El jueves llevaba una cosa muy clara en la mente: debía ir a recoger las entradas que me había ganado el día anterior para ir a ver la película de Halle Berry. Había planeado salir a media mañana a revisar un proyecto en una de las oficinas exteriores y luego pasar por las oficinas de la radio en donde me había ganado las entradas, había impreso un mapa del lugar el día anterior.
Un poco después de las diez le avisé a mis compañeros que saldría, primero me confundí de oficina pues dos de estas tenían al mismo administrador en la página de la empresa. Cuando llegué -tarde y sudado- a la oficina correcta resultó que no podían darme la información en ese lugar. Tranquilamente me retiré y me dirigí a la radio, pasé recogiendo los boletos y retorné a mi oficina. Comí un poco de avena que había llevado en un vaso.
Desde el lunes había estado solicitando audiencia con la jefa de mi jefa y resultó que este día casi al final de la tarde empezó a llamarnos por turnos para revisar los avances. El compañero del BMW pasó un poco después de las cinco y, como le había indicado al voluntario que vive en la misma colonia que pasara a las seis por la oficina, le pedí que se tardara. Un poco después de las seis y cinco bajé a la calle y no esperé mucho a que pasara el voluntario.
Fuímos a Miraflores a ver The Call -o Llamada de Emergencia-. La película estuvo interesante, un thriller protagonizado por Halle Berry. Luego de la película pasamos a cenar a Mc Donald's y luego el voluntario pasó a dejarme a mi casa. La actualización que tenía que darme tenía que ver con Alx, a quien corté hace un poco más de un año. Iban a cenar juntos el viernes y no convenía que yo llegara a la cena.
El viernes por la mañana nos mandó a llamar la líder máxima del área de mercadeo para ver el avance en un par de proyectos que estamos trabajando el compañero del BMW y yo. Al final de la reunión quedamos en que le enviaríamos los avances en el transcurso del día. Al mediodía me dirigí al banco en donde tengo mis ahorros, trasladé el monto de la quincena a la cuenta de ahorros y retiré un poco para pagar mi habitación. Por la tarde fui a la central de la empresa a verificar un proceso y salí un poco después de las siete. Cené con una torta, snack y coca cola.
No se porqué no me dieron ánimos de lavar pero fue un fin de semana sin lavandería. El sábado me levanté un poco después de las seis y media y me fui al McDonald's en donde nos habían citado para la visita de la mañana. La visita fue en el orfanato más grande de la ciudad y después de la visita la voluntaria que nos había llevado en su auto me lo prestó para que practicara un poco la conducción. Había planeado llevar a mis hijos a ver a mis papás este domingo. Pasamos a almorzar al pueblo en donde está el orfanato y aunque había planeado conducir el automovil hasta la ciudad me tocó cambiarme de grupo y terminé retornando a la ciudad en el auto de otra voluntaria.
La voluntaria pasó a dejarnos al Trebol y desde allí me dirigí al Mc Donald's en donde habíamos quedado de juntarnos para la visita de la tarde. Andaba desanimado, en parte porque no había ido a la reunión de planificación del grupo de lectura pero la visita de la tarde me ayudó. Visitamos una Casa Ronald y luego comimos pastel pues el líder del grupo andaba de cumpleaños. Un voluntario pasó luego a dejarme a una estación cercana a mi casa y de allí me vine caminando. Como me había pasado casi todo el día comiendo ya no cené. Empecé a leer Inferno pero un poco después de las seis empecé a dormitar. A medianoche me levanté a lavarme los dientes y continué hasta las 7:00 del domingo.
Continué dormitando hasta las 8:30, me levanté a hacer un poco de limpieza y luego salí a comprar los ingredientes del desayuno de mis chicos. El desayuno estuvo muy bueno. Un poco antes de las diez nos venimos a mi habitación en donde estuvimos viendo unos videos, leyendo y armando unos cubos. Como a media mañana hablé con mi hermana y me comentó que andaba con mis papás. Quedamos de reunirnos en el Aeropuerto pues ella iba a despedir a una tía de su hijo y nos dirigimos con mis chicos al lugar un poco después de las once.
Mis papás y mis hijos no se habían visto en un poco más de cinco años pero es increíble como ayudan las fotografías. Caminamos del aeropuerto al zoológico pero había una cola muy larga para entrar, no cabe duda que los Pingüinos de Humboldt han sido un éxito para el aeropuerto. Como no teníamos mucho tiempo tomamos un autobús y nos dirigimos al museo del ferrocarril. Estuvimos un rato en el lugar, tomamos un montón de fotografías y luego abordamos el Transmetro. Mis papás con mi hermana y su hijo continuaron hasta el final del trayecto pues allí debían tomar el autobús al puerto donde viven mis papás y nosotros nos quedamos como a medio camino. Almorzamos en un McDonald's.
Después nos dirigimos a leer un rato a la biblioteca. Nos informó una de las bibliotecarias que este domingo estaría cerrado por los asuetos del fin de semana. Después de la biblioteca nos venimos a mi habitación y vimos un poco de Episodio II, a las seis y media los fui a dejar a su casa. Compré un poco de pan aunque ya no compré ingredientes para los almuerzos de lunes y martes. Vine a mi habitación a cenar, a cortarme el cabello, a seguir leyendo Inferno y a dejar ropa en remojo. Un poco después de las 10:00 me acosté, puse el reloj para despertarme a las 5:30 pues quería lavar antes de irme a la oficina.
Me levanté a las 4:30 pues el vecino no había dejado ir el agua correctamente en el baño y cuando sucede esto el ruido del agua yendose por la cañería me despierta. Cambié el reloj para las 6:00 y me levanté a las seis y veinte. Llegué a la oficina como diez minutos antes de las 8:00. El día estuvo bastante lento y estuve recordándome de los sueños de la noche anterior. En los sueños comprendía -y aceptaba- perfectamente mi situación actual, familiar, laboral, etc.
Como no había llevado almuerzo al mediodía salí al parque de costumbre con el libro Querido Señor Henshaw, leí un poco, medité un poco y un poco antes de la 1 retorné a la oficina. EL compañero del BMW iba saliendo a almorzar y se ofreció a comprarme algo. Le dí dinero para que me comprara un hot dog. A las cinco y media el compañero del BMW me ofreció aventón y me vinieron a dejar hasta mi casa. Compré un poco de pan, un par de aguacates, jamón y tomates. Vi a mi habitación a cenar, lavar la ropa que había dejado en remojo y seguir leyendo Inferno. Me dormí un poco antes de las once. Dejé una camisa secándose en la regadera.
Ayer me levanté nuevamente tarde, preparé panes con jamón, planché la camisa que había dejado en la regadera y me dirigí a la oficina un poco más temprano que el día anterior. El día volvió a estar lento. Salí a almorzar al parquecito de costumbre con el libro de Beverly Cleary que releo a cada poco. Por la tarde estuve trabajando en un par de documento de los que tengo pendiente aunque no he logrado avanzar mucho. Me quedé hasta las siete para pedirle aventón a la compañera de mi jefa. Cené nuevamente pan tostado y continué leyendo Inferno. No había logrado conectarme a internet desde el sábado por la noche.
Hoy me levanté bastante temprano pues quería actualizar el blog en el trabajo y no me gusta escribir cuando hay personas alrededor. No pude hacerlo porque el compañero del BMW llegó bien temprano también. Estuve trabajando por la mañana en los mismos documentos que el día anterior -y el día anterior a éste- y al mediodía salí a trasladar el monto de la quincena a mi cuenta de ahorros, también le deposité a mi ex esposa y pasé un poco de dinero a la otra cuenta de ahorros y a la cuenta que manejo con tarjeta de débito.
Por la tarde continué nuevamente con los mismos documentos y a las seis me retiré con el compañero del BMW, el amigo que nos dá jalón -quien acaba de cambiar de trabajo- me pasó a dejar a la farmacia y me vine caminando tranquilamente a mi habitación. Iba a salir a un café internet a subir algunas fotografías del domingo pero al revisar el browser en mi máquina logré conectarme. Tengo un relajo en mi habitación porque perdí una de mis libretas de ahorros y le dí vuelta a mi tiradero. Espero no dormirme muy tarde pues quedamos con Ant, la compañerita y el compañero del BMW reunirnos mañana a las siete para desayunar. Además, mañana es el último dia laboral de la semana. Hasta el próximo martes. Y ayer quedé con mis chicos de pasar a traerlos a media mañana del viernes. A ver cómo va eso.
El lugar en el que registro los sucesos que se van dando para resolver mi koan personal...
miércoles, 26 de junio de 2013
jueves, 20 de junio de 2013
El factor femenino..
Creo que debo aceptar que nunca llegaré a comprender a las
mujeres. Me preocupa realmente porque me deja en una situación
bastante precaria con respecto a mis hijas. La verdad me
frustra que se diga una cosa, se piense otra y se haga otra más.
Pero es lo que hay.
Ayer me levanté un poco antes de las seis, preparé los panes del almuerzo y me dirigí a la oficina. Llegué como diez minutos antes de las ocho. El compañero del BMW no volvió a llevar los dulces que le tocaban. Desayuné con la comida que mis chicas me habían dado la noche anterior. En la mañana estuve actualizando la información de un par de documentos que tenía pendientes.
Salí a almorzar un poco después del mediodía pero realmente no tenía hambre. Me dirigí al parquecito de costumbre. Estaba el indigente que se mantiene por allí la mayoría de días y le regalé los tres panes. Me estuve en el parque casi una hora leyendo una prensa de la semana pasada.
Por la tarde continué actualizand otro par de documentos. Me cuesta bastante armarme de los ánimos suficientes para modificar algunos documentos de acuerdo a lo que me solicitan algunas áreas. Al final logré avanzar un poco. Un poco antes de las cinco la compañerita me recordó que teníamos reunión a las cinco. No había preparado nada de lo que debíamos presentar y la chica que está cubriendo a la secretaria no me había reservado la sala.
