sábado, 13 de marzo de 2021

Incertidumbre... Uncertainty... Incertitude...

Cuando estaba iniciando a trabajar en el proyecto más grande (y más demandante y más frustrate) en el que he colaborado en mi actual trabajo recuerdo que le dije a mi anterior jefa que tenía problemas con la incertidumbre; digo, no tener toda la información que creo necesitar me provoca bastante incomodidad, lo que no me permite desempeñarme de la mejor forma.

Pero al final es una cuestión conceptual; la incertidumbre es parte de la experiencia vital y la certeza, creo, es únicamente una ilusión; sabemos (más o menos, los que nacimos hace mucho) cuando nacimos, en dónde y algunos otros datos con bastante exactitud; todo lo demás está influenciado por tantos factores que predecir el final de nuestro día es bastante osado.

Pero claro, no podríamos funcionar si no asumieramos la mayor parte de nuestra vida como estable; nos levantamos en la misma casa un día tras otro, trabajamos (cuando tenemos suerte) diariamente y al final del día nos retiramos a descansar al mismo lugar en donde inició nuestro día; me imagino que -como la mayor parte de cosas- el problema es la perspectiva y dónde definimos el punto de balance.

Y es que vamos otra vez en el trabajo con un nuevo proyecto y siento que -aunque acabo de iniciar de lleno en el mismo- ya voy atrasado; hace como un mes elaboré (o simplemente agregué un poco de información a uno genérico) la primera versión del plan y esta semana que lo revisé con mi jefa y mi futura jefa temporal encontré que tenía bastantes deficiencias; hace un par de noches invertí como tres horas en actualizarlo y planeo trabajar hoy y mañana (fin de semana) en afinarlo.

Y es un rollo porque el plan que tomé de base es de un proyecto similar que ha estado ya en marcha durante casi seis meses y el nivel de deficiencias es casi similar; o sea, como que no es taaan necesario un documento preciso, pero creo que debo trabajar más en su corrección; además mi jefa me confirmó al mismo tercer recurso y debo empezar la ingrata tarea de distribuir y supervisar tareas; también vamos atrasados con eso.

Esta semana contacté a mi excompañero del voluntariado que me ayudó a finales del año pasado a realizar el pago del préstamo por el que estaban embargando una parte del salario mensual de mi padre; como todos los trámites de este tipo es super fácil que te penalicen pero super difícil que se termine: pagamos todo el dinero en diciembre pero los descuentos siguen ocurriendo.

En enero mi amigo fue a la oficina a obtener un finiquito, en febrero le informaron que aún faltaba un trámite y ayer le dieron una carta confirmando que la deuda estaba saldada pero le comentaron que debía realizarse otro trámite en otra oficina; total que contacté a esta última oficina y me dijeron que el proceso de elaboración de los documentos legales estaba en trámite pero que ¡se demora alrededor de 120 días hábiles!  o sea, si el tiempo cuenta desde febrero seguirán descontando como el 20% de del salario hasta julio o agosto, en fin.

Se supone que esos descuentos deberán ser reintegrados luego pues la deuda ya fue saldada desde diciembre, pero viendo cómo van funcionando las cosas, la verdad no sé si es dinero que mi padre perderá en el proceso; y hablando de reintegros; Google Voice dejará de funcionar y están reintegrando el saldo a los clientes.

Ayer recibí un correo donde Google me informa que no han podido iniciar el proceso de reintegro pues la tarjeta de crédito con la que cargué 25 dólares al servicio de llamadas telefónicas caducó hace mucho tiempo; esos 25 dólares los cargué hace como 10 años pues en esa época usaba bastante google voice para llamar a mis amigos en Estados Unidos; lo raro es que luego las llamadas a ese país y Canadá eran gratis.

Creo que gasté  diez dólares llamando un par de veces a Marruecos pues contacté personalmente a un cliente de la oficina de microfinanzas; en otra ocasión llamé a una amiga en Argentina y me parece que también utilicé el servicio para llamar a mi hija cuando estaba estudiando en el college a dos países al sur de acá; ah, y una vez le presté mi cuenta a un haitiano que vino a la oficina de microfinanzas para que estuviera comunicándose con su familia (creo que ese fue el gasto más grande).

En fin, ayer actualicé la información de mi tarjeta de crédito actual y espero recibir los 15 dólares pronto; pero tampoco estoy seguro de eso porque este banco tiene un servicio raro: cuando mi hija segunda pagó la cita para la embajada del imperio del norte hace más de dos años utilizó su tarjeta prepago para abonar los ciento sesenta dólares que cuesta el trámite; el pago fue rechazado (y lo pagué con la tarjeta de RB) pero el dinero sigue aún en reserva y aunque los he contactado en un par de ocasiones ni ellos ni la oficina que realiza el cobro me han dado razones de cómo acceder a ese monto.

Hace un par de noches hablé con mi hijo y, como casi lo esperaba, me informó que no está estudiando como es debido -culpa a la modalidad online- y que a partir de este mes se retira de la facultad y empieza a trabajar en el segundo call center más grande de la ciudad -al mismo al que traté de ingresar hace tres años-; se mostró compungido por no continuar pero le indiqué que, a pesar de que mi sueño era que los tres se graduaran de la universidad, no esperaba vivir a través de ellos y que como adultos deben tomar sus propias decisiones.

Además, le recordé -otra vez-, que la Universidad para mí fue especial porque mi papá apenas se había graduado del nivel medio un par de años antes que yo y que mi madre lo hizo un año después de que yo iniciara los estudios superiores; o sea que en mi caso la barra no estaba muy alta y quizá por eso para mí era un verdadero reto completar mi formación universitaria; ahora creo que únicamente mi hija segunda será quien complete una carrera universitaria, y en artes.

