No sé si la serie será nombrada como Tarea en Español y Tâche en Francés; al final se oiría mejor en español algo como Fuerza Especial o Equipo de Trabajo; o algo similar; no tengo tanto conocimiento del tema en Francés; de pronto la dejan con el título en Inglés.
En el caso del libro -la segunda parte del título- la edición en Francés salió con el mismo texto en Inglés; pero la versión en Español sí tiene una carátula con el titulo traducido de forma similar al de esta entrada.
Terminé el libro hace un par de días; originalmente había creído que era un Young Adult Fiction pero está clasificada, de hecho, como un Romance; y no me pareció tan mal; o sea, tiene un final feliz; pero me reí en la parte final como no lo había hecho desde hace un buen tiempo.
Con respecto a la serie; empecé a verla porque seguía la línea de The mare of Easttown, la cual habíamos visto hacía varios años con Rb; en este caso ví la serie en soledad y me pareció muy buena.
O sea, Mark Ruffalo actúa muy bien cómo un ex sacerdote que abandonó los habítos, formó una familia -una hija biológica y dos adoptados- y que debe pasar por un camino bastante tortuoso para perdonar a su hijo adoptivo.
La serie tiene muchos elementos: pandillas -de motociclistas-, drogas, familias disfuncionales; venganzas, asesinatos, policías corruptos y un largo etcétera; terminé de verla este día; debo decir que me conmovió.
Después de terminar el libro de la escritora nacida en China, me quedé pensando en qué leer; aunque realmente lo había decidido un timepo atrás: Sandwich; los adultos entre sus hijos adultos y sus padres en la tercera edad -yo-.
Pero en audiovisual -aparte de los videos que he estado cosumiendo últimamente en Youtube- no sé qué otra cosa ver; esta semana esperaría terminar la última de las series que había empezado a ver en los últimos meses: Gen V.
Y a ver cómo sigue eso.
El martes retornamos al trabajo, luego del fin de semana largo; entré a la reunión de la mañana, en la que comentaron que el equipo del Imperio seguía en reunión con el cliente principal del proyecto; por lo que la mañana estuvo bastante tranquila.
La analista que trabaja más cerca del supervisor estuvo tratando de que retomáramos el trabajo que habíamos dejado pendiente el viernes; pero no fue mucho lo que pudimos avanzar.
Por la tarde, luego del horario laboral, fuimos a los supermercados en dirección sur: en el más alejado compré un par de paquetes de galletas dulces; también adquirimos un paquete de cepillos dentales; aunque el uso que queremos darle es la limpieza de las axilas de playeras.
El día anterior habiamos encontrado un charco de agua junto al lavatrastos de la cocina; cuando examinamos la bandeja de madera del mueble vimos que había un hermético con bastante agua (también había un par de esponjas metálicas ya oxidadas).
Tiré el agua del hermético y limpiamos la que estaba entre los trastos; y temí que tocaría cambiar el lavatrastos -o al menos, realizar una reparación para eliminar la fuga-; pero, afortunadamente, la fuga es mínima, y puede ser controlada.
Por la noche terminé de leer las partes correspondientes del libro de francés y de portugués; he estado disminuyendo el número de páginas de cada uno, ya que es lo que leo con más asiduidad; aún así me quedó pendiente nomás la última parte de cada uno.
El miércoles, al igual que el primer y último día de la semana, la alarma del celular sonó a las cinco y cuarto; me levanté a meditar y luego entré a la habitación de Rb a despertarla; sigo escuchando los mismos cinco archivos de portugués mientras completamos los cincuenta minutos de ejercicios.
Después de ducharme entré a la reunión de la mañana; en la que se examinó uno de los fallos que reporté hace unas semanas; pero la conclusión fue quedebía revisarse con más detalle; como a media mañana recibí un correo del supervisor en el que indicaba que las pruebas que había estado realizando durante la seman anterior habían concluido -y con gran éxito-.
Y un poco antes del mediodía llamó a todo el equipo local para revisar el avance en las asignaciones; yo le había enviado al final del día anterior un correo con el resumen de lo que habíamos estado trabajando; la verdad estaba bastante escueto.
Al principio de la reunión mis otros tres compañeros se mantuvieron en silencio; hasta que fue cuestionándolos uno a uno; al final concluyó con que retomaremos las reuniones diarias y quiere que continuemos compartiendo la cámara; por el bajo nivel de comunicación actual.
