viernes, 17 de junio de 2011

Una mala noche, un buen día...

Al salir ayer de la biblioteca, luego de ver mi saldo bancario en mi cuenta de cheques, posibles lugares para tomarme una foto tamaño cédula y para sacarle una fotostática a mi título, llamé a mi colegio profesional.

Me fuí de espaldas al conocer el balance atrasado que tenía, era casi el doble de lo que esperaba y sin contar otros cargos. Retorné a mi habitación a escribir un par de cartas de recomendación con la información de un par de amigas y a ver como podía hacer para justificar los casi cinco años que no había pagado mi cuota de colegiatura -tenía en mente tres o cuatro años pero resultaron más de cinco-.

Retorné a imprimir un par de documentos al cibercafé de la universidad. Luego retorné a mi habitación a leer un poco de Los mejores planes de Sidney Sheldon. Un poco antes de las cinco me dormí y me desperté alrededor de las siete. Terminé de leer el libro y traté de conciliar el sueño nuevamente a las 10 pues luego de ver el listado de documentos que tenía que presentar decidí no visitar este día sino dedicarme a tratar de completar tanto como pudiera de la lista. Me había resignado a no completarla. Especialmente era doloroso pagar lo adeudado en el colegio pues se suponía que los otros cargos debían ser revisados por una comisión y ésta se reune una vez a la semana.

Logré dormirme -nadie me llamó por la noche- luego de terminar el libro de Sheldon y poner el despertador para las 7:00 A.M. Me desperté un poco después de las seis pero seguí dormitando en mi cama hasta las 7:30 o algo así. Finalmente me levanté y me dirigí a la universidad para revisar los horarios de apertura de los bancos y tiendas de fotografías cerca de mi casa. Salí de la biblioteca un poco después de las nueve. Pasé al cibercafé de costumbre a imprimir un par de cartas de recomendación. Llamé también nuevamente a mi colegio y me dejaron entrever la posibilidad de obtener el documento necesario este mismo día -previo pago de las deudas-.

Me animé un poco con la noticia del colegio y me dirigí a mi habitación a traer mi título pues encontré un lugar cerca de la universidad donde encontré un buen precio y una espera de dos horas. Pasé a dejar mi título y retorné al cibercafé a imprimir la solicitud de activación en el colegio. Luego me dirigí al banco donde me depositaban en mi anterior trabajo. En este banco tengo la mayor parte de mis ahorros que hasta este dia estaban como para tres meses y medio. Saqué casi la cuarta parte de mis ahorros y pasé a depositarlos a mi cuenta de cheques en otro banco. En ese mismo comercial me tomé las fotos -compré una camisa para salir formal en la foto y unos tenis que ví a buen precio-. Almorcé en el lugar y luego pasé a recoger mi título y la fotostática.

Finalmente antes del mediodía me faltaba únicamente la constancia de mi colegio. Retorné a mi habitación, me bañé, me vestí -espero que por última vez en mucho tiempo- con saco y corbata y me dirigí al colegio profesional. Pagué las cuotas atrasadas del colegio -casi un año de alquiler!- y esperé a la persona con la que debía revisar los otros cargos a pagar -era casi la mitad extra de lo que ya había pagado-. Estuve esperando casi una hora a la persona y finalmente pagué dos tercios de lo que me habían predicho. Obtuve el documento que me acredita como colegiado activo y me dirigí a la oficina en donde debía entregar la papelería.

En el bus recibí una llamada de la persona de recursos humanos verificando mi nombre. Le indiqué que estaba en camino y a las 4:10 -salen a las 4:30!- estaba en la recepción de las oficinas preguntando por el encargado de recursos humanos. Todavía esperé unos diez minutos y finalmente salió a recoger la papelería. Me indicó que la esperara y me quedé leyendo True Grit -la releo a cada tanto-. Finalmente salió y me dijo que todo estaba en orden, que me presentara mañana a las 8:30.

Tengo trabajo. Finalmente. Lo conseguí por medio del networking.

No es mi ideal de trabajo. Al menos en condiciones generales. En funciones estaré haciendo las mismas que en mi anterior trabajo pero con un software un poco más sofisticado -lo que me encanta-. Debo, sin embargo, facturar mensualmente mis servicios. Debo pagar -del mismo salario- un seguro médico. Se me descuenta además un porcentaje que se va a una especie de fondo que -supuestamente- es entregado cuando uno interrumpe su relación laboral -el ahorro esperado es de un mes por año-. Economicamente no es mi ideal de trabajo pero después de tres meses y medio desempleado me siento -algo- afortunado. Lo que he estado pensando -anoche me costó conciliar el sueño- es como manejar mis ingresos de forma de cumplir a cabalidad mis obligaciones e ir guardando un poco para imprevistos.

Debo también, de alguna manera, volverme más atractivo laboralmente. Creo que debo -al fin- sacar una maestría en tecnología para tener respaldo en mi trabajo en ese campo. He trabajado en el campo durante los últimos cinco o seis años pero de la universidad no me gradué en el área. En fin, creo que es momento de celebrar -de alguna forma- y sonreir. Tengo trabajo. Mañana empieza -nuevamente- otra aventura laboral. El koan sigue sin solución y tal vez esa es la solución: No hay solución, es lo que es. O como diría mi ex jefe: No hay que buscarle cinco pies al gato.

2 comentarios:

  1. un nuevo trabajo es una muy buena perspectiva...es como el posible inicio de "cosas" que no podemos ni imaginar!
    que bueno
    un beso

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  2. Ana, eso fue solo el inicio. Gracias por tus buenos deseos.
    Beso.

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