jueves, 18 de mayo de 2023

You were never really here... Nunca estuviste realmente aquí... Tu n'as jamais vraiment été là

Sigo leyendo con el mismo patrón que empecé a finales del año pasado: Ficción, No ficción, Tecnología y Análisis Transaccional; aunque creo que estoy en el último libro del último tema pues no he encontrado a ningún profesional del área acá... creo que me pasaré a Gestalt.

Además agregé -entre Ficción y no Ficción- un libro en español... para no olvidar el placer de leer por leer: los otros cuatro son en inglés y pues siempre tienen su parte de aprendizaje; adicionalmente he leído una trilogía de ciencia ficción y el libro que da título a esta entrada.

Ví la película hace unas semanas y me llamó la atención que estuviera basada en un libro; leí un poco del autor y al parecer era de la especie de Hemingway: iba a emborracharse e inmiscuirse con una banda de motociclistas para luego vender historias sobre sus experiencias.

La película es cruda: violencia y tráfico de menores mezclado con prostitución y al final los padres de las niñas están implicadas en el asunto; termina, eso sí, con un final 'feliz': Joaquín Phoenix rescata a la niña y terminan en un café.

El libro es más crudo el padre de la protagonista no solo está implicado sino que fue quien ofreció a la menor a la mafia... el final tampoco es tan 'feliz'... el protagonista matando al senador y luego planeando rescatar a la menor -que ha vuelto a caer en manos de la mafia-. Terrible.

Además, empecé a leer Lou with no luck que es de una comediante británica que regresó hace poco a vivir un tiempo con sus progenitores y armó el libro de una adolescente que vive con sus padres desempleados y su hermana aspirante a modelo... es un libro bastante ligero; en ciencia ficción llevo tres capítulos de Autonomus y en español llevo doscientas páginas de 2666, el libro póstumo de Bolaño.

El Jueves pasado pagué en Amazon (98 dólares) los audífonos supresores de sonido y los tenis Reebok que espero me traiga la mejor amiga de Rb que viene del Imperio del Norte en Junio; ayer la tienda me envió una foto del paquete en la puerta de la casa en Georgia y luego la amiga de Rb nos envió fotos de los paquetes recibidos.

También el jueves, debido a una rutina de cuarenta minutos de ejercicios abdominales -llevo dos semanas de acompañar a Rb en sus ejercicios bisemanales- no pude dormir; me acosté a la hora acostumbrada -once- y estuve dando vueltas en la cama -y luego leyendo y finalmente trabajando un poco- hasta las cuatro de la madrugada del viernes.

Me levanté a las siete a desayunar -Viernes, Sábado y Domingo desayuno antes de entrar a trabajar- y pasé un día bastante lento debido a la falta de sueño; el día estuvo bastante tranquilo y por la noche no tuve muchas dificultades para dormirme; incluso me acosté una hora antes.

El sábado la clase de Lengua de Señas estuvo un poco más corta que de costumbre pues además de repasar un vocabulario la clase se puso de acuerdo en la canción que interpretará para la clausura; yo había avisado un poco antes que no iba a participar en la clausura aduciendo razones laborales.

La realidad fue que luego del conflicto surgido en la 'práctica' de la canción con la otra clase el jueves por la noche decidí que había suficiente drama en mi vida para agregar los conflictos entre los liderazgos de ambos grupos para demostrar quién es el mejor: el jueves se suponía que ibamos a practicar pero el grupo pasó una hora discutiendo sobre los signos a utilizar en la segunda parte de la canción.

Luego de la clase me dirigí al centro para participar en la reunión mensual del club de lectura -hasta ese día me día cuenta que el grupo de Jóvenes que promueve el evento es un brazo de la municipalidad... en fin-; a la reunión solo llegamos tres: la coordinadora y mi hija mayor; luego de un rato se nos unió otra persona.

Este señor -de lentes y con la ropa ligeramente sucia- se acercó a preguntar sobre la actividad y como la reunión iba lenta lo invité a quedarse, luego de explicarle el tema; pero creo que fue un craso error: resultó ser un indigente(?) que se dedica a vender dulces -o eso dijo- y que había estudiado dos o tres años en la universidad mientras trabajaba en un prostíbulo.

Según el señor por estos días andaba leyendo filosofía y explicó un poco sobre sus lecturas y sus creencias -Iglesia de los Santos de los Últimos días- y que a los cuarenta había realizado estudios de administración y ciencias de la comunicación... en fin, a sus 65 años, todo un personaje.

Casi al final de la reunión llegó el coach de la coordinadora -y otro chico que parecía su pareja- y un poco antes de las tres finalizamos la reunión; le pedí a mi hija que me acompañara a buscar un ajedrez y compré por diez dólares uno cuyo tamaño me percaté es similar a los que había comprado para mis tres hijos hace casi diez años; se lo obsequié a mi hija.

