Ayer alcancé los ciento ochenta días ininterrumpidos de estar aprendiendo francés en Duolingo; los primeros noventa fueron intensos: algunas semanas completé casi treinta horas en la aplicación pero luego empecé a liderar el último proyecto fallido en mi trabajo y tuve que bajarle; ahora algunos días apenas supero el mínimo objetivo diario.
Además me inscribí en un curso de conversación en la institución técnica más grande del país y he asistido –online- tres sábados; este curso es bien básico y muchos de los que lo atienden no tienen ningún conocimiento del idioma; también la maestra tiene –a mi parecer- un enfoque muy infantil.
Por último, el curso fue anunciado con una duración de una hora cada sábado durante tres meses pero desde la primera reunión la maestra –que es belga- nos comentó que la duración cada sábado es de tres horas, y francamente no soporto más de hora y media escuchándola; trataré de terminarlo pero no espero obtener un diploma del mismo; igual, mi prueba final será a principios del año próximo cuando vaya a un call center en francés a aplicar a un trabajo.
Hace dos sábados fui a ver a mi hijo pequeño a la habitación que está alquilando cerca de la universidad; el sitio es el típico de estudiantes superiores que vienen del interior y le ha costado adaptarse pues siempre vivió en un espacio más amplio y –y esta es mi opinión- su madre lo consintió más que a sus hermanas mayores.
Lo más duro para mi peque es –creo- la soledad pues su hermana mayor vive en una zona en el mismo call center donde trabaja; su hermana segunda vive en el imperio del norte y su madre se fue hace unas semanas al departamento más grande del país a tratar de obtener un trabajo con la ayuda de uno de sus hermanos; total mi hijo ha estado viviendo casi seis meses en casi total aislamiento, empeorado por la pandemia pero también agudizado por no querer trabajar: luego de un mes en el segundo o tercer mejor call center del país simplemente renunció.
Con mi hijo estuvimos conversando sobre las ventajas y desventajas de vivir solo; de lo raro que es el tiempo actual para todos y de que quizá hasta final de año pueda yo adquirir una propiedad y podemos intentar vivir juntos; la verdad no sé qué pasará pero creo que también es una oportunidad para que vea que no puede estar siempre dependiendo –física o emocionalmente- de su familia cercana; no sé si persistirá en la facultad –está tratando de recuperar una clase del año pasado- pero creo que entre este y el otro año debe decidir qué hacer.
Hace un par de días terminamos con Rb el segundo –de seis- curso de lenguaje de señas local; como somos bastante responsables con el 5% del examen final alcanzábamos la nota para pasar al siguiente nivel; el examen estuvo interesante; la primera parte consistió en reconocer noventa expresiones interpretadas por dos de nuestras maestras y para la segunda parte teníamos que grabarnos traduciendo diez oraciones a lenguaje de señas; con Rb sacamos el 83% correcto de la primera parte (algunas de las que sacamos malas no coincidían) y luego subimos el video a la plataforma de aprendizaje.
Se supone que el siguiente sábado será la clausura del curso de lenguaje de señas y aún debemos de interpretar una canción (o un poema) pero creo que ya superamos los primeros dos niveles de forma aceptable; además acordamos con Rb tratar de practicar al menos media hora diariamente a partir del siguiente nivel pues nuestro objetivo es luego desempeñarnos como intérpretes voluntarios para personas con dificultades en la comunicación.
El trabajo ha estado bastante tranquilo: después de la puesta on hold del proyecto que estaba liderando –incluso pusieron en pausa la transferencia de conocimiento que estábamos ejecutando con otro equipo asiático- se supone que nomás debemos esperar a que nos envíen los requerimiento para otro proyecto.
En el ínterin he estado trabajando unos requerimientos de cambio para el proyecto en el que trabajé hace dos años –y un poco durante la última parte del año pasado-; los cambios son mínimos y afortunadamente cuando desarrollamos el proyecto me involucré incluso en la escritura de algunos requerimientos por lo que las tareas asignadas no me han tomado más de una o dos horas –a veces menos- cada día.
Hoy es un día de asueto nacional y desde el viernes le avisé a mi jefa que no iba a trabajar; se supone que hace un par de días pasaron a producción el cambio que estuve probando la semana pasada y no hubo problemas; además se supone que a partir de mañana estaré trabajando en otro pequeño cambio mientras espero a que se inicie el trabajo con la nueva asignación; a ver cómo nos va con el nuevo proyecto.
Este día empecé un five days of coding challenge; es de una institución que se especializa en capacitar a desarrolladores web y este pequeño challenge es para evaluar la capacidad de las personas en las habilidades de programación; es un reto bastante sencillo en el que se enseñan cuestiones muy básicas de HTML, Javascript y CSS; aun así espero completarlo pues esta es una probable área que me tocará explorar cuando me despidan de mi trabajo actual.
Hace un par de semanas me escribió mi editor de los libros de texto –no nos habíamos comunicado en varios meses- para consultarme sobre el saldo que aún me adeuda la editorial; le envié el monto en cuestión –un poco más de cuatrocientos dólares- y no he vuelo a escuchar de ellos; no creo que me den más trabajo de escritura/revisión durante este año debido a la situación actual con el COVID pero creo que debo mantener abiertas las puertas para continuar con este tipo de labor.
Hace un par de semanas murió uno de mis primos lejanos –primos de sangre de mis hermanos menores- y me enteré porque varios familiares publicaron sendos homenajes en las redes sociales; la última vez que lo había visto tenía él como tres años y ahora que murió tenía cuarenta; se había graduado de un nivel medio de agronomía en la escuela militar local y al parecer era bastante apreciado en su comunidad.
Aprovechando la ocasión hablé con mi hermana menor y me comentó que mis padres habían estado con padecimientos de salud; los llamé una semana más tarde o así y escuché a mi padre bastante afectado aún; luego conversé un poco con mi madre y me preocupó que me sugiriera que indagara sobre las opciones de jubilación para mi padre; no sé qué puedo esperar en el corto o mediano plazo.
Hace un par de semanas o así intercambié un par de mensajes con mi hija mayor y parece que todo va normal en su vida; sigue trabajando –creo- como traductora médica. Mi hija segunda, por otro lado, no podrá viajar a Japón este año debido a las restricciones impuestas por el COVID; a ver si puede realizar el viaje el próximo año.
Hace unas semanas empecé a leer un libro clásico de ciencia ficción: stranger in a stranger land; leí casi todo el primer capítulo pero por alguna razón no lo continué; también empecé el tercer libro de la escritora japonesa de novelas negras pero tampoco pude avanzar luego de los primeros capítulos; no he continuado con el libro de Administración de Servidores Debian ni con The Tangled Web; la verdad me encuentro en uno de mis periodos bajos de lectura; hace un par de días –luego de ver The Equalizer 2- también empecé a leer Between the world and Me pero aún lo tengo en pausa.
Una de las razones por las que Rb ha estado estudiando más de dos años francés en Duolingo es porque habíamos planeado un viaje a Europa el año pasado; hace un par de noches le comentaba que la verdad yo no tengo intenciones de salir del país en mucho tiempo, no importando la mejora o empeoramiento del COVID; y la verdad no tengo muchas expectativas: espero seguir trabajando donde mismo hasta que me liquiden y luego explorar el trabajo en francés y/o en otra área de IT.
Ah! y finalmente comprar una propiedad... A ver cómo va eso…
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