Hace unas tres semanas, al ir a la biblioteca del CCE, me había enterado de -y anotado a- un taller teatral/clown de tres días que estaba entre el programa cultural para el mes de Enero. Macaco Eléctrico es el nombre del grupo teatral a cargo de la actividad y su procedencia argentina.
Desde el día en que confirmé mi asistencia acordé con el compañero A -y mi jefe- que esta semana trabajaría de 6 a 14 para asistir a esta actividad que es de 15 a 19. En total son doce horas de taller y al final se supone que nos entregaran una constancia de participación.
A solicitud de la bibliotecaria del CCE -quien al parecer es la encargada de la organización y difusión de las actividades culturales del mismo- publiqué en los varios sitios de mi grupo de voluntariado en FB los detalles de la actividad y un par de personas me escribieron pidiéndome más información.
Hacía varios meses que no trabajaba de 6 a 14. Es un poco difícil la levantada a las 4:30, debo tomar el transmetro antes de las 5:10 o vengo tarde a la oficina. Como el Lunes, que me atrasé un poco y entré a las 6:03 a mi oficina. Por la tarde fuí al dentista.
El trabajo ha estado bastante tranquilo estas dos mañanas. Ayer salí a las 14:10 y me dirigí al CCE. Llegúe como a las 14:35 y me dispuse a esperar el inicio de la actividad teatra practicando una nueva figura de origami: una mariposa. Aún no he logrado completarla.
A las 15:05 o así -al menos los argentinos hicieron énfasis en la puntualidad- dió inicio la actividad con una presentación general de lo que íbamos a realizar estos tres días y luego cada uno de los asistentes compartimos nuestro nombre y la experiencia que teníamos en teatro. Somos casi 20 talleristas y es una pareja bastante joven quien está a cargo del desarrollo del taller. La mayoría de los participantes tiene experiencia en teatro, algunos bastante experiencia.
El programa del primer día se dividió entre ejercicios de calentamiento, dinámicas de atención y ejercicios de interpretación:
Para la primer parte estuvimos desplazándonos alrededor -y tratando de que no hubiera uniformidad- del salón, tratando de llenar cualquier espacio vacío y a diferentes velocidades y alturas.
La segunda parte se dividió en tres diferentes dinámicas:
1. Nos dividimos en dos grupos y cada grupo formó una ronda. Empezando por un designado se daba un aplauso y se realizaba una expresión, otorgándosela al compañero de al lado y se continuaba hasta completar el círculo o se indicara que se cambiaba de expresión.
2. Formamos una sola ronda con todos los integrantes. Un integrante se dirigía al que estaba en el lado opuesto y le preguntaba, ¿Esta es la historia del niño que se cayó al pozo? -o cualquier otra proposición- y quien recibía la pregunta debía responder, Si, esta es la historia del niño que se cayó al pozo y se mojó completamente -o cualquier otro agregado-. Estuvo divertido.
3. En la misma ronda general se trataba de transmitir energía hacía el siguiente compañero: Se gritaba YAAAAAAAA! y se realizaba un movimiento con una mano como de partir algo sobre la otra mano. El compañero de a la par realizaba lo mismo y así se seguía hasta que alguien decía Jaaaaando!!! y daba un paso hacia adelante y flexionaba los brazos, con esto la dirección del movimiento cambiaba. Si un participante decía Ahiiiiiiii y se cubría los ojos con las manos como si estuviera utilizando unos binoculares el compañero siguiente no debía hacer nada pues significaba salto. Era el que estaba a continuación quien debía realizar la siguiente acción. Por último si un participante subía las manos, agitaba los dedos y gritaba friiiiiii, todos debía realizar lo mismo, moverse hacia el centro, mezclarse y retornar a cualquier otra posición en la ronda. Quien se equivocaba salía. En la primera ronda me tocó salir primero. En la segunda fuí uno de los pocos que llegó al final.
Para finalizar, con ejercicios de intrepretación, se pidieron cinco voluntarios para subir individualmente al escenario. Me ofrecí en este grupo y nos tocó que interpretar uno por uno sentimientos de amor. El primero que subió se las vió bastante negras pues se quedó en varios momentos sin saber que hacer sobre el escenario. La chica que nos estaba dirigiendo daba ciertas instrucciones, animando a mostrar lo solicitado.
Pasé en segundo turno y empecé con una especie de monólogo de amor, alabando los rasgos de la persona de la que estaba enamorado y tratando de tranmitir ese estado por medio de expresion facial y corporal. Fuí corregido/guíado en un par de ocasiones por la chica. El tercero que pasó tenía bastante experiencia, representó todo un proceso de enamoramiento al estilo mimo. La cuarta participante también tenía bastante experiencia y mostro a una tímida enamorada. El último en pasar era veterano en teatro y se fue por la actuación más tradicional.
El siguiente grupo tuvo que representar la ira, pensé que me hubiera ido mejor con este tema. Otra vez algunos talleristas se fueron por la creación de una historia y otros por la muestra del sentimiento sin más. En esta parte del ejercicio fué el maestro quien estuvo animando/dirigiendo.
La tercera tanda de voluntarios -y la cuarta y quinta me parece- tuvieron que representar a personas duchándose, desde la preparación hasta la salida. En el momento de representar la enjabonada el maestro fué dirigiendo los distintos grados de agua caliente o agua fría que el participante debía representar estar recibiendo, esto fué desde agua hirviendo -nivel 10 de agua caliente- hasta agua extremadamente congelante -nivel 10 de agua fría-. En general muy buena la representación.
El resto de los participantes tuvieron que subir por parejas al escenario y, turnándose de acuerdo a lo requerido por el maestro, tomar un palo de escoba y representar alguna escena. El palo de escoba fue una moto, un barco, una cuerda de equilibrista, una abuela muerta, un bebé, una pelota, un teléfono y un sinfín de cosas más. Estubo también muy bueno.
Al final, los últimos treinta minutos o así, nos sentamos en ronda y compartimos nuestras inquietudes sobre lo visto en el día.
Una de las voluntarias que asistió al taller me dió aventón hasta una estación del transurbano y me dirigí a mi casita. Estaba cenando cuando uno de los nuevos inquilinos llegó a tocar a mi puerta y me comentó que el dueño había llegado un poco más temprano a buscarme. Tomé el dinero del alquiler y fuí a pagar mi mes de renta.
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