miércoles, 2 de mayo de 2012

Illness... gajes del oficio...

El domingo me dormí bastante rápido, al final el desánimo que había estado sintiendo en el día no era solo por enterarme de como les va a mis chicos, también había una intoxicación alimenticia en proceso.  Creo que el estado de ánimo tiene mucho que ver en desarrollar o no una dolencia.  En fin, no se si la intoxicación me puso mal o el ponerme mal hizo que me pegara la intoxicación.  Durante el domingo, además del desánimo anduve con dolor de cabeza la mayor parte del día, cuando retorné con mis chicos de la universidad me tomé unos acetaminofén y al menos el dolor de cabeza desapareció.

Ayer me levanté un poco antes de las 6, sintiéndome bastante mal, otra vez de la cabeza y ahora también del estómago.  Como debía llevar el desayuno a la reunión con mi jefa pasé por la panadería a comprar un par de croissants y a la tienda de la esquina a comprar un jugo Kerns de manzana.  Llegué a la oficina como a las 7:00.  Por supuesto no había llegado nadie.  La señora de la limpieza llegó como a las 7:30 y mi jefa un poco antes de las 8:00.  Un poco después de las 8 nos reunimos.  Mi jefa me preguntó el motivo de mi enfado -tenía mala cara de seguro- y le comenté que me estaba sintiendo mal del estómago.  De hecho interrumpí un par de veces la reunión para correr al baño.  Me ofreció retirarme y continuar trabajando desde mi casa si me sentía muy mal pero me hice el macho y continúe en la oficina.

Me puse bastante mal.  La otra razón para no retirarme a mi habitación fue que debía depositar la mensualidad de mis chicos.  Al mediodía bajé al banco -me estaba sintiendo muy mal-, retiré dinero de mi cuenta de ahorros y deposité la misma cantidad en la cuenta de mi ex esposa.  Sentí fiebre y escalofríos mientras hacía la cola del segundo banco.  Retorné lo más aprisa que pude a mi lugar y continué con mi jornada, pues tenía un poco de retraso en la tarea que estaba realizando.  Durante la tarde me fuí poniendo peor.  Acudí un par de veces más a los servicios y a media tarde casi dejé de trabajar en mi escritorio.  Finalmente acudí al botiquín que tiene la secretaria y tomé Peptobismol, para controlar el estómago, al menos.  No conseguía el ánimo para redactar el correo que debía enviar con el resultado de la tarea que acababa de finalizar.

Un poco antes de la hora de salida convocaron a la reunión del pastel por los cumpleañeros del mes.  No había comido desde la mañana pero no tenía hambre, sin embargo, como había estado leyendo que en casos de intoxicación alimenticia es una buena medida consumir pan, me esforcé -poco- y me comí la parte del pan del pastel que repartieron.  Un poco antes de las seis le pregunté -por Skype- a mi jefa sobre su hora de salida y le pedí aventón a mi casa.  La verdad no me sentía con ánimos de retornar a mi casa, caminando o en autobús.  Al final mi jefa salió como a las 18:30 y me dió aventón.

Había quedado el domingo con mis hijos que los llamaría el lunes por la noche para confirmar si no asistirían al conservatorio ese día, para pasar el día juntos.  Me había quedado sin saldo en el celular desde el sábado.  Como no me sentía nada bien me vine a tirar a mi cama y empecé a conversar conmigo mismo -en inglés- sobre lo mala que es mi vida y que lo único que me importa en el mundo son mis chicos, que sino, no valdría la pena.  Deliraba -o talvez no-.

Como a las 9 me llamó LG.  Creí que después de lo ocurrido el sábado -unfriend en FB incluído- ya no volvería a llamarme, como necesitaba de todos modos levantarme a comprar tiempo para el celular contesté la llamada.  Estuvimos conversando un rato, ella incluso bromeó sobre la posibilidad de que los panqueques hubieran tenido la culpa y no tuve el ánimo de contarle que no había probado sus panqueques.  Después de terminar la llamada me conecté a mi cuenta que administro por internet y le cargué un poco de tiempo a mi celular.  Llamé a mis chicos y quedamos en que llegaría por ellos a las 10:00 de la mañana.

Continué durmiendo -ni siquiera me levanté a lavarme los dientes- hasta las 9:00 de ayer.  Me levanté todavía bastante mal pero ya con visos de recuperación.  Me bañé, cambié mi ropa de cama -no entraré acá en muchos detalles- y fuí por mis chicos un poco antes de las 10:00.  Les comenté mi estado de salud y lo que había pasado el día anterior y les dije que no podríamos salir a lugares muy lejanos por cuestiones de logística.  Nos estuvimos en la mañana en mi habitación con los cubos de Rubik y Scrabble -también online-, vimos un capítulo de Phineas y Ferb y compramos galletas , jugo de melocotón -para ellos-  y gaseosa -para mi- para la refacción.