Después nos dirigimos con mi hija a almorzar al Taco Bell más cercano a su domicilio en donde estuvimos un buen tiempo entre comida y conversación; para finalizar el encuentro nos dirigimos a su habitación en donde estuvimos resolviendo un ejercicio de ajedrez -mate en dos movimientos- que les había enviado a ella y su hermano durante la semana.

Me despedí de mi hija un poco después de las cinco -además del ajedrez también le regalé un kit para tejer un elefante que había comprado durante la semana- y retorné a mi casita a cenar.

El domingo me levanté un poco antes de las siete para tener tiempo de hacer mis lecciones diarias de Duolingo antes de dirigirme a desayunar con mi doctora; nos reunimos a las ocho en un restaurante bastante cercano a mi casa y estuvimos en el lugar hasta las once de la mañana; mi doctora tiene ciertas dificultades con su peso y aún está aprendiendo a convivir con las mismas; al despedirnos acordamos volvernos a ver para su cumpleaños -en agosto- antes de que viaje a un congreso médico en sudamérica.

Al retornar a casa ayudé a Rb a preparar alitas y hash browns; luego del almuerzo, de sacar a caminar a sus perros y de que les diera de comer a sus perros la llevé a su iglesia para su clase semanal de estudios bíblicos; también me tocó que ir a traerla un poco antes de las seis de la tarde;

El lunes lavé uno de los dos eledrones que he estado utilizando durante los últimos meses; el plan es irlos rotando cada mes y lavarlos cada dos meses; para mantener la limpieza y evitar su deterioro; además me suscribí al plan Super de Duolingo pues planeo completar el árbol este año -esperaba en un mes y medio pero creo que será más- y además completar el nivel legendario de los ciento noventa y nueve niveles.

Al suscribirme obtuve siete días libres y empiezo a pagar un mes el próximo lunes; la verdad esperaría poder completar mi meta en un par de meses pero el nivel legendario es bastante complicadillo pues ya no hay ayuda para ver el significado de las palabras y con tres errores se retorna al inicio; cada nivel son ocho lecciones.

El lunes por la noche recibí la segunda clase de Autocad; en esta ocasión no estuvo el estudiante de arquitectura a cargo de la misma sino la arquitecta que coordina ese departamento; la clase estuvo bastante escueta: básicamente vimos generalidades del programa y su configuración.

Sin embargo, cuando intenté realizar las configuraciones en mi versión de Autocad 2020 que tengo instalada en mi máquina virtual con Windows Seven, el programa falló; por lo que decidí instalar una versión un poco menos reciente -igual la instructora estaba usando la versión 2014-.

Esa noche isntalé la versión 2017 pero no pude activarla por lo que procedí a desinstalar tanto la versión 2020 como la versión 2017; al día siguiente volví a instalar la versión 2017 -y decidí no entrar a la clase por la noche- pero seguía dándome dificultades; lo bueno es que en Internet se puede encontrar solución para -casi- todo; finalmente logré activar la versión -y le avisé al maestro que no podría participar en la clase ese día-.

A las seis y media -hora en que inicia la clase- me conecté a la reunión de Teams pero mantuve apagados la cámara y el micrófono -y puse a grabar la reunión-; en el tiempo de la clase estuve practicando francés -con Duolingo- pero luego de una hora Internet empezó a fallar debido a la tormenta que estaba azotando la ciudad.

Rb llamó varias veces a la compañía de internet y en tres o cuatro ocasiones la persona de servicio al cliente realizó -creo- la misma operación de tratar de resetear el modem; total que a las ocho y media que iniciaría mi clase de dibujo artístico no tenía internet; Rb le avisó a su amiga y aunque pudimos conversar un poco acordamos -por las dificultades de ambos- pasar la clase para el día siguiente.

El miércoles por la mañana revisé la clase de Autocad del día anterior y de las dos horas de duración aproveché los quince minutos de contenido: realizar el trazo de un terreno con cinco puntos de azimut; además el día estuvo un poco pesado por motivos laborales.

A las ocho y media de la noche nos reunimos con mi editora para la tercera clase de dibujo artístico y -tal como preveía- se trató de la realización de curvas utilizando la herramienta pen de Indesign; la clase tardó casi una hora -quizá media hora efectiva, pues entre saludos con Rb y otros asuntos se fue la mitad- y la verdad la sentí mejor que la de Autocad; ahora debo realizar una tarea cada día durante los próximos quince días.

Este día realicé la primera de las tareas que me asignó ayer mi editora y volví a ver la clase de Autocad, por si se me había pasado algo, por la tarde realicé otra vez la rutina de cuarenta minutos de ejercicios abdominales -espero que no me afecte el sueño esta noche-; he estado avanzando un poco en mi trabajo y haciendo algunas lecciones de francés...

Y a ver cómo sigue eso...



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