martes, 26 de septiembre de 2023

El milenio... The Millenium... Le millénaire...

Ayer cumplí mil días de estar estudiando Francés con Duolingo: dos años con nueve meses; y han sido mil días ininterrumpidos, es decir, no ha pasado ni un solo día sin que abra la aplicación para realizar al menos una lección; en ese período se terminó la pandemia -me contagié una vez de COVID-, cambié de funciones en mi trabajo -por estos días se repite- y me tomé 10 días de vacaciones -me fuí de traductor a una jornada médica-.

Y ha sido un viaje; al inicio estuve haciendo casi cuarenta horas semanales -eran tiempos de pandemia- e incluso empecé a leer libros infantiles en francés: mi meta era completar todo lo que pudiera en un año e ir a evaluarme a un call center en francés; lo cual no sucedió -lo de ir a un call center en francés-.

Al final del primer año me sentía aún bastante ignorante en el idioma -incluso había tomado un curso de francés online en la instución técnica local- y decidí nomás continuar avanzando con una nueva meta: completar todas las lecciones en dos años.

Pero al final de los dos años tampoco llegué a mi objetivo: La app sigue cambiando, agregando nuevas lecciones o reordenando las ya existentes; incluso llegué a pagar por el servicio premium durante tres meses; aunque completé todas las lecciones hace una semanas ahora mi nuevo objetivo es obtener el nivel Legendario en todo el árbol, espero completarlo en el transcurso del próximo año...

A ver cómo va eso.

En la cuestión laboral aún hay bastante incertidumbre: la semana pasada mi directora me escribió para inquirir sobre el avance en la integración con el nuevo equipo; y es que ha pasado ya más de un mes y aún no se ve nada concreto.

Le comenté que nomás nos habíamos reunido en un par de ocasiones y que aún estaba a la espera de nuevas asignaciones; lo que me preocupó de la llamada es que la directora me confirmó que cuando se complete el movimiento ya no estaré bajo su cargo; ahora reportaré a alguien del país más poblado del mundo.

Y ayer hubo una reunión con el equipo local con lo que tengo un poco más claro el panorama: es como un nuevo inicio; de hecho las funciones que he venido desempeñando no están implementadas en este proyecto por lo que -aparentemente- hay que empezar incluso con la definición de procesos.

Lo 'bueno' es que no soy el analista más antiguo en el equipo: el más antiguo es un analista bastante joven que me dió aventón en la reunión de equipo que tuvimos hace un par de meses; además él tiene un nivel jerárquipo superior por lo que espero no involucrarme en la definición/gestión de los procesos, únicamente en su ejecución.

La rutina post jornada laboral de la semana pasada cambió completamente: el lunes -usualmente salimos a caminar con Rb- había sido convocada una demostración pues la burocracia estatal sigue entorpeciendo el proceo de asunción presidencial: Rb fue a la manifestación y yo me quedé nomás cuidando a sus perros.

Entonces cambiamos la rutina semanal post jornada laboral de caminata-kickboxing-caminata-abdominales-caminata a caminata-kickboxing-caminata-abdominales; además, volví a ver a mi hija segunda después de un par de años.

Durante la semana estuvimos conversando y el martes -que era supuestamente el día límite de la solicitud de dinero- tuvimos una video llamada rápida sobre Facebook; al final -el jueves- le envié los cuatro mil dólares por medio de una transferencia interbancaria internacional; lo bueno es que ni siquiera tuve que moverme de mi casa pra realizar la operación.

No sé si es dinero que volveré a ver; de hecho le pedí que cuando pudiera empezar a hacer el reembolso -el próximo año?- no lo enviara al país sino que abriera una cuenta de ahorros en el imperio del norte y que me envíe las credenciales de ingreso en línea; quizá puede servirnos en familia como fondo de emergencia.

El sábado me reuní con mi hijo menor; pasé por su habitación a la una de la tarde y nos dirigimos a almorzar al Subway de la zona; estuvimos entre almuerzo y conversación un poco más de una hora y luego retornamos a su lugar a hacer un ejercicio de ajedrez y tomar café.

El domingo me tocó llevar y traer a Rb de su iglesia por la mañana; almorzamos las alitas de costumbre y por la tarde también la llevé a su iglesia; luego me quedé en el comercial cercano a su iglesia pues había programado un café con uno de mis ex compañeros de labores.

Mi ex compañero llegó algo tarde a la cita; lo invité a un café y un pastel en uno de los restaurantes del lugar y estuvimos conversando -me sorprendió enterarme de que es Testigo de Jehová- en el lugar hasta que Rb me llamó para comentarme que iba a llegar a donde estábamos; luego nos retiramos del lugar y pasamos a dejarlo a unas canchas en donde mi amigo se iba a reunir a un evento deportivo.

El viernes pasado mi hija mayor me había llamado para pedirme que la acompañara a devolver un equipo de trabajo que ya no utilizaría en sus labores: lleva ya más de un año de ser traductora médica y querían moverla a video traductora médica pero no le pareció el cambio.

Como no me gusta ausentarme de mi trabajo había dudado en acompañarla pero luego lo pensé mejor y me ofrecí a pasar al mediodía; salí ayer de mi casa a las once y cuarto y -afortunadamente no había tráfico- llegué a su casa a las once y media; llegamos al lugar en donde debía dejar el equipo a las doce y al final retorné a mi casa a las doce y cuarenta y cinco.

En total fue una hora y media de ausencia -se supone que tengo una hora de almuerzo- por lo que no interfirió en nada con mis labores; como me gusta planear las cosas y consentir a mis hijos había llevado un par de panes, unas coquitas y unos snacks para el camino: pensé que vendría mucho después de la hora de almuezo.

La semana pasada me enteré que mi único amigo de la infancia está enfermo; creo que esta guardando reposo en la casa de su mamá  y acudiendo al hospital nacional para el tratamiento de ciertas molestias del colon; hemos tenido un par de video llamadas y estoy planeando ir la otra semana -el viernes- a verlo.

Y a ver cómo va eso...

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