El desayuno del jueves no estuvo muy bueno. EL lugar vende buenos desayunos pero la convivencia entre los cuatro del área ha perdido algo de la dinámica que teníamos al principio. Personalmente me siento cansado de insistir en algunos temas y frustrado de no obtener los resultados como equipo que esperábamos. Despues de desayunar Ant nos dió aventón al trabajo. Y eso puso en evidencia otra debilidad en nuestro equipo. Ant se dirigió directamente al parqueo del edificio donde trabajamos -en donde sólo desde supervisores hacia arriba tienen acceso- y como quien no quiere la cosa le dijo al compañero del BMW que cuando quisiera llevar su auto podía dejarlo en el lugar de nuestra jefa. Lo irónico -o sarcástico- del comentario es que ese era el último día -de diez de vacaciones- en que nuestra jefa no llegaba.
El jueves intenté ver a la jefa de mi jefa para finalizar alguno de mis pendientes -me quedé nuevamente como con el 60% de eficacia mensual-, no lo logré. Por la mañana estuve enviando algunos correos para avanzar parcialmente en un par de asignaciones. Al mediodía salí al parque de costumbre a leer un rato. Estoy avanzando en Amor bajo la lluvia y también he empezado Fiebre, el otro libro que compré cuando adquirí El Lobo Estepario. Por la tarde envié más correos para intentar llegar al 60% de eficacia y a las seis de la tarde que llegaron por el compañero del BMW me retiré con él. Esperaba venir a cenar una torta, snacks y cocacola pero el compañero del BMW y el amigo que llega algunos días por él insistieron en pasar a tomarse unas cervezas. Como yo ya no ingiero alcohol me tomé una naranjada.
Estuvimos en el lugar hasta un poco antes de las ocho y luego el compañero del BMW y su amigo pasaron a dejarme a mi casa. Entré a dejar cambiarme de ropa y salí a comprar una torta, cuando pasé a la tienda no tenían cocacolas de medio litro y tuve que comprar una de las pequeñas. Esa noche terminé de leer Inferno, que definitivamente me decepcionó. No esperaba mucho de un libro de Dan Brown -he leído todos sus títulos- pero este libro de verdad que carece de sentido. O al menos, no pude encontrarle ninguno. Me dormí como a media noche y dejé la alarma para las siete y media pues quería cortarme el cabello y ordenar mi habitación antes de ir por mis peques.
El viernes en la mañana me levanté a cortarme el cabello -nuevamente- y ordené -por fin- mi habitación. Fuí por mis chicos un poco antes de las diez y media. Fuimos a la biblioteca un poco más de una hora y luego venimos a mi habitación a preparar el almuerzo: sopas ramen con verduras y pollo frito. Les había comentado a mis chicos que quería llevarlos al cine pero que podíamos ver otras opciones pues también podíamos ir al cine el domingo. Mi pequeño sugirió que aprovecháramos que era viernes y fueramos al museo olímpico, a donde nos dirigimos después de almorzar.
El museo olímpico había anunciado su apertura hace un par de meses un la prensa local. Habíamos intentado visitarlo hace unas semanas pero resultó que no abrían los domingos. El museo es realmente pequeño, tiene, básicamente, un montón de pines de las olimpiadas a donde han acudido nuestras delegaciones deportivas, varias fotografías antiguas y poco más. También hay una biblioteca adjunta pero los títulos son básicamente de deportes o administración deportiva. Estuvimos en el lugar un poco menos de una hora y luego retornamos a mi habitación.
Para terminar la tarde vimos media hora de Episodio II y un poco después de las seis fui a dejar a mis chicos a su casa. Como el almuerzo había estado bastante bueno cené únicamente té y panito. Por la noche continué leyendo Fiebre y estuve tratando de bajar La Verdad sobre el Caso Harry Quebert. Me llama la atención que fue premio al mejor libro del año en Francia el año pasado y hace cuatro años leí otro muy buen libro que había obtenido ese premio: La Elegancia del Erizo.
El sábado por la mañana me dirigí a la reunión del círculo de lectura. Llegaron bastantes personas, la mayoría tarde y algunas llegaron por momentos únicamente. Empezamos como seis personas, en algún momento de la reunión conté veintidos y al final estábamos doce o catorce, que es el número usual. La reunión estuvo bien interesante siempre con opiniones muy diversas sobre el autor y la obra. El Túnel fue una obra que conocí por mi ex esposa y me produjo un impacto casi igual a El Extranjero.
