lunes, 8 de abril de 2013

Twitter, el mostro...

La semana pasada se hizo famosa una joven señora de mi país -en mi país, me imagino-.  Causo furor en Twitter -y un poco menos en Facebook- porque atravesó su automovil enfrente de una inmensa cola causando un cogestionamiento de película.

Lo interesante es que no estaba -como se dijo todo ese día- protestando porque había llegado tarde al trabajo.  Estaba protestando porque la multaron por tocar la bocina por estar 'mucho tiempo' esperando en el carril reversible, lo que no quería es que se llevaran su auto remolcado, igual andaba -al parecer- con los documentos del auto incompletos.

Los comentarios en las redes sociales eran como el 5% admirando su valentía -porque supuestamente su razón era la primera- y el resto era sobre lo bien que se veía en las fotografías.  Creo que no olvidaré un tweet: 'My hips don't lie, Shakira feat Heidy Veliz'.

El incidente de este día -menos de una semana después! parece que queremos mantener el stream- se refiere al presidente -o ex presidente?- del Seguro Social del país-  El señor se ve, en un video colgado en Youtube y difundido por medio de tweeter, manteniendo relaciones íntimas con una señora, que no es su esposa, en la oficina de la institución. 

Los comentarios en este caso estuvieron alrededor de si había sido o no un acoso laboral o había habido consentimiento de ambas partes.  Al parecer el 5% en este caso -que trata de ver 'objetivamente' los hechos- preguntaba más que por los detalles del video por el comportamiento de un funcionario público que utiliza en forma inadecuada su cargo.

Y esta mañana, la compañera de mi jefa que me ha estado prestando películas últimamente me comentaba que me había visto en una fotografía en tweeter, participando en un grupo de lectura el último sábado.  Al menos.

El sábado de Gloria transcurrió más o menos como lo había previsto.  Me levanté tarde y me pasé casi todo el día viendo películas.  La verdad no quería salir ni a comer pero al final reuní un poco de ánimos y me fuí caminando al supermercado que queda como a diez cuadras de mi casa -el único que estaba abierto-.  Había planeado comprar algo en el supermercado y regresar a comer a mi casa pero finalmente me quedé en una venta de hamburguesas almorzando y leyendo Postales de Engler García.  En la noche dejé ropa en remojo.

El domingo preparé nuevamente nuevamente cereal con bananos y yogurt.  El desayuno estuvo un poco tenso y luego mi ex esposa me mostró la razón.  Le había quitado a mi hija Un mundo Sin Fin de Ken Follet -yo había permitido que lo leyera- pues adujo que tenía escenas demasiado crudas para una adolescente.  Tiene razón.  Con mis chicos estuvimos viendo unos videos, armando cubos de Rubik y jugando ajedrez la mayor parte de la mañana.  Al mediodía salimos a un Burger King a almorzar.  Como aún no estaba abierta la biblioteca de la universidad los llevé al zoológico pues nos acabábamos de enterar que inauguraron un pequeño acuario.

Regresamos a ver aún un poco de El Dorado y los fuí a dejar a su casa un poco antes de las seis y media.  Mi ex esposa salió a entregarme el libro de Ken Follet -era de la biblioteca de la universidad-.  Empecé a leer el libro esa noche y la verdad, si, es bastante crudo en algunas partes.  Por otra parte es bastante crítico de la iglesia católica por lo que no estuve seguro de cual había sido el criterio más fuerte para censurarlo.  

El lunes fue el retorno al trabajo.  Bastante cansado.  He establecido -casi- el hábito de llevar los lunes panes con salami y aguacate y los martes una sopa con salchica y verduras.  Al mediodía salí a comer al parquecito de costumbre y seguí leyendo el libro de Follet, como son más de mil páginas, me imaginé que no lo terminaría y cuando regresé a mi casa fuí a devolvérselo a mi ex esposa.  Quien histéricamente volvió a ofrecerme el cambio de régimen.   En todo caso los llamé por teléfono un poco tarde y usando el speaker del teléfono de mi hija mayor acepté que no debí haberle dado el libro a mi hija segunda.

El martes salí -al igual que el día anterior- a almorzar al parquecito de costumbre.  Estuve desde este día en conversaciones con una amiga -una de las dos psícologas que respeto- para vernos en la semana luego de mi trabajo.  Además empecé a leer -el trabajo está super lento- paralelamente los dos libros del club de lectura.  En la noche retorné en Transmetro a mi casita.

El miércoles salí a comer solo.  Habíamos quedado de salir a almorzar con el compañero del BMW pero un poco antes de la hora del almuerzo se desapareció de la oficina.  Almorcé en el comedor que queda como a ocho cuadras de mi oficina.  La verdad el lugar estaba super lleno y me estuvieron dando el almuerzo por pocos.  Primero el pollo, luego las papas, luego las tortillas y por último el refresco.  Bastante desorganizado todo.  En la noche le pedí aventón a la compañera de mi jefa que ha pasado a dejarme a un par de calles de mi casita.

El jueves salí a almorzar con el compañero del BMW, como había un partido de la liga española pasamos a comer a Mc Donalds .  Éste fue el día en que más temprano he salido de mi oficina.  Un poquito después de las cinco y media me despedí de todos y pasé al centro comercial que está al cruzar la calle.  Estuve esperando un poco a mi amiga y luego nos tomamos un café.  Y tuvimos una muy buena conversación de más de dos horas.  Un poco después de las ocho la fuí a dejar a su casa -vive como a ocho cuadras de mi oficina- y luego abordé el transmetro hacia mi casita.