Nuestra jefa estaba en una reunión con Frid y las interrumpí para pedirle la oficina para realizar la reunión. Ant se tardó bastante en llegar y nuestra jefa montó en cólera -otra vez- por el tema de que no se le dá la importancia que quiere. Aunque en este caso creo que realmente estaba en su derecho de molestarse. Hay ciertas luchas de poder aún entre los seis. Al final nuestra jefa presentó algo sobre cinco eses -practiqué un poco de esa metodología hace como ocho años-, el compañero del BMW presentó algo de su trabajo y la compañerita y Ant presentaron unas diapositivas sobre su trabajo.
Un poco después de las seis concluímos la reunión pues los cuatro debíamos ir a una de esas reuniones que organiza la Asociación de Gerentes del país. Yo les había comentado a mis compañeros -y a mi jefa- que algunas conferencias son buenas pero otras la verdad no. La de anoche lastimosamente no fue de las buenas. El presentador trató de hablar sobre facultamiento y delegación pero trató muy por encima el tema y no supo abordar las preguntas que se le plantearon.
Un poco antes de las ocho nos retiramos del Hotel. Como mi jefa le había regalado una entrada extra al compañero del BMW para que su amigo asistiera pasamos al parque en donde habíamos dejado su automóvil y me pasó a dejar a mi casita. Vine a continuar viendo JFK aunque no la he estado viendo mucho realmente, he estado más bien dormitando mientras la película avanza.
Hoy me levanté un poco antes de las seis y preparé la sopa del almuerzo. Se me olvidó que tenía un aguacate así que solo llevé una zanahoria rallada y un tomate en cuadritos para agregarle a la sopa ramen. En la mañana estuve avanzando en unos documentos marginales y como a media mañana envié un mensaje por Twitter a una radio que ofreció unas entradas para el cine.
Como no participaron muchos me tocaron un par de entradas que debo ir a recoger el día de mañana. Previendo la cuestión del transporte nocturno le escribí al voluntario que vive en la misma colonia invitándolo. La película es un estreno de Halle Berry, The Call, me parece. Nos pusimos de acuerdo por SMS's y se supone que pasará mañana a las seis por mi oficina.
Continué por la tarde con un documento bastante grande que supuestamente ya había terminado pero que un área de soporte está aún mejorando. Como a media tarde la compañera de mi jefa que me da jalón frecuentemente me comentó que me había notado extraño con ella últimamente. La verdad es que he estado tratando de evitarlo por el tema de mi jefa, su inseguridad y los celos, o algo así. Al final le dije que la esperaría a la hora de salida.
Un poco antes de las siete apagué la computadora y estuve esperando a la compañera de mi jefa, que salió casi a las siete y veinte. Como estuvo lloviendo bastante por la tarde el tráfico estuvo bastante pesado. Vine a mi colonia como a las ocho menos cuarto y pasé a la casa del voluntario a dejarle un mapa pues me había escrito que no sabía la ubicación de mi oficina.
Pasé a la panadería a comprar un poco de pan tostado y me vine a cenar con té de menta, y a continuar viendo JFK. Espero no dormirme muy tarde pues quiero empezar temprano mañana mis labores, me parece que debo salir a una oficina externa a verificar un par de procesos y al mediodía debo ir a recoger las entradas para el cine. El voluntario me comentó hoy que debía acutalizarme sobre algo reciente y me imagino que el tema es que empezó a salir con la voluntaria a la que llevó a la reunión de hace dos sábados por la noche.
Ayer me levanté un poco antes de las seis, preparé los panes del almuerzo y me dirigí a la oficina. Llegué como diez minutos antes de las ocho. El compañero del BMW no volvió a llevar los dulces que le tocaban. Desayuné con la comida que mis chicas me habían dado la noche anterior. En la mañana estuve actualizando la información de un par de documentos que tenía pendientes.
Salí a almorzar un poco después del mediodía pero realmente no tenía hambre. Me dirigí al parquecito de costumbre. Estaba el indigente que se mantiene por allí la mayoría de días y le regalé los tres panes. Me estuve en el parque casi una hora leyendo una prensa de la semana pasada.
Por la tarde continué actualizand otro par de documentos. Me cuesta bastante armarme de los ánimos suficientes para modificar algunos documentos de acuerdo a lo que me solicitan algunas áreas. Al final logré avanzar un poco. Un poco antes de las cinco la compañerita me recordó que teníamos reunión a las cinco. No había preparado nada de lo que debíamos presentar y la chica que está cubriendo a la secretaria no me había reservado la sala.
Nuestra jefa estaba en una reunión con Frid y las interrumpí para pedirle la oficina para realizar la reunión. Ant se tardó bastante en llegar y nuestra jefa montó en cólera -otra vez- por el tema de que no se le dá la importancia que quiere. Aunque en este caso creo que realmente estaba en su derecho de molestarse. Hay ciertas luchas de poder aún entre los seis. Al final nuestra jefa presentó algo sobre cinco eses -practiqué un poco de esa metodología hace como ocho años-, el compañero del BMW presentó algo de su trabajo y la compañerita y Ant presentaron unas diapositivas sobre su trabajo.
Un poco después de las seis concluímos la reunión pues los cuatro debíamos ir a una de esas reuniones que organiza la Asociación de Gerentes del país. Yo les había comentado a mis compañeros -y a mi jefa- que algunas conferencias son buenas pero otras la verdad no. La de anoche lastimosamente no fue de las buenas. El presentador trató de hablar sobre facultamiento y delegación pero trató muy por encima el tema y no supo abordar las preguntas que se le plantearon.
Un poco antes de las ocho nos retiramos del Hotel. Como mi jefa le había regalado una entrada extra al compañero del BMW para que su amigo asistiera pasamos al parque en donde habíamos dejado su automóvil y me pasó a dejar a mi casita. Vine a continuar viendo JFK aunque no la he estado viendo mucho realmente, he estado más bien dormitando mientras la película avanza.
Hoy me levanté un poco antes de las seis y preparé la sopa del almuerzo. Se me olvidó que tenía un aguacate así que solo llevé una zanahoria rallada y un tomate en cuadritos para agregarle a la sopa ramen. En la mañana estuve avanzando en unos documentos marginales y como a media mañana envié un mensaje por Twitter a una radio que ofreció unas entradas para el cine.
Como no participaron muchos me tocaron un par de entradas que debo ir a recoger el día de mañana. Previendo la cuestión del transporte nocturno le escribí al voluntario que vive en la misma colonia invitándolo. La película es un estreno de Halle Berry, The Call, me parece. Nos pusimos de acuerdo por SMS's y se supone que pasará mañana a las seis por mi oficina.
Continué por la tarde con un documento bastante grande que supuestamente ya había terminado pero que un área de soporte está aún mejorando. Como a media tarde la compañera de mi jefa que me da jalón frecuentemente me comentó que me había notado extraño con ella últimamente. La verdad es que he estado tratando de evitarlo por el tema de mi jefa, su inseguridad y los celos, o algo así. Al final le dije que la esperaría a la hora de salida.
Un poco antes de las siete apagué la computadora y estuve esperando a la compañera de mi jefa, que salió casi a las siete y veinte. Como estuvo lloviendo bastante por la tarde el tráfico estuvo bastante pesado. Vine a mi colonia como a las ocho menos cuarto y pasé a la casa del voluntario a dejarle un mapa pues me había escrito que no sabía la ubicación de mi oficina.
Pasé a la panadería a comprar un poco de pan tostado y me vine a cenar con té de menta, y a continuar viendo JFK. Espero no dormirme muy tarde pues quiero empezar temprano mañana mis labores, me parece que debo salir a una oficina externa a verificar un par de procesos y al mediodía debo ir a recoger las entradas para el cine. El voluntario me comentó hoy que debía acutalizarme sobre algo reciente y me imagino que el tema es que empezó a salir con la voluntaria a la que llevó a la reunión de hace dos sábados por la noche.
lunes, 17 de junio de 2013
Día del Padre...
El viernes me levanté un poco temprano... la verdad sin quererlo. Salí temprano de mi habitación porque no tuve que planchar camisa. Ese día usé por primera vez la polo que me dieron como parte del uniforme. En la mañana continué trabajando en el documento conflictivo de toda la semana.
No recuerdo al final si fue el viernes o el jueves que tuve una conversación un poco extraña con mi jefa. Creo que fue el viernes. Uno o dos días antes, había comentado a la compañera de mi jefa que usualmente me dá aventón por las noches, los últimos hechos de mis conflictos familiares, pero, por ser en la mañana, había cerrado la puerta de su oficina para hablar en paz. El compañero del BMW le fue a comentar a mi jefa -como broma- pero mi jefa me reclamó ese hech muy en serio. Aprovechó también para reclamarme el hecho de haber planeado un almuerzo los cuatro analistas con su compañera. La verdad me desespera la política oficinesca. En casi cualquier oficina.
No iba a salir a almorzar pues no había llevado almuerzo y no tenía realmente hambre. Sin embargo, al mediodía tomé uno de los periódicos de la oficina y me dirigí al parque en el que acostumbraba almorzar. Estaban filmando un programa de televisión -o un anuncio, no se-. Me estuve allí leyendo casi una hora.
Por la tarde empecé a trabajar en otro par de documentos que he llevado en proceso y salí casi a las siete de la noche de la oficina. Por la mañana, el voluntario que vive en la misma colonia me había enviado un mensaje para que cenaramos pero decliné la invitación. No me sentía con ánimos. Como el miércoles había comido una torta y el jueves había comido un asado, pasé a cenar al puesto de hamburguesas en donde el otro día me gané un menú. El lugar estaba un poco lleno porque estaba por empezar un partido amistoso entre Guatemala y Argentina -al final perdió nuestra selección 4-0-.
