Leo, no tanto como quisiera pero siento que leo bastante. Como que es por épocas también, tengo épocas –muy pocas- en las que no toco un libro a la semana, otras en las que no salgo de mi habitación –o de la biblioteca de mi antigua universidad- en todo el día. O que amanezco leyendo algún libro en mi computadora.
Esta semana –o la anterior- estrenaron la película de Julia Roberts Come, Reza, Ama basada –no se si fielmente o libremente- en el libro del mismo título de la escritora gringa Elizabeth Gilbert. Tengo una historia antigua con este libro. Hace un poco más de tres años este libro estuvo en la lista de los más vendidos del New York Times por un buen tiempo causando bastante revuelo en Estados Unidos –no se si en el resto del mundo-. Por esos días estaba yo viviendo en Pórtland –por tercera y última vez-. Usualmente no hago caso de los Best Sellers, solo hay que ver a Dan Brown o Rowling. Ese año Gilbert estuvo incluso en la lista de los 100 más influyentes de la revista Times. En la librería en donde acostumbraba leer los fines de semana encontré el libro en español y lo leí –pasaba luego de salir de mi trabajo- en semana y media o algo así. Recuerdo que son 108 capítulos como las cuentas de un collar budista. La historia es bastante sencilla –típica- y el estilo de la autora no me gustó en demasía. Sin embargo, al terminar de leerlo retomé un interés que había tenido desde hacia tiempo. Haciendo corta una larga historia, luego de esto estuve asistiendo asiduamente a un templo Zen por seis meses, hecho que trajo bastante tranquilidad a mi vida. Ahora vivo de nuevo en mi país, estoy bastante estable laboralmente y veo a mis hijos todos los domingos desde hace dos años.
El jueves de la semana pasada saqué de la biblioteca del Centro Cultural Español del país dos libros: Los libros arden mal, un mamotreto de más de 600 páginas de un autor gallego y La Hija del Caníbal de Rosa Montero. No se porqué me llamó la atención Rosa Montero, creo que he leído buenos comentarios acerca de su obra, auque no había leido nada de ella. La Hija del Caníbal es una historia contada –a veces en primera persona, a veces en tercera- por la esposa de un secuestrado y sus intentos de lograr su libertad. Al final la que encuentra la libertad es ella. En la historia entra la familia de la mujer, sus miedos, sus ilusiones y un viejo y un joven que conoce a partir del inicio de la acción. El joven termina siendo su amante por un tiempo y el viejo le enseña –o le muestra- que a pesar que ya no está de moda aún se puede vivir con valores. Que aún se puede permanecer con la misma persona por mucho tiempo sin necesidad que todo sea perfecto.
En la historia de Gilbert –que pasa por realista- también hay un joven y un viejo –o al menos un hombre mayor-. El joven es su amante luego del divorcio y es al inicio del libro una de las razones por la que la autora emprende un viaje de un año pasando cuatro meses en Italia, cuatro en India y cuatro en Bali. En Bali encuentra el amor: un hombre mayor que ella con el que decide volver a darle una oportunidad al amor –bastante Disney la historia realmente-.
En La Hija del Caníbal, la autora empieza presentando un retrato bastante ideal de ella misma y el final es una especie de confesión acerca de su presente, una reconciliación con la realidad y una aceptación de su situación. Bastante positivo realmente.
Dos libros, dos historias. Parecidos? diferentes?. En alguna parte leí que los libros -y las personas o lo que sea que precises- llegan a tu vida justamente cuando tienen que llegar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario