lunes, 10 de junio de 2013

Errare humanum est


Siempre he sido bueno para crear. Para los detalles no mucho. Como en la empresa que certifiqué en ISO 9001:2000, la creación del sistema desde cero fue todo un reto para mí, la continuidad después de año y medio ya no fue mucho. Decliné continuar con el sistema cuando se acercaba la auditoría de seguimiento. Crear me energiza, mantener no mucho. Llegué al trabajo en el que estoy actualmente porque se suponía que me estaría encargado de proyectos. Crear. Ahora me encargo de procesos. Mantener. Los errores que comento en la emisión de documentos son obvios, debo aprender a tener más cuidado. Quizá el camino sea algo así como tomar cada paso del proceso como algo completamente nuevo y explorar su desarrollo como si fuera totalmente nuevo. Tal vez así deje de cometer tantos errores.

Ando de bajón porque hoy retornaron dos documentos que supuestamente ya estaban completos, mis errores son casi infantiles. Debo mejorar esto.

El lunes de la semana pasada salí a almorzar al parque de costumbre, en la noche retorné en transmetro a mi habitación. Estuve ese día y el siguiente considerando la conveniencia de llamar a mi ex esposa para tratar de mejorar un poco la comunicación. El martes no llevé almuerzo. Se suponía que saldríamos a almorzar con la voluntaria que decoró mi primer bata pero no la localicé al mediodía. Almorcé en el comedor donde usualmente como los jueves. Pollo frito. Este día salí tarde pues de cinco a seis y media realicé la presentación del libro que estamos leyendo en grupo y de otro tema que tenía pendiente. A la hora de salida me dió aventón la compañera de mi jefa.

El miercoles tampoco llevé almuerzo. Llevé un vaso con avena. Al mediodía pasé a Sophos a ver si tenían El Lobo Estepario pero solo tenían una versión con dos libros de Hesse. Costaba como 10 dólares. Me dirigí a Artemis Edinter y allí compré una versión de una editorial mejicana. Me costó como cinco dólares, de todos modos me gasté otros cinco dólares en otros tres libros, uno para adolescentes, uno de acción médica y el otro de un premio nobel egipcio. La compañera de mi jefa salió un poco después de las siete y me dió aventón. Estaba lloviznando y había quedado con mi ex esposa que la llegarí a traer a las 8:00 para ir por un helado o algo así.

Al final caminamos a una gasolinera de una de las calzadas cerca de nuestra colonia y compré un yogurt para ella y un hotdog y una gaseosa para mí. Cenamos y conversamos -casi solo yo hablé- de cosas intrascendentes. Ella me comentó que creyó que yo quería que discutieramos algo serio pero le indiqué que me interesaba realmente que mejoráramos nuestra comunicación. A ver como va eso.

El jueves almorcé en el comedor que queda tres o cuatro calles más lejos de donde almuerzo usualmente los jueves. En la noche volví a tomar el transmetro. Cuando vine a mi casa revisé las verduras que había comprado el sábado para el almuerzo del martes y como la zanahoria y el tomate aún se veían aceptables se los regalé a uno de mis vecinos. Casi todas las mañanas de la semana pasada me costó bastante levantarme. He empezado a darle al snooze más de lo debido.

El viernes salimos a almorzar en grupo con nuestra jefa, la compañera de mi jefa que me da jalón usulamente y el amigo de la compañerita. El lugar estaba un poco alejado de la oficina por lo que el amigo de la ocmpañerita nos dió jalón en su camioneta. Fue un almuerzo bastante divertido.Por la tarde la compañerita nos había convocado a una reunión para ver un tema que lleva entre manos sobre el mejoramiento del área. La reunión fue bastante desordenada y al final me tocó que intervenir con una historia para calmar los ánimos pues empezaron a reclamarse actitudes entre Ant, la compañerita y el compañero del BMW. Al final me retiré de la oficina un poco después de las seis y media, con el compañero del BMW.

Tomamos el transurbano y nos venimos conversando sobre las dificultades de trabajar en equipo cuando se toman actitudes radicales con respecto al cambio de lo establecido.
Pasé a cenar a la casa del voluntario que vive en la misma colonia aunque me tocó que comprar en soledad la cena -él carne asada, yo una torta- pues su hermano estaba con su sobrino en la casa investigando algo en internet. Al final cenamos y me estuve casi hasta las diez por la conversación de sobremesa. Vine a mi casa a ver el final de Episodio III. El dealer de películas de la oficina me llevó la semana pasada los episodios III, IV, V y VI. Estoy probando su buen funcionamiento por estos días. Al final me dormí como a medianoche.

El sábado me desperté como a las seis y media pero me levanté después de las 7:00. Me dirigí al Parque Central para una actividad con mi grupo de voluntarios y me estuve en este lugar hasta el mediodía, entre canciones, juegos e interacción con los visitantes del parque. Después de la actividad con un buen número de sonriseros nos dirigimos al Mercado Central a almorzar. Cuando estabamos terminando de comer recibí un mensaje de una de las voluntarias del sábado por la noche convocándonos a almorzar en la cevichería a la que acudí -y no me gustó- hace como un mes. Decidí que me quedaría con mi grupo de la tarde pero empezó a llover bastante fuerte y como otro de los voluntarios de los sábados por la noche se dirigía a la cevichería me fuí con él -y otros tres voluntarios- a almorzar. En el camino me dormí como media hora.