Me vine a mi habitación a cenar y estuve viendo un poco de JFK. También empecé a bajar Good Morning Vietnam. Para el sábado tenía convivencias en la mañana y en la tarde con varios grupos y aún no había decidido que hacer. Al final por la noche decidí que asistiría al círculo de lectura y por la tarde a una de las convivencias que haría uno de mis grupos, habían convocado para la reunión en la rectoría de la universidad. Me dormí como a las once pero dejé ropa en remojo.
Me levanté el sábado un poco después de las siete. Salí a lavar la ropa y luego entré a actualizar mis redes sociales. Un poco después de las nueve me dirigí al Museo del Ferrocarril. Llegué un poco después de las diez. Habían un par de colas bastante largas para entrar pero, como no iba propiamente a visitar el museo, pagué la entrada y me dirigí a unas bancas que estan en el patio central del museo. Encontré a un anciano y un poco más tarde llegó el hermano de mi amiga voluntaria que nos acompañó en las lecturas de los dos libros anteriores.
Un poco después empezaron a llegar más participantes y al final, bastante tarde, nos asignaron un vagón cafetería en donde realizamos nuestra reunión final sobre El Lobo Estepario. Al final llegamos como dieciseis personas. La reunión estuvo interesante -como todas las que se tratan de libros-; logramos que participaran todos dando su opinión sobre el autor o el libro, o aún sobre los comentarios que habían escuchado, pues algunas personas no habían leído el libro.
Se suponía que la reunión terminaría al mediodía pero salimos casi a las una. En la conversación que tuvimos antes de la conversación sobre libros el hermano de mi amiga voluntaria me había comentado que podía conseguir té de menta en un almacén que distaba cuatro o cinco cuadras del museo. Cuando la reunión terminó me dirigí a toda prisa al lugar. Ya estaba cerrado pero afortunadamente aún habían algunas personas adentro. Compré dos cajas con veinticinco bolsitas de té de menta.
Después de comprar el té abordé el transmetro y me dirigí a la universidad, encontré al grupo de voluntarios con quienes estuve visitando esporádicamente las tardes de los sábados de este semestre. Resultó que la reunión la realizaríamos en la casa del voluntario que vive en la misma colonia. Como éramos como quince y el voluntario hubiera tenido que realizar dos viajes les indiqué que guiaría a los chicos a pie. Nos tardamos como veinte minutos pero llegamos sin novedad a la casa.
La reunión estuvo buena, con presentaciones de los nuevos voluntarios, algunos juegos y al final la celebración de un baby shower a una voluntaria que estuvo visitando en este grupo al principio del semestre pero que había dejado de visitar por estar esperando un bebé. Un poco después de las cinco el grupo se retiró y yo me quedé un poco más de tiempo. Luego me vine a mi casita, compré pan tostado, preparé té de menta y me puse a ver otro poco de JFK. Me quedé dormido un poco antes de las siete y como a las siete y media uno de los voluntarios de los sábados por la noche me llamó para comentarme que iban a cenar, le dije que llegaría pero luego me volví a quedar dormido.
Como a medianoche me levanté a lavarme los dientes y continué hasta el domingo a las seis y media. La noche anterior había dejado unos pantalones y mi par de sacos en remojo y me levanté a lavarlos. Subí a tenderlos a la terraza y luego salí a comprar los ingredientes para el desayuno con mis chicos. Actualicé mis redes sociales y luego pasé por el mercado comprando unos aguacates, tomates y al supermercado a comprar leche y pan. Preparamos un desayuno completo y a las nueve y media nos venimos a mi habitación.
Les dí a mis chicos una hoja con sudokus un poco más sencillos que los de la semana pasada y luego les puse un ejercicio de redacción, basado en la canción de Porta que estuve escuchando la semana pasada. Después vimos un par de videos y luego fuimos al mercado a proveernos para el almuerzo del día. Prepraamos los componentes de los burritos que preparamos cuando vamos al IRTRA y nos dirigimos al parque de la avenida Petapa.
Compré dos pasaportes para mis chicos y los acompañé a un par de juegos, almorzamos en el área de picnic y luego estuvimos un rato en el zoológico y en una de las atracciones que es como un recorrido teatral. Un poco antes de las cinco pasamos a comprar unos helados de cono y luego nos venimos. Estaba lloviznando, estaba constante pero, afortunadamente, se mantuvo ligero el volumen de agua. Aún venimos a lavar los trastes y a bajar mi ropa de la terraza.
Estuvimos leyendo un poco, armando un par de cubos y al final vimos media hora de Episodio II. El voluntario que vive en la misma colonia me había escrito como a las seis y media comentándome que el grupo estaba en su casa y que irían por unos atoles. Fuí a dejar a mis chicos a su casa a las siete y me llevé la chumpa negra que uso a veces cuando salgo por las noches. Después de dejar a mis chicos en su casa me dirigí a la casa del voluntario. Estuve tocando y luego lo llamé. Resultó que ya se habían ido.
Pasé a la panadería por pan tostado y me vine a cenar té y panito, viendo Good Morning Vietnam. Un poco antes de las nueve mi chica mayor me llamó pidiéndome ayuda para una tarea que su madre no había podido encontrar. La fui a traer y bajamos un poco de información sobre acometidas eléctricas. Anotó algunos datos en hojas de papel y luego la fui a dejar a su casa. Retorné a terminar de ver Good Morning Vietnam y me dormí un poco antes de las once. Me costó dormirme porque un poco antes de que mi chica viniera había estado dormitando.
Hoy me costó un montón levantarme. Los lunes se me han estado haciendo cuesta arriba. Debo investigar la forma de mejorar esto. Me desperté a las seis menos veinte pero seguí en la camita. El celular sonó a las seis pero me levanté hasta las seis y cuarto. Planché una camisa, me bañé, rasuré y salí casi a las siete hacia mi oficina.
No compré pan pues he estado comiendo bastante y no tenía realmente apetito. Cuando llegué a la oficina solo estaba Ant. Luego llegó la compañerita y más tarde el compañero del BMW, quien debía llevar este día dulces y no lo hizo. Debe rellenar la dulcera por dos semanas seguida, según lo acordado. Llamé a mi papá y a mi único amigo de la infancia. Con mi papá hablé como medio minuto, con mi amigo de la infancia un poco más. También hablé con Pb, me comentó que ya había hecho su iniciación como masón y me invitó al proceso. Se supone que nos reuniremos el sábado.
En la mañana estuve actualizando mi estado de los documentos en los que estoy trabajando. La última reunión sobre el libro que estamos leyendo la habíamos programado para la semana pasada pero la realizamos hoy, de ocho a nueve. Luego a las nueve hubo una pequeña reunión para celebrar el día del padre. Dieron bolovanes de carne y pie de manzana. Después de la reunión bajé con las chicas que nos reunimos la semana pasada pero me tocó subir y bajar nuevamente porque estaban en una celebración.
Al final tuve una reunión larguísima con la líder de esa área. Yo le pregunté sobre su familia y estuvimos conversando -yo más que todo escuchando- sobre el proceso de divorcio en el cual se encuentra actualmente. Quedé de enviarle Eat, Pray, Love. Creo que al final la reunión fue de casi dos horas. O al menos entre una y dos horas. Cuando bajé a mi escritorio ya estaba sobre la hora de mi almuerzo. Como los burritos que habíamos preparado el día anterior habían resultado enormes nos sobraron dos, que llevé este día para mi almuerzo.
Me dirigí al parquecito de costumbre con una prensa y los burritos y almorcé leyendo las noticias de la semana pasada. Luego de almorzar retorné a mi oficina y me pasé toda la tarde diagramando un par de procesos y adecuando algunos comentarios en otro par de documentos. Un poco antes de las seis el compañero del BMW me indicó que no había llevado automóvil, que su amigo no pasaría y que planeaba abordar el Transurbano. Salimos a las seis y media y abordamos el autobus en el Obelisco.
Pasé a comprar pan tostado para la cena de hoy y pan para el almuerzo de mañana. Estaba revisando mis redes sociales, respondiendo a algunos mensajes del día del padre cuando me llamó mi hija segunda, pidiéndome que pasara por su casa pues me habían preparado algo. Cuando llegué mi chico menor ya estaba dormido, mis hijas salieron con una bandeja de duroport. Era una cena -o almuerzo?- que mi ex esposa había preparado. Coincidentemente es la misma comida que preparó para la reunión de mi graduación de la universidad.
Estuve conversando con mis chicas un rato y luego retorné a mi habitación. Espero no dormirme muy tarde pues debo mejorar mi ánimo. Incluso el compañero del BMW me comentó este día que se nota mucho cuando ando de bajón.
No recuerdo al final si fue el viernes o el jueves que tuve una conversación un poco extraña con mi jefa. Creo que fue el viernes. Uno o dos días antes, había comentado a la compañera de mi jefa que usualmente me dá aventón por las noches, los últimos hechos de mis conflictos familiares, pero, por ser en la mañana, había cerrado la puerta de su oficina para hablar en paz. El compañero del BMW le fue a comentar a mi jefa -como broma- pero mi jefa me reclamó ese hech muy en serio. Aprovechó también para reclamarme el hecho de haber planeado un almuerzo los cuatro analistas con su compañera. La verdad me desespera la política oficinesca. En casi cualquier oficina.
No iba a salir a almorzar pues no había llevado almuerzo y no tenía realmente hambre. Sin embargo, al mediodía tomé uno de los periódicos de la oficina y me dirigí al parque en el que acostumbraba almorzar. Estaban filmando un programa de televisión -o un anuncio, no se-. Me estuve allí leyendo casi una hora.
