miércoles, 4 de septiembre de 2013

Cuando no hay química...

Uno de los aspectos que más valoro a la hora de aceptar -o continuar con el proceso de selección de- un empleo es la relación con mi jefe -jefas en los últimos tres o cuatro lugares-.  No creo en estar jugándole la vuelta a mi supervisor, hacer lo mínimo o cuidándome las espaldas.  Fue la razón principal por la que cambié de empleo la última vez.  Pero las cosas no son tan sencillas estos días.

Hace un poco más de dos años dejé un trabajo un poco similar al que llevo a cabo estos días porque me llevaba muy buen con mi jefa pero nada bien con el jefe de mi jefa.  Al final nunca pudimos comunicarnos bien y una gran parte de mi trabajo era reportado directamente a él.  Nunca he creído en líneas paralelas de mando.  Creo que los católicos y los militares han sobrevivido tanto tiempo por la unidad de mando.

Y bueno, ayer la jefa de mi jefa me llamó para que avanzáramos en una asignación que empecé viendo con mi jefa pero estoy terminando de verla directamente con ella.  No me siento cómodo con la jefa de mi jefa.  Y creo que es mutuo.  Digo, el compañero del BMW y Ant también tienen varias asignaciones directas y los llama varias veces a la semana.  A mi me llama alguna vez cada varias semanas.  Mi jefa ya me había comentado que a su jefa le preocupaba que no le explicara bien algunos detalles pero en la reunión de ayer estuve peor.

No había avanzado en la asignación -entendí en su correo que lo veríamos luego- y al final, aunque reaccioné a tiempo, fue sólo una reacción.  Tampoco tuve la oportunidad -o el deseo- de comentárselo a mi jefa.  Hoy luego de una pequeña reunión me comentó que -nuevamente- su jefa le había externado la preocupación de que no soy proactivo con sus asignaciones.  Lo que me frustra porque no me deja en muy buena posición en el área.

En fin, creo que trataré de completar el año y luego empezaré a ver nuevas perspectivas dentro de la empresa pero en otra área.

Anoche se me olvidó poner la alarma.  Estuve leyendo un rato y luego me puse a ver un rato una película de Reese Whiterspoon, No me olvides, o algo así.  También estuve jugando un poco de Scrabble online.  Hoy me desperté cuando uno de mis vecinos salió a lavar ropa.  Eran como las seis y diez.  Me quedé aún otro rato en la cama y luego me levanté a planchar la camisa, preparar la avena y bañarme.

Salí un poco antes de las siete de mi casita y pasé a comprar pan a la panadería.  La estación del Transurbano estaba atestada.  Como iba a necesitar un metro y no había llamado a ninguno de mis compañeros para recordarles que me prestaran uno pasé a sacar dinero al cajero.  Un poco antes de abordar el bus ví que mi ex esposa iba cruzando la calle pero no me quedé a saludarla -debemos hablar sobre mi hija mayor- porque ya iba tarde.

Me apeé del bus un poco después de las siete y media.  Cuando estaba más o menos a la mitad del camino hacia mi oficina empezó a llover.  Bastante fuerte.  Me tocó que pasar a guarecerme a un par de lugares pero aún llegué un minuto antes de las ocho al edificio donde trabajo.  Cuando llegué Ant estaba saliendo a una reunión que tenía para toda la mañana y PSY avisó que también se retiraría.  Como el compañero del BMW había pedido permiso para llegar tarde hoy me tocó que quedarme un poco solo.  Yo también tenía una reunión pero a las nueve en el otro edificio de la empresa.

Un poco después de las ocho me llamó mi jefa para que bajara al parqueo, subiera su portátil, la encendiera y activara su correo electrónico -clave incluída-.  Justo cuando estaba saliendo de mi oficina ví que llegaban como ocho correos de mi jefa.  Definitivamente le urgía que funcionara su correo.  Llegando al otro edificio de la empresa recibí un mensaje de mi jefa agradeciéndome la puesta en marcha de su máquina.

Me pasé un poco más de una hora en el otro edificio, básicamente realizando un inventario de los elementos necesarios para gestionar un proceso.  Retorné a mi oficina como a media mañana e ingresé a otra reunión antes del mediodía.  En esta reunión se suponía que cancelarían uno de las asignaciones que estoy llevando por no haber una base legal actual pero al final decidieron que continuaríamos basándonos en una legislación de un país vecino.  En fin.

Al mediodía no tenía ánimos de salir.  Me quedé hasta un poco después de la una avanzando en un par de documento y luego me dirigí a la oficina central del Transurbano a comprar pasajes para al menos quince días.  Luego pasé a una librería a donde estoy considerando llevar a mis chicos este sábado por un taller de animé.

En la librería encontré a un voluntario que estuvo en el entrenamiento de mi grupo hace más de tres años.  Estuvimos hablando un poco de todo.  Estudia psicología clínica y trabaja como procurador jurídico acá para una firma de abogados de Estados Unidos.

Retorné a mi oficina un poco después de las dos, tenía hambre y preparé la avena que había llevado.  Pasé toda la tarde actualizando un par de documentos a mi cargo y como a media tarde me reuní con mi jefa para trabajar en cuatro puntos que tenía pendiente de varios documentos.  En esa reunión fue cuando me indicó que debía mejorar mi imagen con su jefa.  En fin.

Iba a salir a las seis pues quería venir a cenar.  Al final decidí avanzar un poco más en un documento y, aprovechando que la compañera de mi jefa me había comentado que saldría a las siete me quedé hasta tarde.  La compañera de mi jefa salió al final a las siete y media y a esa hora me dió aventón hasta mi colonia.  Pasé a comprar una torta, snacks y una coca cola y vine a cenar, actualizar mis redes sociales y a ver un poco de Ladrona de Identidades.

Trataré de no dormirme muy tarde pues el que llegue tarde mañana debe invitar a panitos.  Life is going on.

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