Había decidido el viernes cenar solo.  No tenía ganas de la cena habitual con el voluntario que vive en la misma colonia.  Al mediodía salí al parquecito con un poco de avena y almorcé leyendo la última parte de Charlotte's Web.  Me quedé hasta tarde en la oficina, un poco después de las siete y media la compañera de mi jefa pasó a dejarme a mi colonia.  Comprés una torta y vine a cenar a mi casita.

El sábado me levanté un poco después de las ocho.  Había decidido no ir a visitar en la mañana para asistir al círculo de lectura al que me han invitado frecuentemente y también quería llevar mis zapatos a que me los repararan en el puesto del mercado.  Salí al mercado a dejar los zapatos y dejé un pequeño adelanto -como tres dólares-, el saldo a pagar es como de seis dólares más.  Lo que no me dí cuenta fue que boté en el camino dos billetes de la más alta denominación.  En fin.  Veinticinco dólares perdidos pero ni modo, a veces se gana y otras se pierden.

Un poco antes de las nueve me dirigí al círculo de lectura.  Llegamos casi el doble -o triple- que la reunión anterior -aunque algunos llegaron muy tarde-.  También llegó mi amiga con la que me reuní el jueves.  Después de terminar la actividad invité a mi amiga a almorzar en Taco Bell y luego tomé el Transmetro para dirigirme a la visita en la tarde.  Que estuvo genial.  Me pasé toda la visita haciendo origami y jugando con tres niños de un lado y un niño del otro lado de la sala.

Depués de la retroalimentación me dirigí al restaurante de donas en donde había quedado de juntarme con uno de los líderes del círculo de lectura.  Estuvimos en el lugar conversando sobre los proyectos que se proponen impulsar y acepté -más o menos- empezar a apoyarlos con algo de gestión de los mismos.  Luego retorné a mi habitación.  He estado viendo -pero no la he terminado- una película de Tribeca, se llama Mis últimas cinco novias.  O algo así.  Está interesante.  Dejé ropa en remojo.

El domingo me levanté un poco temprano y lavé las camisas y el saco que había dejado en remojo.  Un poco antes de las ocho y media fuí a la casa de mis chicos.  Mi chica mayor me ayudó a preparar panqueques y desayunamos.  La situación sigue tensa.  No sé si podré continuar con los desayunos.  Luego nos venimos a mi habitación pero no realizamos la rutina de inicio -tecnología, Rubik y ajedrez- sino que tratamos de conversar sobre la situación actual y lo que podíamos esperar de los domingos.

Le pedí a mis chicos que me acompañaran a recoger mis zapatos pero la reparación quedó malísima,  el zapatero le colocó una suela como tres o cuatro números más grande por lo que se los dejé para que me los reparar bien y le indiqué a mis chicos que tendrían que acompañarme a comprar zapatos nuevos.  Al final a ellos les convino pues después de comprar los zapatos para mi trabajo les compré un par de tenis a cada uno.  Con esto y lo necesario para el almuerzo que compramos en el supermercado nos dirigimos a la universidad.

El café internet donde usualmente les pago por una hora de navegación estaba atestado.  Al parecer un grupo de juegos de rol se había dado cita en el mismo ese día pues el parqueo estaba a reventar y el interior bastante atestado.  Fuímos un rato a la biblioteca y luego almorzamos en los campos de la universidad.  Luego del almuerzo pasamos nuevamente al café internet pero seguía igual.  Retornamos a la biblioteca pues en el último nivel hay un café internet, aunque no tiene muy buena velocidad íbamos a intentar la navegación allí.

El local estaba cerrado y nos quedamos otro rato en la sección de libros.  Luego nos venimos a mi casita.  Pasamos a un café internet que está cerca de mi casa y aunque otros días ha estado bastante lleno este día mis chicos pudieron tener su hora mensual de internet allí.  Después retornamos a mi casita y mis chicos me ayudaron con los trastos del día.  Vimos la última parte de El Dorado y los fuí a dejar a las seis y media.  Retorné a mi habitación a cenar y a preparar mi ropa para el inicio de la semana laboral.  Estuve leyendo un poco del libro de Ken Follet y me dormí un poco después de las once.

Este día me desperté a las 5:30 -con el celular- pero me levanté como a las seis menos cuarto.  Preparé los panitos con salami de los lunes y me dirigí a mi oficina.  Las últimas cuadras estuvieron bien duras pues los zapatos me causaron un par de ampollas en los pies.  El trabajo está un poco lento pero he tratado de ir avanzando en un par de proyectos que aún estan claramente bajo mi cargo.  Salí a almorzar al mediodía y a comprar unos dulces pues la semana pasada habíamos convenido en mantener una dulcera del área llena, turnándonos para realizarlo cada semana.  A mí me toco esta semana y olvidé comprar ayer.

Estuve trabajando hasta cerca de las siete de la noche, hora en la que el compañero del BMW me ofreció aventón a mi colonia.  Pasé a comprar el pan tostado para la cena y las salchichas para la sopa del martes.  No me fijé que no tenía sopas en mi habitación.  Veré si puedo conseguir mañana temprano.  Hoy estuve revisando un poco del proyecto de fomento a la lectura mientras almorzaba.  Terminaré de revisar el documento y prepararé uno similar con mis concluisones y recomendaciones.  Se supone que este sábado empezaré a acudir a las reuniones de gestión de este grupo.

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