Por la tarde empecé a trabajar en otro par de documentos que he llevado en proceso y salí casi a las siete de la noche de la oficina. Por la mañana, el voluntario que vive en la misma colonia me había enviado un mensaje para que cenaramos pero decliné la invitación. No me sentía con ánimos. Como el miércoles había comido una torta y el jueves había comido un asado, pasé a cenar al puesto de hamburguesas en donde el otro día me gané un menú. El lugar estaba un poco lleno porque estaba por empezar un partido amistoso entre Guatemala y Argentina -al final perdió nuestra selección 4-0-.
Me vine a mi habitación a cenar y estuve viendo un poco de JFK. También empecé a bajar Good Morning Vietnam. Para el sábado tenía convivencias en la mañana y en la tarde con varios grupos y aún no había decidido que hacer. Al final por la noche decidí que asistiría al círculo de lectura y por la tarde a una de las convivencias que haría uno de mis grupos, habían convocado para la reunión en la rectoría de la universidad. Me dormí como a las once pero dejé ropa en remojo.
Me levanté el sábado un poco después de las siete. Salí a lavar la ropa y luego entré a actualizar mis redes sociales. Un poco después de las nueve me dirigí al Museo del Ferrocarril. Llegué un poco después de las diez. Habían un par de colas bastante largas para entrar pero, como no iba propiamente a visitar el museo, pagué la entrada y me dirigí a unas bancas que estan en el patio central del museo. Encontré a un anciano y un poco más tarde llegó el hermano de mi amiga voluntaria que nos acompañó en las lecturas de los dos libros anteriores.
Un poco después empezaron a llegar más participantes y al final, bastante tarde, nos asignaron un vagón cafetería en donde realizamos nuestra reunión final sobre El Lobo Estepario. Al final llegamos como dieciseis personas. La reunión estuvo interesante -como todas las que se tratan de libros-; logramos que participaran todos dando su opinión sobre el autor o el libro, o aún sobre los comentarios que habían escuchado, pues algunas personas no habían leído el libro.
Se suponía que la reunión terminaría al mediodía pero salimos casi a las una. En la conversación que tuvimos antes de la conversación sobre libros el hermano de mi amiga voluntaria me había comentado que podía conseguir té de menta en un almacén que distaba cuatro o cinco cuadras del museo. Cuando la reunión terminó me dirigí a toda prisa al lugar. Ya estaba cerrado pero afortunadamente aún habían algunas personas adentro. Compré dos cajas con veinticinco bolsitas de té de menta.
Después de comprar el té abordé el transmetro y me dirigí a la universidad, encontré al grupo de voluntarios con quienes estuve visitando esporádicamente las tardes de los sábados de este semestre. Resultó que la reunión la realizaríamos en la casa del voluntario que vive en la misma colonia. Como éramos como quince y el voluntario hubiera tenido que realizar dos viajes les indiqué que guiaría a los chicos a pie. Nos tardamos como veinte minutos pero llegamos sin novedad a la casa.
La reunión estuvo buena, con presentaciones de los nuevos voluntarios, algunos juegos y al final la celebración de un baby shower a una voluntaria que estuvo visitando en este grupo al principio del semestre pero que había dejado de visitar por estar esperando un bebé. Un poco después de las cinco el grupo se retiró y yo me quedé un poco más de tiempo. Luego me vine a mi casita, compré pan tostado, preparé té de menta y me puse a ver otro poco de JFK. Me quedé dormido un poco antes de las siete y como a las siete y media uno de los voluntarios de los sábados por la noche me llamó para comentarme que iban a cenar, le dije que llegaría pero luego me volví a quedar dormido.
Como a medianoche me levanté a lavarme los dientes y continué hasta el domingo a las seis y media. La noche anterior había dejado unos pantalones y mi par de sacos en remojo y me levanté a lavarlos. Subí a tenderlos a la terraza y luego salí a comprar los ingredientes para el desayuno con mis chicos. Actualicé mis redes sociales y luego pasé por el mercado comprando unos aguacates, tomates y al supermercado a comprar leche y pan. Preparamos un desayuno completo y a las nueve y media nos venimos a mi habitación.
Les dí a mis chicos una hoja con sudokus un poco más sencillos que los de la semana pasada y luego les puse un ejercicio de redacción, basado en la canción de Porta que estuve escuchando la semana pasada. Después vimos un par de videos y luego fuimos al mercado a proveernos para el almuerzo del día. Prepraamos los componentes de los burritos que preparamos cuando vamos al IRTRA y nos dirigimos al parque de la avenida Petapa.
Compré dos pasaportes para mis chicos y los acompañé a un par de juegos, almorzamos en el área de picnic y luego estuvimos un rato en el zoológico y en una de las atracciones que es como un recorrido teatral. Un poco antes de las cinco pasamos a comprar unos helados de cono y luego nos venimos. Estaba lloviznando, estaba constante pero, afortunadamente, se mantuvo ligero el volumen de agua. Aún venimos a lavar los trastes y a bajar mi ropa de la terraza.
Estuvimos leyendo un poco, armando un par de cubos y al final vimos media hora de Episodio II. El voluntario que vive en la misma colonia me había escrito como a las seis y media comentándome que el grupo estaba en su casa y que irían por unos atoles. Fuí a dejar a mis chicos a su casa a las siete y me llevé la chumpa negra que uso a veces cuando salgo por las noches. Después de dejar a mis chicos en su casa me dirigí a la casa del voluntario. Estuve tocando y luego lo llamé. Resultó que ya se habían ido.
Pasé a la panadería por pan tostado y me vine a cenar té y panito, viendo Good Morning Vietnam. Un poco antes de las nueve mi chica mayor me llamó pidiéndome ayuda para una tarea que su madre no había podido encontrar. La fui a traer y bajamos un poco de información sobre acometidas eléctricas. Anotó algunos datos en hojas de papel y luego la fui a dejar a su casa. Retorné a terminar de ver Good Morning Vietnam y me dormí un poco antes de las once. Me costó dormirme porque un poco antes de que mi chica viniera había estado dormitando.
Hoy me costó un montón levantarme. Los lunes se me han estado haciendo cuesta arriba. Debo investigar la forma de mejorar esto. Me desperté a las seis menos veinte pero seguí en la camita. El celular sonó a las seis pero me levanté hasta las seis y cuarto. Planché una camisa, me bañé, rasuré y salí casi a las siete hacia mi oficina.
No compré pan pues he estado comiendo bastante y no tenía realmente apetito. Cuando llegué a la oficina solo estaba Ant. Luego llegó la compañerita y más tarde el compañero del BMW, quien debía llevar este día dulces y no lo hizo. Debe rellenar la dulcera por dos semanas seguida, según lo acordado. Llamé a mi papá y a mi único amigo de la infancia. Con mi papá hablé como medio minuto, con mi amigo de la infancia un poco más. También hablé con Pb, me comentó que ya había hecho su iniciación como masón y me invitó al proceso. Se supone que nos reuniremos el sábado.
En la mañana estuve actualizando mi estado de los documentos en los que estoy trabajando. La última reunión sobre el libro que estamos leyendo la habíamos programado para la semana pasada pero la realizamos hoy, de ocho a nueve. Luego a las nueve hubo una pequeña reunión para celebrar el día del padre. Dieron bolovanes de carne y pie de manzana. Después de la reunión bajé con las chicas que nos reunimos la semana pasada pero me tocó subir y bajar nuevamente porque estaban en una celebración.
Al final tuve una reunión larguísima con la líder de esa área. Yo le pregunté sobre su familia y estuvimos conversando -yo más que todo escuchando- sobre el proceso de divorcio en el cual se encuentra actualmente. Quedé de enviarle Eat, Pray, Love. Creo que al final la reunión fue de casi dos horas. O al menos entre una y dos horas. Cuando bajé a mi escritorio ya estaba sobre la hora de mi almuerzo. Como los burritos que habíamos preparado el día anterior habían resultado enormes nos sobraron dos, que llevé este día para mi almuerzo.
Me dirigí al parquecito de costumbre con una prensa y los burritos y almorcé leyendo las noticias de la semana pasada. Luego de almorzar retorné a mi oficina y me pasé toda la tarde diagramando un par de procesos y adecuando algunos comentarios en otro par de documentos. Un poco antes de las seis el compañero del BMW me indicó que no había llevado automóvil, que su amigo no pasaría y que planeaba abordar el Transurbano. Salimos a las seis y media y abordamos el autobus en el Obelisco.
Pasé a comprar pan tostado para la cena de hoy y pan para el almuerzo de mañana. Estaba revisando mis redes sociales, respondiendo a algunos mensajes del día del padre cuando me llamó mi hija segunda, pidiéndome que pasara por su casa pues me habían preparado algo. Cuando llegué mi chico menor ya estaba dormido, mis hijas salieron con una bandeja de duroport. Era una cena -o almuerzo?- que mi ex esposa había preparado. Coincidentemente es la misma comida que preparó para la reunión de mi graduación de la universidad.
Estuve conversando con mis chicas un rato y luego retorné a mi habitación. Espero no dormirme muy tarde pues debo mejorar mi ánimo. Incluso el compañero del BMW me comentó este día que se nota mucho cuando ando de bajón.
jueves, 13 de junio de 2013
Medio año...
He estado revisando -otra vez- las tendencias de mis últimos cuatro años en este espacio. En el 2009 acababa de empezar en el lugar en donde más tiempo he trabajado desde que retorné a mi país. En el 2010 acababa de cumplir un año de trabajar en ese lugar. En el 2011 me habían despedido de ese lugar y en el 2012 había retornado. Ahora ya no estoy más allí. For good. Lo que he podido ver es que Junio y Julio son dos meses bastante bajos en productividad. Al menos son los meses en los que menos publico por acá. De hecho uno de estos años no publiqué nada.
