calmados. De todos modos hubo lágrimas de ambos. Al final quedamos en paz. Quizá demasiado, pues justo como lo imaginaba mi ex esposa aún espera que algún día vuelva con ella. Al final me dió un par de besos. Traté de mantener la calma.

Al final salimos de la casa de mis chicos casi a las 10:30. Venimos a mi habitaciń a ver unos videos que les tenía preparados y un capítulo de Phineas y Ferb en inglés. Luego fuímos a comprar naranjas para la refacción, la cual hicimos dentro de mi habitación. Después de leer un poco preparamos las cosas -mis peques me regalaron una mochila por mi cumpleaños- y nos fuímos a almorzar a los campos de la universidad. Como estaba amenazando la lluvia comimos en los corredores de la rectoría: arroz chino y wantán. Habíamos comprado un par de aguacates pero los olvidamos en mi habitación.

Después de almorzar fuímos un rato a la biblioteca y luego pasamos por su hora de internet. Retornamos a mi habitación bastante tarde. Casi a las seis. Mis chicos me ayudaron con los trastes del día y luego vimos quince minutos de enredados. Para finalizar el día estuve respndiendo el poco más de centenar de mensajes de felicitación que mis conocidos más cercanos dejaron en mi muro de facebook. También recibí como tres mensajes de texto, de mi hermana y un par de primas y un par de amigos. También me llamó mi jefa por la mañana y PJ, y alguien más en la tarde que no pude identificar. En fin, un buen cumpleaños. Aunque raro por el espisodio de la mañana con mi ex esposa que me dejó realmente intranquilo. A ver cómo va eso.

Después de cenar un poco de pan tostado y un cubilete que mis chicos me habían traído estuve viendo un poco de películas. Me dormí un poco después de las diez, dejando el reloj para las 5:30 pues había planeado llevar panes con salchica y aguacate, aprovechando lo sobrante del día.

Hoy me levanté bastante rápido. En cuanto sonó la alarma. Planché la camisa del día y lustré mis zapatos, salí a comprar salchichas y pan y preparé los panes para el almuerzo. Salí de mi habitación un poco antes de las siete y no compré pan en el camino ni llevé avena pues habían planeado pastel en la oficina este día por mi cumpleaños. Y chuchitos. Mi jefa y sus compañeras supervisoras adornaron mi escritorio con globos, confeti y letreros de feliz cumpleaños. Bastante temprano partimos un pastel Selva Negra y lo complementamos con un chuchito. La mayoría guardamos el otro para el almuerzo.

Estuve en la mañana trabajando en la modificación de un formulario. Iba a salir a almorzar mis panitos y mi chuchito sobrante pero mi jefa y una de sus compañeras supervisores me propusieron ir a Burger King. Es bueno cumplir años. Me invitaron a un King de Pescado. Luego las acompañé a comprar unas bandejas para la oficina y retornamos casi a las tres a la oficina. Continué trabajando en lo que llevaba entre manos y salí un poco antes de las siete. Tengo un gran cúmulo de trabajo. Cuando acababa de abordar el Transmetro llamé a mi hija mayor pues ayer le había prestado mi cincho y olvidé pedírselo antes de irlos a dejar. Vine a mi habitación a cambiarme de ropa y fuí por mi cincho. Salió únicamente mi hija mayor pues estaban en la hora de la cena. Espero no dormirme muy tarde pues planeo levantarme otra vez a las siete. Llevaré mañana para el almuerzo una sopa ramen con cubitos de aguacate y rodajas de salchicas. A ver cómo va eso.

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