Anoche estuve investigando un poco
sobre la autora de un libro que me prestó el maestro de ajedrez de
la oficina. Es interesante el método que usa: Se elige un número
entre uno y nueve y se consulta ese capítulo. Se leen -y mantienen
durante el día- las tres afirmaciones que corresponden al día de la
semana. Se suponía iba a consultar el capítulo 5 esta mañana pero
cuando retorné de mi trabajo me dí cuenta que había tomado el
capítulo tres.
Por la mañana hice 10 minutos de zazen
antes de planchar mi camisa y bañarme. Entré a mi trabajo un poco
antes de las 8:00 y estuve trabajando en la presentación que debemos
realizar mañana con mi jefa. También nos reunimos un par de horas.
Casi la mitad del tiempo mi jefa me comentó lo que la habáía
molestado un comentario que realizó un compañero sobre su
comportamiento en la boda de la secretaria a la que asistieron el
sábado por la noche. Yo decidí no ir a la misma. El lunes pasado
me dieron la invitación -el número de invitados a la recepción en
mi caso era: 1- y el martes pasé a Cemaco a comprar -y enviar- el
respectivo regalo. No me gusta participar en celebraciones de este
tipo.
Al mediodía salí a retirar dinero de
la cuenta en la que me depositan el salario y a depositar la misma
cantidad en la cuenta de mi ex esposa. Después de pasar a los dos
bancos pasé a comprar una doblada y almorcé en mi escritorio -junto
con la avena diaria-. A media tarde P nos invitó a todos a un
helado. P se va dentro de dos días -por tres semanas, creo- a
Haití.
Por la tarde continué trabajando en el
mismo tema y un poco después de las 5:30 me retiré de la oficina.
Justo un poco después de que mi jefa se retirara. Es más, aún la
encontré en el ascensor. Pasé al supermercado por un par de cajas
de té y un par de paquetes de galletas -vine a pegarles una frase de
motivación a cada una para entregarlas mañana en la presentación-.
Afortunadamente este día no llovió pues tenía ropa tendida desde
el sábado por la mañana. Vine a descolgar la ropa y a realizar
veinte minutos de zazen. Luego salí a comprar el pan de la cena.
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