viernes, 8 de enero de 2010

Estabilidad...

Estabilidad. ¿Puede algo terminar bien cuando empezó mal? Recuerdo haber leído en un libro hace poco -quizá el año pasado- que, dado que mucho de nuestro caracter se va formando al inicio de nuestra niñez, esta etapa de nuestra vida nos define en una gran parte. Teorías a favor, teorías en contra... muchos se rasgarán los vestidos gritando que si, que el ser humano tiene una potencialidad infinita y que puede lograr lo que quiera, siempre que se lo proponga.

Tres trabajos atrás me puse a hacer el listado de los trabajos que he tenido -el consejo estaba en De qué color es su paracaídas?- y resultó que en total eran 15.

Algunos fueron de tres semanas, un 25% aprox. del total fué en Portland, en donde tuve múltiples empleos de tiempo parcial. En fin, el anterior al actual fué de un día.

Es siempre el trabajo un reflejo de la vida? Si eres básicamente feliz, llevas eso a tus labores?

Hace poco, con el ambiente del año nuevo, estaba leyendo algunos articulos en internet sobre establecimiento de metas, me llamó mucho la atención que recomendaran que al plantearse nuevas metas, lo más importante era la pasión que sentíamos hacia lo que queríamos lograr.

Así que la pregunta era, que te apasiona? que te hace feliz? que te mantendrá motivado para continuar trabajando hacia el logro de una meta?.

Y, autoexaminándome, no encontré mucho. Ronda en mi cabeza la idea de que, una vez mis peques hayan logrado independizarse -no se, universidad- puedo ingresar en un templo zen. A quien se lo cuento le da risa, pero, es una idea. Hace poco estaba también pensando que, una buena alternativa sería dedicarme, una vez alcanzado ese punto a lo que quería dedicarme cuando era joven: Ser marino mercante.

La pregunta ahora es. Debo pasar estos once años únicamente esperando ese momento? Qué debo hacer para que al despertarme todos los días -o al menos una buena parte de ellos- salte de mi lecho, diciendo: Si, este es un buen día! Haré que cuente! ?

1 comentario:

  1. Koan entiendo lo que dices, todos necesitamos estabilidad, hacer lo que queremos y amar lo que hacemos, a veces etas últimas dos premisas son difíciles porque hay personas importantes que dependen de uno , en tu caso tus peques , en mi caso mi madre. Es posible que yo no sea muy normal me siento mejor en mi trabajo que en mi hogar,mi trabajo me da retos, mi hogar limitación , pero a veces Koan hay que hacerle trampas a la vida , y decirse un día hoy me olvido de todo y voy hacer lo que me da la gana, lo que sea, y si no sabes que hacer te la inventas, haz una travesura, algo que no hayas hecho, ese día de pronto te levantas con alegría y digas será un buen día porque me voy a querer
    Beso

    ResponderEliminar