Le comentaba esto a la compañerita el día martes por la mañana que llegué de bajón aún a la oficina. Al mediodía, como no había llevado almuerzo salí a almorzar al lugar en donde usualmente almuerzo los jueves. Pollo frito. De hecho empecé a recuperarme desde ese día. Me ha estado costando un montón, eso si, levantarme temprano. He estado dejando el celular para las 5:30 pero me he levantado entre seis y seis y media. Creo que parte de lo que me ayudó a recuperarme más rápido fue el haber enviado un par de cuentos al concurso que convocaron en mi voluntariado. El martes esperé a la compañera de mi jefa hasta las siete y vine aún a cenar pan tostado y té a mi habitación.
El miercoles -ayer- me sentí bastante irregular del estomago. Como que el pollo -o quizá la ensalada de repollo- no estuvieron muy bien. No salí a almorzar sino que fuí a Artemis y Edinter a ver si encontraba más libros para mis chicos. No hallé. A la hora de salida me vine con el amigo del compañero del BMW. Me dejaron en la farmacia y me vine caminando a mi habitación. Había quedado con mi ex esposa que pasaría por su casa como a las siete y media para que fueramos a cenar a alguna parte.
Mi plan era que comenzáramos a conversar de temas intrascendentes para habituarnos nuevamente al diálogo pero en la caminata empezó a responsabilizarme de que a mi hija mayor no le gusten las matemáticas. Ella argumenta que mi hija, por la forma en que ve que vivo se solidariza conmigo, lo que la pone en contra de ella, que ama las matemáticas. Algo retorcida la explicación. Al final compré un helado para mi ex esposa y una torta y una coca cola para mí y retornamos a su casa. Estuvimos conversando en la sala mientras mis chicos veían una película en la habitación de uno de ellos. Mal diálogo realmente. Creo que ella aún espera que yo de alguna forma retorne. Lo que no sucederá.
Por otra parte, me enteré que mi hija mayor volvió a tener otro episodio -el segundo- de autoagredirse en el interior de un brazo. Como a las diez me despedí de mis chicos y me vine a mi habitación. Empecé a bajar la película JFK de Oliver Stone. Ayer o antier finalicé por fin El Lobo Estepario.
Hoy llegué como a las siete y cincuenta a mi oficina. Antier por la tarde me reuní con el compañero del BMW para ver los documentos que compartimos y que la jefa de mi jefa me había rechazado el lunes. No pudimos ponernos de acuerdo sobre como dividirlos, de hecho encontramos argumentos para presentarle a la jefa de mi jefa. Ayer nos reunimos con ella y nos pidió que lo examináramos mejor. Al menos notó que en esta ocasión yo estaba convencido de los cambios y el compañero del BMW no. Al revés que el otro día.
Derivado de esa reunión con la jefa de mi jefa y el compañero del BMW este día nos reunimos temprano con dos chicas del área a cargo del proceso que estamos documentando. La reunión estuvo un poco tensa por los cambios necesarios pero al final acordamos seguir trabajando. Estuve trabajando casi todo el día en ese documento.
Como a media mañana nos reunimos los cuatro analistas y nuestra jefa y revisamos un proceso esencial del área. Quedamos en que nos reuniríamos nuevamente mañana para finalizar la presentación del libro Organízate con eficacia. Había quedado nuevamente para almorzar con el dirigente del Círculo de Lectura con quien almorcé hace unas semanas pero al bajar al parqueo del edifico con diez minutos de atraso no lo encontré. Como no andaba muy bien del estómago retorné a mi escritorio.
Por la tarde continué trabajando en el documento de la mañana y diagramando un nuevo proceso. Al final salí casi a las 8:00 de mi oficina. Me vine en Transmetro y pasé a comprar un asado al puesto que está a pocas calles de mi casa y me vine a cenar a mi habitación. Escuchando una canción de Porta. Espero no dormirme muy tarde -falta una hora para la medianoche- para tener un buen viernes.
Le comentaba esto a la compañerita el día martes por la mañana que llegué de bajón aún a la oficina. Al mediodía, como no había llevado almuerzo salí a almorzar al lugar en donde usualmente almuerzo los jueves. Pollo frito. De hecho empecé a recuperarme desde ese día. Me ha estado costando un montón, eso si, levantarme temprano. He estado dejando el celular para las 5:30 pero me he levantado entre seis y seis y media. Creo que parte de lo que me ayudó a recuperarme más rápido fue el haber enviado un par de cuentos al concurso que convocaron en mi voluntariado. El martes esperé a la compañera de mi jefa hasta las siete y vine aún a cenar pan tostado y té a mi habitación.
El miercoles -ayer- me sentí bastante irregular del estomago. Como que el pollo -o quizá la ensalada de repollo- no estuvieron muy bien. No salí a almorzar sino que fuí a Artemis y Edinter a ver si encontraba más libros para mis chicos. No hallé. A la hora de salida me vine con el amigo del compañero del BMW. Me dejaron en la farmacia y me vine caminando a mi habitación. Había quedado con mi ex esposa que pasaría por su casa como a las siete y media para que fueramos a cenar a alguna parte.
Mi plan era que comenzáramos a conversar de temas intrascendentes para habituarnos nuevamente al diálogo pero en la caminata empezó a responsabilizarme de que a mi hija mayor no le gusten las matemáticas. Ella argumenta que mi hija, por la forma en que ve que vivo se solidariza conmigo, lo que la pone en contra de ella, que ama las matemáticas. Algo retorcida la explicación. Al final compré un helado para mi ex esposa y una torta y una coca cola para mí y retornamos a su casa. Estuvimos conversando en la sala mientras mis chicos veían una película en la habitación de uno de ellos. Mal diálogo realmente. Creo que ella aún espera que yo de alguna forma retorne. Lo que no sucederá.
Por otra parte, me enteré que mi hija mayor volvió a tener otro episodio -el segundo- de autoagredirse en el interior de un brazo. Como a las diez me despedí de mis chicos y me vine a mi habitación. Empecé a bajar la película JFK de Oliver Stone. Ayer o antier finalicé por fin El Lobo Estepario.
Hoy llegué como a las siete y cincuenta a mi oficina. Antier por la tarde me reuní con el compañero del BMW para ver los documentos que compartimos y que la jefa de mi jefa me había rechazado el lunes. No pudimos ponernos de acuerdo sobre como dividirlos, de hecho encontramos argumentos para presentarle a la jefa de mi jefa. Ayer nos reunimos con ella y nos pidió que lo examináramos mejor. Al menos notó que en esta ocasión yo estaba convencido de los cambios y el compañero del BMW no. Al revés que el otro día.
Derivado de esa reunión con la jefa de mi jefa y el compañero del BMW este día nos reunimos temprano con dos chicas del área a cargo del proceso que estamos documentando. La reunión estuvo un poco tensa por los cambios necesarios pero al final acordamos seguir trabajando. Estuve trabajando casi todo el día en ese documento.
Como a media mañana nos reunimos los cuatro analistas y nuestra jefa y revisamos un proceso esencial del área. Quedamos en que nos reuniríamos nuevamente mañana para finalizar la presentación del libro Organízate con eficacia. Había quedado nuevamente para almorzar con el dirigente del Círculo de Lectura con quien almorcé hace unas semanas pero al bajar al parqueo del edifico con diez minutos de atraso no lo encontré. Como no andaba muy bien del estómago retorné a mi escritorio.
Por la tarde continué trabajando en el documento de la mañana y diagramando un nuevo proceso. Al final salí casi a las 8:00 de mi oficina. Me vine en Transmetro y pasé a comprar un asado al puesto que está a pocas calles de mi casa y me vine a cenar a mi habitación. Escuchando una canción de Porta. Espero no dormirme muy tarde -falta una hora para la medianoche- para tener un buen viernes.
lunes, 10 de junio de 2013
Errare humanum est
Siempre he sido bueno para crear. Para
los detalles no mucho. Como en la empresa que certifiqué en ISO
9001:2000, la creación del sistema desde cero fue todo un reto para
mí, la continuidad después de año y medio ya no fue mucho.
Decliné continuar con el sistema cuando se acercaba la auditoría de
seguimiento. Crear me energiza, mantener no mucho. Llegué al
trabajo en el que estoy actualmente porque se suponía que me estaría
encargado de proyectos. Crear. Ahora me encargo de procesos.
Mantener. Los errores que comento en la emisión de documentos son
obvios, debo aprender a tener más cuidado. Quizá el camino sea
algo así como tomar cada paso del proceso como algo completamente
nuevo y explorar su desarrollo como si fuera totalmente nuevo. Tal
vez así deje de cometer tantos errores.
Ando de bajón porque hoy retornaron
dos documentos que supuestamente ya estaban completos, mis errores
son casi infantiles. Debo mejorar esto.
El lunes de la semana pasada salí a
almorzar al parque de costumbre, en la noche retorné en transmetro a
mi habitación. Estuve ese día y el siguiente considerando la
conveniencia de llamar a mi ex esposa para tratar de mejorar un poco
la comunicación. El martes no llevé almuerzo. Se suponía que
saldríamos a almorzar con la voluntaria que decoró mi primer bata
pero no la localicé al mediodía. Almorcé en el comedor donde
usualmente como los jueves. Pollo frito. Este día salí tarde pues
de cinco a seis y media realicé la presentación del libro que
estamos leyendo en grupo y de otro tema que tenía pendiente. A la
hora de salida me dió aventón la compañera de mi jefa.
El miercoles tampoco llevé almuerzo.
Llevé un vaso con avena. Al mediodía pasé a Sophos a ver si
tenían El Lobo Estepario pero solo tenían una versión con dos
libros de Hesse. Costaba como 10 dólares. Me dirigí a Artemis
Edinter y allí compré una versión de una editorial mejicana. Me
costó como cinco dólares, de todos modos me gasté otros cinco
dólares en otros tres libros, uno para adolescentes, uno de acción
médica y el otro de un premio nobel egipcio. La compañera de mi
jefa salió un poco después de las siete y me dió aventón. Estaba
lloviznando y había quedado con mi ex esposa que la llegarí a traer
a las 8:00 para ir por un helado o algo así.
