viernes, 18 de noviembre de 2011

Viernes, casi diciembre...

Faltan seis semanas para que se acabe el año, y según las cuentas que he empezado a hacer esta semana, 8 para tener un poco de libertad económica para buscar otro trabajo. Es más, hoy imprimí los tres meses siguientes del calendario de Outlook para llevar un mejor control de los días. Marqué el 15 de enero de 2012 como el día D.

Esta semana fue casi de doce horas por día de realizar la tarea operativa que hemos estado realizando con mi compañero más nuevo. En el interin, nuestro compañero más antiguo -somos tres en el área mas nuestro jefe- ha estado realizando las tareas que yo debería hacer y ha estado llegando dos o tres veces por día a mi lugar a comentarme com va avanzando y a pedirme un poco de guía.

Tres o cuatro días de esta semana tuve internet, con lo que aproveché para bajar varios capítulos de Phineas and Ferb, los capítulos que me faltaban de House -acabo de ver el sexto-, tres capítulos de The Big Bang Theory, El Viaje de Chihiro y todas las actualizaciones de Maverick Meerkat. El miercoles, que había comido pizza por ir a trasladar los fondos de uno de mis bancos a la cuenta de ahorro de otro, vine a comer carne asada a mi habitación.

El jueves mientras me estaba bañando me llamó mi ex compañera con la que debía almorzar el viernes, pidiéndome que cambiaramos la cita para ese día. Estuve de acuerdo. Al inicio del día le comenté a mi jefa que iba a tomar quince minutos más de almuerzo. Usualmente soy muy respetuoso con mis horarios. Un poco antes del mediodía recibí un mensaje de texto de la ex compañera para pasar la cita siempre para el viernes, ya que estaba en una reunión y no podría salirse antes de la una. Aproveché para ir al banco a cancelar formalmente mi cuenta pero la cola era muy larga, almorcé en Taco Bell. Por la noche, contra mi costumbre de dos cenas por semana compré un pache y un poco de pan integral. El final del jueves estuvo francamente fatal, laboralmente hablando. Mi jefe me envió co su jefe para que me firmar mi último informe -normalmente se arreglan entre ellos- y nuevamente se repitió la escena en donde me dice que no es eso lo que espera de mi posición.

Decir que fue frustrante se queda corto. Retorné a mi lugar muy mal -era un poco después de las cinco- completamente de bajón. Usualmente me surgen unos deseos tremendos de hablar con mis peques cuando tengo un episodio muy fuerte de bajón pero hasta ayer me había resistido a hacerlo, digo, soy su padre y estoy para apoyarlos no para animarme a mi mismo escuchándolos por teléfono. Ayer no me resistí y llamé a mis chicos, al principio ni siquiera me escuchaba mi hija mayor -si, estaba muy mal, lágrimas incluso-, luego estuvimos conversando como cinco minutos, también con los otros dos. Salí de mi trabajo como a las seis y media deseando que realmente me ofrecieran algo aunque sea aceptable en mi anterior trabajo.

Este día seguía de bajón. La verdad me está costando cada vez más recuperarme. En las noches anteriores he estado conversando sobre FB con mi nueva amiga del voluntariado y el jueves por la noche le conté lo que había pasado -casi todo-, estuvimos conversando un poco más de una hora. Hoy llegué sin muchos ánimos al trabajo -como llegaba los lunes hace poco- y traté de ponerme a trabajar en lo que llevo desde la semana pasada. Iniciando el día mi jefe me llamó a su oficina y a puerta cerrada me empezó a cuestionar sobre mi reunión del día anterior, su compañero -con el que mejor me llevo-m a quien había llemado el jefe máximo para participar en una parte de la reunión el jueves le había comentado que no defendía mis puntos del informe cuando se me cuestionaba.

Volví a comentarle a mi jefe que no me gusta andarme justificando cuando hay un punto debil en mis informe, trato de ver como puedo mejorar, no justificarme por lo que no he hecho suficientemente bien. Un poco antes de mediodía me volvió a llamar mi ex compañera para decirme que nuevamente no podría llegar al almuerzo, que si yo podía llegar a su oficina. Queda un poco retirado de milugar de trabajo actual así que le dije que en el horario de almuerzo no podía, que podría después de las 6. Quedamos en que llegaría a su trabajo el lunes entre 6:30 y 7:00.

Hoy no almorcé, pasé al banco a cancelar mi cuenta -hoy si-, pues no llevaba efectivo y cuando llegué a un cajero automático me di cuenta que no cargaba mi tarjeta de débito. Afortunadamente cargaba dos quetzales y compré un par de galletas. Este día el jefe de mi jefe no estuvo todo el día en la oficina, al parecer tenía una reunión con el mando máximo de la organización en donde se verían los resultados del segundo semestre. Como a media tarde mi jefe llegó a ver como avanzábamos en la asignación actual y nos autorizó para retirarnos cinco minutos antes de la hora oficial de salida -es decir un par de horas antes de lo que usualmente salgo-, en otra ocasión no lo hubiera aprovechado, hoy tenía muchas ganas de salir temprano, incluso tuve que quedarme veinte minutos más pues surgió una asignacion un poco antes de mi hora de salida. Mi compañero más nuevo me dió aventón a la estación intermedia del transmetro y me vine a cenar a mi habitación. Y a cortarme el cabello. Me gustaría no desear mucho una buena oferta el lunes, pero realmente sería una buena ocasión de recibir buenas noticias. Creo.

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