jueves, 8 de febrero de 2024

La tercera, quizá... The third one, maybe... Le troisième, peut-être...

Ayer por la tarde recibí una llamada telefónica; no oí -me pasa bastante- el timbre pues estaba bañándome luego de los ejercicios post jornada laboral y nomás usé el celular de Rb para devolver la llamada; resultó ser el administrador del grupo que organiza jornadas médicas cuya secretaria me contactó hace unas semanas.

El señor se presentó y cambió rápido a inglés para que conversáramos sobre mi información general y laboral; luego me comentó que estaban planeando varios eventos para la segunda mitad del año pero que el primer paso era acudir a una capacitación a finales de este mes.

La formación está programada para el 26, 27 y 28 (Lunes a Miércoles) de febrero y el lugar de la misma es uno de los departamentos que colindan con nuestro gran vecino del norte; se supone que todos los costos -transporte, estadía, alimentación- están incluidos pero le indiqué a la persona que debo ver aún en mi trabajo; quedamos en que la secretaria me contactaría para continuar con el proceso.

Y a ver cómo avanza eso...

Esta semana ha estado un poco más ocupada en el tema laboral: estos tres últimos días me he estado levantando a las seis de la mañana y he adelantado un poco de los temas que me asignaron la semana pasada antes de la reunión diaria de las ocho.

En general me he sentido un poco mejor en esta área pues es agradable comprender un poco más las funcionalidades en las que eventualmente deberemos ocuparnos los tres analistas; y bueno, ya después de año y medio esto debería estar más claro, pero aún no.

El lunes y ayer realizamos con Rb las rutinas de ejercicios post jornada laboral y el martes caminamos a los supermercados que quedan en la dirección sur; en el más lejano -dos kilómetros, creo- compramos más de diez libras de pollo para los almuerzos de varias semanas.

El lunes me habló mi hijo: hasta ese día se percató que no se había completado la transferencia de los cien dólares que le envío mensualmente para reponer el descuento que le realizan en su planilla laboral por la compra de acciones de la empresa en la que trabaja -creo que ya va a cumplir dos años allí-.

El martes antes de salir al supermercado vimos que la planta de güisquiles del patio tenía tres o cuatro frutos con el tamaño suficiente para su cosecha; como cuando regresamos ya estaba oscuro decidimos salir al día siguiente.

Ayer me subí -espero que por última vez en varios meses- a los árboles de ficus del patio y, ayudado por el artilugio que construí para el efecto, bajé once güisquiles; los cuales aún están a la espera de la repartición de los mismos que Rb hace en su calle.

Estoy por concluir varios libros: In five years espera el último ciclo -siete capítulos, me parece-; en español estoy empezando Loba negra, aunque empecé el ciclo leyendo casi ciento cincuenta páginas; el segundo libro de Aurore lo terminaré este día -espero-, ya son solo cinco capítulos y me pasaré a lecturas más serias en francés.

En no ficción sigo avanzando con The Good Life, libro del cual tenía bastantes expectativas y el cual no me está decepcionando; con el que me ha costado avanzar es con The Lean Startup; aunque en la parte de tecnología ya decidí cual será el siguiente -un poco más técnico-: How Software Works: The Magic Behind Encryption, CGI, Search Engines, and Other Everyday Technologies.

Y por último, meditación: llevó bastante relajada la lectura de esta área; cada capítulo se supone que enseña una parte de la práctica de la meditación trascendental por lo que se supone que debería ser práctica; pero no, nomás he estado leyendo un capítulo por ciclo.

Hoy me escribió, después de casi dos años de silencio, mi amigo científico del Imperio del Norte; es quien me ha provisto de mis últimas tres computadoras y, por lo que pude leer de su correo electrónico, me parece que está avanzando en Alzheimer -o senilidad, no sé-; me envió un gran texto sobre la investigación genealógica que realiza de su familia.

Su correo fue en respuesta a mi última comunicación -de hace unos días- luego de dos correos en los años posteriores que se habían quedado sin respuesta; le respondí con un correo un poco extenso contándole las últimas novedades por acá y esperando que la comunicación continúe.

Y a ver cómo sigue eso...

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