Al final caminamos a una gasolinera de
una de las calzadas cerca de nuestra colonia y compré un yogurt para
ella y un hotdog y una gaseosa para mí. Cenamos y conversamos -casi
solo yo hablé- de cosas intrascendentes. Ella me comentó que creyó
que yo quería que discutieramos algo serio pero le indiqué que me
interesaba realmente que mejoráramos nuestra comunicación. A ver
como va eso.
El jueves almorcé en el comedor que
queda tres o cuatro calles más lejos de donde almuerzo usualmente
los jueves. En la noche volví a tomar el transmetro. Cuando vine a
mi casa revisé las verduras que había comprado el sábado para el
almuerzo del martes y como la zanahoria y el tomate aún se veían
aceptables se los regalé a uno de mis vecinos. Casi todas las
mañanas de la semana pasada me costó bastante levantarme. He
empezado a darle al snooze más de lo debido.
El viernes salimos a almorzar en grupo
con nuestra jefa, la compañera de mi jefa que me da jalón
usulamente y el amigo de la compañerita. El lugar estaba un poco
alejado de la oficina por lo que el amigo de la ocmpañerita nos dió
jalón en su camioneta. Fue un almuerzo bastante divertido.Por la
tarde la compañerita nos había convocado a una reunión para ver un
tema que lleva entre manos sobre el mejoramiento del área. La
reunión fue bastante desordenada y al final me tocó que intervenir
con una historia para calmar los ánimos pues empezaron a reclamarse
actitudes entre Ant, la compañerita y el compañero del BMW. Al
final me retiré de la oficina un poco después de las seis y media,
con el compañero del BMW.
Tomamos el transurbano y nos venimos
conversando sobre las dificultades de trabajar en equipo cuando se
toman actitudes radicales con respecto al cambio de lo establecido.
Pasé a cenar a la casa del voluntario
que vive en la misma colonia aunque me tocó que comprar en soledad
la cena -él carne asada, yo una torta- pues su hermano estaba con su
sobrino en la casa investigando algo en internet. Al final cenamos y
me estuve casi hasta las diez por la conversación de sobremesa.
Vine a mi casa a ver el final de Episodio III. El dealer de
películas de la oficina me llevó la semana pasada los episodios
III, IV, V y VI. Estoy probando su buen funcionamiento por estos
días. Al final me dormí como a medianoche.
El sábado me desperté como a las seis
y media pero me levanté después de las 7:00. Me dirigí al Parque
Central para una actividad con mi grupo de voluntarios y me estuve en
este lugar hasta el mediodía, entre canciones, juegos e interacción
con los visitantes del parque. Después de la actividad con un buen
número de sonriseros nos dirigimos al Mercado Central a almorzar.
Cuando estabamos terminando de comer recibí un mensaje de una de las
voluntarias del sábado por la noche convocándonos a almorzar en la
cevichería a la que acudí -y no me gustó- hace como un mes.
Decidí que me quedaría con mi grupo de la tarde pero empezó a
llover bastante fuerte y como otro de los voluntarios de los sábados
por la noche se dirigía a la cevichería me fuí con él -y otros
tres voluntarios- a almorzar. En el camino me dormí como media
hora.
Almorzamos -el lugar estaba inundado,
literalmente- carne asada y como a media tarde el voluntario pasó a
dejarme al centro. Tomé un transurbano y me vine un rato a mi
habitación. Vine como a las 5:30. A las 7:00 el voluntario que
vive en la misma colonia me llamó para avisarme que estaban por irse
con el grupo de los sábados por la noche a Paseo Cayalá. Estaba
dormitando pero me vestí y me fuí con el grupo. Cenamos Pizza
Vesuvio. El voluntario que vive en la misma colonia había invitado
a su subencargada de visita y al parecer estan tratando de definir si
habrá una relación. Otra voluntaria también llevaba a un amigo.
Después de cenar nos retiramos del
lugar y con el voluntario que vive en la misma colonia acompañamos
al voluntario de la tarde a dejar a la subencargada a una de las
ciudades aledañas a la capital. Retorné a mi habitación como a
las once y media. Vine aún a ver un poco de Star Wars y me dormí
como a medianoche. Dejé el reloj para las seis y media pues antes
de irme a Paseo Cayalá había dejado ropa en remojo.
Ayer me levanté un poco antes de las
siete, lavé la ropa que había dejado en remojo y salí por los
ingredientes del desayuno. Cuando llegué a la casa de mis chicos mi
ex esposa estaba terminando de desayunar. Mientras estaba empezando
a ordenar los ingredientes en la cocina mi ex esposa se despidió.
Preparamos con mis chicos el desayuno, desayunamos y luego de lavar
los trastes nos venimos a mi habitación.
Lo primero que hicieron mis chicos fue
armar un par de cubos de Rubik, luego vimos un par de videos,
incluyendo uno de Sudoku y les entregué unas hojas con ocho Sudokus
que había impreso en la oficina. También les mostré las
adquisiciones más recientes de libros. Después de que trabajaran
un poco de los Sudokus les indiqué que iríamos por primera vez a un
evento deportivo. Me había enterado que había una ronda de juegos
para el premundial de volley ball femenino y nos fuimos a la ciudad
olímpica. Llegamos cuando el segundo set iba a medias y vimos el
claro dominio de nuestra selección sobre la de Aruba. Al final
ganaron las chicas por tres sets seguidos. Después del partido
fuimos a ver si había entrada al museo olímpico pero resultó que
no abren los domingos. Almorzamos Taco Bell.
Después de almorzar tomamos un
transurbano y nos dirigimos a la universidad. Estuvimos leyendo
alrededor de una hora y luego retornamos a mi habitación. Mis
chicos me ayudaron con unos pocos trastos y luego vimos veinticinco
minutos del Episodio II de Star Wars. Los fui a dejar a las seis y
media. Pasé al supermercado pero ya no encotré zanahoria ni
aguacate, compré unicamente un cubilete de chocolate y un paquete de
jamón. Pasé a la panadería a comprar el pan del almuerzo de hoy y
vine a mi casita a cenar con el cubilete y unas galletas que compré
-y no consumimos- al mediodía. Me dormí un poco después de las
once. Al menos escribi un par de cuentos para participar en un
concurso de mi voluntariado pero al revisar las bases me percaté que
los temas sobre los que había escrito no eran muy indicados.
El reloj sonó hoy a las 5:30 pero
seguí en cama hasta las seis y cinco. Me levanté al final, preparé
los panes -sin aguacate ni tomate-, planché la camisa, me bañé y
rasuré, me vestí y me dirigí a mi oficina. Cuando estaba por
salir me recordé que hoy me tocaba llevar dulces. Lo había
olvidado por completo por lo que aprovechando que salí un poco
temprano pasé a un par de tiendas a comprar algunas gomitas. Cuando
llegué a la estación del transurbano me dí cuenta que no llevaba
la tarjeta. Retorné a mi habitación y al pasar por otra calle
conseguí aún otro poco de dulces. Llegué a mi oficina como cinco
minutos antes de las ocho.
El día estuvo bastante cargado y
bastante extraño -decepcionante-. En la mañana mi jefa me devolvió
un documento que su jefa había revisado. Tenía cuatro o cinco
correcciones bastante obvias -no se como se me fueron-. Al mediodía
salí a comer al parquecito y aproveché para leer un poco de El Lobo
Estepario y esquematizar un pequeño cuento que espero escribir hoy.
Ayer antes de lavar los trastes les explicaba a mis chicos el método
que utilizo para escribir pues estoy contando en que los tres
participen en un concurso de escritura para cada edad.
Por la tarde continué con la
reparación del documento que me habían devuelto por la mañana y un
poco antes de salir -ya eran más de las cinco- la jefa de mi jefa me
llamó a su oficina. Me empezó a cuestionar sobre otro documento
que había enviado ya a publicar y que tenía relación con otro que
estaba desarrollando el compañero del BMW -que estaba allí
también-. Al final fue evidente que no tomamos las variables
necesarias para desarrollar los documentos. Tendremos que
retornarlos de la publicación. Retorné a mi lugar bastante
decepcionado, íbamos a empezar a trabajar en los cambios pero el
amigo que pasa a traer al compañero dle BMW lo llamó para avisarle
que ya andaba por allí, aproveché para que me dieran aventón. Me
trajeron hasta mi casa.
Ayer por la tarde y hoy por la tarde ha
llovido por lo que mi ropa sigue en el lazo. Espero que mañana haga
mejor tiempo, y espero recuperarme rápido para ponerme a trabajar
como es debido. Salí a la panadería por un poco de pan tostado y
retorné a cenar a mi habitación. Espero dejar concluído -y
enviado- el cuento que cargo en mente y no dormirme muy tarde pues
tengo el firme propósito de descansar bien para trabajar bien. Este
mes se ve interesante.
lunes, 3 de junio de 2013
Primer domingo de junio...
El domingo empezó bien. El reloj sonó a las 6:00 y me levanté como a
las seis y cuarto. Los hombros me dolían y no estaba seguro porqué.
Luego recordé que el día anterior había estado cargando la mochila con
bastante peso durante varias horas –y muchas calles-. De acuerdo a lo
que había planeado salí a lavar la ropa que había dejado en remojo la
noche anterior y luego entré a ordenar mi habitación. Antes de las ocho
ya estaba listo y había salido a comprar algunos ingredientes para el
desayuno –aguacates, huevos y tomate-. Un poco después de las ocho me
dirigí al supermercado que queda a una calle de mi casa y compré el
resto de ingredientes que necesitaba para el desayuno.
Cambié los quemadores, la bandeja y la parrilla de la estufa y preparé el desayuno. Huevos con salchicha de pavo, frijoles, tomate y aguacate. Y cereal de chocolate con leche. Mi ex esposa nos acompañó y anunció que ya no nos acompañaría en los desayunos aduciendo que yo no tocaba nada de lo que ella preparaba. Comenté que no me había dado cuenta de ese hecho. Mi ex esposa trató de que mis peques participaran en la discusión –‘conversación’ la llamó ella-. Es realmente frustrante.
