miércoles, 30 de mayo de 2012

Martes... The payment day...

El día de pago en mi trabajo fue ayer -creo-. Hoy fue el dia en que pasé a depositar la mensualidad que le paso a mis peques -y a mi ex esposa, para ser exactos-.

Anoche estuve investigando un poco sobre la autora de un libro que me prestó el maestro de ajedrez de la oficina. Es interesante el método que usa: Se elige un número entre uno y nueve y se consulta ese capítulo. Se leen -y mantienen durante el día- las tres afirmaciones que corresponden al día de la semana. Se suponía iba a consultar el capítulo 5 esta mañana pero cuando retorné de mi trabajo me dí cuenta que había tomado el capítulo tres.

Por la mañana hice 10 minutos de zazen antes de planchar mi camisa y bañarme. Entré a mi trabajo un poco antes de las 8:00 y estuve trabajando en la presentación que debemos realizar mañana con mi jefa. También nos reunimos un par de horas. Casi la mitad del tiempo mi jefa me comentó lo que la habáía molestado un comentario que realizó un compañero sobre su comportamiento en la boda de la secretaria a la que asistieron el sábado por la noche. Yo decidí no ir a la misma. El lunes pasado me dieron la invitación -el número de invitados a la recepción en mi caso era: 1- y el martes pasé a Cemaco a comprar -y enviar- el respectivo regalo. No me gusta participar en celebraciones de este tipo.

Al mediodía salí a retirar dinero de la cuenta en la que me depositan el salario y a depositar la misma cantidad en la cuenta de mi ex esposa. Después de pasar a los dos bancos pasé a comprar una doblada y almorcé en mi escritorio -junto con la avena diaria-. A media tarde P nos invitó a todos a un helado. P se va dentro de dos días -por tres semanas, creo- a Haití.

Por la tarde continué trabajando en el mismo tema y un poco después de las 5:30 me retiré de la oficina. Justo un poco después de que mi jefa se retirara. Es más, aún la encontré en el ascensor. Pasé al supermercado por un par de cajas de té y un par de paquetes de galletas -vine a pegarles una frase de motivación a cada una para entregarlas mañana en la presentación-. Afortunadamente este día no llovió pues tenía ropa tendida desde el sábado por la mañana. Vine a descolgar la ropa y a realizar veinte minutos de zazen. Luego salí a comprar el pan de la cena.

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