Por la noche ví el último capítulo de la segunda temporada de Gen V; pero me estuve durmiendo -y repitiendo- en varios episodios del mismo; luego realicé algunas lecciones de Portugués en Duolingo; y jugué varias partidas de ajedrez: aún no logro retornar al Elo de mil cuatrocientos.
El jueves me volví a levantar a meditar a las seis y media; luego entré a la reunión diaria del equipo; después de la reunión me quedé dormitando en la cama; en Duolingo he estado haciendo muchas lecciones (partidas) de ajedrez y algunas pocas de Portugués.
El trabajo siguió bien bajo: el ambiente en el que estamos probando sigue dando dificultades (desconexión o desconfiguración); y al final no tuvimos la -temida- reunión con el supervisor.
Rb se dirigió al mercado en el centro histórico después de desayunar; un poco después me escribió: el viaje en el busito le llevó más de una hora -usualmente tarda entre veinte y treinta minutos-; y, en general, el tránsito estaba superpesado en la ciudad.
Durante la tarde estuve probando un script en Python que el analista más inteligente del grupo me había compartido el día anterior: con el mismo se duplica una carpeta de pruebas en la herramienta que utilizamos para el efecto.
Con el script se ahorran varias horas de estar creando manualmente las carpetas, y pasando de la misma forma todos los casos de prueba que hemos estado utilizando en cada ronda (es muy brillante el joven).
Al final logré que el script funcionara en mi computadora: instalé la última versión de Python (no recordaba que tenía la versión anterior y otra más antigua ya instaladas) y, después de un poco de ajuste, pude crear una suite sin mucho esfuerzo.
Al final de la tarde acudimos con Rb a la ferreteria industrial en donde nos proveemos de herramientas -o aditivos industriales-; desde unos días atrás había estado observando cierta fuga de agua en el lavatrastos y, el día anterior, ví la causa: el agua se estaba filtrando por la parte oxidada del tubo metálico.
Lo bueno es que en casa de Rb almacené, cinco o seis años atrás, los tubos de pvc que utilicé para construir los biombos que usamos en el departamento que renté por un par de años; en la época en la que mis dos hijas se pasaron a vivir conmigo.
La mayor parte de los tubos nomás tienen pegados, con cinta adhesiva, codos de dos o tres vías -estos últimos los fabricamos con Rb en su oportunidad-; por lo que nomás necesitaba adaptadores hembra y macho para sustituir el tubo oxidado por uno de plástico.
Rb me sugirió que colocaramos un tubo más largo y que el brazo de la llave de agua tambiéń fuera más largo que el de metal; también compré un tubo de pegamento para unir los tubos, el codo y los adaptadores; luego pasamos al supermercado, en donde compramos un poco de bananos.
En el camino de vuelta pasamos a la panadería que queda a medio camino; a comprar un poco de pan para mis desayunos; por la noche estuve viendo algunos videos de Youtube, avanzando en el libro Same as Ever y jugando muchas -demasiadas- partidas de ajedrez; también armé los cubos de rubik de 4x4 y de 5x5.
El viernes me levanté a las cinco y cuarto; medité y luego entré a la habitación de Rb a despertarla; me comentó que los gatos estuvieron haciendo mucho ruido por la madrugada y le dificultaron dormir; pero se levantó para que completaramos la rutina de ejercicios.
Después de la rutina -y la ducha- entré a la reunión diaria; la misma es a las siete pero generalmente la inician un par de minutos antes; yo entré a las siete con un minuto; y ya habían comentado que instalarían una nueva versión de la aplicación en la que trabajamos.
Después de la reunión me preparé el desayuno de los viernes y luego retorné un rato a la cama; aunque estuve pendiente de la reunión del equipo; el supervisor canceló la de las nueve de la mañana, pero envió una invitación para una a las once.
Como he querido mejorar un poco en mi desempeño laboral me dediqué un par de horas a agregar detalles a una serie de casos de prueba que he tenido pendiente durante mucho tiempo; hasta la hora de la reunión.
A las once entré a la reunión y -de acuerdo a lo que el supervisor había indiciado un par de días antes- encendí la cámara de mi computadora; pero fui el único en hacerlo; incluso el supervisor la mantuvo abierta únicamente por unos minutos.
Desde hace mucho tiempo tengo como background una escena de Minecraft -viene por defecto en el programa que usamos para reunirnos- y uno de los analistas en el Imperio del Norte me preguntó si vivía allí -de hecho nunca he jugado eso-.
