jueves, 11 de mayo de 2023

El racismo que todos llevamos dentro… The racism we all carry… Le racisme que nous portons tous...

Iba a escribir un texto sobre el racismo internalizado debido a un incidente de la semana pasada en una tienda local y por supuesto ya existe un capítulo con el mismo título en el libro Bad Feminist de Roxanne Gay… otra vez la complicidad literaria.

Y es que la semana pasada -el jueves- fuimos a una de estas tiendas verdes donde todo es bien barato y luego de pasear por todos los pasillos -lo que hacemos frecuentemente con Rb- y comprar un par de artículos nos disponíamos a salir cuando el guardia me detuvo y procedió a revisarme, en sus palabras ‘para verificar que no estaba robando nada’.

La escena fue bizarra, pero no tanto; en varias ocasiones le he comentado a Rb cuando noto que un guardia nos vigila -me vigila- en cualquier supermercado o almacén; y estoy tan acostumbrado que no me enojo; hace muchos años recuerdo que le reclamé a un guardia de un supermercado pero su explicación fue: solo hago mi trabajo.

Total que en esta ocasión lo tomé deportivamente e iba a proceder a retirarme pero Rb se ofuscó por el tratamiento y armó una gran escena; por la discriminación racial o algo así; yo nomás la esperé fuera del establecimiento a que terminara de defender los avances de la igualdad social; porque incluso ese es el privilegio del color… hacer escenas sin ser estigmatizado.

El martes pasado me reuní con mi editora y me enseñó a realizar trazos rectos en Illustrator; también cómo armar una página maestra y los elementos para agregar diagramas a la misma; también me dejó seis tareas que trabajé durante la semana y completé el domingo por la mañana.

El sábado me iba a reunir con mi Doctora pero el viernes por la noche me escribió para cancelar la reunión porque se había recordado que era el cumpleaños de su papá; contacté al amigo del voluntariado con quien vamos más avanzados en la resolución del cubo de Rubik y acordamos en reunirnos a desayunar en el lugar de costumbre.

El desayuno estuvo bien… más de una hora poniéndonos al día de los eventos cotidianos y luego le expliqué el tercer paso del método de capas para armar el cubo de Rubik; estuvimos en el restaurante hasta las diez de la mañana y luego nos despedimos pues tenía que regresar a mi clase semanal de lengua de señas.

La clase de lengua de señas estuvo bien corta; básicamente la maestra se dedicó a explicarnos la forma en la que estaba planeando la clausura del ciclo -que será en un par de meses- y luego acordamos presentar una canción de la película Tierra de Osos.

Y luego cambiaron esa decisión pues por la noche la maestra nos agregó a un grup de Whatsapp para informarnos que se había decidido unificar ambos grupos del nivel avanzado dos y presentar la canción que ellos ya estaban ensayando: Un mundo ideal -de Aladino-.

También hubo un conato de discusión con Rb durante la clase pues su máquina empezó a presentar dificultades técnicas y sugirió que compartiéramos la mía para continuar la clase; como me molestan las interrupciones -especialmente por la atención que hay que poner a las señas- le iba a dar mi computadora pero creo que no lo hice muy amablemente… en fin.

Luego del almuerzo me puse a lavar la estufa y al finalizar me percaté que ya no teníamos papel de aluminio por lo que acordamos ir por la tarde a una tienda asiática en donde Rb había visto buenos precios en su visita anterior.

Los precios no estaban tan buenos como Rb recordaba -o quizá ahora han sido incrementados- por lo que nomás compré un par de cubos de rubik y luego pasamos a una sucursal de las tiendas verdes en donde compré otro juego de pelotas para hacer malabares y Rb compró una botella para almacenar uno de los aceites que está fabricando últimamente.

En el transcurso de la semana pasada envíe a otros dos contactos el video que hice en lengua de señas para ofrecer tutorías académicas; aún no he recibido respuestas y creo que es muy poco probable que las haya pues he percibido bastante cerrada a la comunidad local.

El domingo llevé a Rb a la iglesia y luego retorné  a la casa a hacer un poco de Duolingo y a terminar la última parte de la tarea de dibujo digital; al mediodía nos reunimos con Rb en el comercial que queda cerca de su iglesia y, luego, venimos a preparar nuestro almuerzo tradicional del día: alitas de pollo.

Por la tarde había planeado asistir a la reunión para practicar ajedrez que han organizado en la misma biblioteca del club de lectura; durante la semana había preguntado en el grupo de Facebook si se iba a realizar la reunión pero no recibí ninguna respuesta.

La semana pasada termine de leer La invención de la Soledad y avancé un poco con I could do anything if only I knew what to do; también terminé hace un par de días Como agua para chocolate -el libro del club de lectura-; estaba pensando regalar chocolates en la próxima reunión y ayer fuimos a la tienda donde tuvimos el percance la semana pasada y compré una bolsa de dulces de chocolate -también compré un paquete para hacer un elefante de crochet-.

En la tienda había un guardia diferente pero aunque hubiera estado la misma persona estaba decidido a actuar de acuerdo a lo que le había asegurado a RB: no cambiar mi comportamiento debido a la ignorancia de la gente… el paquete de crochet planeo regalárselo a mi hija este sábado pues en mis visitas a su habitación me he dado cuenta que es un pasatiempo que la mantiene ocupada.

El martes dió inicio el curso de Dibujo de construcción al que me anoté la semana anterior; se suponía que asistiríamos veinte personas pero a la reunión nos integramos únicamente la mitad; además del instructor y su supervisora -creo que ella es arquitecta y él estudiante de la misma carrera-.

El curso se ve interesante pero la primera clase -dos horas, de las veinte programadas- fue nomás para que se presentaran los instructores, los contenidos del curso y luego cada uno de los estudiantes -pérdida de tiempo-; además nos compartieron enlaces para adherirnos al grupo de estudio y para instalar Autocad.

Como estoy trabajando en la misma computadora en la que llevo las clases de dibujo digital -sin internet- me tocó que instalar el programa por mi lado y, como quería estar listo para la clase del martes, me pasé una gran parte de ese día realizando la instalación.

Al mediodía el instructor nos escribió en el grupo de whatsapp para informar que la clase del día se iba a suspender para darle tiempo a los estudiantes de crear su cuenta del grupo de estudio e instalar Autocad -y que se uniera la otra mitad de los estudiantes-; que luego se repondrían esas dos horas… en fin.

El trabajo sigue su ritmo habitual… algunos días super pesados, otros días bastante ligeros… la misma naturaleza de siempre; hace años me preocupaba pero ahora he aprendido que nomás debo ser como las palmeras y adecuarme al viento que sopla…

Y a ver cómo va eso...

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