Total que ya no seguirá en la Universidad pero espera tomar algún programa de formación en ese lugar de trabajo; ojalá encuentre cierta estabilidad en este lugar; me contó que está leyendo, otra vez, The Subtle Art of Not Giving a F*ck (creo que lo encontró hace unos años en una de mis computadoras) y que, como yo le había dicho en una ocasión, allí dicen que el trabajo es el trabajo y no necesariamente una fuente de realización; a ver cómo le va.

No sé si fue casualidad pero unas horas después -a las dos de la mañana, aunque el mensaje lo leí a las 8- mi hija mayor me envió un par de mensajes por whatsapp: agradeciéndome porque les había enseñado inglés y disculpándose por haber sido una difícil adolescente -y para decirme que estaba bien-; le respondí luego agradeciéndole el contacto y haciéndole saber que me gustaba saber de ellos.

Según HabitBull llevo 57 días sin parar de hacer más de 500 XP diariamente en Duolingo (aunque anoche apenas lo logré), de no ingresar a sitios de videos y de practicar tres veces al día al menos 10 minutos de malabares; también 56 días de escribir Javascript aunque con esto último nomás llevo una cadena de 3.

Y creo que a partir de este fin de semana modificaré mis hábitos pues me toca entrar con fuerza al trabajo por el que me pagan quincenalmente y estos últimos tres días he estado corriendo tanto que ni siquiera he leído nada al finalizar el día, ni inglés, ni español, ni francés; aunque también deberé bajarle el ritmo a eso.

Así que a partir de hoy -creo- bajaré a la mitad los XP que alcanzo diariamente en Duolingo (creo que también cambiaré mi estrategia de ir completando los cinco niveles de cada lección a únicamente los primeros dos niveles en cada una y luego iré retornando a completar los tres restantes); creo que eso extenderá de seis meses a quizá el resto del año el objetivo del Buho de Oro pero al final el trabajo es lo que me facilita realizar todo lo demás y es en lo que debo invertir más horas al día.

También bajaré de 3 a 2 el número de veces que practico malabares con cuatro pelotas, y quizá de 15 minutos retornaré a 10 minutos en cada ocasión; creo que ya domino el movimiento -en algunas ocasiones logro secuencias de 10 lanzamientos o así- y nomás me toca seguir practicando, así como lo hice cuando aprendí a malabarear con tres pelotas.

Lo de limitar mi consumo de media para mayores de edad ha estado bien, durante los 57 días no he entrado -ni he tenido el deseo de hacerlo- a ningún sitio de reproducción de este tipo de material; en un par de ocasiones he visto -y borrado- una parte de algún video que mis excompañeros del bachillerato mandan al grupo de whatsapp... la verdad aún no sé porqué no me he retirado de este grupo porque realmente no existe un vínculo con el 99% de ellos y puede ser porque me molesta pensar que continúo con mi comportamiento de anacoreta.

La verdad es que es bien complicado mantener una abstención total de consumo multimedia para adultos; por ejemplo, anoche estaba revisando mi correo de gmail y bajo una pregunta de Quora (casi no lo utilizo aunque a veces hay información bastante útil) una señora (auto, creo) respondía a una pregunta de si le gustaba tomar el sol con ropa o sin ella con un par de párrafos y una fotografía sin ropa en la playa (no era una modelo y era una señora de edad media); por supuesto que borré el correo pero me sorprende (un poco, aún) por dónde llega información que uno no quiere ni necesita ver; y lo complicado no es ver, sino cortar por lo sano sin entrar a un ciclo indeseado; en fin, no sé aún qué decidiré sobre esto cuando complete el challenge actual.

Porque sigo -aún cuando rompí la cadena con Javascript y estoy rebajando Duolingo y malabares- con el challenge, al menos hasta el día 70 (este es el día 57); quiero completar los siguientes trece días, llegar al final de la meta establecida, celebrar (Rb me envió unas fotos de un pastel de chocolate hace unos días) y luego decidir qué quiero hacer durante el resto del año.

Y es que hemos ido sumando actividades; en el caso de Rb, además de su trabajo está el curso de ilustración infantil digital que aún continúa por tres o cuatro semana, y el curso de señas, que continuaremos por dos o tres años más (ah, y lleva Duolingo bastante tranquilamente); pero en mi caso está un poco más complicadillo.

Además de mi trabajo -que pasa de 10% a 120% del horario laboral intempestivamente- practico malabares, utilizo Duolingo, leo en inglés, español y francés, estoy en un curso de seguridad digital con una universidad popular del sur (ya solo faltan un par de semanas); estoy en las semanas finales del máster en ciberseguridad (ayer fue la prueba técnica para la defensa del trabajo final y en una semanas debo -junto con mis dos compañeros- realizar la presentación); además escribo -un poco- Javascript diariamente y estoy en el curso de lenguaje de señas.

Y el día tiene solo 24 horas, y -me imagino que por mi edad- ya me es difícil dormir únicamente entre seis y siete horas que ha sido siempre mi aspiración -me ha estado costando levantarme y no paso de buen humor el día si duermo menos de siete u ocho horas por la noche-; así que debo tener cuidado y no morder más de lo que pueda masticar; por lo pronto estoy reajustando Duolingo y malabares (Javascript no me consume tanto tiempo) para no descuidar la lectura y dedicarme (al menos durante los próximos dos meses) a encaminar el nuevo proyecto en mi trabajo por una buena ruta; comenzar -usualmente- es lo que me cuesta pero luego todo se vuelve un poco más sencillo, a ver cómo va eso.

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