miércoles, 3 de febrero de 2010

Onomástico. Post No. 100.

Hace casi un año que inicié este blog. Me parece que fué a finales de Marzo. Acababa de renunciar a mi empleo como Jefe de Producción en un Centro de Impresión de Data Variable y estaba en la búsqueda de una nueva oportunidad. Esta se presentó dos meses después -call center en el ínterin-, ahora me desempeño como Ingeniero de Soporte, estoy por cumplir 9 meses en esta posición.

Han habido días buenos y otros menos buenos. He realizado jornadas maratónicas de trabajo, he trabajado desde mi casa, en la oficina y aún en un par de otros lugares, cuando me toca estar de guardia. Hace poco más de un mes que mis turnos se han estado desarrollando la mayor parte de veces en la noche y en una menor medida en la madrugada.

Hoy estoy de manteles super largos, o para decirlo en buen español: Estoy cumpliendo años. Treinta y siete, como quien no quiere la cosa. Para empezar, inauguré el día laborando, pues terminé de trabajar como a las 2:00 AM -una hora más tarde de lo habitual-. Había planeado ir a recibir una clase de Tai Chi, pues aún no puedo ir a practicar Judo en mi lugar habitual. Por el tema del desvelo llegué tarde, y no me incorporé a la clase, veremos si el viernes hay mejor suerte. Recibí los mensajes habituales de felicitación, bueno, en realidad no tan habituales, pues este año fueron muchas más las personas que se acordaron de saludarme, la mayor parte de FB, amigos de PDX, algunos de mi oficina y aun un par de ex compañeros de trabajo.

Fuí a la oficina, pues había quedado de almorzar con 'el niño de la oficina'. Me parece que el plan era que él me invitaba, pero, al final, preferí cancelar yo la cuenta, como un gesto de aprecio de la amistad. También, por segundo año consecutivo, en horas de la mañana llamé a mi madre, para agradecerle por las molestias que se tomó hace treinta y siete años.

Me gustaría decir que a mi edad ya tengo la vida resuelta, que ya tengo -aunque sea algunas - respuestas, pero no es así. Aún soy un producto en proceso, y, pénsandolo bien, es perfecto. Tomaré lo que la vida me siga ofreciendo, aprovechando las oportunidades y causando el menor sufrimiento. O esa es la idea.

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