Terminamos el desayuno, lavamos los trastes y nos dirigimos a mi habitación. Mis chicos armaron unos cubos y luego me ayudaron a preparar lo que necesitábamos para almorzar en los campos de la universidad. De mi habitación nos dirigimos al café internet de costumbre y pagué por hora y cuarto para cada uno de mis chicos, y quince minutos para revisar mi correo y redes sociales. Después de internet compramos comida china y fuimos un rato a la biblioteca a leer. Luego salimos a almorzar. Como habíamos planeado luego de almorzar entramos nuevamente a la biblioteca, un poco menos de una hora.
Retornamos a mi habitación y vimos un par de videos que había bajado el día anterior. El plan era terminar de ver Episodio I este día. Jugamos una partida de Clue aunque la dejamos casi a la mitad. Lego salimos a lavar los trastos, protegiéndonos de la leve llovizna en la pestaña de la casa. Vimos el final de Episodio I y luego leímos y escuchamos música nuestros últimos diez minutos dominicales. Luego los fui a dejar a su casa.
Luego de dejarlos pasé por el supermercado comprando un cubilete de chocolate y el jamón para el almuerzo del lunes. También pasé a comprar pan tostado a la panadería. Preparé té de canela y cené. Luego estuve leyendo un poco en internet. Entre las siete y ocho de la noche estaba dormitando y finalmente me quedé dormido. Me desperté como a las diez y media, me levanté a lavarme los dientes y a apagar la luz.
Continué durmiendo hasta las cinco y media de hoy. Me levanté como a las seis menos cuarto a preparar los panes de mi almuerzo y a planchar la camisa del día. Luego me volví a meter a la cama otros diez minutos, o tenía realmente muchos ánimos para empezar el día. A las seis y media salí de la cama y me metí a la regadera. Me bañé, rasuré y vestí y salí a tomar el autobús. Compré pan de manteca para el desayuno.
El primer día de junio en el trabajo ha empezado lento. Vine como a las ocho menos cuarto y solo estaba Ant en nuestro espacio. El compañero del BMW vino como a las ocho y media y la compañerita escribió por whatsapp que estaba en una clínica por molestias estomacales. Estoy empezando a revisar el cúmulo de tareas para este día, esta semana y este mes y está bastante grande. Aún debo aprender a disfrutar el camino sin centrarme demasiado en la meta.
Cambié los quemadores, la bandeja y la parrilla de la estufa y preparé el desayuno. Huevos con salchicha de pavo, frijoles, tomate y aguacate. Y cereal de chocolate con leche. Mi ex esposa nos acompañó y anunció que ya no nos acompañaría en los desayunos aduciendo que yo no tocaba nada de lo que ella preparaba. Comenté que no me había dado cuenta de ese hecho. Mi ex esposa trató de que mis peques participaran en la discusión –‘conversación’ la llamó ella-. Es realmente frustrante.
Terminamos el desayuno, lavamos los trastes y nos dirigimos a mi habitación. Mis chicos armaron unos cubos y luego me ayudaron a preparar lo que necesitábamos para almorzar en los campos de la universidad. De mi habitación nos dirigimos al café internet de costumbre y pagué por hora y cuarto para cada uno de mis chicos, y quince minutos para revisar mi correo y redes sociales. Después de internet compramos comida china y fuimos un rato a la biblioteca a leer. Luego salimos a almorzar. Como habíamos planeado luego de almorzar entramos nuevamente a la biblioteca, un poco menos de una hora.
Retornamos a mi habitación y vimos un par de videos que había bajado el día anterior. El plan era terminar de ver Episodio I este día. Jugamos una partida de Clue aunque la dejamos casi a la mitad. Lego salimos a lavar los trastos, protegiéndonos de la leve llovizna en la pestaña de la casa. Vimos el final de Episodio I y luego leímos y escuchamos música nuestros últimos diez minutos dominicales. Luego los fui a dejar a su casa.
Luego de dejarlos pasé por el supermercado comprando un cubilete de chocolate y el jamón para el almuerzo del lunes. También pasé a comprar pan tostado a la panadería. Preparé té de canela y cené. Luego estuve leyendo un poco en internet. Entre las siete y ocho de la noche estaba dormitando y finalmente me quedé dormido. Me desperté como a las diez y media, me levanté a lavarme los dientes y a apagar la luz.
Continué durmiendo hasta las cinco y media de hoy. Me levanté como a las seis menos cuarto a preparar los panes de mi almuerzo y a planchar la camisa del día. Luego me volví a meter a la cama otros diez minutos, o tenía realmente muchos ánimos para empezar el día. A las seis y media salí de la cama y me metí a la regadera. Me bañé, rasuré y vestí y salí a tomar el autobús. Compré pan de manteca para el desayuno.
El primer día de junio en el trabajo ha empezado lento. Vine como a las ocho menos cuarto y solo estaba Ant en nuestro espacio. El compañero del BMW vino como a las ocho y media y la compañerita escribió por whatsapp que estaba en una clínica por molestias estomacales. Estoy empezando a revisar el cúmulo de tareas para este día, esta semana y este mes y está bastante grande. Aún debo aprender a disfrutar el camino sin centrarme demasiado en la meta.
sábado, 1 de junio de 2013
Caminata épica...
El jueves continué con los documentos que se están volviendo eternos en su fase de elaboración. Casi al principio de la jornada había tenido un connato de discusión con Ant porque aplazó por tercera vez la presentación que debía impartir sobre el libro Getting Things Done. Como una manera de limar asperezas lo invité ese día a almorzar. Pollo frito. Había planeado pasar al banco al mediodía a depositarle a una de las líderes de uno de los grupos de la tarde con los que visito cierta cantidad de dinero para la confección de una playera con el logo del grupo.
Por la tarde continué con lo mismo, mas unas llamadas y a las 6:30 me retiré de la oficina. Había quedado de ir a jugar billar con el compañero del BWM. En el camino llamé a mis hijos y mi chica segunda me comentó que ya había terminado el destapador de gaseosas que estaba fabricando en el área de talleres de su instituto y de que -como le había prometido- debía comprarle una gaseosa para que comprobara su funcioamiento en clase, creo que así lo calificarían.
Por alguna razón -me sucede con bastante frecuencia- a mitad de la primera partida de billar perdí por completo el interés en la actividad. Ni siquiera calculaba ángulos o intensidad del golpe. El resultado fue que perdí tres partidas estrepitosamente y no me importó en lo más mínmo. Es más decidí inventar cualquier excusa la próxima vez que me conviden a jugar nuevamente. El compañero del BMW pasó a dejarme a mi casa y salí a comprarle la gaseosa a mi hija. Fuí a dejarle el agua a mi hija y aproveché para sacar uno de los juegos de quemadores, parrilla y bandeja de la estufa pues es la que mi ex esposa ha usado como por veinte años y su estado es realmente lamentable. Bandejas carcomidas, hornillas con llama irregular. En fin. Retorné a mi habitación y continué con The Big Bang Theory y El Lobo Estepario. Me dormí como a medianoche.
El viernes me levanté de un poco mejor humor. Como era el último día del mes traté de concluir otro par de actividades y al final llegué como al 55% de cumplimiento de las metas del mes. Creo que debo mejorar en ese aspecto. Al mediodía salí a depositar el valor de la playera al banco. Después del banco me fuí a ul supermercado en donde había comprado el pelador de frutas hace un par de meses -o quizá un poco más?-. Compré un sartén con teflón, una espátula de plástico y un pelador que pienso regalarle a mis peques. La semana pasada que mi hija segunda me ayudó a rayar una zanahoria me comentó que se tardaban un montón cuando les tocaba pelar papas y que un pelador les quedaría de maravilla.
Por la tarde continué con los documentos. La compañera de mi jefa no llegó ese día y el compañero del BMW se retiró como a las cinco y media. Yo salí como a las siete y media. Mi jefa aún se quedó y Ant -que ha estado quedándose super tarde por casi dos semanas- se quedó supuestamente hasta las nueve y media. Este día incluso estuve investigando en arrendadoras de autos pues se me ocurrió que puedo, en lugar de prestarle el automovil a Rx para llevar a mis chicos a ver a mis papás, alquilar un automovil por un día. La verdad el precio no es muy alto.
Como me había puesto de acuerdo con el voluntario que vive en la misma colonia pasé a su casa a cenar. Carne asada. Estuve como de ocho y media a diez entre cena y conversación. Incluso un poco antes de las diez llegó uno de los voluntarios -mi menos favorito- de los sábados por la noche. Creo que porque hoy se iban de campamento y tenía que llegar tempranísimo al lugar de reunión de nuestros voluntarios en entrenamiento. Vine a continuar con El Lobo Estepario, llegué hasta la página 90 -de 130- y luego me dormí, otra vez casi a medianoche.
Este día me levanté -o al menos sonó el celular- a las siete. Estuve aún un rato dormitando y escuchando un poco de música en la computadora. A las ocho me levanté y me dirigí al centro pues había planeado comprar los repuestos de la estufa antes del círculo de lectura. Me dirigí a un negocio en el centro que me había indicado Ant y compré un juego de quemadores, una bandeja y una parrilla -no habían más bandejas o parrillas-. La verdad me salió bastante caro pero igual, espero que mejore un poco la situación de mis peques. Que al menos concinen más tranquilamente. Al menos a mí me servirá para preparar un poco más tranquilo los desayunos de los domingos.
