lunes, 28 de enero de 2013

A long long weekend...

El jueves pasado me levanté un poco más temprano que el día anterior,  preparé y llevé para el almuerzo zanahoria rallada con atún.  Como a media mañana nos convocaron a la sala de reuniones para la celebración del cumpleaños de mi jefa: pastel y tacos.  Realmente estoy gastando un montón en este nuevo trabajo con tantas celebraciones y reuniones.  Después de la reunión le dí el regalo a mi jefa.

En la segunda reunión de presentación de resultados nos dieron un buen sandwich. Como he estado trabajando en un procedimiento super extenso no salí a almorzar -igual habíamos perdido bastante tiempo en las reuniones-, me quedé en mi escritorio con mi ensalada.  Por la tarde continué con la misma asignación y salí finalmente como a las ocho.  Fuí el último en salir, le había preguntado a la compañera que se fue unos veinte minutos antes sobre el procedimiento de cierre y supuestamente además de apagar todo y desconectar el microondas y el oasis debía echar llave.  Pero no tengo.  Dejé la oficina sin cerrar.

El viernes era el cumpleaños de mi jefa y había pedido el día libre.  Continué todo el día con la misma asignación de la semana y no iba a salir a almorzar pero la compañera que llegó el mismo día que yo me invitó a la sala en la que se almuerza usualmente y los acompañé como media hora.  Luego continué con la tarea que he llevado entre manos.  Me había hecho el propósito de no salir muy tarde pero al final salí a las ocho de la noche, iba a salir como diez minutos antes pues creo que el Transmetro deja de pasar más temprano los viernes pero cuando me fuí a despedir de la supervisora que aún estaba en la oficina me ofreció aventón si la esperaba cinco minutos.

El voluntario que vive en la misma colonia me había enviado un sms para cenar como de costumbre pero vine muy tarde.  Como a las ocho y media pasé por el puesto de asados y me vine a cenar a mi habitación.  Viendo Abraham Lincoln Cazador de vampiros y cargándole tiempo de aire a mi celular.  Me dormí un poco antes de las once de la noche.

El sabado estuvo buenísimo.  Llegué a la casa de mis chicos como a las ocho y media -mi ex esposa aún no se había retirado- y estuvimos haciendo un poco de tarea antes de ir a un supermercado a realizar las compras del almuezo.  Retornamos a la casa de mis peques y preparamos carne adobada y ensalada de aguacate, pepino y tomate.  Lo acompañamos con frijoles de bolsa y coditos con mayonesa.  Por la tarde fuímos con mis peques por unos útiles que necesitaban y luego pasamos a la biblioteca a leer un poco y bajar un poco de información que necesitaban para sus tareas.

Retornándo de la biblioteca vimos que su madre venía en camino y sólamente los pasé a dejar a su casa.  Eran las cinco de la tarde.  Vine a mi habitación a cenar tamal y té con panito y luego estuve leyendo un poco y viendo algunos videos en mi portátil.  El voluntario que vive en la misma colonia me había enviado otro mensaje para que los acompañara a cenar con el grupo del sábado por la noche pero tenía que lavar ropa y debía levantarme a las cinco de la mañana el domingo.  Ignoré el mensaje.

El domingo me levanté un poco después de las cinco y diez, les había comentado a mis chicos que tenía una reunión en mi trabajo y que llegaría por ellos a la una y media, también le avisé a mi ex esposa quien no tuvo inconvenientes.  Un poco antes de las seis me dirigí al Burger King de Calle Martí pues habíamos quedado con los compañeros de la oficina de juntarnos a desayunar antes de dirigirnos a una reunión masiva del trabajo.  Llegó la mayoría de los compañeros al restaurante y desayunamos en grupo, luego nos dirigimos a un estadio en el norte de la ciudad.

Hubo bastante desorden en la cuestión de los parqueos y al final el envento inició una hora después de las siete y media que habían convocado. En la entrada nos entregaban una playera y una gorra de la institución.  El evento tuvo como objetivo anunciar los logros del año pasado y las metas para el presente.  Hubo discursos, reconocimientos, música, incluso partimos algunas tablas al estilo karate.  Me retiré del lugar como a las once y media pues luego solo restaba el almuerzo y juegos para los que se quisieran quedar.

Llamé a mi chica mayor comentándole que llegaría temprano y acepté el aventón que un compañero me ofreció.  Sin embargo, el automovil del compañero estaba completamente rodeado y preferí tomar un autobús.  Llegué a la casa de mis peques un poco después de las doce y me dia y creí que únicamente pasaría por ellos para traerlos a mi habitación.  Mi hija segunda me comentó que su madre quería hablar conmigo y entré a la casa a conversar.  Si se le puede llamar así a el drama que arma mi ex esposa cuando las cosas no van como ella espera.