Y el supervisor comentó que debía configurar su cuenta para usar un background como el que uso: durante el corto tiempo que encendió su cámara se vió un ambiente como el de una pequeña habitación de hotel.
La reunión estuvo propicia: yo he estado temiendo este tipo de reuniones durante los últimos meses; mi desempeño ha bajado mucho y me molesta que no pueda presentar resultados significativos.
De hecho, el miércoles me escribió mi antigua directora para pedirme información sobre un archivo en el que había trabajado cuatro años atrás; con lo que me puse a revisar la copia de respaldo que almacené en un disco duro externo.
Encontré mucha información de esa época; muchos planes de trabajo; muchos reportes del trabajo que realizaba; del equipo que dirigía; e incluso algo de código que utilizaba para realizar alguno de esos reportes; me puse nostálgico de ese tiempo -igual, sé que todo recuerdo es editado-.
En la reunión de la mañana habían indicado que se iba a liberar una nueva versión de la aplicación y que teníamos que realizar una comprobación rápida; pero no sucedió; y esa fue, más o menos, la misma información que nos proporcionó el supervisor en la reunión de las once.
La reunión tardó un poco más de media hora; y, en general, la encontré intrascendente; o sea, no hay agenda ni un verdadero seguimiento; de hecho ni siquiera interrogó a cada uno de los analistas -managing 101-; yo estuve participando pero porque me gusta ser una buena influencia.
Al mediodía Rb preparó el pescado usual de los viernes; yo preparé un par de ensaladas; y acompañé mi almuerzo con un poco de Pepsi que me sobró de mi almuerzo del sábado anterior -con mi hijo menor-.
Por la tarde le bajé el ritmo al trabajo -aunque avancé en este día más que en los anteriores-; después del almuerzo sacamos a caminar a los perros; luego, a las cuatro, realicé la limpieza de los viernes.
Después de hacer la limpieza nos dirigimos al supermercado más cercano en direccion sur; como mi hija volvió a Atkins quería comprar Canchón; para acompañar las carnitas que planeo llevar el sábado.
En el camino pasamos a la ferretería: la noche anterior había pegado -mal- un par de los adaptadores de pvc y debía comprar otros dos, por si me faltaban en la reparación que había previsto realizar al final del día.
El día anterior había estado viendo videos en Youtube para explorar formas de extraer tubería con las uniones oxidadas; y, efectivamente, cuando intenté retirar el tubo metálico, este se rompió.
Utilizando una de las maniobras que había visto el día anterior -básicamente utilizando un alicate dentro del tubo, para que actuara como palanca- logré extraer la parte roscada del tubo quebrado.
Ya habíamos cortado el agua -después de almacenar un poco para las últimas actividades del día-; pero allí me dí cuenta -cuando desenrosqué la llave del agua- que necesitaba otro adaptador pues la rosca de la misma era más pequeña que la hembra de pvc.
Fuí a la ferreteria de la otra calle y compré un reductor de rosca -de metal-; luego, cuando quité el tubo quebrado me dí cuenta que tampoco funcionaría el macho de pvc: la rosca era muy pequeña.
Volví corriendo a la ferretería y apenas llegué a tiempo: ya habían bajado una de las dos cortinas frontales; el joven fue muy amable para buscar entre los distintos adaptadores y reductores hasta encontrar la solucion: un tubo con tornillo doble, un adaptador macho y otra unión para dos tubos.
Al final retorné a casa con los tres nuevos elementos y empecé a armar la solución: enrosqué un extremo del tubo metálico -utilizando teflón para sellarlo-, sobre él mismo enrosqué un adaptador hembra, también utilizando teflón.
En este adaptador -utilizando pegamento para pvc- coloqué el par de tubos en ángulo recto -el vertical largo y el horizontal corto-; en el otro extremo había colocado el reductor -utilizando teflón- y en la rosca interna del mismo, también usando pvc, la llave del agua.
La reparación quedó finalizada y nomás dejé en reposo la armazón; planeamos abrir la llave de la calle hasta el día siguiente, para darle el tiempo al pegamento de pvc de realizar su trabajo de la mejor forma.
Por la noche estuve viendo una parte de una película asiática -no estoy seguro si es Koreana, China o Filipina- que había empezado a ver un par de días antes: es un largometraje con mucha mucha acción -y un poco de drama-.
Y a ver cómo sigue eso...
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