Después de comprar los repuestos y como aún faltaba una hora para la reunión de lectores pasé a un café a desayunar. La verdad me llamó la atención el café -Café León, octava avenida, zona 1- pues tenía una barra supergrande central y otras adosadas a las paredes. Desayuné algo ligero y luego me dirigí caminando -como diez calles- hasta el museo del ferrocarril. Cuando llegué estaba ingresando otro de los compañeros -pagó por mi entrada- y adentro solo estaban el poeta al que invité a almorzar hace como tres semanas y su novia. Ya eran casi las diez y media y empezamos a comentar un poco sobre nuestras lecturas recientes.
Al final llegamos a esta reunión quince personas. No llegó mi amiga ni la pareja de estudiantes de matemáticas que han sido asiduos. Llegó incluso un tipo nicaragüense. Estuvimos hasta las doce conversando sobre Herman Hesse, su tiempo y las circunstancias en las que había crecido y luego hablando sobre El Lobo Solitario. La mayoría lo lleva como a la mitad, igual que yo. Después de la reunión aún estuvimos con un par de los dirigentes conversando con la administradora del museo. Luego me dirigí al lugar en donde habíamos quedado de reunirnos con un par de voluntarios de uno de mis grupos de la tarde -no el de la playera-.
Frente al comercial en donde nos citamos estaba el voluntario que frecuentemente actúa como estatua humana en la sexta. Deposité un pequeño billete en su caja de donaciones y me dispuse a esperar. Cargaba One Bird One Stone. Estuve esperando como veinte minutos -en el interín mi amigo dejó de realizar su acto y llegó a conversar a donde me encontraba- y llegó únicamente una voluntaria. Me comentó que la otra voluntaria que supuestamente iba a llegar debía trabajar hasta tarde. Como llevaba la dirección de un instituto del cual quería recabar información para evaluar la opción de que mi hija mayor estudie allí el otro año le propuse que caminaramos -estaba como a veinte calles de distancia-.
La voluntaria aceptó acompañarme y aprovechamos el camino para conversar largo y tendido. Yo sobre porque cargaba super pesada la mochila -incluso se terminó de romper- y ella sobre su familia, su vida, sus estudios, sus parejas -chicos y chica-. En fin, una muy buena conversación. Al final no encontramos el instituto porque las calles por allí pierden el orden del centro. También el sector me pareció demasiado riesgoso -lleno de moteles y trabajadoras de la calle-. Abordamos un transurbano y retornamos al centro. Yo compré un yogurt para almorzar y luego caminamos como otras treinta calles hasta su casa. Me despedí en la puerta de su casa y retorné a tomar el transmetro.
Vine a mi casita como a las cinco de la tarde y estuve actualizando mis redes sociales -y bajando un par de videos de música-, luego salí a comprar mi cena -tamal, té y panito- e inicié a ver Hansel y Gretel Cazadores de Brujas online. También estuve conversando por facebook con un par de voluntarios -una de ellos del mismo departamento donde crecí- y avanzando un poco en El Lobo Estepario. Saldré a dejar ropa en remojo pues planeo levantarme a las seis mañana para lavar temprano, ordenar bien mi cuarto y salir sin prisas a prepararles el desayuno a mis chicos, y que esto sea el inicio de un muy buen domingo.
Por la tarde continué con lo mismo, mas unas llamadas y a las 6:30 me retiré de la oficina. Había quedado de ir a jugar billar con el compañero del BWM. En el camino llamé a mis hijos y mi chica segunda me comentó que ya había terminado el destapador de gaseosas que estaba fabricando en el área de talleres de su instituto y de que -como le había prometido- debía comprarle una gaseosa para que comprobara su funcioamiento en clase, creo que así lo calificarían.
Por alguna razón -me sucede con bastante frecuencia- a mitad de la primera partida de billar perdí por completo el interés en la actividad. Ni siquiera calculaba ángulos o intensidad del golpe. El resultado fue que perdí tres partidas estrepitosamente y no me importó en lo más mínmo. Es más decidí inventar cualquier excusa la próxima vez que me conviden a jugar nuevamente. El compañero del BMW pasó a dejarme a mi casa y salí a comprarle la gaseosa a mi hija. Fuí a dejarle el agua a mi hija y aproveché para sacar uno de los juegos de quemadores, parrilla y bandeja de la estufa pues es la que mi ex esposa ha usado como por veinte años y su estado es realmente lamentable. Bandejas carcomidas, hornillas con llama irregular. En fin. Retorné a mi habitación y continué con The Big Bang Theory y El Lobo Estepario. Me dormí como a medianoche.
El viernes me levanté de un poco mejor humor. Como era el último día del mes traté de concluir otro par de actividades y al final llegué como al 55% de cumplimiento de las metas del mes. Creo que debo mejorar en ese aspecto. Al mediodía salí a depositar el valor de la playera al banco. Después del banco me fuí a ul supermercado en donde había comprado el pelador de frutas hace un par de meses -o quizá un poco más?-. Compré un sartén con teflón, una espátula de plástico y un pelador que pienso regalarle a mis peques. La semana pasada que mi hija segunda me ayudó a rayar una zanahoria me comentó que se tardaban un montón cuando les tocaba pelar papas y que un pelador les quedaría de maravilla.
Por la tarde continué con los documentos. La compañera de mi jefa no llegó ese día y el compañero del BMW se retiró como a las cinco y media. Yo salí como a las siete y media. Mi jefa aún se quedó y Ant -que ha estado quedándose super tarde por casi dos semanas- se quedó supuestamente hasta las nueve y media. Este día incluso estuve investigando en arrendadoras de autos pues se me ocurrió que puedo, en lugar de prestarle el automovil a Rx para llevar a mis chicos a ver a mis papás, alquilar un automovil por un día. La verdad el precio no es muy alto.
Como me había puesto de acuerdo con el voluntario que vive en la misma colonia pasé a su casa a cenar. Carne asada. Estuve como de ocho y media a diez entre cena y conversación. Incluso un poco antes de las diez llegó uno de los voluntarios -mi menos favorito- de los sábados por la noche. Creo que porque hoy se iban de campamento y tenía que llegar tempranísimo al lugar de reunión de nuestros voluntarios en entrenamiento. Vine a continuar con El Lobo Estepario, llegué hasta la página 90 -de 130- y luego me dormí, otra vez casi a medianoche.
Este día me levanté -o al menos sonó el celular- a las siete. Estuve aún un rato dormitando y escuchando un poco de música en la computadora. A las ocho me levanté y me dirigí al centro pues había planeado comprar los repuestos de la estufa antes del círculo de lectura. Me dirigí a un negocio en el centro que me había indicado Ant y compré un juego de quemadores, una bandeja y una parrilla -no habían más bandejas o parrillas-. La verdad me salió bastante caro pero igual, espero que mejore un poco la situación de mis peques. Que al menos concinen más tranquilamente. Al menos a mí me servirá para preparar un poco más tranquilo los desayunos de los domingos.
Después de comprar los repuestos y como aún faltaba una hora para la reunión de lectores pasé a un café a desayunar. La verdad me llamó la atención el café -Café León, octava avenida, zona 1- pues tenía una barra supergrande central y otras adosadas a las paredes. Desayuné algo ligero y luego me dirigí caminando -como diez calles- hasta el museo del ferrocarril. Cuando llegué estaba ingresando otro de los compañeros -pagó por mi entrada- y adentro solo estaban el poeta al que invité a almorzar hace como tres semanas y su novia. Ya eran casi las diez y media y empezamos a comentar un poco sobre nuestras lecturas recientes.
Al final llegamos a esta reunión quince personas. No llegó mi amiga ni la pareja de estudiantes de matemáticas que han sido asiduos. Llegó incluso un tipo nicaragüense. Estuvimos hasta las doce conversando sobre Herman Hesse, su tiempo y las circunstancias en las que había crecido y luego hablando sobre El Lobo Solitario. La mayoría lo lleva como a la mitad, igual que yo. Después de la reunión aún estuvimos con un par de los dirigentes conversando con la administradora del museo. Luego me dirigí al lugar en donde habíamos quedado de reunirnos con un par de voluntarios de uno de mis grupos de la tarde -no el de la playera-.
Frente al comercial en donde nos citamos estaba el voluntario que frecuentemente actúa como estatua humana en la sexta. Deposité un pequeño billete en su caja de donaciones y me dispuse a esperar. Cargaba One Bird One Stone. Estuve esperando como veinte minutos -en el interín mi amigo dejó de realizar su acto y llegó a conversar a donde me encontraba- y llegó únicamente una voluntaria. Me comentó que la otra voluntaria que supuestamente iba a llegar debía trabajar hasta tarde. Como llevaba la dirección de un instituto del cual quería recabar información para evaluar la opción de que mi hija mayor estudie allí el otro año le propuse que caminaramos -estaba como a veinte calles de distancia-.
La voluntaria aceptó acompañarme y aprovechamos el camino para conversar largo y tendido. Yo sobre porque cargaba super pesada la mochila -incluso se terminó de romper- y ella sobre su familia, su vida, sus estudios, sus parejas -chicos y chica-. En fin, una muy buena conversación. Al final no encontramos el instituto porque las calles por allí pierden el orden del centro. También el sector me pareció demasiado riesgoso -lleno de moteles y trabajadoras de la calle-. Abordamos un transurbano y retornamos al centro. Yo compré un yogurt para almorzar y luego caminamos como otras treinta calles hasta su casa. Me despedí en la puerta de su casa y retorné a tomar el transmetro.
Vine a mi casita como a las cinco de la tarde y estuve actualizando mis redes sociales -y bajando un par de videos de música-, luego salí a comprar mi cena -tamal, té y panito- e inicié a ver Hansel y Gretel Cazadores de Brujas online. También estuve conversando por facebook con un par de voluntarios -una de ellos del mismo departamento donde crecí- y avanzando un poco en El Lobo Estepario. Saldré a dejar ropa en remojo pues planeo levantarme a las seis mañana para lavar temprano, ordenar bien mi cuarto y salir sin prisas a prepararles el desayuno a mis chicos, y que esto sea el inicio de un muy buen domingo.
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