Después del mediodía nos dirigimos a una pizzería que no queda muy lejos de mi habitación -aunque si más lejos de la universidad- y compramos unas pizzas personales -para ellos- y un poco de wantán -también para ellos- en un restaurante chino que encontramos en el camino.  Retornamos a mi habitación a almorzar pues creyendo que la universidad no estaría abierta -de hecho lo estaba- no había sacado trastos.  Después de almorzar jugamos un poco de damas chinas, luego lavamos los trastes y como había sido un día no muy normal vimos un poco más de una hora de Rango -la terminamos de ver-.  Después de la película todavía jugamos un par de partidas de Dos y luego los fuí a dejar a su casa, alrededor de las seis.

Después de retornar a mi habitación sentí un poco de hambre pues, a excepción de unos mordiscos a un par de wantán y unas cuantas galletas no había comido desde el día anterior.  Preparé una sopa de vaso y estuve viendo una parte de Eurotrip y jugando un poco de BrutalChess.  Me dormí un poco después de las 10:00.  Todavía estuve conversando un poco con mi mejor amiga del voluntariado.  Creo que iremos este fin de semana a ver The Avengers.

Hoy me levanté un poco antes de las 7:00.  Planché mi camisa, me bañé, preparé avena y me dirigí a mi trabajo.  Llegué un poquito antes de las 8:00.  Mi jefa llegó como a las 9:00 y me estuvo pidiendo bastante información para un par de reportes que debía presentar durante el día.  No me desagrada ayudarla -de hecho se que es parte de mis obligaciones-, pero percibo que esto lo toma como algo que debo de realizar sin dejar de lado lo que esté trabajando en el momento.  Y me desespera muchas veces con la forma de obtener la información.

No salí a almorzar.  En la mañana solo tomé un café y al mediodía tomé la avena que había llevado.  Después del mediodía mi jefa me asignó para cubrirla en una reunión bastante larga -al final duró un poco más de tres horas-.  Como a media reunión -el teléfono es de altavoz- me llamó a la sala en donde nos reunimos frecuentemente.  Me pregunté qué habría hecho para que me sacara de esa reunión pues era una de las vitales de nuestra función.  Al final en la sala estaba ella en reunión con su jefe, estaban revisando uno de los documentos para los que me había estado pidiendo información.  El jefe máximo estaba cuestiónando a mi jefa sobre un punto que ella no podía explicar claramente -yo tampoco pude-. Al final -entre los tres- aclaramos el punto y luego me disculpé pues tenía que regresar a la otra reunión.

Después de la reunión -era una hora después de la 'hora de salida'- retorné a mi escritorio a concluir la tarea en que había estado trabajando desde ayer por la tarde.  Mi jefa estaba en su lugar pero la ví muy concentrada en su pantalla.  De hecho le devolví uno de los estandares que me había prestado.  Como a la media hora se retiró.  Como había llegado otra de las asignaciones que tienen prioridad total antes de que concluyera lo que llevaba entre manos me demoré media hora más en salir.  Al final iba a retirarme a las 7:00 pero surgió otra tarea por la cual mi jefa había tenido una diferencia con la supervisora más antigua ayer.  Para evitar conflictos entre áreas terminé también esta y salí alrededor de las 7:30.

Estaba saliendo del edificio cuando recibí un mensaje de texto.  Era mi hija mayor comentándome que mi hijo menor quería que lo llamara.  Los llamé.  Mi hijo quería contarme que había logrado armar únicamente dos lados del cubo de Rubik.  Ayer les permití que se llevaran un cubo cada uno -y un juego de dados de bolsillo a mi chico-.  Armar sólo dos lados de un cubo de Rubik es casi tan -o más-  complicado que armar los seis lados.  Al final me contó mi chico que lo había logrado en dos ocasiones aunque aún no tenía muy claro la forma de hacerlo.  Le comenté que ese era el chiste, lograr llegar al método.  Lo felicité sin embargo por el logro.  Hablé un poco con mis chicas y luego hablé un poco con mi ex esposa.

No se si me arrepentiré.   Creo que debemos hablar.  Por el bien de los chicos espero.  No será sencillo. Las diferencias que hay y siempre habrán.  También le comenté que no me parecía adecuado que fuera un tiempo de los cinco cuando habláramos.  No quiero que mis chicos se ilusionen con algo que yo no dejaré que suceda.  En fin.  Hablamos unos minutos.  Al parecer bien.  La conversación con mi ex esposa duró lo que me tardé en cruzar Miraflores -usualmente lo cruzó cuando salgo de noche de mi trabajo-.  Como a medio camino de Miraflores oí que alguien gritó mi nombre de voluntario.  Volteé a ver y era una chica con la que visitamos en alguna ocasión.  Como iba un poco sombrío con la conversación devolví el saludo de lejos.

Entré a mi habitación un poco después de las 8:30.  Me preparé té y cené el último par de galletas del paquete que compramos ayer.  Puse ropa en remojo -me urgía- y traté de bajar otro poco de Eurotrip.  No he podido.  Al menos ya tengo tres salidas en las cuales le gano a Brutal Chess la mayoría de las veces.

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