Almorzamos -el lugar estaba inundado, literalmente- carne asada y como a media tarde el voluntario pasó a dejarme al centro. Tomé un transurbano y me vine un rato a mi habitación. Vine como a las 5:30. A las 7:00 el voluntario que vive en la misma colonia me llamó para avisarme que estaban por irse con el grupo de los sábados por la noche a Paseo Cayalá. Estaba dormitando pero me vestí y me fuí con el grupo. Cenamos Pizza Vesuvio. El voluntario que vive en la misma colonia había invitado a su subencargada de visita y al parecer estan tratando de definir si habrá una relación. Otra voluntaria también llevaba a un amigo.

Después de cenar nos retiramos del lugar y con el voluntario que vive en la misma colonia acompañamos al voluntario de la tarde a dejar a la subencargada a una de las ciudades aledañas a la capital. Retorné a mi habitación como a las once y media. Vine aún a ver un poco de Star Wars y me dormí como a medianoche. Dejé el reloj para las seis y media pues antes de irme a Paseo Cayalá había dejado ropa en remojo.

Ayer me levanté un poco antes de las siete, lavé la ropa que había dejado en remojo y salí por los ingredientes del desayuno. Cuando llegué a la casa de mis chicos mi ex esposa estaba terminando de desayunar. Mientras estaba empezando a ordenar los ingredientes en la cocina mi ex esposa se despidió. Preparamos con mis chicos el desayuno, desayunamos y luego de lavar los trastes nos venimos a mi habitación.

Lo primero que hicieron mis chicos fue armar un par de cubos de Rubik, luego vimos un par de videos, incluyendo uno de Sudoku y les entregué unas hojas con ocho Sudokus que había impreso en la oficina. También les mostré las adquisiciones más recientes de libros. Después de que trabajaran un poco de los Sudokus les indiqué que iríamos por primera vez a un evento deportivo. Me había enterado que había una ronda de juegos para el premundial de volley ball femenino y nos fuimos a la ciudad olímpica. Llegamos cuando el segundo set iba a medias y vimos el claro dominio de nuestra selección sobre la de Aruba. Al final ganaron las chicas por tres sets seguidos. Después del partido fuimos a ver si había entrada al museo olímpico pero resultó que no abren los domingos. Almorzamos Taco Bell.

Después de almorzar tomamos un transurbano y nos dirigimos a la universidad. Estuvimos leyendo alrededor de una hora y luego retornamos a mi habitación. Mis chicos me ayudaron con unos pocos trastos y luego vimos veinticinco minutos del Episodio II de Star Wars. Los fui a dejar a las seis y media. Pasé al supermercado pero ya no encotré zanahoria ni aguacate, compré unicamente un cubilete de chocolate y un paquete de jamón. Pasé a la panadería a comprar el pan del almuerzo de hoy y vine a mi casita a cenar con el cubilete y unas galletas que compré -y no consumimos- al mediodía. Me dormí un poco después de las once. Al menos escribi un par de cuentos para participar en un concurso de mi voluntariado pero al revisar las bases me percaté que los temas sobre los que había escrito no eran muy indicados.

El reloj sonó hoy a las 5:30 pero seguí en cama hasta las seis y cinco. Me levanté al final, preparé los panes -sin aguacate ni tomate-, planché la camisa, me bañé y rasuré, me vestí y me dirigí a mi oficina. Cuando estaba por salir me recordé que hoy me tocaba llevar dulces. Lo había olvidado por completo por lo que aprovechando que salí un poco temprano pasé a un par de tiendas a comprar algunas gomitas. Cuando llegué a la estación del transurbano me dí cuenta que no llevaba la tarjeta. Retorné a mi habitación y al pasar por otra calle conseguí aún otro poco de dulces. Llegué a mi oficina como cinco minutos antes de las ocho.

El día estuvo bastante cargado y bastante extraño -decepcionante-. En la mañana mi jefa me devolvió un documento que su jefa había revisado. Tenía cuatro o cinco correcciones bastante obvias -no se como se me fueron-. Al mediodía salí a comer al parquecito y aproveché para leer un poco de El Lobo Estepario y esquematizar un pequeño cuento que espero escribir hoy. Ayer antes de lavar los trastes les explicaba a mis chicos el método que utilizo para escribir pues estoy contando en que los tres participen en un concurso de escritura para cada edad.

Por la tarde continué con la reparación del documento que me habían devuelto por la mañana y un poco antes de salir -ya eran más de las cinco- la jefa de mi jefa me llamó a su oficina. Me empezó a cuestionar sobre otro documento que había enviado ya a publicar y que tenía relación con otro que estaba desarrollando el compañero del BMW -que estaba allí también-. Al final fue evidente que no tomamos las variables necesarias para desarrollar los documentos. Tendremos que retornarlos de la publicación. Retorné a mi lugar bastante decepcionado, íbamos a empezar a trabajar en los cambios pero el amigo que pasa a traer al compañero dle BMW lo llamó para avisarle que ya andaba por allí, aproveché para que me dieran aventón. Me trajeron hasta mi casa.

Ayer por la tarde y hoy por la tarde ha llovido por lo que mi ropa sigue en el lazo. Espero que mañana haga mejor tiempo, y espero recuperarme rápido para ponerme a trabajar como es debido. Salí a la panadería por un poco de pan tostado y retorné a cenar a mi habitación. Espero dejar concluído -y enviado- el cuento que cargo en mente y no dormirme muy tarde pues tengo el firme propósito de descansar bien para trabajar bien. Este mes se ve interesante.

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