Por principio me indicó que ya no tendría a mis chicos los sábados, pues se estaban atrasando en sus tareas escolares, etcétera, etcétera, etcétera.  En otras ocasiones simplemente me he retirado para evitar conflictos, esta vez me puse firme en que no lo aceptaría y luego de más tensión y reclamos quedamos en que continuamos los sábados.  Al final salimos re tarde con mis chicos.  Los traje a mi habitación a que dejaran las cosas de sus tareas y fuímos a almorzar a Mc Donalds.  No fue realmente un buen domingo.  Me costó sobreponerme al estado de ánimo.

Almorzamos en Mc Donalds y compramos unos helados en Campero luego pasamos un rato a la biblioteca en donde mi hija mayor terminó de leer un libro de Isaac Asimov, mi hijo avanzó en un libro del mismo autor de El Mundo de Sofía y mi hija mediana avanzó en la relectura del quinto libro de Harry Potter.  Un poco después de las cuatro nos venimos a mi habitación pues teníamos que completar las tareas para la semana.

Estuvimos un poco más de una hora ayudándole a mi hija mediana a realizar un collage de medios de información y luego vimos quince minutos de Enredados.  A las seis y media los fuí a dejar a su casa.  Retorné a mi casita y salí a comprar pollo frito para cenar.  Con té.  Estuve viendo un poco de Prometheus en mi portátil pero me dormí un poco después de las diez pues planeaba levantarme a las cuatro y media a leer unos documentos que debía explicar en la presentación de este día.

Hoy el reloj sonó a las cuatro y media -y nuevamente a las cuatro y treinta y cinco-.  Me levanté al baño y me volví a acostar, pero encendí la portátil y leí los tres documentos que debía.  Me levanté a las seis y me preparé para la oficina.  Salí bastante temprano de mi habitación y pasé a comprar pan dulce en el camino.  Llegué a mi oficina con bastante antelación y empecé a preparar el equipo para la presentación que debíamos realizar con mi jefa y mis dos compañeras, Di y Champ.

Habíamos planeado ofrecer un desayuno -siguen los gastos- y realizar la presentación al mismo tiempo.  El desayuno estuvo bueno y la presentación aceptable.  Proyectamos un video de trabajo en equipo y uno sobre metas.  Los resultados de mi área fueron los más escuetos de las tres coordinaciones pero es que mi jefa tiene sólo siete meses a cargo.  Di y Champ llevan varios años, creo que la primera es la que más tiempo lleva y vuelve a sorprenderme como una persona puede estar tanto tiempo en un lugar cuando pierde tanto el tiempo.

La otra compañera creo que si terminó de estudiar ingeniería.  Su comportamiento es un poco heterodoxo, especialmente en cuestiones de relaciones.  Mi jefa está bien.  Y bien abrumada con todo lo que debe realizar, realmente espero ser un apoyo idóneo en el área.  Después de la reunión nos quedamos los cuatro desayunando en la sala de reuniones y luego cada quien retornó a sus labores.

A mediodía bajé a la agencia por la chequera de la cuenta que abrí la semana pasada.  Luego me dirigí al centro comercial más caro de la ciudad para sacar dinero de un cajero automático,  mi cuenta, sin embargo ya está bajo el límite de retiro.  Había ido allí también para ver si en el restaurante de la cadena en donde compraba pizzas personales en mi anterior trabajo tenían ese producto pero, de acuerdo a lo previsto no lo tienen disponible.  Deberé de examinar opciones de almuerzos.

Un poco antes del almuerzo le había entregado la primera versión del documento en el que trabajé toda la semana pasada.  Un poco después se lo envió a su jefa.  Luego del almuerzo nos reunimos mi jefa, su jefa y yo para ver un nuevo proyecto que se viene -y que ví superficialmente en otro lugar de trabajo-.  Por la tarde estuve trabajando en una micro presentación -que no requiere un micro esfuerzo si un uno muy grande- y en un listado de documentos.  Me sentí un poco cansado por la hora de despertarme y me retiré de la oficina un poco después de las seis.

Cuando estaba cruzando la calle frente al edificio en el que trabajo ahora saludé a una chica con la que conversamos ayer cuando andábamos buscando parqueo con el compañero de oficina que me dió aventón al estadio.  Me saludó bien confianzuda pero ví que no me reconocía.  Sin embargo, me ofreció aventón a la zona uno.  Acepté y fuímos conversando en el camino.  En la dieciocho calle tomé el transmetro pero no me percaté que iba directo hasta el extremo sur.  Me tocó que tomar otro en Centra Sur y retornar a mi casita una media hora más tarde de lo que hubiera venido sin la equivocación.

Aparté el dinero para pagar mañana mi parte del desayuno de este día y el pago de mi habitación pues justamente hace una semana tocaba el pago.  Mientras estaba redactando esta entrada se apareció el dueño de la casa y le cancelé el mes.  Espero no dormirme muy tarde para tener una semana fenomenal en mi trabajo.

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