Terminamos la reunión del círculo como a las doce y media y me quedé en el museo pues había quedado con el voluntario al que le compré un mother board el año pasado de reunirnos en esa estación del Transmetro para ir a su casa por un par de películas. El voluntario llegó un poco antes de la una y nos dirigimos a su casa en las afueras de la ciudad. Estuve en la casa del voluntario un poco más de dos horas -almuerzo incluído- y me dió copia de algunas películas, algunas ya las había visto y una me interesaba pues planeo verla con mis peques: Mi Vecino Totoro.
Un poco después de las cinco me despedí del voluntario y su familia y retorné a mi habitación. Me hice un poco más de una hora pues el viaje es casi toda la ruta de un bus de Transurbano y luego el Transmetro desde su estación inicial. Vine a mi habitación a dejar mi mochila y me dirigí a la casa del voluntario que vive en la misma colonia pues habían convocado para celebrar su cumpleaños y el de otro voluntario.
Estuve en la celebración -pizza y pastel- hasta como a las diez y media, hora en que una voluntaria me dió aventón a mi habitación. Afortunadamente tenía mi habitación bastante ordenada, vine a ver un poco de las películas que me acababan de pasar y me dormí un poco antes de medianoche.
Ayer me desperté un poco después de las siete. Estaba lloviendo y continué en cama hasta las ocho. Me levanté a ordenar un poco la habitación y a las ocho salí a comprar los ingredientes para desayunar con mis peques. Llegué a la casa de mis peques a las ocho treinta y tres y resultó que aún andaban en preparativos matinales. Al parecer se habían acostado de madrugada. Como mis hijas andaban aún en preparación de baños les indiqué que retornaría en media hora. Vine a mi habitación a ver un poco de Vengador del Futuro y a las nueve y cuarto me dirigí nuevamente a la casa de mis peques.
El desayuno estuvo bastante tranquilo y sustancial. Terminamos de desayunar, lavamos los trastes y nos venimos a mi habitación casi a las diez y media. Venimos a ver un capítulo de Phineas and Ferb en inglés y luego mis hijos menores transcribieron sus cuentos a las hojas de Mc Donald's del concurso de escritura en el cual pedí que participaran. Mi hija mayor también estuvo pasando en limpio el cuento con el cual participará en el concurso municipal de cuento para adolescentes. Meditamos cinco minutos y luego nos dirigimos al edificio en el cual trabajaba el año pasado.
Llegamos un poco después de la una al lugar en el cual trabajaba el año pasado y la función de Monster University estaba programada para las dos menos cuarto. Pasamos a los cines del otro lado de la calle pero allí la función iniciaba más tarde. Aprovechando que estábamos cerca del comercial en donde está la cooperativa en la que mis chicos tienen cuentas de ahorro pasamos a ese comercial y mis hijos realizaron el primer depósito del año en sus cuentas. Creo que puedo darles un poco más de dinero -o más frecuentemente- y así se los indiqué. Espero bajar de cada seis meses a cada cuatro meses.
Después de la cooperativa retornamos al cine y entramos a ver Monster University, la película es divertida pero no me gustó mucho el mensaje de que si no logras entrar a la universidad puedes trabajar mucho para llegar al mismo lugar profesional. Si quieres ser médico, no importa que tanto trabajes como enfermero, simplemente no puedes ejercer la medicina. Después del cine pasamos a comer pizza y luego tomamos el autobús de regreso a casa. Como a mi hija segunda aún le faltaba un poco de información para una tarea pasamos quince minutos al café internet de constumbre y luego nos venimos a mi habitación.
Estuvimos leyendo un poco y después jugamos una partida de Clue. Un poco antes de las siete de la noche llevé a mis hijos a su casa. Retorné a mi habitació a cenar té y un cubilete de chocolate y luego estuve viendo Zombieland. Me dormí un poco antes de la medianoche sin poner alarma ya que hoy era mi último día de descanso.
Hoy me desperté un poco después de las diez de la mañana y terminé de ver Zombieland, estuve viendo Greedy y un poco de Mi Vecino Totoro hasta el mediodía que salí por un aguacate, pan y pollo frito. Retorné a almorzar a mi habitación y a terminar de ver Greedy. Ha sido un día de descanso total, casi todo el día en cama. Antes eso me deprimía o me desesperaba, creo que es una de las ventajas de llegar a los cuarenta. Empiezas a aceptar mejor las situaciones vitales. Aún estoy decidiendo si saldré a comprar algo para la cena. También debo salir a dejar ropa en remojo y a lavar aunque sea una camisa pues no he lavado desde la semana pasada. Mañana mi jefa retorna de vacaciones y empezamos la medición de la productividad del mes de julio. A ver cómo va eso.
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