Y bueno, sábado de gloria, me parece. Me levanté tardísimo, otra vez lo de que si no tengo un compromiso rígido me quedo dándole al reloj diez minutos más hasta que me levanto hora y media más tarde de lo que tenía planeado.
Me fuí un rato al trabajo, pues esperaba adelantar algo de una prueba que estoy realizando desde el martes pasado, pero, la verdad no avancé mucho. Me estuve un par de horas en la oficina, leyendo mails, actualizando mis redes y leyendo un poco La Rebelión de Atlas. También encontré conectada en Facebook a una monja del templo zen al que asistí en Pdx, estuvimos conversando un poco. Me recomendó un grupo zen de Michoacan, creo que este queda relativamente más cerca que el templo de San José, Costa Rica. Les envié un mail solicitando información sobre retiros planeados para este año. Espero recibir información que me permita retomar mi práctica.
Como a las 12:30 salí para el restaurante en el que habíamos quedado de reunirnos varias personas de Fábrica de Sonrisas. Al lugar llegamos únicamente como ocho personas, pero igual, el ambiente siempre se pone bueno. Estuvimos un par de horas allí -o tal vez más- entre comida, risas y fotos.
Retorné a mi casa como a las 5 y algo, a ver el final de El Libro de Eli y Up in the Air. Me llama la atención que Up in the Air no termina bien o, al menos, no termina con que el protagonista encuentra la respuesta a sus anhelos o cambia para siempre. Básicamente, termina como empezó, solo y trabajando en algo que le gustaba pero a lo que había ya decidido ponerle fin.
Me dormí como a media noche.
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